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lunes, 2 de septiembre de 2024

Un nuevo amigo

    Para terminar de la mejor manera las vacaciones de verano, Paola había llevado a su hijo Fer a una grandiosa casa en el campo donde pasaron algunos días llenos de diversión disfrutando de la naturaleza, nadando en un rio cercano y teniendo toda clase de aventuras fantásticas que el al chico se le ocurrían para jugar con su madre lejos de la comodidad habitual de su hogar.
    Una de sus tantas historias recurrentes durante su visita al campo, era "el duendecillo"; Fer había inventado a un personaje o amigo imaginario que se unía a todas sus aventuras y travesuras para hacerle compañía, ese duendecillo era el amigable y leal escudero del heroico Fer, quien siempre que podía, incluía en los juegos a su amigo para hacer sus días aún más divertidos. 
    Paola sabía de este lindo personaje y no le preocupaba, pensaba que su niño era como cualquier otro y había estado más creativo que de costumbre por el cambio de aires al que lo había expuesto. La madre pensaba que el duendecillo solo era otra parte de sus juegos, así que "ella también" podía verlo y jugar con él tal como su hijo, haciéndole saber que una vez terminará su viaje, Fer tendría que despedirse de su amigo, prometiendo que el próximo año volverían para volverse a ver.
    La mujer se sentía orgullosa de como resolvió el problema, con algo de suerte el próximo año Fer ni siquiera recordaría que tuvo un amigo imaginario, por lo que para Paola, la situación ya había quedado resuelta. Sin embargo, Fer estaba muy triste de tener que despedirse de su amigo, que muy lejos de lo que pensaba su madre, el duendecillo sí que era real.
    Desde el primer día en que llegaron a la casa de campo, Fer pudo ver a un pequeño ser de cabello rojizo, grandes mejillas y con una sonrisa juguetona que inspiraba confianza, para Fer fue como ver a un niño todavía más pequeño que él y lejos de tenerle miedo, el niño se acercó a la criatura para conocerla, jugar y volverse los mejores amigos. El chico no esperaba que algo así le sucediera, Fer había hecho un nuevo amigo muy peculiar y estaba listo para divertirse con él y su madre durante su viaje de vacaciones, en especial porque su madre "también" podía ver a su amigo, haciendo posible que los tres pudieran divertirse un montón.
    No fue hasta el último día de sus vacaciones donde Fer comenzó a preocuparse y sentirse triste por tener que dejar atrás a su amigo, teniendo que esperar por lo menos un año más antes de volver a verlo y jugar con él.  El chico intento hablar con su mamá, decirle que su amigo fuera con ellos a casa o quedarse un poco más de tiempo, algo que Paola negó gentilmente, explicando al chico porque no podían hacer eso y recordando que si son tan buenos amigos, el próximo año tendría cientos de ideas para jugar y miles de historias que compartir el uno con el otro.
    El niño terminó por aceptar la propuesta de su madre, pidiéndole unos minutos para ir a despedirse de él, algo que la mujer aceptó, metiendo las maletas al auto mientras veía a lo lejos a su hijo decir adiós a su pequeño amigo imaginario.
    El regreso a casa fue tal como se esperaba, volviendo a su vida cotidiana en una pequeña ciudad tranquila y pasando un par de días ordinarios tal como siempre. Al menos hasta que algo extraño sucedió.
    Fer se había dado cuenta que su madre Paola actuaba un poco extraño; quería jugar más tiempo, guardaba con mucha alegría las monedas más brillosas que encontraba, se portaba más como una amiga que como una madre y eso no le desagradaba pero sí le parecía extraño al chico que un buen día le pregunto a Paola si todo estaba bien.
    La respuesta de su madre hizo que el chico saltará de alegría y gritará con emoción, ya que en el cuerpo de su madre, se encontraba su querido amigo duendecillo. El chico no dudaba de que su amigo estaba en el cuerpo de Paola, pues hablaba de cosas que solo ellos dos conocían y se comportaba justo como él, algo que Paola jamás podría hacer ni aunque se esforzara.
    De esa manera el duendecillo reveló que "el lazo de la amistad que los unía" a Fer y a él era tan fuerte, que ahora el duendecillo podía estar dentro del cuerpo de Paola para estar juntos todo el tiempo que quisiera, su amistad no tenía límites, y siempre que Fer lo quisiera, su leal escudero entraría en el cuerpo de su madre para jugar como lo hicieron durante sus vacaciones. El pequeño e inocente niño aceptó como ciertas todas las palabras de su amigo, quien de manera deliberada ocultó un detalle muy importante.
    En realidad no había un lazo de la amistad o algo así que le dejará al duende poseer el cuerpo de Paola, simplemente el duende no quería dejar de jugar con su amigo, por lo que se escondió en el auto y en cuanto pudo, utilizó su magia para apoderarse del cuerpo de Paola. De esa manera, Fer y el duende podrían divertirse por siempre, ya que la magia que el duendecillo utilizó no tiene forma de revertirse; bastaba con pasar un día en el cuerpo de la mujer para robarle el cuerpo para siempre, y desde que eso sucedió, ya habían transcurrido algunas semanas.
    Ahora el duendecillo se había quedado sin magia o sin poderes, a cambio de tener el cuerpo de la madre de su mejor amigo, para así estar juntos todo el tiempo, dormir hasta tarde, hacer travesuras, jugar y ser inseparables tal como ellos prometieron.
    Desde ahora no hace falta volver a esa casa de campo o pasar las vacaciones ahí para que Fer pueda jugar con su amigo duendecillo, ahora Fer puede jugar todo el tiempo con él en el cuerpo de Paola, quien tomará la responsabilidad de cuidar a su mejor amigo sin dejar de divertirse con su compañía.
Créditos a quien correspondan.

miércoles, 15 de marzo de 2023

Legado de dragona

Hace ya mucho tiempo, en algún lugar muy lejano, existían criaturas de fantasía como los orcos, ogros y dragones que eran combatidos con fiereza por los valientes caballeros y guerreros de diferentes reinos para traer paz y armonía al mundo.
Sin embargo había una temible dragona que por años había atemorizado a pueblos enteros haciéndolos añicos en cuestión de minutos con sus llamas o garras. Ningún hombre, mujer, caballero o mercenario había podido hacerle frente, ni siquiera una pequeña herida le había conseguido hacer, debido a que en pocos instantes morían en las garras o fauces de la bestia inigualable.
Pero todo cambiaría con la llegada de un hechicero, la dragona sin saberlo había arruinado cosas necesarias para sus rituales y eso la había condenado.
Aquel extraño hechicero fue directo a la guarida del monstruo y espero lo necesario para que esta cayera dormida, cuando lo hizo fue su momento de actuar, acercándose y abriendo su hocico para arrojarle a beber una pócima en su gigantesca lengua.
La dragona despertó hecha una furia con ganas de comer y lo anunciaba con su rugido. O eso creyó puesto que sonaba muy diferente, gracias al hechicero.
La pócima que le hizo beber era una para cambiar su anatomía, para hacerla pasar de una enorme criatura invencible y temible a una mujer de cabello rubio y poca ropa obligada a obedecer al hombre al que le entorpeció sus planes, lo único que le dejó el hechicero como rastro de su vieja identidad destructiva, fue la cola y los cuernos que sólo ella había tenido en toda la historia, así cualquiera que la viera andando semi desnuda sabría que fue domesticada por el mago.
Ahora la temible dragona que alguna vez fue la pesadilla de todo ser viviente ya no estaba, para el pueblo quedó reducida a una simple leyenda con la que asustar a los niños cuando se portaban mal. Por otra parte, para el hechicero era algo muy real, ya que con algo más de sus pócimas la feroz dragona había pasado a ser una simple joven tratada como mascota, sin forma de librarse de los encantamientos y quedando su antigua gloria solamente en su memoria.

sábado, 3 de diciembre de 2022

Humanas normales

En una noche como cualquier otra, los curiosos amigos Luis y Ricardo, encontraron algo muy peculiar que llamó su atención.
Ellos estaban jugando en el patio trasero cuando por el cielo, algo se dirigía hacia ellos. 
Los niños pensaron que era algún fuego artificial que caería en su patio por lo que se alejaron sin darle mucha importancia, grande fue su sorpresa cuando aquel "fuego artificial" más bien era una especie de nave espacial; era tan pequeña que apenas y dejó un impacto en el piso, de hecho la confundieron con una nave a control remoto o una especie de dron el cual tuvo un accidente. Sin embargo, cuando los amigos vieron que de aquel juguete salían unos pequeños seres verdes y de aspecto viscoso, fue que lo empezaron a tomar con seriedad.
Asombrados por las diminutas criaturas frente a sus ojos, quienes decían venir en paz, los amigos tomaron la nave y a los seres para esconderla en su habitación mientras pensaban en que hacer.
-¿Como podríamos ayudarles, Ricardo? Necesitan volver a casa-
Preguntaba Luis, a lo que su amigo respondió.
-No lo sé, ¿quizás podamos pedir ayuda a un adulto? Tal vez mi mamá pueda ayudarnos-
-Pero, ¿Cómo nos ayudará? Ella no tiene una nave espacial o algo para que estos pequeños vuelvan a su mundo-
-Tienes razón...pero, ¿Qué tal si me compra una nueva nave a control remoto? Así nuestros amigos podrían ir muy lejos y-
-¿Qué están haciendo, mocosos? Adivinare: tonterías y mucho ruido. Cállense un rato, quiero practicar un poco y todo su ruido me distrae-
La conversación de los amigos se vio interrumpida por la hermana mayor de Luis, Jessica: una joven en sus 20 años, cuyo cuerpo y atributos femeninos todavía se están desarrollando, con un cabello oscuro teñido de dorado, vistiendo ropas cortas y reveladoras, destacando especialmente por su actitud grosera con su hermano menor y su amigo quienes ocultaron la nave y pararon la conversación de golpe.
-Lo sentimos-
Respondieron ambos chicos mientras la rubia sonreía con satisfacción al haber molestado a los menores, cerrando la puerta tras de ella para ir a su propia habitación.
Fue entonces, que tras unos segundos, Luis le preguntó a Ricardo.
-Oye, ¿Dónde están nuestros amigos?-
¿Qué había pasado? Hace unos segundos estaban en la habitación, en su diminuta nave espacial, y ahora no tenían ni la menor idea de donde se pudieron ir los extraterrestres. Luis y Ricardo de inmediato se pusieron a buscar por toda la habitación sin éxito alguno. Después de todo aquellos seres ya habían dejado la habitación mientras los chicos estaban distraídos.
Los tres seres especiales, aprovechando su pequeño tamaño y extraña complexión, se las arreglaron para seguir a la hermana mayor de Luis y con ella desprevenida dieron inicio a su plan.
"El jefe" de aquellos seres se deslizó rápidamente por toda la habitación de la joven, quien estaba completamente distraída al practicar con su guitarra eléctrica y usando su amplificador.
Jessica no escuchaba a los extraterrestres y tampoco los veía, por lo que poseer su cuerpo fue de lo más sencillo: Simplemente el jefe de los extraterrestre se acercó a ella, subió por su ropa y se metió por uno de sus oídos hasta llegar a su cerebro, lugar donde se uniría al cuerpo de la joven para robarlo.
Esa pequeña raza de extraterrestres era muy buena para algo en especial, robar y poseer cuerpos, cosa que Jessica acaba de experimentar. Aunque para ser honesto, aquella grosera y ruda hermana mayor ya no existía como la conocían, ahora era un extraterrestre el que poseía ese cuerpo, sus recuerdos y su vida, la asimilación o robo de cuerpos estaba completa, por lo que era una persona nueva a disposición del extraterrestre.
-¿Como te sientes, jefe?-
Preguntó uno de los extraterrestre restantes y que se ocultaban en el nuevo cuerpo de su jefe, o mejor dicho, en el nuevo cuerpo de una Jessica que se movía con torpeza al estar conociendo su cuerpo.
-Muy, muy alta, también algo extraña, este cuerpo siente frío pero no lo culpó; la antigua Jessica disfrutaba de esta ropa aun si su cuerpo temblaba de frío, así que tendré que acostumbrarme o cambiarme de ropa. Pero esa será después, aun tenemos cosas que hacer-
Con un poco de trabajo por culpa de los altos tacones, el extraterrestre apodado "Jefe", quien siempre toma las decisiones, se puso de pie y camino fuera de la habitación. Aprovechando los recuerdos de la antigua Jessica para dirigirse a una habitación en especial, una en la cual no fue recibida de la mejor manera.
-¿¡J-Jessica!?¿¡Qué crees que estas haciendo!? Respeta a tu madre, sal de inmediato y cierra la puerta-
Gritaba con vergüenza una mujer totalmente desnuda, de cabello largo y oscuro, con una figura pequeña pero bien cuidada, con algunos años más que Jessica y que tal como decía, resultó ser Sandra, la madre de aquella rubia a quien le habían robado el cuerpo hace unos minutos. 
-Mente, ve por el-
Se escuchó decir a Jessica, quien estiró su mano y de ahí salió disparado un segundo alienígena cuyo nombre clave era "mente", ya que él era la mente de estas y sus operaciones pasadas. 
Sandra no tuvo mucho que hacer, aquel factor sorpresa fue decisivo para el segundo robo de los alienígenas. La madura mujer no entendía porque su hija entró a la habitación, porque no obedecía, ni porque dijo esas cosas tan raras. Intentó ponerse algo de ropa antes de actuar pero esa decisión la dejó aún más indefensa, viendo como el pequeño extraterrestre aterrizaba en sus pechos para subir rápidamente por su boca, y tal como pasó con su hija, sufrir un robo de cuerpos gracias a esos peculiares seres. 
-Ahora entiendo a que se refería el jefe, estos cuerpos son tan débiles y sensibles, a nosotros no nos afecta el frío pero ahora que no visto ninguna prenda humana, mi cuerpo femenino comienza a temblar como una forma de mantener el calor...es extraño pero fascinante-
Tal como la mente que es, el segundo extraterrestre sentía aún más curiosidad y fascinación por el cuerpo que había robado; explorando cada recuerdo y pensamiento de la anterior Sandra, viendo con el máximo detalle cada centímetro de su nuevo cuerpo, y planteando todo tipo de ideas sobre los límites y capacidades de su nuevo cuerpo humano. 
-Me da gusto que tu nuevo cuerpo te agrade, mente, pero aún falta un cuerpo por robar para nuestro principiante. Muchacho de ti depende tomar un cuerpo, más te vale hacerlo bien a la primera-
Ordenó el jefe, quien centrado en su objetivo de que todo el grupo estuviera bien, hizo que la mente se concentrará de nuevo en la misión, cuyo objetivo ahora era conseguir un cuerpo más para su principiante. 
Después de que la mente, o mejor dicho Sandra se pusiera algo de ropa, la última víctima llegó de acuerdo a lo planeado. 
Verónica, la madre de Ricardo, había llegado por su hijo para irse a casa. 
No obstante, los alienígenas ya tenían prevista su llegada, por lo que el jefe y la mente, se las arreglaron para llevar a Verónica hasta la habitación de Sandra, donde la harían caer en la misma trampa de la cual la anterior Sandra no supo escapar. 
-Sandra, ¿Qué pasa? Dijiste que querías hablar en un lugar más privado pero, ¿es por Ricardo? ¿Acaso hizo algo malo?-
Preguntaba con algo de nervios Verónica, quien apenas llegar a la casa fue recibida por su amiga Sandra, quien le pidió hablar a solas en su habitación de algo muy importante. Inocentemente Verónica pensaba que justo eso iba a pasar, pero una vez que entró a la habitación, su destino también ya se había sentenciado. 
-No, de hecho su descendencia fue de gran utilidad para nuestra causa. Por lo que debería sentirse honrada de habernos ayudado-
-Okey...¿Entonces mi hijo hizo algo bueno? Estas hablando de una forma muy rara, amiga pero-
Finalmente el último alienígena conocido como el "principiante", al ser el más joven y nuevo en el grupo, pudo adentrarse en el cuerpo de Verónica para poseerlo.
Verónica era una mujer mucho más destacada que Sandra o Jessica, la madre soltera tenía un largo cabello oscuro, con una piel un tanto bronceada, pechos de mayor tamaño que las otras mujeres y unas caderas perfectas, básicamente su cuerpo era el mejor de los 3 tanto para el cortejo como para tener descendencia. Y al ver la provocativa lencería que llevaba, dicha suposición de su cuerpo, ahora se confirmaba.
Créditos en la imagen.
-Principiante, ¿Qué estas haciendo? Tienes que usar tus prendas humanas para que no sientas frío o expongas tus puntos débiles-
Comentó el jefe, teniendo una rápida respuesta de el principiante que no dejaba de admirar su nuevo reflejo ante el espejo.
-Estoy al corriente de eso pero, ¿Qué puntos débiles? Si este cuerpo es perfecto para el cortejo humano, incluso después de poseerlo no dejó de sentir atracción hacia el. Además, desde ahora yo soy Verónica y no tiene nada de malo que Verónica se vea desnuda-
El principiante argumentaba algunas cosas destacables que para sorpresa de todos, fueron respaldadas por la mente, quien también comenzaba a quitarse la ropa. 
-El prin...Verónica tiene razón, debemos explorar y conocer nuestras nuevas  anatomías humnas para su cuidado, y también debemos aprender a comportarnos tal como las anteriores dueñas de estos cuerpos femeninos. De esa forma podremos vivir como humanas normales de la Tierra, y no levantar ninguna sospecha de que somos fugitivos de otro planeta, ¿O que piensa usted, jefe?-
El jefe de estos tres alienígenas se quedó en silencio pensando un momento sobre la situación en que se encontraban antes de sonreír y anunciar su decisión, la cual ya se podía suponer cuando también se quito las ropas góticas de su cuerpo. 
-Mis muchachos, creo que ya hemos corrido y escondido suficiente tiempo, la nave no está en condiciones de seguir y nosotros no podemos repararla, así que, ¿por qué no nos quedamos con estas vidas? Desde ahora; principiante, tú serás Verónica, la mamá de Ricardo y buena amiga de la familia; mente, tú serás Sandra, la madre de Luis y mía; yo soy Jessica desde ahora, seré tu hija y la hermana mayor de Luis. Tenemos que adaptarnos lo mas pronto a estas vidas humanas para no levantar sospechas de los humanos ni de los otros seres que pudieran venir a buscarnos, desde ahora somos humanas normales, ¿entendido?-
Todos los aliens estaban de acuerdo con la situación, aceptando con gusto sus nuevas vidas, apuntó de indagar aún más en sus femeninos cuerpos, cuando la puerta sonó.
-Mamá, ¿Puedo entrar a buscar algo? Es algo secreto pero no lo encuentro por ningún lado-
Se oía preguntar a Luis del otro lado de la puerta, interrumpiendo el momento de las nuevas mujeres pero teniendo una rápida respuesta de Sandra.
-No, lo siento hijo pero estoy un poco ocupada con tu hermana y Verónica-
-¿Mamá esta ahí con usted, señora Sandra? Disculpe, ¿le podría decir si puedo quedarme un rato más? Al menos hasta encontrar lo que buscamos-
En ese momento, Verónica respondió.
-No te preocupes, puedes jugar con tu amigo un rato más mientras habló con Sandra, diviértanse-
Tras esa respuesta ambos niños salieron corriendo y murmurando cosas acerca de encontrar "eso" que había desaparecido frente a sus ojos y que por más que buscaban, no tenían ni idea de donde estaban.
Los aliens sabían a que se referían, y aunque tenían muchas ganas de explorar más sus nuevos cuerpos, no tuvieron de otra más que volverse a poner la ropa y pensar una nueva estrategia sobre cómo hacerse pasar por verdaderas humanas, ante los curiosos ojos de sus nuevos hijos. A partir de ahora no sol tenían responsabilidad sobre sus vidas, también la tenían sobre la vida de esos pequeños seres humanos a los cuales cuidarían de alguna forma y se asegurarían de que no descubran la verdad, aunque, aún si lo llegan a saber no hay nada que puedan hacer. Las nuevas Jessica, Sandra y Verónica llegaron para quedarse.


viernes, 28 de octubre de 2022

Samael

Samael es un fuerte y tenebroso demonio que existe desde la antigüedad, su legado relacionado con la muerte, el caos y la destrucción le precede como ningún otro siendo temido hasta la actualidad o siendo relacionado con eventos desafortunados para la humanidad.
Sin embargo, algunos textos también lo recuerda o mencionan como un seductor, generalmente de bellas mortales a las que atrae tanto como para cometer el pecado de relacionarse con él o peor aún servir de sus muñecas con la intención de darle algún hijo como muestra de su imponente legado.
Pero sin importar cuán delicado y cuidadoso fuera en esa labor ninguna mortal le había resultado de utilidad, todas acababan muertas al no ser dignas de portar al hijo de ese ser, claro que ellas morían meses después de volverse adictas a Samael, quien no les guardaba ningún vínculo o aprecio en especial, todo lo contrario, lo único que aquel demonio llegaba a sentir por esas mujeres que morían por él, era una profunda decepción al ni siquiera ser capaces de dar a luz. 
Cansado de intentarlo, ya que llevaba siglos buscando alguna mortal que fuera digna sin buenos resultados solo le quedaba una opción, hacerlo él mismo.
Le había tomado mucho tiempo tener el poder y la oportunidad pero finalmente había llegado por lo que tanto había esperado, cuando una joven destacó de las demás pero destacar por su cuerpo no bastaba, necesitaba algo del ser demoníaco y futuro padre, y la única forma de darle ese poder era entrando en el cuerpo de la joven para compartirle su esencia con algunos resultados muy buenos para el demonio.
La joven no pudo hacer nada, un escalofrío la recorrió y se acabó, ahora Samael poseía el cuerpo de la mortal provocando cambios en ella al momento.
Lo primero que le pasó fue que de su cabeza brotaron cuernos largos y puntiagudos de color negro, luego alas le salieron por la espalda que asemejaban a las de algún murciélago, sus uñas también oscurecieron y se alargaron como para poder dejar marcas más letales que las de algún animal, tenía unas largas botas de látex que le recorrían casi todas las piernas y por último unos pequeños objetos que cubrían las zonas íntimas de su cuerpo, aunque dejaban por completo al descubierto todo lo demás.
Era tan hermosa que podía confundirse con un ángel, sin embargo ella era todo lo contrario.
-Al fin, una mujer digna, con este cuerpo no me extrañaría ser confundido con la lujuria, es una creadora de pecados andante, de no ser porque será mía, la mandaría de esta forma a ser la manzana de la discordia en todos los hombres, nadie se le podrá resistir, por eso fue la elegida-
Samael caminaba deleitándose con su nuevo aspecto, había sido de lo mejor que tenía en  años y pensaba disfrutar cada mínimo detalle antes de cumplir su cometido, después de todo si quería un heredero debía dejar embarazada a ese cuerpo humano que poseía, la pregunta era como es que lo haría.
Tenía dos opciones, en la primera él mismo pasaría el proceso de la mujer para tener a su primogénito en menos de un año buscando quien fuera digno de tener sexo con ella o por otro lado, él sería quien disfrutaría de cogerse a la humana con el coste de esperar unos meses ha que la transformación se volviera permanentemente, debería vivir cerca de un año mortal en ese cuerpo para que se quedará con esa forma demoniaca  y así poder soportar el sexo y el embarazo una vez el demonio regresara a su antigua forma.
Fuera una forma o fuera la otra, Samael daría inicio a un nuevo legado viviendo como una mujer de la lujuria un tiempo hasta tomar su decisión.