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martes, 12 de diciembre de 2023

Una nueva Alicia

Hoy por la mañana era un día soleado perfecto para salir a jugar en un gran parque cercano de mi hogar y tras convencer a mi hermano mayor de ir al parque ambos llegamos a este. Él no era tan fanático de jugar como yo y en poco tiempo decidió acercarse a un árbol donde se recostó y en poco tiempo se quedo dormido.
No era un problema para mi, me gustaba trepar los arboles que había por todo el lugar así que empecé con ello y saltando de rama en rama que pareciera segura pero mientras subía a uno vi un conejo blanco, nunca antes había visto uno de esos ahí y sin nada mejor que hacer comencé a seguirlo para ver que planeaba hacer o hacía donde iba, sin imaginar en lo absoluto que es lo siguiente que pasaría.
El conejo cayó por un gran agujero de un árbol a lo que me asusté, creí que se había lastimado porque parecía muy profundo por alguna razón y no parecía que pudiera subir o que lo intentará al menos, así que me acerque a ver para poder ayudarle.
En cuanto estuve cerca me agache para buscar al conejo pero me resbale y caí por el mismo agujero. No tengo idea de cuanto tiempo pasó pero parecía que todo estaba bien en lo que se podía decir pero rápidamente me di cuenta de que no era así.
Estaba usando un vestido azul con blanco, medias largas y tenía un cabello rubio que me cubría toda la espalda, peinado con un gran moño negro para mantener el peinado. Todo era muy raro, yo era un chico y ahora era una chica muy linda.
-¿¡Qué me pasó!?-
Dije para darme cuenta de mi nueva y aguda voz y de que no me podía levantar, estaba dentro de un cuarto muy pequeño donde apenas lograba sentarme, aunque no me gustaba del todo, sentía frío en mis piernas, además que no sabía como sentarme como para que no se viera mi ropa interior.
A los pocos segundos el mismo conejo que vi, entró por una muy pequeña puerta en frente de mí. De cierta forma me alegro ver que estaba bien pero tenía otra cosa de que preocuparme en esos momentos.
-No te preocupes, Alicia. Dentro de poco volveré con la pócima para hacerte pequeña y puedas entrar-
-P-pero espera yo no soy...-
Me sorprendió mucho que pudiera hablar y que pareciera usar ropa como de mayordomo pero lo que más me sor prendió fue que ni siquiera espero a que terminará de hablar cuando se fue por una muy diminuta puerta dejándome ahí sentado sin poder hacer nada más que ponerme a pensar en que hacía aquí y más importante como podía volver a ser un chico y como regresar a mi hogar, preguntas para las cuales no tenía una buena respuesta, más allá de que todo lo que ocurre es una locura, y que hasta hallar la solución, soy la nueva Alicia.
Créditos a quien correspondan.

lunes, 30 de octubre de 2023

La hechicera perfecta

Vlad es un fuerte hechicero, el mejor en su área, siendo está la transformación de cualquier cosa; animales, objetos, seres vivos y demás, lo que él quiera lo puede transformar por completo en algo irreconocible física y mentalmente.
Sin embargo, en sus muchos años de vida nunca ha tenido alguien especial en la misma, las mujeres valiosas escasean y tal cual como él la quería era casi imposible de hallarla, todavía más difícil que los sentimientos fueran mutuos alejándolo de esa idea por años. 
Pero ahora en que la cúspide de su vida había terminado, era un viejo loco y solitario que cada vez más añoraba tener alguien a su lado, cosa que él bien sabía nunca sucedería. 
A menos que intentará algo prohibido, más allá de sus conocimientos para dar vida a una mujer perfecta para él, una hechicera perfecta.
El cuerpo fue fácil, diseñando a la perfección cada parte a su antojo más sincero. Lo difícil era darle vida, tendría que sacrificar y moldear un alma humana para entregársela al cuerpo creado y así este tuviera vida, la cual dedicaría a amar a Vlad.
Con mucho esfuerzo logró atrapar a una humana fantástica a la cual quitaría el alma para hacer su trabajo. Lo que desconocía el hechicero, es que ella tiene un novio que lo había seguido para poder rescatar a su amada del extraño hombre.
La manipulación del alma fue inconclusa, de hecho todo su trabajo había sido arruinado por el joven que en su rescate se las arregló para interferir el hechizo haciendo uno nuevo no planeado.
Cuando Vlad despertó la pareja se había ido y él ya no residía en su cuerpo, estaba dentro del cuerpo que había fabricado y con una capacidad mágica mucho más disminuida.
Su cuerpo seguía ahí pero sin forma de volver por falta de poder, no le serviría de nada. La mujer tocó su cuerpo por completo por primera vez, tan suave y real como uno auténtica, limpió el polvo a su vestido con total dedicación, teniendo cuidado llegó a su silla, cruzando las piernas al sentarse y pensando sobre cuál podría ser su próxima jugada.
Ahora como una mujer joven y bella podía hacer muchas cosas pero su alma seguía intacta así que para volver a su viejo cuerpo e intentar de nuevo su plan, ahora como mujer se volvería la hechicera perfecta, misma que no está enterada de algo muy importante, una parte muy pequeña de su poder quedó expandida y pérdida por todas partes, haciendo que quienes tengan contacto con estas partes mágicas sufran un destino similar cambiando su cuerpo o alterando su mente, dando sin saber así una nueva generación mágica donde por mucho predominarían las sensuales brujas a las cuales les tendrá que quitar su magia, para levantarse una vez más como el hechicero supremo, o en su defecto, la hechicera perfecta.
Créditos a quien correspondan.

lunes, 15 de mayo de 2023

Un cuento muy diferente

David era un chico bastante tímido que pasaba gran parte del día leyendo a solas es una biblioteca local, leía toda clase de libros pero sus favoritos eran los cuentos de hadas, leyéndolos más a menudo que cualquier persona.
Un día quería leer caperucita roja como siempre solía hacer pero cambiaron el libro de lugar dejándolo en la cima de una alta repisa. El joven no quería darle problemas a algún empleado de ahí por lo que tomo una silla para subirse e intentar alcanzarlo, cayendo estrepitosamente al suelo seguido de muchos libros encima de él.
Al despertar le dolía un montón la espalda, esto porque sus dos tetas siempre iban al aire y no por el golpe que se había dado.
Con mucha vergüenza cerro sus piernas, la falda que llevaba dejaba entrar directamente el aire ahí abajo, lugar que reviso con mucha vergüenza para describir unas braguitas rosa pastel con un diminuto lazo en la parte de en frente.
David no tenía idea de dónde estaba, ni porque ahora era una chica pelirroja y en total pánico quiso salir de la habitación para buscar ayuda, encontrándose con una especie de hombre gigante, con manos peludas y una cara similar a la de un lobo pero combinando rasgos de humano.
-Vaya vaya, así que caperucita prefiere ser comida en lugar de su abuela, mejor para mí-
Anuncio el lobo feroz para soltar un aullido y lentamente entrar al cuarto.
-No, por favor, no me coma lobo feroz, soy muy joven para morir-
Suplicaba caperucita mientras retrocedía hasta caer de espaldas sobre la cama.
-¿Morir? Oh, pobre y tonta caperucita, cuando dije comer no me refería a devorarte, me refería a que serás la madre de mis crías, estás en la edad perfecta para ser madre-
El lobo feroz se veía satisfecho saboreando con la mirada a la chica mientras caperucita estaba al borde de las lágrimas por su situación.
-No, no quiero dar a luz a un lobo feroz-
-¿Uno? No será solo uno, lo menos que puedes esperar son 5 lobitos que vas a criar como buena madre cada vez que quedes embarazada; lo cual ocurrirá muchas veces con mi gran apetito-
Con eso dicho el lobo feroz empezó a desnudar a caperucita, ambos tendrían un largo día donde David podrá darse cuenta de todas las diferencias entre el cuento clásico y el cuento que está viviendo; en él no hay un salvador para la chica y el lobo consigue una familia gracias a caperucita roja quien después de su primera vez, amara cada noche a lado del lobo feroz, por la lengua y verga tan grande que tiene, ambas para hacerla sentir mejor y así vivir así felices por siempre.
Créditos a quien correspondan.