-¿Estar lista, Hermana Jade?-
-S..¡Sí, señor! Señora, ¡Sí, señora!-
Trataba de ocultar mis nervios sin mucho éxito, aún dentro de mi pequeño e improvisado hogar, donde me ocultaba de la jefa de la tribu que me esperaba ansiosa desde afuera.
-¿Y estar esperando? Si ya estar lista, salir ya-
No me estaba gritando, simplemente su voz era dura y autoritaria, la suficiente como para intimidad a más de una persona, entre las cuales estaba yo, que tras tomar el aliento, salí lentamente y con vergüenza de mi habitación en este sitio improvisado.
-Lucir bien, ¡buen cuerpo de amazona! Vestir como amazona, volverte mejor amazona, ¿Cómo sentir?-
Aunque la jefa me llenará de cumplidos no podía dejar de sentir vergüenza por la situación que vivía y el atuendo que portaba al no haber encontrado otra solución más que soportarlo y seguir avanzando con estas vestimentas, cuerpo y vida.
Hace un par de días tuve que hacer un viaje, me dedico a la exploración y la investigación de ruinas arqueológicas. Mi más reciente misión implicaba cruzar el océano para llegar a otro continente y a partir de ahí, llegar a una isla donde se sospechaba había ruinas de una pequeña y antigua civilización conformada únicamente por mujeres, ganándose así el nombre de Isla amazonas.
Sin embargo, algo salió mal durante el vuelo, quizás la turbulencia, un mal presagio o algo más que aún no puedo definir, pero fuera lo que fuera, provocó que el avión se estrellara y que todo se volviera oscuro para mí.
Pensé que en ese momento había muerto, después de todo debía ser imposible que una persona sobreviva al impacto de un avión contra el océano; si el choque no me mataba, seguramente me mataría la fauna marina o sencillamente morir ahogado.
Y a pesar de las desfavorables posibilidades, contra todo pronóstico pude sobrevivir, incluso llegué a mi destino sano y salvo.... O algo así. Doy las gracias a mis "hermanas" que me salvaron y que según ellas "No poder dejar a hermana morir a orillas de mar", por lo que me arrastraron hasta su pequeña comunidad donde pasé días inconsciente bajo su cuidado, despertando sin poder entender nada de lo que sucedió.
Con el pasar de los días ese no entender se fue transformando poco a poco, y aunque ya casi que entiendo toda la situación, aún no tengo ni la menor idea de porque me volví una mujer.
-Me siento avergonzada y apretada con este atuendo, ¿No hay nada más que pueda usar?-
Las ropas que en esta pequeña tribu me habían prestado eran de lo más sencillas pero el atuendo de cazadora era especialmente revelador y complicado de soportar.
Básicamente estaba en lencería; usaba unas bragas verdes con negro y un sostén a juego que parecía fuera a reventar en cualquier momento por mis grandes pechos; también usaba una calceta larga sujetada con ligas en mis bragas para ahí enganchar las flechas que mi arco necesita; en otras palabras, usaba un liguero para sujetar mis flechas. Para que mi cabello no sea un problema al momento de usar el arco, tengo que usar una cuerda bordada y decorada con una pluma blanca, algo que parece ser muy importante para las mujeres de aquí.
Por muy destacado que sea mi atuendo y mi nuevo cuerpo, creo que lo más sorprendente es el accesorio que me dieron para completar mi atuendo de cazadora; un arco enorme, un poco más grande que yo, lleno de flores y hojas, siendo bellamente decorado de punta a punta, hasta mis flechas son únicas, por lo que es una verdadera lástima que den un título tan importante a alguien tan incompetente y peor aún, que ni siquiera es mujer de la tribu.
-Hermana Jade sentirse honrada, ella muy inteligente, aprender rápido a cazar y sentirse orgullosa de ser amazona-
La líder, misma que me salvó, es una mujer rubia y alta, con una figura casi tan delgada como la mía pero con una fuerza física bestial, tiene grandes habilidades e instintos, todo le sale bien y el resto de amazonas confía en ella, así que cuando me eligió para ser cazadora nadie se le opuso. Nadie excepto yo.
Perfectamente sé que incluso entre las mujeres soy alguien pequeño, con un aspecto muy delgado, creo que lo único grande en mi son los pechos que sinceramente no sirven mucho para la batalla pero por alguna razón la líder confía en mi. Yo atribuyo su decisión a mi intelecto, supongo que sonara mal decirlo así, pero no se me ocurre otra manera; las mujeres de está isla están bastante atrás en conocimiento moderno; el lenguaje no es fluido, tampoco hay libros y tienen un pensamiento mágico acerca de dioses y deidades; puede que no me vean como una diosa pero sí que creen que soy la enviada de una diosa, dejándome así un enorme peso con el que debo cargar en esta vida.
-Nosotras confiar en hermana Jade, Hermana Jade debe confiar en Hermana Jade. Sus hermanas ayudar-
La enorme líder rubia dio unas palmadas en mi cabeza, que aunque tenían una intención gentil, debido a la gran diferencia entre ella y yo, sus palmaditas incluso me hacían doblar las rodillas por la fuerza con la que palmeaba mi cabeza con su mano.
Una vez terminó esa rara motivación que la líder amazona me dio, ella ya estaba lista para llevarme hasta mi misión, la primera de muchas seguramente.
Después de todo soy una amazona, puede que no sea la mejor por mi falta de confianza y de fuerza pero por alguna razón estar con ella y formar parte de esto me motiva a intentarlo.
La vergüenza de estar lencería o casi desnuda no se va tan fácil pero al igual que a ser mujer, a sus ritos y a cazar, todo son cosas a las que me debo de acostumbrar mientras esté en esta maravillosa y peculiar isla.
Ahora que lo pienso, puede que solo así logre hacer una investigación tan perfecta y detallada acerca de este lugar, pensaba que sólo eran ruinas y me encontré con una pequeña población femenina de la cual ahora formó parte y quiero ayudar.
Diría que toda mi energía y motivación están en aprender todo lo que pueda de esta vida de amazona a la que ahora pertenezco, y que solo una vez termine todo por aquí, buscaré la forma de irme a casa y de volver a ser hombre.
Pero de momento, la hermana Jade Amazona tiene que ir a cazar.
Créditos a quien correspondan. |
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