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lunes, 13 de enero de 2025

Hermanas en la playa

    Los hermanos Johan y Fausto eran los típicos casanova que buscaban conocer íntimamente a cada chica que se les pusiera enfrente, mismas que si se resistía a Johan caían rendidas a los brazos de Fausto o viceversa.
    Juntos estos hermanos eran el equipo perfecto que viajaban de lugar en lugar con el fin de conocer a más bellas mujeres, hasta que llegaron a sus oídos un sitio imposible de ignorar para un par de hombres como ellos.
    La playa mujeres era el paraíso en la tierra que ellos siempre habían deseado conocer; un lugar donde sólo preciosas mujeres podían entrar parecía el sitio perfecto para pasar un buen tiempo y ¿Quién mejor que estos hermanos obstinados para ser los primeros hombres en entrar a tal sitio? Además de casanovas, eran incrédulos y la sola idea de transformarse en mujeres con el simple hecho de entra a ese lugar parecía el mito más estúpido que cualquiera hubiera inventado, por lo que tras alistar todas sus cosas en su auto, los hermanos pusieron rumbo a tan mítico lugar.
    Les tomó días llegar hasta ese sitio un tanto escondido, pero con tan solo ver las aguas cristalinas llenas de hermosas mujeres, ambos estaban seguros de que valió la pena emprender ese viaje, y de igual forma estaban seguro de que no perderían nada de tiempo, puesto que apenas llegar a la playa, ambos competirían entre ellos para averiguar quien podía conquistar a más mujeres.
    Sin embargo, fue cuestión de minutos para que ambos fracasarán en su codicioso objetivo, pues en el momento que pisaron las arenas y entraron al agua, su destino se había escrito.
    Los hermanos ignoraban por completo este hecho, pero a cada momento dentro de la playa algo en ellos cambiaba; su pelo crecía, sus facciones cambiaban, enormes pechos y caderas se formaron en cada uno, dotándolos de buenas piernas y atuendos preciosos que resaltaban aún más sus encantos de entre todas las hermosas visitantes de aquel sitio tan especial.
    De esa manera, Johan quedó con un hermoso bikini azul con una bella costura que recorría ambas partes del bikini para hacer resaltar más su vientre plano y sus increíbles largas piernas por las que cualquier hombre estaría babeando, su cabello creció como nunca hasta llegar al suelo y sus características gafas de sol negras se había convertido en unas de color rosado, lo único negro que quedaba en su atuendo era el enorme moño que adoraba su cabeza.
    Fausto por su parte seguía pareciéndose mucho a su hermano mayor, o ahora hermana mayor; con un cabello extremadamente largo aún estando amarrado, vistiendo un hermoso bikini negro con accesorios en una pierna y en su cuello; puede que sus piernas se queden un poco atrás a lado de las de su hermana, pero su mejor atributo son sus pechos que superan por buenos centímetros a los de su hermana mayor; y su mejor accesorio, su gorra favorita, se había convertido en un elegante sombrero blanco de dama, perfecto para cualquier ocasión, especialmente para protegerse del sol.
    Una vez completada su transformación, ambas hermanas se habían vuelto un par más chicas preciosas de la isla mujeres, aunque un par de chicas bastante confundidas y que hasta después de hablar entre ellas pudieron recordar lo que había pasado.
    Eran dos hermanas que estaban cansadas de los chicos tontos que siempre las veían en las playas y al oír de la playa mujeres, vinieron a visitarla para relajarse y divertirse como nunca sin tener que lidiar con los tontos chicos que siempre las intentan conquistar.
    Una vez que ambas chicas aclararon su situación, Johana y Favi estaban contenta de al fin estar en la playa mujeres para cumplir su objetivo y divertirse como nunca, con una Johana queriendo jugar vóleibol con otras chicas y tratando de convencer a su hermanita de jugar y dejar el bronceado para más adelante.
    Aunque de algo estaban seguras y es que hicieran lo que hicieran, las hermanas se la pasarían como nunca en aquel precioso lugar lleno de mujeres como ellas.
Créditos a quien correspondan.

viernes, 17 de mayo de 2024

Mis dos bellas hijas

Desde siempre, toda la vida, había soñado con tener un par de hermosas hijas a quienes criar y mimar tanto como me fuera posible.
No obstante, la suerte nunca me sonrió y hace 17 años tuve a Carlos, mi primer hijo. Luego, hace 15 años tuve a Uriel, mi último hijo y el más pequeño, fallando dos veces en dos intentos sobre mi sueño que quería realizar, negándome rotundamente a tener un tercer fracaso.
De cualquier forma los amo, y les di todo el cariño que pude en mis posibilidades, después de todo no se puede tratar de la misma forma a un hijo que una hija, y tampoco es lo mismo una relación madre e hija que madre e hijos.
Cuando casi toda mi esperanza de tener hijas había muerto, una peculiar oportunidad llegó hasta mis oídos y fue así como salí de vacaciones con mis dos precioso hijos para ir hasta la playa mujeres.
Claro, no le dije el lugar exacto que íbamos a visitar, ellos solo sabían que íbamos a la playa pero el sitio era una sorpresa que fue de su completo agrado, me atrevería a decir que era un paraíso literal para ellos, al ser los únicos chicos en una playa llena de hermosas mujeres jóvenes o algunas con un par de años más pero que se mantienen hermosas tal como yo.
Encantados por la preciosa playa, y aún más preciosas mujeres, mis chicos salieron corriendo a la playa mientras yo me bronceaba y los vigilaba para averiguar si era cierto o no el rumor de este lugar. 
No podía expresar mi alegría al describir la verdad, dejando de lado la idea de broncearme en cuanto observé que mis hijos poco a poco y sin que lo notarán, comenzaban a transformarse en lo que siempre soñé.
Para el momento en que llegué con ellos, ya no eran ellos, eran ellas; mis dos bellas hijas que siempre quise tener; puede que no heredarán mi cabello rubio o mis bellos ojos, pero esos cuerpos de modelos me recuerdan a mi durante mi juventud, además que con solo el hecho de ser unas niñas preciosas era más que suficiente para tener la felicidad que una madre solo puede tener con sus hijas.
Por último y lo mejor, fue que ambas me reconocían como su madre, hablando con las dos, todo era exactamente igual en sus memorias con el ligero detalle de pensar que toda la vida han sido chicas que adoran pasar el rato con su mamá. Al pensar en esto, ahora esa es la realidad, así que no voy a discutir con sus bellos recuerdos, ellas son y siempre fueron mis dos preciosas hijas con quienes por fin pude ir de vacaciones madre e hijas a la mítica playa mujeres. 
Créditos en la imagen.

martes, 29 de agosto de 2023

Playa Mujeres

En algún lugar del mundo existe una playa muy singular, es hermosa por dónde se vea, sin ningún peligro para quien se adentré en las aguas que ahí hay, aguas totalmente cristalinas y cálidas, un lugar de ensueño en pocas palabras.
Sin embargo, había una única y rara condición para poder visitarlas de forma plena, ya que solo las mujeres tenían acceso sin ningún riesgo. Así el lugar fue nombrado "playa Mujeres", lugar paradisíaco para las féminas que se divertían a sus anchas sin más poder y claro, siendo libres de ser, al no tener hombres cerca.
Pero que los hombres no pudieran entrar no era algo "porque no" o quizás sí, la ciencia no podía dar respuesta a como sucedía pero si un chico, niño o adulto tocaban las arenas, flora o peor aún y entraba a las aguas de la isla sufrirían consecuencias irreversibles provocadas por la playa.
El sitio era exclusivamente para mujeres y de estar ahí en poco tiempo terminarías siendo una, y quedando mucho más tiempo tu mente se volverá la de una chica, entrar al agua te haría una persona diferente a la que antes solías ser.
Cómo ahora con Santiago, un joven recién salido de la universidad que se creyó tan listo de poder entrar a escondidas para ver a las mujeres, quienes sin saberlo fueron espiadas alrededor de una hora con un karma casi instantáneo.
A los pocos minutos de haber entrado, Santiago empezó a tener comezón en todo el cuerpo, su cabello empezaba a pesar por lo que lo amarró en una coleta y así dejaría de notar cuando esté fuera creciendo hasta cubrirle toda la espalda, al igual que el resto de partes en su cuerpo comenzaban a cambiar. 
Cuando bajó la mirada se dio cuenta que tenía un par de pechos enormes junto con unos rasgos más finos, haciendo que saliera de su escondite y siendo encontrado por un par de chicas curiosas de lo que pasaba. Intentó pedir ayuda explicando que era un chico pero las chicas solo reían y lo invitaban a entrar al agua, ayudándole a desprenderse de su ropa. Tras quitarle la playera y short que usaba el chico vio que debajo tenía un diminuto bikini azul que apenas podía cubrirle algo de todo su nuevo cuerpo.
Las chicas solamente empezaron a preguntar cómo estaba en tan buena forma mientras entraban al agua dejando sin palabras al muchacho.
Bastarían unos minutos en el agua para corromper su mente, el chico llevaba media hora ahí y ya era muy tarde para Santiago. Santi es su nuevo nombre, piensa que es una chica muy atrevida que vino a la playa por sus dos amigas y que en cuanto su viaje terminará cada una seguiría su camino.
Quién sabe cuándo pueda volver a la playa Mujeres, así que Santi disfrutará el día tanto como pueda, nunca ha sido una buena nadadora, sus niñas le estorban al nadar, pero hoy estuvo practicando más de la cuenta, así que aprovecharía lo que restaba de sol para poder broncearse un poco, su objetivo sería tener la piel morena unos cuantos días para ver si atraía a alguien lindo en cuanto fuera a su próximo destino, lo único sin broncear sería lo que cubría su bikini de colegiala, realmente le gustaría quedarse desnuda para broncear todo su cuerpo pero una nunca sabía si algún chico estará escondido por ahí para poder espiarla.
Créditos a quien correspondan.

lunes, 27 de marzo de 2023

Cambio en la playa

Luisa y Felipe son una pareja que está de vacaciones, el destino fue elegido por la chica y lo mantuvo en secreto para sorprender a su novio quien aceptaría el lugar que fuera solo por el gran y profundo amor que sentía por su pareja.
Así la pelirosa, los llevo a una increíble playa paradisíaca, llegando muy temprano como para ser los únicos y poder disfrutar a solas del lugar, estacionando su auto poco antes de llegar a la arena.
-Luisa, este sitio es asombroso, de verdad te luciste aunque no se que ponerme...creo que empaque un traje de baño-
Decía el joven castaño que buscaba su ropa dentro de la maleta que había preparado pero cuya novia había llamado su atención con una oferta muy difícil de ignorar.
-Deja la ropa para después, ¡Hay que hacerlo!, atrápame si puedes-
-¡Oye, espera!-
Luisa entre risas tomo la maleta del chico y salió corriendo hacia la playa, claro que no sin antes haberse quitado la blusa quedando así con la parte superior del bikini.
El chico en respuesta cerró el auto y fue tras de ella por un rato, alrededor de 15 minutos corriendo hasta llegar a unas palmeras donde la chica esperaba algo cansada, pero sin duda menos que su novio quien tenía una menor condición física.
-Creí que nunca me alcanzarías, de verdad eres lenta-
-Muy graciosa...pero ahora que te atrapé yo jugaré contigo-
-No creo que eso suceda, hermosa-
-Bueno, Luisa, suficiente en llamarme como chica-
-Que tierna eres, y tonta, por estar corriendo ni siquiera lo has notado-
Felipe estaba muy confundido mientras Luisa solo sonreía por algo que solo su novia entendía, revelando que sucedía cuando se acercó a su pareja apretándole los senos.
-Supongo que aún no termina la transformación, estos pechos son muy pequeños todavía-
-Ah...¿Por qué tengo pechos?¿¡Y un bikini como el tuyo!?-
-Diría que el mío es un poco más atrevido pero entiendo tu punto-
Finalmente el joven descubrió que su sexo había cambiado, no terminaba todavía pero ya no había forma de volver a la normalidad, y la chica a base de caricias lo detendría el tiempo necesario para completarse la transformación; dándole la vuelta y explorando que tenía bajo el bikini.
-Oh, así que ya se fue tu amiguito ¿Cómo se siente tener vagina? Tú cara me dice que te gusta-
-P-para nada...yo no quiero ser una chica así que suéltame-
Felipe intentaba sacarle la mano a la pelirosa de ahí abajo pero sus piernas se volvían gelatina ante la sensación y apenas podía estar de pie por apoyarse con un árbol usando una de sus manos.
-Pero no hay forma de revertirlo, y aún si se puede, te dejaría por eso-
-¿C-cómo?-
-Veras, tú eres una experiencia, realmente me gustan las chicas pero quería saber cómo sería con un hombre... después de tanto siendo la activa, tener un hombre que me someta fue divertido solo un tiempo. Te amo Felipe pero no puedo tener sexo así, pensé en como volverte una chica para así seguir nuestra relación y gracias a esta isla el plan funcionó-
La pequeña falda que tenía el bikini impedía ver todo lo que sucedía pero sin duda Luisa era muy hábil con los dedos inmovilizando sin problemas a Felipe que intentaba procesar todo lo que se le había confesado.
-Entonces... además de volverme chica ¿Quieres que sea la pasiva?-
Soltó un fuerte gemido por lo que acababa de hacerle Luisa, misma chica que sonrió por lo conseguido gracias a sus dedos.
-No quiero, serás la pasiva... realmente no veo que te opongas-
-Es...solo porque no conozco este cuerpo...-
-Entonces deja que te ayude, ambas lo conoceremos a fondo, querida-
Tenían dos semanas de vacaciones y apenas en su primer día ya tendrían sexo, ciertamente, no como Felipe esperara pero eso poco importaba ahora, al paso que lo llevaba Luisa seguramente no sé quejaría nunca de eso y de haber visitado juntas la playa Mujeres.
Créditos a quien correspondan.