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jueves, 18 de enero de 2024

¿Puedo dormir contigo?

No sé cuanto tiempo ha pasado, ni siquiera tengo una buena noción de que hora es pero me siento muy asustado y que el frío sudor recorre mi cuerpo ¿Será que tuve una pesadilla? No recuerdo la última vez que me pasó algo así y tampoco recuerdo que provocó está sensación tan fuerte como para hacerme despertar.
De cualquier forma, lo mejor sería volver a dormir por lo que intenté volver a acostarme sin éxito, pues me veía aún sentado viendo un poco por la oscuridad en mi habitación. Sin embargo, entre tanta oscuridad pude distinguir bien un enorme tocador con gran espejo y algunos peluches, algo sorprendente para mí.
Pero lo más sorprendente fue cuando mi cabeza giro por completo al espejo y me pude ver, por alguna razón no estaba yo en mi reflejo sino mi hermanita; con el cabello blanco y suelto, con una mirada asustadiza y en ropa interior que la hacían ver más joven e infantil de lo que ya era. Ese pequeño y femenino reflejo es que veía en lugar de mi propio cuerpo.
Intenté hablar o moverme pero todo fue inútil, siendo lo único a mi alcance dos cosas; poder ver y eso incluso a la fuerza, solo de donde giraba la cabeza. Mientras que la otra cosa que podía hacer, era sentir lo que el cuerpo sentía, tanto física como emocionalmente pues aún tenía miedo y podía sentir como el sudor recorría partes del cuerpo de mi hermana, en especial su vientre y sus pechos que hasta ahora me doy cuenta, son más grandes y conflictivos de lo que parecen.
Al poco tiempo me empecé a mover, claro, no a mi voluntad, pues parecía que buscaba algo por toda la cama y tras quitar las cobijas, obligándome a ver las piernas y pantys de mi hermana, fue que encontró el peluche de gato que tanto le gustaba a mi hermana.
Al verlo lo abrace con fuerza contra mi pecho, dejándome sentir algo de relajación y ahora si acostándome para dormir, lamentablemente sin éxito. Por un buen rato el cuerpo lo intentó pero aún tenía miedo y todo lo que podía hacer era sentir ese miedo o sentir cada movimiento que hacía para intentar dormir.
Sin previo aviso me levante abrazando a mi peluche para recorrer los pasillos de la casa lentamente hasta mi habitación, mi habitación de hombre, donde puede que descubra más de lo que sea que esta pasando y creyendo tener un poco de control, abrí la puerta.
-Hermanito...tengo mucho miedo...no quiero dormir sola...¿Puedo dormir contigo?-
Escuché decir de forma temblorosa a mi cuerpo y viendo como de la cama, yo o mi cuerpo o ¿Mi hermanito? Se levantaba somnoliento para hablar.
-Hermana, no deberías estar en ropa interior....primero ve por tu pijama y luego regresa ¿Vale?-
Al oír eso me asusté pues era idéntica a mi voz pero tan pronto mi emoción volvió a cambiar por vergüenza de que me viera así mi hermano mayor...¿Mi hermano mayor?...no, solo me equivoque de palabras...aún así y bajo la vergüenza tengo más miedo de volver y mucha más confianza en él, tanta como para acelerar mi corazón.
-No...tengo mucho miedo...por favor, déjame pasar la noche así contigo...-
Ahora estaba a punto de llorar, solo quería estar con él y abrazarlo para no tener más miedo pero creo que le incomodaba de esta forma. Cuando mi hermana se aparecía así, la acompañaba a ponerse su pijama para regresar a mi cuarto y dormir abrazados, pero al parecer ese chico o hermano o quien sea no era igual a mí.
-...Esta bien, pero solo por está vez, entra-
-¡Muchas gracias, hermanito!-
Dije con emoción y alegría mientras entraba a la cama para abrazarlo con fuerzas, escondiendo mi rostro en su pecho para dormir más tranquila. Puede que ya estoy creciendo y me vea de otra manera, eso me hace muy feliz...¡NO! Eso no es verdad, no me alegra a mi...¿Le alegra a mi hermana?¿O a su cuerpo?...Ya no sé que está pasando, debo encontrar la forma de regresar a mi cuerpo o al menos como comunicarme con este, de lo contrario siento que sus pensamientos y deseos pronto cambiarán los míos y si eso ocurre, no creo poder conformarme con abrazar a mi fuerte hermano.
Créditos a quien correspondan.

sábado, 16 de septiembre de 2023

Viejo matrimonio

Clarisa era una pequeña niña que disfrutaba su vida como cualquier otra, teniendo apenas 7 años y viviendo con su mamá por lo que cualquiera pensaría que todo iba bien para ella.
Sin embargo, no todo iba bien todo el tiempo, su padre decidió divorciarse hace un par de años y desde entonces la pequeña lo extrañaba un montón. A pesar de sus súplicas e insistencia, Fabiola, la madre de Clarisa, nunca accedía a dejarla ver a su papá inventando excusas tontas o simplemente diciendo que no.
Un buen día la niña y la adulta discutieron fuertemente por lo que Fabiola decidía para su hija. La menor, por su parte, deseaba con todo su corazón poder ser una adulta como su madre para tomar sus propias decisiones y no solo tener que obedecer.
Dicho puro y noble deseo se le cumplió de una forma peculiar, ya que tras un fuerte mareo por el que ambas féminas cayeron al suelo, al despertar habían cambiado de cuerpos entre ellas.
Fabiola ahora era una niña pequeña que no media ni la mitad de altura que su madre y que estuviera ella de acuerdo o no tendría que obedecer: Al ser la pequeña ahora, entendería dicha posición de hija obediente como tanto tuvo que hacer Clarisa por mucho que no quisiera obedecer a su mamá.
Mientras tanto para Clarisa no había tanto problema, ahora era una adulta con un cuerpo hermoso, tan hermoso que su padre lo amaba, con ese aspecto tenía una meta nueva bien clara después de todo ahora ella podía hacer lo que quería, tenía dinero y sabía cuidar de si misma como para tomar sus decisiones.
Sin importar las protestas de la pequeña, su nueva madre le hacía obedecerla; hacer la tarea, limpiar su recamara y todas las actividades de Clarisa ahora le tocaban a Fabiola sino quería terminar castigada u en otro problema. De igual forma a Fabiola le tocaba trabajar como oficinista, cocinar y cuidar a su hija pero eso no era todo, en cuanto su vieja madre se iba a dormir ella se las arreglaba para ir con su papá para retomar el contacto que habían perdido hace un buen tiempo.
Al principio todo fue muy algo extraño porque el hombre trataba a la pequeña como trataba su madre siendo algo frio y distante de ella. Sin embargo, la niña se disculpo por todo y prometió ser una buena niña que obedecería a papá, con eso y sin saberlo despertó un pequeño juego de rol que revivió la chispa del viejo matrimonio.
Clarisa complacía todo lo que el hombre pedía a cambio de juguetes y pasar el tiempo con él, cosa que nunca se cuestionó el hombre para poder seguir disfrutándolo. Ahora mismo a cambio de usar la lencería que su ex marido le eligiera podía tener el peluche que quisiera, siendo su elección un grande unicornio rosado, del mismo color que la lencería diminuta que usaba sonriente al abrazar al peluche y preguntándose ¿Cuánta ropa así tendría que usar para que su familia se volviera a juntar? Ella podía hacerlo y mucho más, su padre podría enseñarle los juegos que hacía antes con su vieja madre a solas en la habitación. La joven e inocente niña pensaba que sería bien divertido; después de todo su mamá siempre salía con una sonrisa después de ello y la menor se preguntaba si es que ella terminaría igual, esperaba que si y que con eso su matrimonio con papá estuviera unido otra vez.
Créditos a quien correspondan.

sábado, 11 de febrero de 2023

La travesura de Alexa 4

En ese momento tuve que dejar de mirar y esconderme, pues tal como dijo, Esmeralda parecía haberme visto.
No tuve de otra más que irme a esconder, escuchando un poco de su conversación.
-Debes estar desesperada, Esmeralda. Aquí no hay nadie más pero si gustan, diviértanse un momento entre ustedes chicas, en lo que voy a investigar-
-Pero....-
Ambas mujeres quisieron protestar pero fueron fácilmente calladas por mi cuerpo masculino, el cual oía caminar justo en mi dirección; supongo que así como yo reconocía mis propios pasos, ella hacía lo mismo con los suyos, arrinconándome en una habitación y luego otra hasta el baño del cual no pude escapar.
Quedar atrapada era una mala jugada pero todo en estos momentos parecía ser malo, si escapaba Alexa estaría alerta de mí o incluso podría enviar a su madre, mi madre por ahora, a buscarme y castigarme. Otra mala opción era ir debajo del sofá de nuevo, pero ir ahí implicaba que si me atrapaba, también perdería todo mi progreso para el hechizo. Sí, ser arrinconada en el baño es malo, pero podría ser peor.
-Aléjate de mi, Alexa. Basta de juegos, dame los objetos para volver a la normalidad-
Aunque intentaba mostrarme dominante, fui retrocediendo y haciéndome más pequeña a cada paso que Alexa en mi cuerpo daba, hasta que termine de rodillas ante ella, oyendo su respuesta con algo de temor.
-Si siendo una niña no obedecía, ¿Qué te hace creer que lo haré ahora? Ahora soy Harry Stronger, un adulto muy popular con las mujeres y muy fuerte, haré a todas las vecinas y mi familia felices, seré el hombre que tú nunca pudiste ser-
-P-pero yo soy un hombre...me veo como una niña porque tu robaste mi cuerpo pero soy todo un hombre-
-¿Un hombre que no cogía desde hace años?¿Que no tenía novia y tampoco prestaba atención a las mujeres del vecindario? Tan descuidado con las mujeres que simplemente ya ni te saludaban. Esmeralda, Helena, Camila, Rebeca y muchas mujeres más querían estar contigo, al menos tener algo de diversión, cosa que tú nunca les diste. Por eso te elegí a ti, todas las mujeres del vecindario agradecería que finalmente haya un hombre que las deje satisfechas, mientras que tú, que no servirte como hombre, quizás puedas servir como una niña y tener una nueva vida-
Las palabras de Alexa me herían profundamente, tenía ganas de llorar pero de hacerlo solo le daría aun más la razón, a una niña que a diferencia de mi, tiene a las mujeres haciendo fila y rogando por más, cuando yo en su lugar rogaba porque alguna de ellas algún día me hiciera caso. Puede ser que lo más duro de enfrentar para mí es que, esa oportunidad de una mujer rogando por mi siempre estuvo ahí, y no solo con una mujer, había un montón, pero nunca tuve lo necesario para aprovecharlo.
Dolía verlo de esa forma pero Alexa tenía algo de razón, y en tan poco tiempo, estaba haciendo un mejor trabajo que yo en años.
Aún así, no quería darme por vencido.
-Eso no es verdad...yo no soy una niña, soy un hombre y voy a recuperar mi cuerpo-
En ese momento Alexa se burló de mi, dando unos sarcásticos aplausos antes de hablar.
-Claro, un hombre con el cabello atado en colitas, con una mini falda y unas bragas de osito que puedo ver-
Cerré las piernas con vergüenza para que no pudiera ver mis bragas, haciéndome aún más pequeña mientras él más hablaba.
-Un hombre que pasó todo el día de ayer vestido de sirvienta haciendo tareas domésticas, ¿Crees que no me entere? Tu tía te tomó un montón de fotos mientras jugabas a la sirvienta y veías tus películas de princesa, esas fotos las envío a tu mamá diciendo que "Alexa finalmente se comportaba como una niña y que aprovechará que te iban a cuidar para que mamá viniera a jugar conmigo-
Créditos a quien correspondan.
Ahora que lo decía, tía Camila estuvo un montón de tiempo en el teléfono, y más de una vez la vi en el celular apuntando a mi dirección, ¿todas esas veces me estuvo fotografiando y se lo mostró a mamá? De ser así..... Todo lo que yo estaba haciendo para tomar el libro, sin saberlo fue aprovechado por mi tía, quien le contó a mamá y a su vez, le contó a Alexa en mi cuerpo, quien ahora usa esa información para humillarme aún más.
-Los adultos hacemos cosas de adultos y las niñas cosas de niñas, así que yo seguiré cogiendo con todo el vecindario mientras tu juegas a la sirvienta y a ser buena niña. Ahora que lo pienso, yo era la única niña del vecindario, da gracias a que en algunos meses habrá un montón de niños a quienes puedas cuidar, Alexa. Serás toda una hermana mayor-
Ella me decía mientras palmeaba mi cabeza tan como si solo fuera una inofensiva niña pequeña, algo que resultaba muy molesto y humillante pero a lo que no podía responder. 
-Basta ya, tú eres Alexa, yo soy Harry y te juro que volveré a ser un hombre-
Temblaba de miedo al decir eso, pensando en que en cualquier momento podría ser sometida por mí propio cuerpo para no hacer el ritual, manteniendo la guardia alta en espera de que esa caricia en mi cabeza se volviera un agarre o algo así. 
Y aunque la mirada de Alexa en mi cuerpo era de temer, mostró una sonrisa y me dio una llave que llevaba la forma de un corazón además de mostrar una pequeña caja de madera, ahí es donde guardaba el regalo de su madre. 
-En mi habitación, debajo de los peluches hay una caja de madera pintada de rosa, ahí están ambos objetos que necesitas para el ritual. Te dejaré irte para que intentes el ritual solo con una condición-
Fruncí el ceño ante tan sospechosa oferta, que estaba dispuesta a aceptar salvo una condición. 
-No soy tonta, no tendré sexo contigo ni nada parecido, solo así acepto-
Esa sonrisa en mi cuerpo cambio por una con malicia, tomando mi cabello a la fuerza y pasando en repetidas ocasiones mi propio y duro pene sobre mi rostro. 
-Para nada, hasta para mi sería raro tener sexo con mi antiguo cuerpo, o con una niña pero no habías dejado de mirar mi pene desde que llegué, además de que tus bragas están mojadas, considera esto una muestra de gratitud y de lo que podrás hacer con algún hombre una vez que crezcas-
Esas retorcidas palabras resonaban en mi cabeza mientras mi rostro era ensuciado por el pene que alguna vez tuve y que nunca había visto tan grande como ahora; no se si es por ser tan pequeña ahora o que en verdad mi cuerpo masculino esta excitado, pero esa cosa es enorme. Muy enorme. 
Tenía fluidos de mi cuerpo y del de mamá, seguro también habían fluidos de mi vecina, el pene se sentía tan duro y caliente, con un olor de lo más fuerte que se quedaba en mi rostro junto a la sensación pegajosa. Me gustaría quejarme o reclamar pero abrir la boca era una pésima idea, así que solo atiné a cerrar la boca y los ojos, mientras sentía como me ensuciaba, me despeinaba y hasta me tiraba los lentes, en un sucio acto que aún si duró unos cuantos segundos, los sentí tan largos como si fueran horas.
Créditos a quien correspondan.
El acto pervertido finalmente terminó pero sólo para dar inicio a otro, uno donde dejaba su miembro muy cerca de lo rostro, como una asquerosa pero tentadora opción que apenas y podía rechazar.
-Los objetos....los objetos....-
Decía sin poder dejar de ver con anhelo mi propio pene.
-¿Qué tienen los objetos?-
-Tú tienes uno...estás haciendo trampa...-
Alexa en mi cuerpo se echo a reír y saco de la caja de madera, el regalo de su madre, dejándome sin palabras y sin aliento para responder cuando puso las bragas de su madre en mi cabeza e hizo añicos la nota con su número.
-¡No! ¡El objeto!-
Mis esperanzas se habían ido con la nota hecha pedazos, o al menos eso creía, pues la humillación por parte de Alexa todavía no llegaba a su fin.
-Espera, espera, espera, ¿en serio no te diste cuenta? No, espera otra vez, ¿en serio te importaba más esa carta que la tanga? Eres un maldito bicho raro, pero sobre todo un tonto. Todo ese "regalo" no es de mamá, es mío-
Lo que dijo me dejó helada, no podía creerlo, no iba a creerlo, y se lo iba a demostrar teniendo valor por primera vez de hablar sin tartamudear.
-¡Eso no es cierto! Mamá dejó eso para mí hace tiempo-
-Bueno, eso es una verdad a medias, pequeña ilusa: mamá en verdad te dejó una nota pero hace tiempo la robé, la carta que acabo de romper yo la hice, soy muy buena falsificando la letra de mamá, ¿No lo crees?-
Lo decía con una sonrisa y alegría totalmente opuesto al miedo y desesperanza que yo sentía, estaba tan al límite de mis emociones que simplemente comencé a actuar y hablar sin pensar.
-No mientas, Alexa. Yo sé lo que pasó y tu madre dejó esa nota y sus bragas para mí-
Alexa rio aún más fuerte, se agachó para verme a la cara y acarició mi cabeza un par de veces más antes de decir. 
-Esa tanga es mía-
Dijo con la sonrisa más malvada y sádica que jamás pude ver.
-Sip, esa tanga es mía, tú prima Cinthya me descubrió usándola, tuve que esforzarme mucho para que no le contara a mamá, a cambio tendría que ser su sirvienta un día, algo en lo que tú ya me has ayudado. Gracias, Alexa-
Eso que decía, coincidía con lo que hable con Cinthya, y si todo lo que decía resultaba ser cierto, ¿hasta que punto está niña me ha tenido justo donde ha querido? De ser verdad, todo el tiempo he estado en la palma de su mano.
-Lo único que hacía falta, era deshacerme de esa evidencia por lo que tú amabilidad fue la oportunidad perfecta. Sí, mamá te dejó una notita pero yo falsifique esa nota hace poco y no lo notaste, entré con la misma llave que tú utilizaste y sobre la tanga, lamento decirte que no es del culo que imaginabas, pequeña~
Créditos a quien correspondan
No fue hasta que esta horrible niñita ladrona de cuerpos quedó satisfecha, dejó de jugar con mi cabeza y de humillarme, me entregó todo lo que hacía falta y hasta lo sobrante para el ritual, me puso los lentes, me levantó y me sacó de casa, me sacó de mi propia casa, dedicándome unas cuantas palabras. 
-Buena suerte, niñita. Hagas lo que hagas no vuelvas por aquí, no descansaré hasta que mami te tenga un hermanito-
Dicho eso me cerró la puerta tras lanzar mi bolso con el resto de mis cosas mientras yo me acomodaba los lentes y me quitaba la tanga de la cabeza. 
Me costaba asimilar todo lo que había pasado, necesitaba recapitularlo porque tantas cosas sucedieron en apenas unos minutos que no se si decir que mi misión de espía fue un éxito o un fracaso. 
Aún si perdí las llaves de mi casa tengo todo lo necesario para llevar a cabo el ritual; tengo el libro, tengo los objetos y no me he masturbado o tenido sexo...
-Pero algo esta mal-
Me decía al notar que mi joven y precoz cuerpo, todavía sentía escalofríos y placer por lo que vi ahí dentro. Intentaba ignorar esa sensación y corría para llegar lo más pronto posible a la casa Flower para hacer el ritual...pero...pero....
-No lo puedo olvidar-
Me bastaba con respirar para recordar de forma vivida todo lo que vi hace unos segundos...el cuerpo desnudo de mamá...ojala sea como ella cuando crezca...el cuerpo impaciente de mi vecina...ella se veía tan contenta...mi cuerpo desnudo dando placer como un semental...ojala que alguien me lo hiciera así...los recuerdos que la tanga de Alexa me daba...debería ser más como ella... 
-¿¡Pero en que estoy pensando!?-
Esto era malo, no paraba de recordar y disfrutar ese momento, mi cuerpo añoraba ese momento, mi entrepierna se estremecía de solo pensarlo al punto de encorvarme al andar y aunque en mis emociones dominaba el miedo, también la felicidad, la curiosidad, el deseo y el placer se hacían cada vez más presente. 
-Esa mocosa...¿Qué está tramando? Debo volver...No...eso no...-
Mi cuerpo y mente combatían una contra la otra más que nunca, mi cuerpo quería regresar pero mi mente sabia que si lo hacía, sería Alexa para siempre así que no. No. Yo me mantuve firme a mis deseos como Harry y no a los deseos de cuerpo de Alexa, y aunque el camino parecía infinito me las arregle para volver a casa. 
Debo volver a la normalidad. 
Debo volver a la normalidad. 
Debo volver a la normalidad. 
Repetía una y otra vez en mi cabeza mientras llegaba a mi afeminada habitación, ahí seguí las indicaciones de Alexa y encontré el lugar donde su objeto valioso se encontraba. Solo que dicho objeto, fuera cual fuera de la caja, me dejaba paralizada. 
-Vamos, vamos, vamos, vamos, sigue así, te lo ruego-
Una vez más, oía la voz de mamá gemir como loca mientras alguien tenía sexo con ella, ese alguien era mi cuerpo el cual aun era dominado por Alexa.
Créditos a quien correspondan.
En la caja había 3 objetos, el primero destacó por el ruido que hacía. 
Era un teléfono que mostraba en vivo mi casa, mi habitación y a mi cuerpo teniendo sexo con mamá. No importaba cuan duró fuera, mamá no dejaba de implorar por más. 
De hecho estoy casi segura de que mamá no sabe que la están grabando pero justo eso está haciendo Alexa, y tan perverso acto me es mostrado, aunque no se si es para hacerme dudar y masturbarme, o si lo hace para humillarme y demostrarme que ella si esta teniendo sexo con una mujer. 
-C-como sea...sea cual sea el caso...yo voy.....yo...-
Trataba de ignorar el video frente a mí, y sacaba el resto de cosas de la caja que eran igual de perversas que el video. 
-Es una niña...como hizo para obtener esto...-
Me decía con la cara completamente avergonzada cuando saqué un traje pervertido de látex y peor aun, un juguete para adultos...para mujeres...
Créditos a quien correspondan.
-Es....un dildo...-
Un dildo rosado, tan grande como mi mano y tan delicioso que de inmediato lo lleve a mis manos. 
-¡¡¡NO!!!-
En ese momento reaccione, ya estaba saboreando en mi boca aquel perverso juguete. Estaba excitada por lo que me hizo Alexa antes y oír a mamá gemir, solo me daban más ganas de hacerlo yo también. 
Ese video en vivo era buen materia....ese traje era tan sexy...el dildo...necesitaba tanto mi dildo pero ¿sacrificaría toda mi vida por algo de placer? ¿Estaba dispuesto a dejar todo atrás para volverme una niña pequeña? ¿O sería capaz de volver a la normalidad y sacar provecho de todo lo que hizo Alexa en mi cuerpo? 
-Yo...yo...-
No sabía que hacer. 
En una de mis manos sostenían aquel dildo enorme que deseaba dentro de mí, más que cualquier otra cosa. 
En mi otra mano, sujetaba mi bolso con todo lo necesario para el ritual y volver a la normalidad. 
Ambas opciones estaban en la palma de mi manos, y yo genuinamente no sabía a cual responder....
Los gemidos de mamá de fondo, los deseos del cuerpo de Alexa, mi mente masculina, mis deseos de recuperar mi vida, todo estaba en conflicto en ese momento hasta que llegó la resolución.
Mi decisión, mi deseo y mi vida será:


lunes, 6 de febrero de 2023

La travesura de Alexa 3

No sé en qué momento me quede dormida, ni tampoco que pasó mientras dormía, supongo que mi tía me quito el vestido de maid para dormir más cómoda una vez que nuestro maratón de películas de princesas había terminado o simplemente que yo me quedara dormida. Aprecio su buena voluntad de quitarme el vestido para dormir aunque dejarme en mi ropa interior tampoco creo que fuera lo mejor. Hace frío de está forma. De cualquier forma ya que estaba despierta, era momento de tomar mis lentes y retomar el plan.
Créditos a quien correspondan.
Viendo el lado bueno, al menos pude descansar, y mi tía ya no está, así que me tenía que dar prisa en ponerme mi ropa para salir corriendo a mi antigua casa y conseguir lo último que me hacía falta para el ritual. Afortunadamente yo misma lave la ropa el día anterior, y ahora solo hacía falta ponérmela. 
Tal como planeaba, pude ponerme la ropa de ayer sin mayor problema, tomé mi bolso y me escabullí hasta la casa de mi antiguo cuerpo en donde esperaba encontrar mi objeto valioso sin ser descubierta.
-No sé si Alexa este adentro usando mi cuerpo o si ha ido a otro lado pero si esta ahí, no es buena idea que me vea, podría atraparme y quitarme las cosas para el ritual o algo así. Debo ser muy cuidadosa, tomar lo que quiero sin ser descubierta e irme a la casa Flower para hacer el ritual-
Murmuraba mi plan mientras buscaba en la tierra de las plantas que tenía en mi entrada. En caso de emergencia ahí escondía alguna llave de mi casa, la cual pude encontrar, corriendo al grifo del patio para lavarme las manos y la llave antes de celebrar.
-Perfecto, de esta forma mi misión como espía puede comenzar-
Créditos a quien correspondan
Abrí la puerta y entre a casa, mi casa, en la cuál me sentía aún más en confianza que con mi tía.
Después de tantos problemas, finalmente estaba en mi terreno, nadie conocía mejor mi casa como yo y todo lo que había en la misma, haciendo sumamente sencillo buscar cualquier cosa fuera de lugar pero ¿Cuál era mi objeto valioso que debo encontrar? Se supone que hay un objeto valioso mío y uno de Alexa. Pensé que buscar el mío sería lo más sencillo pero ¿Qué pudo robar Alexa sin que yo me diera cuenta? Ella y yo apenas y coincidimos, su madre igual. De hecho, ahora que lo pienso solo una vez vinieron ambas a mi casa y fue para pedirme un favor; en esa ocasión su bañera estaba fallando y su hermana estaba de viaje, por lo que me pudieron ayuda a mi para ducharse en mi casa.
Esa vez yo acepte, y ni siquiera me atreví a dejar la sala para no incomodar a la madre y su pequeña hija que se bañaban en el piso de arriba.
Esa vez la mamá de Alexa...la señora Helena estaba muy agradecida y aunque me ofreció ir a cenar a su casa como agradecimiento, lo rechace para no aprovecharme de la situación. Sin embargo...
-¡Su regalo!-
Grite y de inmediato me cubrí la boca, ya que recién recordaba aquel valioso regalo que oculte en mi habitación y en lo más profundo de mi corazón.
La señora Helena no insistió con esa cita, o eso creí; ya que una vez se fueron, en mi habitación había un pequeño regalo; una nota de Helena, con su número telefónico y una diminuta tanga roja que seguro había usado.... Yo nunca tuve el valor de llamarla, ella estaba muy por encima mío, pero tampoco pude tirar su regalo, así que lo oculté con recelo en mi habitación.
-Eso debió ser el objeto que Alexa robo...pero, ¿cómo?-
-¿Hay alguien ahí?-
Una voz de mujer se escuchó y unos pasos ligeros se acercaban, en la sala de estar no había muchos lugares donde ocultarme como un adulto pero gracias al pequeño cuerpo de Alexa, pude esconderme bajo el sofá antes de que esa persona llegara.
-¿Qué? ¿En serio no había nadie? Supongo que sólo escuché los gemidos de allá arriba-
Esa voz yo la conocía, era la de mi vecina Esmeralda, quien por un motivo desagradable pero que ya imaginaba, estaba dentro de mi casa. Y aunque ver sus piernas desnuda ya era algo llamativo, destacaban aún más sus palabras. Ella no era la única en mi casa.
Créditos a quien correspondan.
Aún así, tuve que permanecer oculta un buen rato mientras Esmeralda paseaba por la sala, escuchaba que bebía algo y de vez en cuando fantaseaba sobre cuando fuera su turno hasta que esa espera terminó y escuche como rápidamente subió. Aún así espere un par de minutos antes de salir de mi escondite.
-Fue una eternidad...pero al menos ahora sé que debo tener cuidado con 3 personas...apuesto que todas esas cosas indebidas ocurren en mi habitación...justo donde tengo que ir...-
Solté un suspiro nervioso y deje mi bolso debajo del sofá para ocultarlo, si me descubrían solo sería a mí y no perdería por completo todo mi progreso para volver a mi cuerpo.
El estado de alerta se volvió total en mi, tratando de caminar en silencio rumbo a mi habitación, donde la puerta estaba semi abierta, dejándome ver lo que ya suponía que estaba pasando...eso sí...pensé que solo lo hacía con una mujer...nunca pensé que fueran 2 a la vez y una de ellas, fuera su madre.
-¿Lo ves amiga? Te dije que Harry es todo un hombre-
-Ah...ah....ah....lo siento mucho Esmeralda...como él nunca nos prestaba ninguna... ninguna clase de atención....ah...simplemente pensé que era gay....-
-¿Qué clase de cosas dicen las dos? Por supuesto que soy hombre y se los voy a demostrar, mas bien, ¿ustedes podrán soportarme?-
En ese momento mi cuerpo dio una nalgada al trasero de la mujer rubia quien gimió y sonrió en respuesta, esa mujer rubia es la madre de Alexa, Helena. Y la mujer de cabello negro es mi vecina Esmeralda, ambas se llevan bastante bien pero....nunca pensé que sería lo suficientemente bien como para tener un trío conmigo y gemir por mí...o mejor dicho con mi cuerpo....en realidad la fantasía de muchos hombres de tener un trío no la estaba viviendo yo, la estaba viviendo una niñita depravada de 9 años que me dejó atrapada a mi en su cuerpo como una simple y jodida espectadora.
Créditos a quien correspondan.
-No es justo...no es justo....no es justo....-
Murmuraba a forma de rabieta, humillada y algo emocionada por lo que veía; no podía controlar bien mis emociones en esos momentos, quería llorar y gritar por la humillación y la molestia, pero también quería seguir viendo lo que hacían y deseando ser una de ellas... Digo, estar con una de ellas para sentir ese placer. 
-No es justo...no es justo...es tan pero tan injusto...-
No podía detener mis pensamientos o palabras, en especial los pensamientos al pensar que yo soy un hombre, no está niña que en poco más de 24 horas ya había tenido más sexo que yo desde que llegué al vecindario hace ya algunos años, 
Nunca pensé que las vecinas me considerarán alguien apuesto, pero por lo que he visto, Esmeralda, mamá Helena y tía Camila, todas estaban interesadas en mí pero yo nunca les hice caso, hasta pensaron que era gay o que había alguien más en mi vida como para no hacer algo con ellas, y al ver como mi cuerpo aprovecha esas oportunidades con tantas mujeres hermosas a la vez, no puedo evitar cuestionarme un poco sobre que hice mal como hombre para que una niña de 9 años lo haga mejor que yo.
No podía dejar de mirar, y mi mano tímidamente se acercaba a mí entrepierna. 
Odiaba decirlo pero estaba excitada: ver como mamá estaba en 4 rogando por más, ver como Esmeralda se masturbaba mientras esperaba su turno, ver mi enorme cuerpo de hombre dominar a esas mujeres como un semental...yo quería todo eso y más, pero ni siquiera podía usar mis manos para quitarme esa sensación, ya que de hacerlo, no volvería a la normalidad pero...pero...si tan solo fuera un momento. 
-Solo un momento...solo un momento...solo un momento y yo...-
-¿Qué fue eso? Creo que vi a alguien-
Créditos a quien correspondan.


lunes, 30 de enero de 2023

La travesura de Alexa 2

Con toda esa determinación auto impuesta sobre mi propia espalda, salía lleno de seguridad de la femenina habitación en búsqueda de cumplir alguno de mis 4 objetivos.
Pensé en buscar información por el resto de habitaciones, algo que daría muy buenos  resultados pues encontré llave de la casa, algo de dinero, un pequeño bolso con un espejo y peine de mano...esto último creo que no es tan útil pero tampoco hace daño llevarlo.
Por otra parte, lo que puede que si estuviera mal y podía hacer daño era entrar en cada habitación sin siquiera tocar, supuse que estaba solo porque nadie más había hecho ruido y solo vivía Alexa y su mamá. Sin embargo, no fue hasta que abrí la puerta de una habitación que me di cuenta que había algo más por ahí, la prima de Alexa, Cinthya.
-¡Lo siento! No vi nada-
Dije al ver como esa joven mujer se sorprendía al verme pero luego sonreía mientras me invitaba a pasar.
-¿Qué pasa, pequeña? ¿Te asuste? Lo siento, tuve una cita esta mañana y por la noche tendré otra con alguien diferente, mamá se volvería loca de saber lo que estoy haciendo así que vine a tu casa a cambiarme, ¿Cómo me veo?-
En ese momento, la albina posó un poco la lencería azul que llevaba, tan detallada y bien ajustada que todos sus atributos destacaban aún más, al punto de dejarme sin palabras.
Créditos a quien correspondan.
-¿Me veo tan bien que te deje sin palabras? Eso es bueno, quiero dejar a mi cita sin aliento. Apuesto a que cuando tú crezcas también serán una mujer hermosa, dentro de unos años podremos ir de compras juntas y compartirnos ropa pero, por ahora, sigue actuando como una niña, primita-
"Mi prima" ni siquiera me dejó responder, comenzó a hablar casi que para sí misma mientras yo en silencio le escuchaba, siendo recompensada con unas palmaditas en la cabeza por ser buena niña, algo de lo más extraño pero que era verdad y disfrutaba; por ahora solo soy una niña, y ella es mi prima mayor, misma de quien iba a intentar conseguir un poco de información.
-¡Mucha suerte con tu cita, prima! Yo quiero leer mi libro de magia, ¿No sabes donde lo deje?-
Intente sonar natural pero incluso así, mi prima no pudo evitar levantar una ceja. Por un momento pensé que hice algo mal pero ella parecía estar recordando algo que finalmente me comentó. 
-¿Te refieres a tu libro de fantasía? Esa cosa es más grande que tú, y aun así la olvidaste en mi casa, ¿quieres mi llaves para ir por el? Tómalas-
La albina movió su cabeza en dirección de donde estaban las llaves pero sin dejar de prestar atención a su atuendo, el cual parecía aún no decidir más allá de la atrevida lencería.
Me acerque y tímidamente tome las llaves, metiéndolas a mi bolso rosa e infantil pero soltando una pregunta que sorprendió a mi prima y aun más a mí. 
-¿Cuando sea grande puedo usar ropa tan linda como tú?-
Sentí que abrí los ojos demasiado en ese momento, y pude sentir la mirada de mi prima sobre mi espalda, algo que me hizo no querer darle la cara. 
Solo cerré los ojos esperando lo peor pero no, en su lugar recibí unas palmadas en la espalda y unas dulces palabras.
-Por supuesto, cuando seas grande yo misma te ayudaré con tu ropa, pero por ahora no quiero que pase de nuevo lo de la última vez, ¿de acuerdo?-
-D-de acuerdo-
Respondí sin tener el valor de preguntar ¿Cuál última vez? Ni de ver a la cara a mi prima, de la cual tomé sus llaves dispuesto a ir a su casa, teniendo unas últimas palabras de su parte.
-Por cierto, ¿opinas que use la falda y blusa negra, el vestido rosa o el traje rojo?-
-¡El vestido rosa!-
Respondí sin dudar, despertando las risas de mi prima que contestó.
-Sin duda eres una niña todavía, el rosa no me va, iré de negro pero muchas gracias-
Tras esa rara primera interacción con alguien de "mi familia", puedo decir que conseguí un pequeño avance, y para hacer el ritual de intercambio de cuerpos, debo recuperar el libro de magia en casa "de mi tía".
De esa forma salí de casa y empecé a caminar por las calles de mi vecindario, algo de lo más raro y nuevo para mi, pues estaba saliendo ante el mundo como una indefensa niña de 9 años.
Los muros de cada casa parecían enormes, igual que las calles que ahora se veían mucho más largas de cruzar, y que con mis pequeños pasos tomaba aún más tiempo, traté de correr pero apenas hacerlo, sentir mi falda levantarse me hizo recordar que era una horrible idea, dejándome sin más opciones que caminar tranquilamente durante un buen rato hasta ser capaz de llegar a la casa de mi tía sin mostrar mis bragas de osito a todo el vecindario durante el camino. 
Resultaba algo intimidante entrar a una casa ajena pero lo hacía por una buena causa, además de que técnicamente no estaba entrando un desconocido, estaba entrando la más pequeña de la familia Flower a la casa de una familiar.
-Tía, voy entrar...tía...¿Tía?.... ¿Hay alguien aquí?-
Que extraño, por lo que pude comentar hace poco con mi temporal prima, daba por hecho que mi tía estaba aquí.
-No conozco mucho de ella, solo se que es una mujer madura, hermana de la madre de Alexa y la más mayor de edad, aunque este último detalle mejor omitirlo, al igual que hay que evitar comentar que ella es una solterona...solterona....¿¡Solterona!? ¡No me digas que..-
Todo mi cuerpo tembló al pensar en era remota y horrible posibilidad, salí corriendo hacia las habitaciones en búsqueda de mi tía, encontrando para mi desagrado, un cuarto sumamente desordenado y con olores peculiares; las sábanas en el suelo, al igual que ropa de mujer tirada por todos lados, también se veían algunas manchas en la cama y finalmente, un teléfono, mi teléfono de hombre.
Por la costumbre use mi huella dactilar para desbloquear el móvil, cosa que obviamente fallo. Para mi buena suerte la contraseña numérica seguía siendo la misma así que lo pude abrir, buscando información y encontrando un video en la galería que me dejó sin comentarios.
Créditos @punopupupu
Ah~ah~ah~ah~más~más duro~
Un sonrojo apareció en todo mi rostro al reproducir el vídeo más nuevo en mi teléfono, el cual apenas comenzar, podían oírse duros gemidos de una mujer albina, la cual literalmente babeaba de placer al ser embestida por mi, al menos por mi cuerpo, el cual dominaba a esa mujer como si de cualquier cosa se tratará.
-Tía, eres toda una sucia, ¡no te contengas! Si lo haces dejaré de moverme-
-No...no...no..ah...eso no, haré lo mejor que pueda...s-solo déjame satisfecha...te lo ruego-
Lo que veía me constaba asimilarlo en cada escenario.
El primero con "mi tía" pues aún si nunca tuve el gusto de hablar con esta vecina más allá de un saludo al cruzar caminos, ella siempre era muy linda y reservada, con un cuerpo hermosa y que estaba soltera desde que conocí, simplemente se dedicaba a las labores del hogar ya que vivía de una enorme fortuna, misma con la cual hacía todos sus deseos realidad. Esta fría y delicada mujer estaba fuera de mi alcance, por eso nunca intenté hablarle. Y contrario a lo que creía, tenía frente a mis ojos como esa mujer inalcanzable rogaba por más.
Sin embargo, esa persona a la que rogaba por más sexo, babeando, gimiendo, siendo sujetada por las caderas para embestir con más fuerzas, aquella mujer tan diferente a la imagen que tenía, era producto de una pequeña niña de 9 años que había robado mi cuerpo y que con eso le estaba haciendo disfrutar como nunca imagino mi tía, ni yo mismo como hombre dentro del cuerpo de Alexa.
Mismo infantil cuerpo en el que yo estoy atrapado, y que para mí desgracia, empezaba a sentir algo ahí abajo...algo que se siente muy bien...
Cerré el video de golpe, y traté de convencerme que esto no era el final.
-Tranquilízate, sabías que ella trataría de hacer algo así, pero basta con que yo no lo haga y realice el ritual para volver a la normalidad. Sí, esto aún no se termina...solo debo recuperar el libro y poco más-
Terminé de auto motivarme un poco para guardar el móvil en mi bolsa de mano, justo a tiempo para responder a un peculiar llamado.
-¿Sobrina? ¿Eres tu Alexa? Que bueno que al fin llegas, ayuda un poco a tu tía en la bañera-
Esa voz, era la misma que gemía con fuerzas hace unos momentos en el video de mi teléfono. Es la mujer a la que mi cuerpo se estaba cogiendo, aquella albina mayor y que ahora pedía ayuda con inocencia de su sobrina pequeña. Si tan solo ella supiera le verdad no se cual sería peor: que su propia sobrina tuvo sexo con ella en un cuerpo adulto, o que un adulto está en el cuerpo de su sobrina para ayudarle en lo que quiera. Ambas opciones son horrendas pero yo también soy una víctima, y no tengo de otra más que responder. 
-Sí, tía. Vine a buscar mi libro pero ya voy-
En esta habitación había otra puerta que no había notado, supongo que ambas estábamos tan metidas en nuestros asuntos que no nos escuchamos hasta que comencé a hablar, siendo descubierta por mi tía, quien ahora me pedía ayuda para algo en la bañera.
Tenía algo de miedo de entrar y ver a esa mujer desnuda, pero por mucho que me duela, justo ahora no soy un hombre, soy su sobrina y necesitará mi ayuda para algo, dejarla sola podría delatarme, así que no tuve más remedio que tragar saliva y avanzar a la habitación contigua.
-Finalmente, aquí estas, ¿por qué te tomó tanto tiempo? Estoy bastante adolorida y me vendría bien algo de ayuda por el resto del día-
Ahí estaba aquella mujer madura, albina, de largas piernas, busto pronunciado, una piel que se veía aún más preciosa con las gotas de agua que caían por su cuerpo, mismo que estaba cerca de la regadera pero apoyándose con la pared, dándome una enorme vista de su trasero, el cual envidiaba al igual que el resto de su cuerpo. Era perfecto para una mujer perfecta, en serio que en ese momento no había otra más que quisiera que ese hermoso y femenino cuerpo. 
-Disculpa, Alexa, ¿Qué ocurre? No es la primera vez que me ves desnuda, además que también te vendría bien un baño, quítate la ropa y ayúdame a bañar-
Pedía con algo de vergüenza mi tía, quien también se veía sorprendida de que Alexa tardará tanto en responder. Fue un error de mi parte, su belleza me dejó atontado por un momento y aunque me daba mucha vergüenza desnudarme es lo que tenía que hacer.
Créditos a quien correspondan.
Fue así que me quite toda la ropa y comencé a ayudar en su baño a mi tía, haciéndome recordar que la última vez que entre a la ducha con una mujer yo era un niño cuya madre le ayudaba a bañarse. Es patético cuando menos, que después de tanto tiempo se repita la situación, ahora como una niña que ayuda a un familiar a bañarse pero no descartó que ella también me ayude a bañar. 
Esto último me parecía muy raro, pues mi tía no es que fuera una anciana o alguien tan mayor. Sin embargo, si que estaba algo encorvada y disfrutaba de los momentos cuando tallaba su espalda o cabello, así que le pregunté. 
-¿Ocurre algo? Parece que te duele mucho la espalda-
Mi tía se sorprendió de aquella pregunta, bailando su mirada de un lado a otro hasta que respondió. 
-No, no pasa nada, yo me caí y me duele un poco pero doy gracias a que hayas venido, compré lo que querías y será el momento perfecto para usarlo-
¿Alexa le había pedido algo a su tía? Todo indicaba a que sí, y aunque tuviera curiosidad, no podía preguntar de qué se trataba por lo que respondí. 
-Gracias, tía. Eres la mejor-
-No es nada, ahora te toca a ti. Ya que estás en el baño, déjame ayudarte-
-P-pero tía-
-Sin objeciones, coopera porque todavía hay mucho por hacer-
Antes de hacer o decir algo, mi tía ya había invertido posiciones, quedando ella detrás mía para empezar a limpiar mi cabello rubio y esbelto cuerpo. Odiaba admitirlo pero eso me ayudaba mucho, el vapor de la regadera y no usar mis lentes me dejaba muy mal parado a la hora de usar mis ojos, era muy humillante decirlo de esa forma pero la ayuda de sus suaves y finas manos era maravillosa.
Créditos a quien correspondan.
Todo esto me resultaba tan extraño, tener esta intimidad entre familiares y entre mujeres es algo que nunca imaginé. 
Siempre creí que la forma de llevarse entre hombres era muy diferente a las mujeres, pero estos momentos donde estoy desnudo con una mujer, quien sin preocuparse me ayuda durante el baño, es una calma y relación nunca antes vivida por mi. 
No se si todas las mujeres se comporten así entre ellas, si lo hacen porque son mujeres, o especialmente en mi caso me tratan así porque soy una niña y no me ven como una mujer. 
Sea como sea, perder el tiempo con esta clase de pensamiento hizo que el baño pasara muy rápido, terminando cuando mi tía cerró las llaves de la regadera y empezó a secarse con un par de toallas para luego ponerse algo de linda lencería y ropa.
Me extendió unas toallas para hacer lo mismo pero recogiendo mi ropa cuando intente tomarla. 
-No, nada de esa ropa, ¿No te dije que ya tengo tu regalo?-
-Ah, cierto. Me distraje un poco, ¿me lo podrías dar?-
Pregunté tratando de sonar natural, esforzándome aún más cuando mi tía me recordaba de ese misterioso regalo, el cual al verlo una vez con mis anteojos puestos, me dejó sin palabras. 
En cuanto me lo mostró, comenzó a ponérmelo, incluso cepillo mi cabello y hasta me ayudó con los bragas y bra, revelándome frente al espejo, que aquel regalo que Alexa había pedido era un disfraz de sirvienta. 
-¡Listo! La sirvienta Alexa comienza sus labores del día de hoy-
Créditos a quien correspondan.
Usaba zapatos negros impecables, con medias blancas, con minifalda de un vestido negro que me llegaba hasta la mitad de los muslos, con un escote que en vez de presumir los pechos que no tengo, presumían el collar de mucama que tenía, delantal blanco ajustado con un corset, muñecas de mucama y una diadema decorada para adornar mi suelto cabello rubio. 
-¿Como te sientes? Luces fenomenal, sobrina, podría tenerte así todo el tiempo-
Decía mi tía aun solo con lencería, pues primero me vistió a mí antes de ella vestirse por completo. 
-Gracias tía...muchas gracias...-
-No me llames "tía" en estos momentos, dime "señora" después de mi nombre-
Todo mi pequeño y frágil cuerpo tembló en ese momento, al oír que mi tía quería oír su nombre, el cual desconocía. 
-S...sí...se...señora-
-¿Señora que?-
Me quede callado, algo que provocó que la albina volviera a preguntar. 
-¿Señora que?-
De nuevo me quedé callado, algo que sinceramente no le gustó a la albina que buscaba mi mirada, algo que yo no le permitía al desviarla constantemente pero que también sabía no iba a funcionar para siempre. 
-Alexa, ¿Qué te pasa? ¿Por qué no quieres decir mi nombre?-
Preguntó algo confundida e impaciente, algo normal si me lo preguntan, pues después de tantos años que un familiar no te llame por tu nombre, sería raro cuando menos. 
Bajo el vestido comenzaba a sudar, estaba bastante acorralado, sin idea de que podría hacer hasta que algo desesperado se me ocurrió. 
Me puse de pie e hice una reverencia, dejando desconcertada a mi albina familiar, quien solo veía como me presentaba. 
-Lo siento mucho, mi señora. Soy la sirvienta Alexa, y es mi primer día a su servicio, así que no conozco su nombre, ¿podría decírmelo? Le prometo que jamás lo voy a olvidar, mi señora-
Intentaba dar lo mejor de mi para mostrar una sonrisa, bajo la cual se ocultaban mis nervios de ese momento, cerrando los ojos y esperando si mi jueguecito de niños servía para engañar a la albina. 
-Muy bien, sirvienta Alexa, yo soy Camila y espero seas capaz de cumplir con mis deseos a la perfección. Levanta la cabeza y ponte firme-
Solté un enorme suspiro antes de obedecer, colocándome tan firme como podía mientras oía las instrucciones que, como sirvienta que soy, me tocaba ejecutar, dadas por mi tía que se notaba mucho más tranquila al pensar que lo que hice era parte de un juego.
-Ya que la sirvienta es nueva, le enseñaré la casa y como hacer sus deberes: cocinaras, plancharas, limpiaras, lavaras y mucho más, son algunas de las tareas que como mujer y sirvienta debe saber hacer para tener a tu marido contento, o en tu caso, a tu señora-
-Entendido, señora Camila-
Con eso dicho, pase uno de los días más agotantes que nunca pude haber vivido. 
Las tareas simple y sencillamente eran las dichas por mi tía, tareas del hogar pero que, con este pequeño cuerpo, apenas y podía soportar. 
Para cocinar tenía que esperar las indicaciones, además que no podía usar la estufa ni los cuchillos, haciendo mucho más lenta está tarea, algo que sin problemas pude hacer en unos 20 minutos, se volvió un reto de más de una hora. 
Después de cocinar tuve que limpiar la casa, barriendo cada habitación para luego pasar el trapeador, uno más pequeño y ligero que podía usar con más facilidad pero que hacía más lenta mi tarea. 
Por último, tocaba lavar la ropa, pensé que era lo mas sencillo, y es que aún si mi tía tenía una enorme cesta de ropa sucia, imaginaba que todo se iría a la lavadora pero no. Tarde minutos tratando de mover una cesta con ropa sucia que casi me igualaba en peso y tamaño hasta llegar al cuarto de lavado, que lejos de tener una lavadora, tenía un lavadero para lavar a mano prenda por prenda y tendederos para dejar colgada la ropa hasta secarse.
De esa forma fue que comencé a lavar prenda por prenda tanto de mi tía como de mi prima; vestidos, faldas, blusas, bragas, sostenes y mucho más que al llenarse de agua se volvía mucho más pesados, haciendo está tarea las más difícil de todas.
-Muy bien, sirvienta Alexa, hasta ahora has superado mis expectativas con creces, no tengo duda de que serás la mejor esposa que un hombre pueda tener; todavía tienes mucho que crecer, a tu cuerpo y tu mente les falta madurar y hay mucho que vivir pero en serio creo que serás una esposa perfecta-
Ese momento de sinceridad por parte de mi tía Camila me dejó sin palabras e inevitablemente empecé a recordar que sí, el día hasta ahora estaba siendo agotador, llevaba horas atrapada con un montón de obligaciones y más que como a una niña, me estaba tratando como a una sirvienta. Sin embargo, nada de eso me había molestado, lo estaba disfrutando, incluso si no avanzaba en mi misión, por alguna razón estar con mi tía haciendo cosas femeninas era de lo más agradable, y solo pude responder con una honesta palabra. 
-Gracias-
Sonreí con sinceridad y seguí lavando la ropa, ahora más motivada que nunca hasta que tome unas bragas medio rotas que mi tía me arrebato de las manos tras dejar de mirar su celular, intentó ocultar su ropa interior, dando una excusa barata para distraer mi atención. 
-Que vergüenza que vieras eso, se rompieron el otro día pero olvidé sacarlas. Son de Cinthya ¿No tienes hambre? Yo sí, creo que es momento de ir a comer, o mejor dicho de cenar, ¿te parece si cenamos y vemos algunas películas? ¡Podemos ver muchas películas animadas o de princesas!-
Quería decir que no, y que una excusa tan mala no serviría, en serio que lo intente pero de mi boca solo salió. 
-¡Sí, por favor!-
Dejando la ropa limpia de lado, fuimos a cenar lo que ya antes había preparado, tenía muy buen sabor y tuve una linda charla de chicas con mi tía, la cual fue preparando su habitación para ver las películas mientras yo lavaba los trastes. 
Me di tanta prisa como pude con los trastes para aprovechar ese pequeño momento de libertad, en ir a buscar el libro por el cual vine aquí en primer lugar. Era raro romper esa concentración de niña para volver a mi tarea de adulto pero aun si era raro, me daba gusto ser consciente de quien soy y no olvidar mi objetivo. Por momentos era complicado. Muy complicado.
-Imagino que es este, es un poco pesado y parece antiguo, además que no veo otro libro con un tema parecido. Lo llevaré conmigo y le preguntaré a mi tía Camila; si es el correcto ya me puedo ir y si es otro libro le puedo pedir ayuda a tía Camila, después de todo mi turno de sirvienta esta por terminar y volveré a ser su sobrina-
Créditos a quien correspondan.
En mi cabeza no había falla alguna en este plan, así que cargando con mi bolso, fui hasta la ahora impecable habitación de mi tía, donde ella ya estaba sentada y usando su pijama, esperando por mí. 
-¿Ya tomaste tu libro? Creí que ya habías olvidado que aquí lo dejaste pero siéntate, veamos esta película y luego te llevo a casa-
El lado bueno de esto, es que ya había recuperado el libro y en el estaba el hechizo para volver a la normalidad, solo me faltaba encontrar los objetos valiosos pero tenía un nuevo reto delante de mi, que usaba una adorable pijama y me invitaba a la cama para ver una película. 
Me costó decidir pero sería sospechoso irme en estos momentos, además que siendo una niña y estando en la oscuridad de la noche mi tía seguro que va detrás de mí...espero no arrepentirme de esto pero... 
Asentí al llamado de mi tía, yendo hasta su cama donde me abrazo, me aropo y puso la película; era una película infantil de amor, amistad y muchas cosas cursis más, no era la mejor ni la más entretenida. Sin embargo, me sentía tan feliz de verla que no apartaba la mirada de la pantalla, ni siquiera el cansancio que tenía me impedían ver esta película, y luego la siguiente, y la siguiente que mi tía seguía poniendo mientras me abrazaba con mucho cariño haciéndome sentir tan cálida y segura, como nunca antes imagine. 
Por un muy leve momento pensé que estaba perdiendo el tiempo, que estas películas parecían lavar mi cerebro y que mi cuerpo controlado por Alexa seguro estaba haciendo algo de provecho. No obstante, simplemente decidí seguir viendo las películas durante largas horas, preguntándome sin tener interés en la respuesta: ¿Qué podría estar haciendo Alexa en mi cuerpo justo ahora?
Créditos a quien correspondan.





viernes, 27 de enero de 2023

La travesura de Alexa 1

Pero...¿Qué me está pasando?-
Murmuró algo confundido, como si recién me hubiera despertado; la cabeza me daba vueltas, también los ojos, veía todo borroso, además de que tenía frío, tanto frío que fue inevitable abrazarme a mi mismo y tratar de hacerme lo más pequeño posible para conservar el calor. Sin embargo, al abrazarme a mi mismo pude sentir algo muy fuera de lugar, un diminuto pero notorio bulto en mi pecho que no podía mirar adecuadamente, sin importar cuanto lo intentará mis ojos no dejaban de mirar borroso y eso me desesperaba, no importaba cuanto tallara o intentará limpiar mis ojos, la vista no mejoraba, al menos no hasta que encontré algo en el suelo cerca de donde estaba.
Fue necesario tirarme de rodillas al piso y tras fallar en varios intentos de tomar eso en el suelo, finalmente pude lograrlo. Se trataban de unos anteojos de mica rosa, al verlos me recordaron de inmediato a una persona, pero también dejé esa idea de lado para centrarme en que me ocurría, colocándome los anteojos en búsqueda de mejorar mi visión.
Esa idea funcionó, y tras colocarme los lentes mi visión volvió a ser tan buena como antes. No obstante, sentía que mi visión me estaba traicionando aún peor que antes.
-¿C-c-como es esto posible? No hay forma de que esto sea verdad-
Intentaba convencerme de que todo esto solo era un mal sueño o una alucinación pero mi voz era tan chillona y aguda que no me daba ninguna confianza.
Mis muy débiles ojos, asistidos por los anteojos, mostraban una imagen que tal como sucedía con mi voz, me negaba a aceptar pero resultaba tan auténtico que ni siquiera se me ocurría como reaccionar o negar lo que estaba sucediendo.
Tenía un cabello rubio atado en dos colitas laterales, ojos verdes detrás del cristal de los lentes y completamente desnudo, viendo por completo la intimidad de este cuerpo; dos pequeños pechos en crecimiento sobresalían un poco, de forma que apenas y se podían notar o sentir, al igual que una cintura que recién comenzaba a acentuarse, con un cuerpo completamente libre de cualquier tipo de vello, ni siquiera había uno cerca de mí nueva intimidad. Ahora tenía una vagina, parecía muy pequeña y rosada pero no quería ni verla, no sólo porque yo soy un hombre adulto, también este cuerpo no es el de una mujer, es el pequeño cuerpo de mi vecina Alexa, una niña de 9 años que vive con su madre y de la cual, por alguna extraña razón, he terminado en su cuerpo.
Créditos a quien correspondan.
-¿Dónde estoy? ¿Es su baño o su armario? Tengo que salir de aquí y ponerme algo de ropa-
No solo era de lo más humillante, también era de lo más indebido ver este joven cuerpo al desnudo, mismo cuerpo que temblaba de frío por la situación, así que ponerme ropa era esencial. Sin embargo, tenía un enorme obstáculo de por medio, un seguro para niños en lo alto de la puerta. 
-¿Es en serio? ¿Por qué razón alguien tendría un seguro tan alto dentro de este lugar? ¡Soy una niña! Bueno, este cuerpo lo es, y no puedo...no puedo abrir...-
Intente ponerme de puntillas e incluso di un par de saltos pero me resultaba imposible de solucionar por mi cuenta. Con mi altura anterior, o más bien con ser un adolescente bien podría abrir la puerta por mi cuenta pero ahora tenía que usar todas mis fuerzas para mover muy poco a poco aquel seguro que me mantenía atrapado en este lugar. 
Me tomó varios intentos y minutos donde la frustración más de una vez quiso estallar pero finalmente lo logré, quitando aquel seguro para poder abrir la puerta, revelando un lugar bastante confuso para mí. 
-Es enorme...no, más bien, ahora me parece enorme esta habitación. Sé muy bien que Alexa es una niña pero no pensé que todavía tuviera esa etapa de buscar peluches y que todo fuera color rosa, hasta parece un mal cliché este lugar-
La habitación de Alexa era enorme, llena del color rosa y tonos pastel, con una gran y variada cantidad de peluches que igualaban el tamaño de la rubia, quien también tenía en su habitación un piano, un tocador, un ropero y mucho más que seguramente todavía no descubro ni pienso hacer.
Créditos a quien correspondan.
El cuarto de Alexa es único tal como ella, ahora que lo pienso ella es hija única y vive con su madre desde que las conozco, supongo que una habitación tan grande y linda es un reflejo de que Alexa es la única niña de su soltera mamá. 
No obstante de una habitación tan amplia, y que posiblemente sea hija única, no había nada de ropa que pudiera usar en estos momentos; los cajones están vacíos, y si no están vacíos hay uno que otro cerrado con llave que tampoco tengo ni encuentro, solo había cosas lindas y rosas, y salir cubierto con las cobijas tampoco era una solución. 
Fue así que revise todo sitio que pude, intentando no ver este cuerpo ajeno si no era extremadamente necesario hasta que finalmente encontré algo, no tan agradable como me gustaría pero que no dejaba de ser mejor que estar desnudo. 
-De verdad....sé que Alexa es una niña pero no pensé que fuera para tanto...-
A cada segundo en su cuerpo, el pensamiento "esto no podría empeorar" o "no puede ser más vergonzoso" resonaba en mi cabeza, descubriendo cada vez que sí, en efecto, mi situación puede seguir empeorando y ser más vergonzosa. 
Estaba a punto de rendirme y usar las cobijas de la cama para cubrir este cuerpo, de hecho lo intente, y al momento de jalar las cobijas una muda de ropa y una nota salieron volando hasta dar al suelo. 
En cuanto a la ropa no estaba del todo feliz con ella pero no había de otra, y tragándome todo lo orgullo de hombre, no tuve más remedio que ponerme un sostén infantil y unas braguitas con estampado de ositos.
Créditos a quien correspondan.
Todo esto, cada vez más y más era más vergonzoso, las bragas me quedaba justas y por mucho que intentaba acomodarlas, estas se ajustaban bastante a mi cuerpo y apretaban. No podía acostumbrarme del todo a esa sensación, ni a la de llevar un pequeño sostén en el cual pasaban inadvertidos unos pechos en crecimiento pero no había de otra, no podía dejar que me vieran en este cuerpo sin ropa interior, y si lo único que podía usar eran bragas infantiles con estampado de osos, pues esas braguitas y sostén usaría. 
También me puse unas medias blancas, una falda negra y una blusa, junto a un abrigo azul de marinerita con un listón dorado a juego de mi cabello. Por donde se me viera, todo mundo me vería como una niña vistiendo un uniforme escolar, un hecho que me dejaba sin palabras. 
-Supongo que podría ser mucho peor, al menos ahora no estoy muriéndome de frío-
Decía mientras terminaba de ponerme unas zapatillas deportivas, y una vez más, intentaba sacarme las bragas del trasero para estar más cómodo, algo que solo me duró hasta el momento en que me agache para volver a incomodarme, teniendo que sacar las bragas de ese lugar una vez más para concentrarme en la nota que también había caído con esta ropa interior. 
La nota estaba muy maltratada y escrita con una letra muy femenina y linda, hasta me costaba leerla pero me las arregle para entender casi todo el contenido que dice así:
Pasos sencillos para intercambiar un cuerpo:
1-Tener un objetivo en mente para el ritual. 
2-Tener un objeto importante propio y de la persona con quien quieras intercambiar para el ritual. 
3-Tener sexo o masturbarse los dos hace permanente el intercambio del ritual. 
4-En caso de querer volver a la normalidad, basta con recuperar ambos objetos importantes y volver a hacer el ritual. 
Me costaba entender, o más bien, me costaba creer que esta hoja escrita a mano tenía todas las respuestas que necesitaba para volver a la normalidad, o al menos la gran mayoría. Siempre y cuando creyera y fuera verdad todo lo que había en esta nota. 
-Pero, ¿Cómo es esto posible? Deje de creer en la magia desde hace muchos años...pero si la magia existe, es lo único que podría haberme convertido en esta niña, y también es lo único que podría regresarme a la normalidad-
Una vez más, peleaba con mis incómodas bragas, pensando en que podría hacer ahora. 
Si la magia era real, tenía que usar ese ritual pero, ¿Qué ritual es? ¿Qué necesita o cómo se debe hacer? ¿Qué objetos son los importantes de Alexa y de mí?, además, ¿por qué Alexa me hizo esto a mí?
Todas esas preguntas y más era lo que me dejaba esta situación donde ahora yo era una niña de 9 años, con recursos limitados y seguramente luchando contra el reloj. Después de todo la Alexa original ya robó mi cuerpo, quizás este intentando tener sexo con alguien para hacer el cambio permanente.
Si eso quiere no lo logrará, ¡yo no lo haría! Se supone que ambas personas deben tener sexo o masturbarse para que el cambio se vuelva permanentemente, así que yo no haré nada de eso, yo haré el ritual, recuperaré mi cuerpo y de alguna forma castigare a Alexa por esta travesura de mal gusto.
Por ahora tengo que salir de aquí, iré a mi propia casa para buscar mi cuerpo o al menos mi objeto importante para estar más cerca de volver a la normalidad. De hecho, debería ordenar un poco mis ideas y tener un plan en mente. Ya sé.
Mis objetivos por ahora son:
1-Encontrar a Alexa dentro de mi cuerpo y evitar que haga algo indebido, y si puedo conseguir información mejor aun.
2-Encontrar esos dichosos objetos importantes, tanto el mío como el de Alexa.
3-Encontrar el ritual de intercambio de cuerpos para volver a la normalidad.
4-Y puede que el más importante, ¡absolutamente nada indebido con este cuerpo! En el momento en que me masturbe o tenga relaciones con alguien, es el final para mi. Dudo mucho que alguien tenga algo íntimo con una niña pero esta niña no es normal, por algo robo mi cuerpo, así que no puedo bajar la guardia ni conmigo mismo. No estoy seguro de porque, pero sin duda hay más de un secreto o cosa rara en esta chica y también tengo el presentimiento de que descubriré algo mientras este en su cuerpo.
Siguiendo estos 4 pasos, puede que recupere mi cuerpo y Alexa tenga un escarmiento.
Pero, por ahora, no tengo más remedio que acostumbrarme a este cuerpo para volver a mi cuerpo, solo por ahora seré Alexa, y juro por mi propia vida que haré de todo para recuperar mi cuerpo, y de fallar en el intento, literalmente dejaré de llamarme Harry Stronger. Pero no fallare, recuperaré mi vida a como de lugar, incluso si eso implica ser Alexa Flower un tiempo.
Créditos a quien correspondan.