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viernes, 10 de enero de 2025

Entre tía y sobrina: Mickey

    Mi tía Mickey era una mujer bastante extraña.
    Desde temprana edad se las arregló para empezar a ganar dinero, mucho dinero, cada vez más y más rápido, al punto que para sus casi 40 años ya tenía una enorme fortuna que no paraba de crecer con cada día, algo muy envidiable para mí que a mis 19 años hay días en los que no tengo dinero ni para comprar una bebida de la tienda fuera de mi escuela.
    Un buen día ella decidió invitarme a pasar por su casa, algo normal para mi después de la escuela, pues a pesar de la diferencia de edad entre las dos y que mi tía no es la más cercana a la familia, ella y yo siempre nos llevamos bien, así que pasar el rato con ella no era un problema.
    Lo que sí fue un poco problemático y extraño, fue ese objeto encantado que ella consiguió y que me pidió probar con ella. Prometí que no me burlaría o que la llamaría loca, pero cuando me contó que compró unos medallones capaces de intercambiar los cuerpos de quienes los utilizaran, tengo que reconocer que no creí nada de lo que me contaba.
    Sin embargo, aún si no creía que un objeto que vio en un anuncio de medianoche fuera a funcionar, la posibilidad de que en verdad funcionará era algo emocionante y se lo hice saber. Por alguna razón ella no se atrevió a decirme porque quería mi cuerpo, más allá de ser más joven o ser familia, no veo porque podría interesarle mi cuerpo. Por mi parte, no tuve problemas en decirle que a pesar de ser algo vieja ella aún era hermosa y que tener toda su fortuna a mi disposición sería algo más que interesante, a cambio de todo ese dinero y lo que pudiera hacer con el mismo, perder unos cuantos años de mi juventud no sonaba tan malo. Además que siempre había la posibilidad de volver a la normalidad si es que de verdad sus artilugios raros funcionaban.
    Una vez que confesé que yo no tendría problemas con intercambiar cuerpos con ella, mi tía pareció pensar seriamente mis palabras, preguntando más cosas y acordando algunos detalles para que una tomará la vida de la otra si los medallones de verdad intercambiaban nuestros cuerpos. Mi tía Mickey me pregunto una última vez si yo en serio estaría dispuesta a intentarlo y quedarnos con la vida de la otra aunque sea un corto tiempo, a lo que respondí que si de verdad funciona, yo no tendría problemas con quedarme con su vida y disfrutarla para siempre.
    Fue así como mí tía me entregó uno de esos medallones, parecían de oro y con pequeñas gemas de lujoso aspecto, no era mi tipo ideal de joyería pero eso poco me importaba, lo realmente importante era que cumplieran con su función, por lo que una vez que mí tía se colocó el medallón, yo hice lo mismo con el que ella me entregó.
    En el instante que me coloqué el medallón las palabras de mi tía Mickey se hicieron realidad al darme por completo el cuerpo y aspecto que ella tenía; mi cabello se había vuelto mucho más corto, también mis pechos eran más pequeños, y aunque me hice un poco más alta, el resto de atributos que tenía el cuerpo de mi tía no eran ni de lejos tan buenos como los que tenía yo en mi antiguo cuerpo. No es que mi tía fuera fea, solo que la comparación de mi cuerpo con el de ella era imposible de ignorar. Al menos tenía una buena figura y usaba un lindo vestido que la resaltaba.
    Yo estaba tan concentrada en notar todos los cambios de mi nuevo cuerpo, que no me di cuenta como mi tía me veía, ahora ella teniendo mi hermoso y joven cuerpo. Aunque Mickey no lo decía, su sonrisa hablaba por ella, se veía llena de emoción al tener mi cuerpo, algo que yo no podía terminar de comprender porque en lo que a mi respecta ella ha perdido mucho más de lo que ha ganado, pero es algo de lo que preferí no darle más vueltas al asunto y en su lugar decidí concentrarme con ella, para que entre tía y sobrina comenzáramos a acordar los últimos detalles de nuestras vidas tras haber intercambiado nuestros lugares.
    Ella y yo prometimos no decirle nunca nada a nadie sobre nuestro pequeño intercambio para que ella pueda vivir como mi sobrina Lita y yo vivir como la tía Mickey. Ambas acordamos dejar que la otra haga con su nueva vida lo que más le plazca, y que solo en caso de ser necesario, buscar ayuda de la otra con respecto a su anterior vida, después de todo la "original" debe saber como solucionar la mayoría de problemas que haya en su "original" vida que dejó atrás. Por último, también pusimos la regla de seguir interactuando en familia tal y como siempre habíamos hecho para evitar que la familia, o específicamente, evitar que mamá sospeche que ha sucedido algo raro entre nosotras.
    Si me detengo a pensarlo, esa parte ha sido la más complicada hasta ahora. Puede que mi tía Mickey no fuera la más cercana a la familia pero sí que la veíamos cada mes, y yo pasaba tiempo con ella en su casa aún más seguido, que eso cambiará de uno día para otro sería muy sospechoso, sobre todo para mamá. Antes cuando yo era Lita, mi madre era mi madre, pero ahora como Mickey es mi hermana menor, y aunque me siento poderosa al ser mayor que mamá, tampoco puedo abusar de ello ni distorsionar mucho la complicada relación que había entre mamá y mi tía. Y si yo estoy teniendo problemas con ese cambio, ya puedo imaginar lo complicado que debe ser el cambio para la "original" Mickey que ahora debe llamar mamá a su hermana menor.
    De cualquier forma, ha pasado un tiempo desde que los medallones nos intercambiaron de cuerpo y todo ha salido a la perfección hasta ahora; por lo que sé mi sobrina Lita tiene buenas calificaciones en la escuela, se metió al club de porristas, sale a fiestas con sus amigos y no se ha metido en problemas con sus padres; puede que lo más "distinto" que ha estado haciendo es pasar horas cuidando de su imagen personal y tomándose cientos de fotos para si misma o para las redes sociales, debo reconocer que muchas de esas fotos son hermosas y que son cosas que yo no hubiera publicado, pero ella puede hacer lo que quiera, y si disfruta de tomarse fotos puede hacerlo, incluso ha comenzado a tener más seguidores en sus redes lo que seguro la motiva a seguir intentando, y con algo de suerte y me ayuda, quizás tener un pequeño trabajo como modelo o algo por el estilo.
    Por mi parte, yo sigo genial y mejorando para tener aún más dinero, durante años estuve escuchando los consejos de la mejor tía del mundo y tomando algunos riesgos las ganancias en mis cuentas bancarias lo han reflejado de la mejor manera posible. Y ya que ese dinero lo he ganado con su ayuda, en ocasiones invito a mi sobrina de vacaciones, a salir de compras o que simplemente venga a pasar el rato conmigo a mi casa, creo que pasamos más tiempo juntas que antes, pero ni a ella ni a su madre parece molestarle, así que seguiré consintiendo un poco a la querida persona que me permitió tener esta maravillosa vida.
    Cuando regrese a casa la invitaré a salir de nuevo y le compraré algo bonito, por ahora tendré que conformarme con enviarle mensajes, ya que ella prefirió quedarse en la escuela mientras yo me iba de vacaciones por Europa para conocer más del mundo, por ejemplo una de las mejores playas extranjeras en el hotel más lujoso, un gasto millonario que apenas y se puede notar gracias a mi enorme fortuna.
    Sin duda vivir de este modo es genial, ¡Es lo mejor! Y sí, puede que haya ganado algunos años a mi edad, pero todavía tengo una buena vida por delante que no quiero desperdiciar dentro de la escuela o trabajando sin parar con el sueño de tener mucho dinero algún día. Ahora tengo todo ese dinero y lo voy a disfrutar, para eso es el dinero después de todo, y no se me ocurre forma para gastar mi dinero que tomándome unas vacaciones para conocer el mundo, relajándome en esta prestigiosa playa y quitándome el bikini para darme un más que merecido bronceado. Después de eso podré ir a nadar, comer o que me den un masaje, o bien podría tomar mis maletas e ir a mi siguiente destino. Son tantas las posibilidades que me cuesta decidir por donde comenzar, pero sea como sea, haré lo que quiera y viviré mi vida como más quiera. Esa es mi decisión.
Créditos a quien correspondan.

jueves, 9 de enero de 2025

Entre tía y sobrina: Lita

    Mi sobrina Lita era una joven muy rara.
    Ella no tenía que hacer nada a diferencia de mi que tuve que dejar la escuela para ponerme a trabajar y hacer labores del hogar desde edad temprana, ella puede estudiar lo que quiera sin miedo a las consecuencias ya que su familia siempre la apoyará, algo de lo que yo nunca tuve oportunidad; Lita puede hacer amigos, enamorarse de un chico o una chica, puede aprender un montón de cosas que la vida a mi simplemente no me enseñó, puesto que tuve que aprender otras cosas no tan interesantes para sobrevivir; mi vida no era tan mala si soy sincera, pero también puedo decir que no tuve la oportunidad de disfrutar de mi juventud o hacer lo que yo quería, tuve que salir adelante dejando de lado todo lo que me interesaba o las cosas con las que soñaba cuando era joven.
    De esa manera, antes de darme cuenta ya había hecho una fortuna por todo mi arduo trabajo, y dicha fortuna sin importar cuánto creciera o cuánto gastará, nunca dejaba de seguir en aumento cuando me daba cuenta. Sin embargo, a pesar de todo ese dinero, yo no me sentía satisfecha y tener esa sensación todo el tiempo era lo peor que podía pasarme, y por desgracia esa sensación estaba conmigo casi todo el tiempo.
    Cansada de sentirme miserable a pesar de mi fortuna, y por un impulso demasiado tonto a la media noche, decidí comprar unos medallones exóticos que seguramente eran una estafa, pero que tenían una premisa tan interesante que no pude resistirme a la tentación de adquirirlos y descubrir por mi misma si eran capaces de cumplir con todo lo que prometían.
    Para poder ponerlos a prueba, necesitaba ayuda de una persona de confianza, algo muy difícil en mi vida puesto que no tenía una pareja, ni amigos cercanos, e incluso mi familia era distante conmigo y yo con ellos. La única excepción a esta regla y la persona con quien decidí probar estos medallones, era mi sobrina Lita, una quejumbrosa pero hermosa joven que pasaba a visitarme de vez en cuando. Al principio pensé que ella quería mi dinero, y aunque es cierto que le gusta el dinero, me ha demostrado su lado más amable y se ha ganado un poco de mi cariño, por lo que ella era mi mejor y única opción para pedirle ayuda.
    Después de hablar con ella y hacerla prometer que no me llamaría loca, le conté para que servían los medallones que compré. Esos dorados y brillantes medallones no solo eran accesorios hermosos, también tenían la capacidad de intercambiar los cuerpos de las personas que los utilizarán; si yo usaba uno de esos medallones y ella usaba el otro, intercambiaríamos de cuerpo en un abrir y cerrar de ojos, o al menos eso es lo que decía el extraño anuncio de medianoche.
    Siendo fiel a su promesa, Lita no me llamó loca o algo por el estilo, pero me dejó bien claro que tenía muchas dudas sobre esos medallones, por no decir que ella estaba completamente incrédula que de verdad pudieran funcionar. No podía culparla, ni siquiera yo sabía si de verdad funcionarían, pero si de verdad funcionaban, deje en claro que me gustaría probarlos con una persona de mi confianza y en un cuerpo que me agradará, algo que no paso desapercibido por mi sobrina. No obstante, me negué a darle mis razones de porque me interesaba ser una joven de preparatoria.
    Para mi sorpresa, Lita fue mucho más sincera que yo, y con plena confianza en si misma me confesó que si esos medallones funcionaban de verdad, no le molestaría quedarse con mi cuerpo por un tiempo. Parafraseando un pocos sus palabras, ella no encuentra el problema de tener una vida maravillosa con mucho dinero y lujos que le permitan comprar todo lo que quiera, y que incluso si se vuelve vieja como yo, reconoce que mi cuerpo conserva cierta belleza a pesar de mi edad. Y aunque me sentí un poco insultada por sus ideas sobre mi cuerpo y mi edad, no tenía una razón verdadera para negarme a intentarlo, y si de verdad funcionaban estas cosas, mi cuerpo estaría a "buen cuidado" por alguien a quien conocía y que le sacaría ventaja a lo que mi vida podía darle, tal como yo haría al adueñarme del cuerpo de mi sobrina.
    Después de hablarlo y llegar a un acuerdo, ambas nos colocamos los medallones, los cuales cumplieron con su función tal como prometía el anuncio de medianoche.
    En cuanto me puse el medallón y mi sobrina también, pude darme cuenta de que me hice más pequeña, mi estatura cambió un poco a algo menor mientras que las medidas de mi cuerpo habían cambiado por unas considerablemente mayores a las mías: mi cabello, mis pechos, mi trasero, todo mi cuerpo se volvió el de una joven adolescente, quizás un poco más desarrollada de lo que yo estaba a su edad o a mi edad, pero al final no me había convertido en una joven adolescente cualquiera, yo me había convertido en la viva imagen de mi sobrina Lita.
    Frente a mis ojos llenos de emoción e incredulidad por el cambio tan maravilloso que había vivido, ahora ante mi estaba "mi sobrina" Lita, que con la misma energía que yo admiraba su nuevo cuerpo, el que alguna vez fue mi cuerpo.
    Una vez que ambas dejamos la emoción inicial y de admirar nuestros nuevos aspectos, tal como acordamos, prometimos no decirle nunca a nadie nada sobre nuestro intercambio de vidas, sería un pequeño secreto entre tía y sobrina, donde ahora yo sería la sobrina Lita y ella sería mi tía Mickey.
    Ambas acordamos dejar que la otra haga de su vida lo que quiera, que nunca haríamos mención a este asunto, y solo en caso de ser necesario, podíamos pedir ayuda a la otra para solucionar un problema de nuestras vidas juntas. Por ejemplo, si Mickey tiene problemas con el trabajo la ayudaría, y si yo necesitaba ayuda con algo de la escuela o un permiso de mis padres, ella me apoyaría, usaremos lo que sabíamos de nuestra anterior vida solo si es necesario, pero de preferencia cada una debe resolverlo a su manera. Por último, acordamos que nuestra interacción debía mantenerse para que nadie sospechará nada de nuestra situación, especialmente la madre de Lita, puesto que la que alguna vez fue mi hermana menor, ahora será mi madre y yo seré su hija.... por no decir que su hija se acaba de convertir en su hermana mayor... quizás el cambio más considerable para mi en muchos aspectos, pero será algo de lo que más adelante me iré preocupando.
Créditos a quien correspondan.
    Hasta ahora las cosas han marchado bien, mi tía se la ha pasado haciendo fuertes y arriesgadas inversiones que le han hecho ganar aún más dinero y ser aún más rica de lo que ya es, gastando dinero en salir de viaje y de compras, y también invitándome a salir más seguido que antes. Me ha llevado a algunos viajes de fin de semana que nunca tuve el valor de hacer por mi cuenta, y por lo regular compra de todo para mi sin que deba de pedirlo, le he dicho que no hace falta pero mi tía piensa que el dinero es para gastarlo con las personas que ella quiere, así que ella seguirá gastando su dinero conmigo y de mi depende si sacarle provecho o no.
    Ha pasado cerca de un mes desde nuestra última salida, puesto que mientras yo estoy en la escuela, ella salió de vacaciones para viajar por Europa, así que tal como sucede conmigo, diría que ella está disfrutando bastante de su nueva vida, al menos la está disfrutando mucho más de lo que la disfrutaba yo. Intento llevarle con ella de vacaciones, pero mamá no le dio permiso porque yo aún tenía clases, pero ese viaje ha quedado pendiente para cuando terminé mis clases.
    De mi lado también estoy aprovechando mi vida y mi nuevo cuerpo, teniendo una vida como la que se me fue negada por la necesidad de trabajar desde corta edad, y pudiendo cumplir mi sueño de estudiar la universidad y vivir una emocionante vida como una adolescente común y corriente.
    Además, da algo de vergüenza recordarlo pero antes de darme cuenta me acostumbre bastante a mi nuevo cuerpo y la gran belleza del mismo, pasando buena parte de mi tiempo en verme bonita y modelar linda ropa para presumir a todos, y linda lencería para consentirme a mi misma. Por ejemplo, este bello conjunto de red es mi más preciada posesión, después del medallón que me permitió disfrutar de esta vida, por supuesto.
    Vivir de esta manera me parece genial, nunca me había sentido tan bien conmigo misma, ni tan a gusto con mi cuerpo o lo que hacía con mi tiempo, realmente me siento contenta con quien soy ahora y todo lo que puedo hacer con mi vida. Y sí, quizás no tenga ni el 1% del dinero que tenía en mi otra vida, depender del dinero de mis padres y sin mis comodidades fue todo un desafío, pero valió la pena a cambio de todo lo que gané, y tarde o temprano me acostumbraré a una vida más ordinaria en la que pueda salir a fiestas universitarias, conocer a muchas personas interesantes que no me busquen solo por dinero, y por supuesto tener la oportunidad de dedicarme tiempo a mi misma será algo maravilloso.... todavía es complicado lidiar con mamá, después de todo alguna vez ella fue mi hermana menor a la que cuide, por lo que invertir los papeles y quedar a su cuidado es bastante nuevo para mi, pero también me acostumbraré para seguir disfrutando mi vida ahora como Lita.
    Mejor dejo de perder el tiempo y me concentro en ponerme linda e irme a la escuela, falta poco para que comiencen las clases y quiero verme espectacular para invitar a ese lindo chico a almorzar juntos... aunque salir de compras con las chicas también suena muy interesante... además las porristas me invitaron a una fiesta por la noche... me gustaría ir a todos esos eventos, pero con mi dinero tan ajustado, solo podré ir a uno de todos esos sitios. Tal vez si le pido dinero a mi tía ella me envíe unos cuantos cientos, pero eso le quitaría parte de la diversión al intercambio. Adaptarme a los problemas de adolescentes también es emocionante, además que ahora con el cuerpo de Lita no puedo evitar reír al pensar que tengo un montón de tiempo y de vida por delante, por lo que no tengo ninguna prisa por vivir todo lo que me perdí como Mickey, en esta nueva vida haré lo que quiera y viviré mi vida como más quiera. Esa es mi resolución.
Créditos a quien correspondan.

domingo, 15 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Cuarto regalo

-¡Oh por Dios! ¿¡Qué me ha pasado!? ¡Me he vuelto una anciana! Espera, está voz, este cuarto, no me digas que ¡Me he convertido en mi tía!-
Gritaba la joven Juliana al verse por primera vez en el espejo con su nuevo cuerpo, el cuerpo de su tía Alicia.
Juliana siempre admiró, y hasta envidio un poco a su tía Alicia, ella era una mujer solitaria pero con mucho dinero; tenía una casa enorme, muchos autos, sirvientes, y sin problemas lo que muchas personas ganaban de salario en su trabajo durante un año, Alicia lo ganaba en un día. Puede que de su aparente perfecta vida de Alicia, solo hubiera un par de problemas; el primero es que estaba sola, no tenía esposo, hijos, amigos ni una mascota que le extrañará, quizás a que se concentró tanto en ganarse la vida, olvidó hacerse una vida. El otro problema era que ya empezaba a ser algo mayor, estaba cerca de sus 40 años, y aunque tenía muchos años por delante, la joven Juliana pensaba que ya había perdido bastante su tía.
Entre cosas buenas y malas, la joven admiraba a su tía y en la noche de navidad, deseo ser justo como ella, un regalo que Santa le cumpliría al pie de la letra con ayuda de una peculiar neblina violeta.
-Esta ropa, tiene un color idéntico al del humo que vi antes de dormir...Tía Alicia, para alguien de su edad usa ropa interior muy atrevida...y apretada, aunque siendo honesta no me desagrada-
Ya frente al espejo, Juliana veía como le quedaba la lencería de látex: unas calcetas unidas a un liguero, bragas y un corset, los colores fuerte de la lencería hacían relucir aún más la blanca piel de la mujer y su larga cabellera, algo que notó de inmediato Juliana, haciéndola disfrutar más de posar frente al espejo.
-Me pregunto, ¿Qué otra ropa tendrá para usted misma? Si con esto duerme, estoy segura que tiene mucho más escondido para usted misma, y lo voy a encontrar-
La joven estaba lista para empezar a husmear en el cuarto de su tía Alicia, deteniéndose de golpe al pensar que estaba mal, meditó un poco sobre ello hasta que llegó a una conclusión.
-Sería malo si Juliana revisa las cosas de Tía Alicia pero ahora yo soy Alicia, su casa, su dinero, su ropa y su cuerpo, todo es mío, por lo que puedo tomar lo que quiera-
Parecía que la menor, igual de pronto que se asustó por estar en ese cuerpo, ahora disfrutaba de los beneficios que le daba, y con una chequera ilimitada, tomarle cariño al cuerpo de una mujer madura no sería tan problemático.
Juliana había deseado su mayor deseo esta navidad, ser como su tía, y aunque no se le cumplió como ella esperaba, al verla jugar con la ropa o pensar en que gastar un poco de su fortuna, Juliana parecía estar muy contenta de ser tal como su tía. 
Créditos a quien corresponda.