Mostrando las entradas con la etiqueta Mujer a animal. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Mujer a animal. Mostrar todas las entradas

lunes, 25 de diciembre de 2023

La mascota de navidad

-¿Pero que? ¿Qué significa esto? ¿Por qué todo es tan oscuro? ¿Estoy atada? ¿Por que me cuesta tanto moverme?-
No puedo entender nada de lo que esta pasando, todo es oscuro y no puedo moverme, tengo todo el cuerpo atado, además de que siento estar dentro de algún lugar apretado pero ¿Cómo me ha pasado? Anoche volví a casa, tomé algo para cenar y me fui a dormir, después de eso no tengo la menor idea de que esta pasando.
De repente, la luz apareció sobre de mi, en un pequeño marco cuadrado de donde un par de manos me levantaron y sacaron de la caja de regalo en la que estaba metida.
-¿¡Oni-chan!? ¿Por qué me haces esto? ¿¡Estoy desnuda!? ¿Y por qué tengo estas cosas? No me veas, por favor-
Al salir de la caja no pude tener las respuestas que tanto quería, solo tenía muchas preguntas más, que eran más difíciles de responder que las anteriores.
Estaba en mi casa en definitiva se trataba de mi hogar pero estaba adornado con cosas navideñas, algo sin sentido cuando anoche estábamos a mediados de agosto.
Eso no era todo, ya que de donde me sacaron, era de una caja de regalo, y todo lo que retenía y apretaba mi cuerpo eran lazos navideños para envolver regalos; estas cosas apretaba mis pechos, mis piernas, mis muslos y mis manos, al punto que cuando mi hermano tomó el lazo para sacarme de la caja, ya ni siquiera me podía mover ni ocultar la penosa forma en que me veía.
Estaba casi desnuda, solo tenía puestas unas bragas blancas, unos guantes y unas botas del mismo color pero mis pechos, mis pezones, mi cuerpo estaba desnudo frente a mi hermano sin la posibilidad de ocultarlo. La vergüenza hizo que la cola se escondiera un poco, haciéndome consciente que ahora tenía una cola que sobresalía de mi cuerpo, al igual que tenía unas orejas felinas que reemplazaba a las mías, sobresaliendo por encima de mi cabello. No eran meros accesorios, esos atributos felinos parecían ser de verdad.
-¡Una gatita! Por dios, es adorable, aunque creo que se enredó con todos esos lazos dentro de la caja-
-No me digas "gatita", soy tu hermana mayor, ¿Qué no te das cuenta?-
-Cuánto ronroneas, ¿Será que tienes hambre? ¿O será por las ataduras? Ya te desató para darte algo de comer-
-¡Oni-chan! Yo...-
Mi hermano empezó a acariciar mi barbilla y mi cabeza, haciéndome ronronear y sacudir la cola con alegría, volviendo a mi misma cuando sus caricias se detuvieron.
-Oni-chan, me pondré furiosa si esto es una broma, no es nada divertida y no deberías hacerle esto a una chica, ¿En serio solo me oyes ronronear? ¿Oni-chan?-
-Ya voy, ya voy purpurina, no estés tan ansiosa-
-¿Purpurina? No me digas que-
Un jadeo se escapó de mis labios, el tonto de mi hermano apretó mucho un lazo en una zona delicada que me hizo estremecer pero aún más importante, mientras más hablaba, más cosas me dejaba conocer.
Supongo que él en serio no me puede entender, solo me escucha ronronear, y que a sus ojos me veo como un gato muy especial para él, su pequeña purpurina.
Hace muchos años, en una navidad, mi hermano tuvo de regalo una gatita preciosa de colores oscuros a la que llamó purpurina, y a la que cuidaba con recelo hasta que un día desapareció.
Creo que es muy pronto como para poder sacar tantas conclusiones pero si estamos en navidad, si mi hermano se ve mas joven y si yo me veo de esta forma, lo único que puedo entender es que yo soy la mascota de Navidad a quien tanto amo, por alguna razón me he convertido en su precisada Purpurina sin que él lo notará.
-¿Pero en serio es verdad? ¿Cómo viaje en el tiempo y me convertí en una chica gata? Oni-chan, te lo digo en serio, si todo esto es una rebuscada broma-
Un gemido se escapó de mis labios haciéndome arder todo el cuerpo por la vergüenza, aunque pareció no darse cuenta de ello.
-Lo siento, purpurina, está muy bien atado pero ya casi te liberó. Después de esto te aseguro que solo habrán cosas buenas-
-¿Miau?-
Me pregunté sin pensar, viendo como mi hermano me sonreía al terminar de desatarme, a su nueva mascota. Sigo creyendo que todo esto se trata de un mal sueño o una horrible broma pero de no serlo, no estoy segura de poder recuperar mi vida como su hermana mayor, o si me quedaré para siempre como su gatita Purpurina. 
Créditos a quien correspondan.

viernes, 13 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Décimo regalo

-Me sorprende tanto que esto en verdad este pasando. Siempre supe que mi mujer era una perra, pero no esperaba que actuará tal como una-
Me decía al tener de cuclillas y desnuda ante mi, a mi esposa Mariana, que actuaba de una forma que nunca imaginé.
Desde que yo le entregué el anillo de matrimonio y oficialmente se volvió mi esposa, Mariana cambió por completo, al punto de que propios y extraños se sorprendieron de lo cruel y arrogante que podía ser al "tener dinero", mi dinero en realidad pero que ahora por ser esposos, debía tener una parte ella. Darle de mi dinero no me molestaba, de hecho yo estaba dispuesto a mantenerla económicamente por el resto de nuestros días si ella lo quería pero cada vez se volvía más obvio que ella no me quería a mi, quería mi dinero.
Cómo era de esperar, ella quería el divorcio pero llevándose la mayor parte de mi fortuna, algo que no iba a permitir y que rápidamente se volvió mi mayor deseo, mi deseo de Navidad era deshacerme de mi problemática esposa, estaba dispuesto a quedarme soltero o con una mascota pero nunca pensé que ambas cosas se fueran a cumplir con mi esposa.
-Mari, dame la pata-
Con eso dicho y estirando mi mano, mi mujer extendió repetidas veces su mano izquierda hacia mí, dejando de hacerlo hasta que acaricie su cabeza como recompensa.
Desde la mañana de hoy, en navidad, se comporta así.
Cuando desperté solo en la cama pensé que se había ido a dormir a la sala por la noche o que se levantó temprano para ir a otro lugar, por lo que no preste atención a su ausencia, al menos no hasta que escuche su voz de una forma muy peculiar; no gritos, ni palabras o quejidos, todo lo que podía oír desde la sala donde el árbol navideño estaba, era la voz de Mariana haciendo ladridos como de perro.
La encontré desnuda dentro de una jaula violeta, rodeada de accesorios para perro como platos, collares, juguetes y cama, cosas que Mariana veía con mucha atención.
La saque de la jaula donde se metió e intente averiguar que pasaba pero no hablaba, solo me veía desde abajo sin ponerse de pie. Traté de ayudarla pero solo conseguí que se pusiera en cuclillas unos segundos antes de volver a estar en cuatro. Ni siquiera llamándola por su nombre me respondía, o al menos no hasta que se me ocurrió tratar algo diferente.
-Mari, habla-
Ella odiaba que la llamara Mari pero ahora sacudía el trasero con alegría cuando lo hacía y obedecía mis palabras a su forma; cuando le pedí la pata dio su mano, cuando se sentó lo hizo poniendo el culo contra el suelo pero con los pies tocando el piso y sus manos apoyadas también contra el suelo. Ahora que le pedía hablar solo obtenía ladridos de su parte.
-Mari, ¿Esto es en serio? Donde esta la cámara o quien nos está vigilando, seguro me quieres hacer queda mal para quedarte mi dinero, ya deja de actuar-
Pesé a mis regaños ella no respondía, solo me veía en silencio antes de comenzar a divagar, poniendo especial atención a sus juguetes.
Así fue que tomé un hueso para acercarlo a ella, vi que lo iba a morder y entonces lo aleje, a lo que volvió a tratar de morderlo como si de un juego se tratará.
-Esta bien, es bastante claro que lo que te ocurre no es normal, Mari. Así que te llevaré con el doctor...algún día, hasta que te aburras de esto y dejes mi dinero en paz-
Ella no prestaba atención a mis palabras, solo veía con ilusión aquel hueso de plástico que finalmente le dí y mordió un par de ocasiones sacudiendo la cabeza, no había duda que su broma o chantaje o lo que fuera que tramara estaba llevándolo al límite, y por lo mismo, al menos este día la trataría tal como a mi mascota. Apuesto a que se rendirá antes de que acabe el día, por que tiene más sentido que ella este fingiendo todo esto o que algo haya ocurrido, a que Santa mágicamente cumplió mi deseo.
Sea como sea, una trampa o un regalo, al menos por este día de navidad celebrare como un soltero en compañía de su leal mascota, quizás Mari siendo una perra haga mejor su trabajo que Mariana siendo mi esposa, al menos al verla jugar con su hueso mientras sacude su lascivo cuerpo es bastante entretenido pero tengo el resto del día para saber que es capaz de hacer mi mascota Mari. 
Créditos a quien correspondan.


domingo, 24 de abril de 2022

Bibi 6 FINAL


Hoy, hace ya 3 años, es el aniversario del mejor regalo que la vida me pudo dar, un castigo tan justo y necesarios que aún después de tanto tiempo transcurrido, no me he arrepentido ni un segundo de haber hecho. De hecho, yo ni siquiera lo provoque ni tengo idea de qué fue lo que lo hizo, pero si sé que puedo decir lo mucho que disfruto y me hizo feliz que Vickie se volviera mi perrita Bibi.
La pobre y tonta Vickie se comportaba tal como una perra, así que empezar a actuar como una fue como anillo al dedo.
Soy muy consciente de que una mascota nueva no es un juguete que remplace a otra, pero que Bibi llegará justo cuando sufría la pérdida de mi pequeña perrita, sin duda hizo mucho más fácil de soportar la pérdida, puesto que no había día en que Bibi no hiciera algo para llamar mi atención.
Al principio, cuando Vickie cayó de rodillas ante mi al discutir como me sentía por la muerte de mi mascota, creí que solo se burlaba pero no. Desde ese día ella nunca volvió a ponerse de pie ni a hablar, a menos que yo se lo diga y recompense por ello.
También desde ese día comenzó un duro entrenamiento, al tener que aprender a cuidar a Bibi como la perra que es, y enseñarle a Bibi como comportarse tal como la perra que es. Aunque esto último terminó por ser algo fácil, ya que la propia Bibi día con día se volvía más una pequeña perrita.
Dejar de hablar y andar a dos patas fue el comienzo, luego empezó a dormir en el suelo, jugar en el patio, andar desnuda y un largo etcétera de cosas que hacía tal como un animal, y que yo como su amo solo le enseñé poco, algo de disciplina que siempre es agradecida para ella con juegos, mimos o juguetes.
Debo reconocer que lo más sorprendente para mi fue su temporada de celo. La primera vez, literalmente se me subió encima y no se quedó tranquila hasta varias horas de sexo después, una verdadera locura que disfrute como nunca, pues la odiosa de Vickie siempre le dolía la cabeza como para hacerlo pero no para exigir que le comprara todo lo que quería.
Pero ya que Bibi era tan buena niña, los juguetes y recompensas que alguna vez quiso Vickie le llegaron a ella, aunque estoy seguro de que ni siquiera es consciente de ello. Y hablando de ello, su más reciente regalo acaba de llegar.
-Bibi, ven-
Diría tras soltar un silbido, viendo con alegría como mi rubia mascota se acercaba hacia mí, subiendo al sofá donde estaba sentado y con su correa de paseo en la boca.

-No, no vamos a salir ahora, haremos algo más, te compré algo de ropa así que te voy a vestir-
Ella sacudía el culo con alegría como siempre, dejando que le quitara la correa para empezar a vestirla. Ahora estaba desnuda, le gusta estar así en el jardín; eso nos trajo problemas en nuestro antiguo hogar pero desde hace un tiempo vivimos en este lugar tan apartado como para meternos en problemas con las personas del vecindario.
Sin embargo hay días como hoy donde me gusta vestirla, y como hoy es una fecha tan especial decidí darle un regalo.
Primero solté las coletas de su cabello, para que el largo cabello rubio le cubriera toda la espalda una vez que le cepille, algo que le encanta debo decir. Luego le pondría un conjunto de lencería transparente, con flores y lazos rosas que me fascinó, en cuanto lo vi supe que era perfecto para ella y al ponérselo no me decepcionó, se veía hermosa.
-Que bonita estas hoy, Bibi. Ahora sube all tu sofá-
Con eso dicho, la bien peinada y arreglada Bibi camino rápido hasta su sofá, un sofá lleno de historia y nostalgia para mí por buenas razones.
Antes, mi pequeña perrita Sabrina amaba estar en este sofá, básicamente era su cama y sitio preferido, por lo que tomarle hermosas fotos sentada o echada ahí no era ningún problema ni para ella ni para mi. Vickie odiaba eso y cada que podía me lo decía pero nunca deje que me molestara.
¿Quien diría que, después de tantos años, Vickie sería mi nueva perrita a quien me gusta fotografiar en ese sofá? Vickie nunca se sentaría ahí ni aunque le pagarán, de hecho nunca lo hizo y prefería estar parada o en el suelo a sentarse ahí. No obstante, Vickie se fue hace muchísimo tiempo y en su lugar llegó mi perrita Bibi, quien tal como mi anterior mascota, apenas ver el sofá se quedó fascinada con el; lo tuve guardado mucho tiempo para conservar el recuerda de mi primer mascota y compañera pero, con la mudanza, pensé que sería algo mejor dejarle ese sofá a mi nueva mascota, a quien igual que la anterior, me encanta fotografíar así de sexy y de linda cuando se sienta o se echa en el sofá.
-Muy bien, Bibi, quedate quieta. Si lo haces más tarde usaremos tu juguete favorito-
Oír esas palabras solo la motivo, y como si entendiera todo por completo, puso su trasero frente a la cámara mientras me veía con alegría, dándome un montón de fotos fantásticas para enmarcar con las demás.
Se muy bien que Bibi no es un remplazo de Sabrina, pero también debo decir que le tengo las cariño a Bibi que a Vickie, y por ello todos estos años he disfrutado tanto de ser su dueño, y por lo feliz que veo a mi pequeña perra, estoy seguro de que ella también está feliz. Y nuestra feliz vida de amo y mascota seguirá igual por muchos años más, después de todo, mi amor por Bibi nunca se irá.





sábado, 23 de abril de 2022

Bibi 5

Bueno, ha pasado un año o dos, o creo que menos, no lo sé, el punto es que ha pasado un largo tiempo desde que me convertí en la perra de mi novio y desde que nos mudamos a este nuevo hogar y debo decir que aprendí mi lección y no volveré a burlarme de algo así aunque no estoy segura de si eso importe ahora, después de todo no hay ni rastros de que yo pueda volver a ser una humana, desde hace mucho deje de quererlo y mi amo esta muy lejos de estar interesado en volverme a la normalidad, ambos nos queremos mucho más ahora que no somos novios sino amo y mascota. 
Mi cuerpo es obediente con mi amo y yo cada vez más pierdo mi forma de razonar, de pensar y de creer por formas más sencillas de cada cosa, por ejemplo la última vez que me escondió mi dildo de plástico; el amo fingió lanzarlo para esconderlo tras su espalda pero no me di cuenta y salí corriendo como loca al patio para buscarlo hasta que después de un rato él me lo lanzó, haciéndome feliz al atraparlo y morderlo con la boca antes de volver a sus pies. 
Pero eso no es todo, también me he ido acostumbrando a hacer lo que me pida, o mejor dicho que me ordene, ya me enseñó varios trucos como dar la pata, hacerme la muerta, llevarle cosas y más, que son recompensados desde una caricia, mejor alimento, lencería, juguetes o sexo, siendo todos una pieza fundamental y exitosa en este adiestramiento al que me ha sometido. 
Hoy en cuanto me sacó de la jaula donde duermo le pareció buena idea darme un baño para maquillarme un poco, peinar mi cabello diferente a lo habitual y ponerme un conjunto de lencería azul que me a acababa de comprar haciéndome feliz por todo eso y moviendo el culo de un lado a otro como prueba de ello sin importar que yo misma me apriete un poco más con este atuendo al moverme así. 
Sin embargo ya me he acostumbrado, no sólo esa sensación con mi ropa, o andar en 4, o a dormir en el suelo y la jaula decorada. Entre más lo pienso más cuenta me dio de que me he acostumbrado y vuelto feliz con absolutamente todo lo que me sucedió, antes lo había aceptado por la lujuria que tenía mi cuerpo pero ahora en mis "5 sentidos" y con un pensamiento tan claro que hace mucho no tenía, es que me doy cuenta que en serio me convertí en una perra llamada Bibi que es mascota de un grandioso amo el cual nunca me a dejado sin comer ni maltratado o algo así, de hecho estoy empezando a creer que acepté esta vida por lo maravillosa que me resulta; sin problemas ni estrés mayor al de querer jugar con mi amo, comiendo cuando quiero y jugando igual, sino simplemente puedo dormir a lado de mi amo que siempre me acaricia hasta quedarme dormida o me agota jugando con la pelota o teniendo asombroso sexo.
Creo que esta vida no es tan mal, Vickie odiaría verme así como si yo fuera un reemplazo de la última perra que el amo tuvo, sin embargo Vickie ya no existe, más bien es solo un muy pequeño recuerdo dentro de mí que se ve opacado por la genial vida que tengo como Bibi y de la cual no pienso despedirme, me encanta ser una perra y de ahora en adelante mejor no lo negaré y disfrutaré plenamente de esta gran vida que mi amo es tan gentil de darme. 

viernes, 22 de abril de 2022

Bibi 4

Bueno, ha pasado algo de tiempo o mucho, realmente perdí la noción del tiempo hace bastante pero puedo decir que han pasado unos 8 meses quizás desde que Vickie se transformó en Bibi y unos 2 meses han pasado desde que yo acepte vivir de esta forma sin vergüenza o remordimientos por mi vida antigua. 
Uno de los cambios principales es que mi amo y yo nos mudamos, no se muy bien porque, creo que los rumores de que "algo le ha ocurrido a Vickie para actuar de esa forma" empezaron a expandirse y para que ambos pudiéramos seguir siendo amo y mascota tuvimos que irnos de su vieja casa. 
Me metió en una jaula, me subió al auto y llevamos todas las cosas hasta este nuevo lugar mucho más grande y lejano de todas las personas, no puedo decir que esta inhabitado pero si que hay muchas menos personas que donde vivíamos antes. 
Es mucho más lindo en general pero lo malo es que mi amo tiene que irse mucho tiempo del hogar, antes se iba solo unas horas para ir a trabajar pero ahora sale mucho más temprano y llega mucho más noche por el camino que tiene que recorrer, en un par de ocasiones intenté que me llevara consigo pero ninguna tuvo éxito y solo termine siendo regañada, puede que ahora actúe mucho más por mis instintos caninos sin embargo sigo comprendiendo aunque sea un poco de todos los tratos y palabras de humano que él me dirige así que lo menos que puedo hacer para cuando mi amo llegue es haberme portado bien y no hacer desorden en la casa como ahora, que pude oírlo estacionar el auto delante de la casa y escucho como poco a poco se acerca haciéndome menear la cola de alegría, también mis pechos se sacuden pero eso es porque mucha de mi ropa se perdió en la mudanza y todavía no la ha traído aquí el amo pero no me importa, nunca creí acostumbrarme a andar desnuda y a andar de estar forma pero lo hice y mientras el amo siga conmigo estoy segura de que puedo superar cualquier cosa. 
-Buena niña ¿Te comportaste bien? Estoy segura de que si y por eso te traje una recompensa-
El amo llegó y sonrió al verme, haciéndome un poco más feliz, incluso aún más cuando empezó a acariciar mi cabeza de un lado a otro con una mano mientras que con la otra buscaba algo en una bolsa negra. 
Levante la mirada para ver que tenía, sacando de un empaque de plástico un enorme dildo negro el cual me fascinó con solo verlo, ahora como perra tengo temporadas de celo donde mi amo y yo estamos como locos pero en ocasiones quisiera jugar un poco cuando él no esté y este regalo es justo lo que pediría si todavía pudiera estar usando mi voz. 
-Ten, vamos a jugar en el patio trasero-
Soltó el dildo en el suelo a lo que de inmediato lo recogí con la boca para ir tras de mi amo, por mucho que quisiera salir yo sola él es quien tiene que abrir la puerta para estar en el agradable césped que aquí crece sin mencionar que me da mucha más emoción hacer estas cosas al aire libre que en privado, aunque no se si esto sea por mis instintos animales o por mis meros caprichos antiguos como humana. 
De cualquier forma soy feliz con este estilo de vida, cada vez más hermoso y sencillo a mi parecer, haciendo lo que quiera siempre y cuando obedezca al amo si me ordena algo. 
Además ahora como su mascota creo que es aun más atento que cuando fuimos novios, todo el tiempo cocina para mi, me cuida, me deja jugar con él y dormir en su cama de vez en cuando, juega con mi cabello y conmigo además que me saca de paseo en ocasiones por las noches, creo que al comienzo exagere un poco con odiar esta forma ya que ahora en serio que la amo.
Al igual que mi juguete el cual mi amo lanzará un par de veces para que vaya a recogerlo y luego de cansarme un rato, finalmente usará el juguete y su trozo de carne conmigo, no se si al anochecer podré con tanta emoción pero no duden de que lo intentaré. 

jueves, 21 de abril de 2022

Bibi 3

-Muy bien, ahora saca la lengua y "habla"-
Oí a mi amo pedirme mientras sujetaba mi cabello para levantar mi cabeza, dejándome sentir su trozo de carne en mi vagina una y otra vez al impactarme con fuerzas, haciéndome temblar y sentir feliz en cada parte de mi cuerpo, con el cual no dude en obedecer sacando mi húmeda lengua y empezando a ladrar por la orden que mi amo me dio, después de todo como su perra desde hace medio año, Bibi debe obedecer al amo. 
Los primeros días fueron agotadores al dejar mi lado más humano y dejar de ser Vickie para volverme esto, pensaba que sin importar cuanto tiempo pasara nunca me acostumbraría a esto, mi grave error. 
Ya que no sólo me comportó como una perra, también tengo los instintos de una lo cual me hacía cada vez más imposible soportar esto. 
Las caricias en mi cabeza, los baños de esponja, que el amo juegue conmigo o me de comida recién hecha, todo eso me ponía contenta y sin darme cuenta empezaba a adaptarme a ser una perra, su perra. 
Pero toda la resistencia que puse por meses se fue a pique esta mañana que apenas despertar me sentía como loca, tan caliente y dispuesta, mi cuerpo pedía a gritos sexo lo que me indicaba que entre en la época de apareamiento, o mejor dicho de celo. 
Busque de inmediato a mi novio, a mi amo subiendo a su cama para despertarlo al restregarle mi cuerpo, al comienzo no entendía qué pasaba pero salía una voz de súplica pidiendo que mi cuerpo fuera atendido hasta que finalmente me quitó la ropa y empezó a hacerlo. 
-Muy bien hecho ¡Linda niña!-
Mi amo me dio un par de nalgadas al ritmo que seguía con las embestidas, haciéndome ladrar con más ánimos que nunca ya que todas las sensaciones eran inigualables, antes tuve sexo con mi novio pero no había palabras que describirán lo maravilloso que se sentía el sexo ahora; no se si sea por la posición de perrito que nunca habíamos hecho, o si es tan bueno porque lo deseo tanto, incluso él podría desearlo ya que en todo este tiempo nunca ha llegado con olor de otra mujer ni tampoco he oído u olfateado que se satisfaga así mismo, podría decir que hasta ahora se ha mantenido leal a Vickie y lo agradezco, seguro que si.
Pero Vickie dejo de existir hace mucho tiempo y yo simplemente estaba negando la realidad pero no lo haré más y aunque ya no puedo hablar la única idea que invade mi mente más allá del deseo de continuar con este grandioso sexo, es que yo soy y seré siempre Bibi, la perra hogareña de mi amo. 
Mismo amo que no se que hará conmigo desde ahora, ya que por muy fuerte que me coja mis deseos no se apagan, puedo decir que con cada embestida, mordida, nalgada, cumplido o jalón de cabellos, solo quiero que todo sea mucho más duro, incluso ahora a punto del orgasmo solo deseo volver a tener sexo duro y desenfrenado con mi maravilloso amo al que le aprieto el pene y muevo mis caderas con fuerzas contra las del él para que también se sienta aun mejor. 
 -Cielos, nunca antes lo habías hecho de esta forma, seguro te estabas conteniendo ¿Verdad?-
Una nalgada me azotó otra vez, haciéndome estremecer y mover la cabeza de abajo hacia arriba como una loca, tal como lo que soy, una perra en medio del sexo. 
-Ha pasado tanto tiempo Vickie ¿O debo decir Bibi?-
Ladre y gime con más ánimos que antes esperando que con eso mi amo entendiera que sí, que yo era su perra Bibi y que podía hacer de mi lo que quisiera. 
Pero sin previo aviso él dejó salir un montón de semen en lo más profundo de se mi ser, provocando que yo también me corriera y abriera más las piernas mientras caía en la cama totalmente exhausta por lo acontecido apaciguando solo por un par de segundos mi deseo. 
No podía ni quería moverme, al menos no todavía, quería que el semen se quedara un poco más de tiempo dentro de mí y la mejor manera de hacerlo era tener las caderas levantadas para que saliera lo menos posible hacia la cama. 
Sin embargo una vez que mi amo sacó su pene de mi y pasó su mano por mi trasero un par de veces oí como se alejaba, buscando algo en sus cajones para tomarlo y acercarse a mi de nuevo. 
-Bibi, ven hacia aquí - 
Ordenó a lo que de inmediato obedecí yendo en cuatro hacía él, viendo sus pies un momento antes de levantar la mirada y ponerme en cuclillas ante él. 
-Hace un tiempo te compre esto pero creo que no estabas lista para usarlo, pero por lo visto no creo que haya mejor momento de probarlo-
Lo primero que me puso fue la parte superior de un bikini rosa con lentejuelas, hacía un par de semanas que ya ni siquiera usaba ropa interior o algo, solo iba desnuda así que ver que por un rato volvería a llevar ropa encima y muy bonita me alegro, así que mientras meneaba el culo con alegría también deje que me lo pusiera como siempre para luego ponerme una tanga de lentejuelas a juego con la parte superior, algo apretada pero muy linda. 
Sin embargo lo mejor vino después ya que me mostró un collar rosado con una placa en forma de corazón con mi nombre "Bibi" el cual estaba ansiosa porque me pusiera, levantando el cuello para acelerar el proceso. 
Sacudió mi cabello por un momento para luego pasar el collar de la parte trasera a la delantera, ajustándolo a la perfección y finalmente cerrando lo en mi cuello con la placa justo por delante, simplemente era hermoso y me alegra a tenerlo y lo demostré empezando a mover el trasero e intentar lamer el rostro de mi amo. Nunca pensé que así daría las gracias por un collar para perros pero ahora yo soy una perra y no puedo estar más contenta de poder usar esto en mi cuello como prueba de lo que soy y que sin lugar a duda solo le pertenezco a mi increíble amo. 

miércoles, 20 de abril de 2022

Bibi 2

Cuando me burlaba y peleaba con mi novio por la muerte de su perra no era algo personal, simplemente creí que no era necesario llorar la muerte de un animal y ya, creí que si lo minimizaba él lo aceptaría más rápido pero no, solo ocasionó peleas en las que debo admitir que estaba muy molesta por su culpa al darle más atención al animal que a mí, si yo era su novia desde hace unos meses debía quererme, preocuparse y cuidarme más a mí y no a un sucio animal que quien sabe cuanto tiempo tuvo, no mucho hasta donde yo recuerdo.
Pero nunca imagine que después de esa pelea su nueva perra sería yo, simplemente no se que pasó, de repente sentí mucho dolor en la boca del abdomen y me fui al suelo por el dolor unos minutos. Después me intenté levantar pero no podía, en su lugar vi como mi cuerpo se acercaba al de mi novio para que me acaricie y respondí moviendo el culo como una idiota ante esa sencillez.
Estoy bastante segura que mi novio se dio cuenta de lo que pasaba, al menos de la parte en la que no controló mi cuerpo pero no ha dicho nada hasta ahora y esta horrible situación lleva ya un tiempo.
Intente pedir ayuda pero no podía hablar y desde entonces mi vida cambió sin remedio, yo no puedo ni levantarme, hablar, joder si hasta la ropa que uso él me la elige, no me gusta dormir en la cama y me voy al suelo y obedezco como una idiota lo que él me pide por un pequeño trozo de carne que tenga en su mano y por el cual salivo.
Desde que sucedió el cambio han pasado unos dos meses cuando mucho, la noción de los días se pierde de esta forma pero no he perdido la humillación de mi situación, a pesar de que mi cuerpo se a ido acostumbrando yo no. Sigue siendo tan degradante estar de esta forma como lo fue el primer día, que mi amo me obligue a usar ropa interior o bikinis para su disfrute sin siquiera oponerme pero puede que entre todo esto, lo peor es su más reciente idea; pensó que sería buena idea moverme un poco para no engordar así que todos los días sin falta, justo al medio día, él abre la puerta del patio trasero y me pone a jugar con una pelota, él la lanza y yo corro tras de ella para tomarla con mi boca y dársela. Lo peor de todo es que también yo empiezo a disfrutarlo, al punto de que mi cuerpo le gusta estar tirado en el pasto bajo el sol.
No tengo idea de que vaya a pasar en el futuro, si volveré a ser humana o si incluso puedo dejarlo para ser una perra totalmente pero hasta que eso suceda, seguiré intentando olvidar que soy Bibi, digo que no soy Bibi, soy Vickie y como puedo recuperar mi vida.

martes, 19 de abril de 2022

Bibi

Cuando mi perra Sabrina murió hace ya un par de meses me puse bastante triste, ese pequeño animalito me había hecho compañía gran parte de mi vida y ahora que ya no estaba era muy difícil para mí. Lo entiendo, fue un ciclo que debía terminar en algún momento pero por mucho que lo supiera no quitaba el dolor que sentía debido a ello.
Sin embargo mi novia Vickie creí que solo estaba exagerando y se burlaba un poco de cómo me sentía al respecto, ella nunca tuvo mascotas y nunca le gustó mucho la mía así que aunque no tenía el valor de decírmelo a la cara, ella estaba mucho mejor gracias a la ausencia de mi perra.
Un día mientras veíamos una película salió un comentario sobre mi difunta mascota que no me agrado para nada al punto que le contesté a mi novia, luego ella a mi y así hasta empezar una pelea a gritos por varios minutos donde todos nuestros problemas, en especial los míos hacía ella, se hicieron presentes.
Ella dijo que me estaba volviendo loco y que era ridículo como me portaba por una simple y estúpida perra. Sin duda me enfureció oír eso y sin pensarlo le respondí que esa simple y estúpida perra era mejor que ella y  que deseaba Vickie fuera un animal porque muy humana no lo era.
Nuestra pelea siguió pero de repente Vickie paró sus gritos, puso su mano en mi pecho y lentamente fue hacía el suelo poniéndose en 4.
Cuando me agache a verla pude ver en sus ojos miedo y confusión sin embargo su cuerpo se acercaba a mí y ponía su cabeza en mis piernas como si buscará alguna caricia que al darle empezó a menear el trasero de alegría tal cual lo haría una perra. 
La decisión no fue difícil de tomar para mí en ese momento, ya que venía como un castigo divino y desde entonces Vickie se convirtió en mi nueva perra Bibi, le gusta echar siestas en el suelo, que la esté acariciando y estar paseando por la casa donde por la poca ropa que lleva siempre me da una buena vista desde donde sea. Pero aún debo entrenarla y aprender de ella para ser un buen amo y quien sabe, a lo mejor hasta aprende a disfrutar esa posición mi ex novia porque no sé cómo ni me interesa buscar como volverla a la normalidad, de esta forma es mucho más encantadora.