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sábado, 17 de mayo de 2025

De vacaciones con mi padre 2

-¿¡Que demonios me ha pasado!?-
     Grite en cuanto mis sentidos volvieron en si, despertando en la cama de forma apresurada, usando solo mi ropa interior y quedando sentado a lado de mi padre, empezando a recordar las cosas con la cara roja por todo lo vivido el día anterior.
-¿Qué más hice?-
    Me preguntaba a mi mismo viendo las enormes tetas del cuerpo de mi madre, subiéndome los tirantes del sostén que vestía para que sus pechos no se salieran del mismo.
    Me concentraba en intentar recordar....use el viaje astral para llegar al cuerpo de mi padre y así disfrutar de sus vacaciones en la playa, pero por un accidente terminé en el de mamá y ahora estoy de vacaciones con mi padre en el cuerpo de mi madre.
    Recuerdo que me vestí con ese humillante bikini que apenas y me cubría algo apretando todo mi ser. Luego recuerdo huir de las caricias de mi padre durante el mar durante casi todo el día, él quería hacerlo ahí mismo pero de alguna manera lo convencí de que no, que aguantará hasta la noche y que en la privacidad de nuestra habitación haría que la espera valiera la pena.
    Pasamos un par de horas a los pies del mar donde comimos y charlamos de una forma que nunca imagine, después de todo él no sabía que estaba hablando con su hijo, papá creía que yo era su esposa y por ello sufrí muchos incómodos acercamientos, donde lo más sorpresivo fueron unas nalgadas que dejaron marcado mi culo un rato y el otro fue un abrazo a mi cintura por detrás, dejándome sentir como el cuerpo de mamá lo disfrutaba, fue muy difícil no gritar o alejarlo en ese momento pero cuando lo logré y aparte a papá de forma discreta, no pude evitar sentir como mi cuerpo se entristeció al sentir que él se alejaba de mi lado y dejaba de restregar... esa cosa cerca de mi trasero.
    Cuando salimos de la playa me hizo vestir de forma elegante, usando unos tacones negros y un atractivo vestido rojo, el mismo que había usado para su aniversario hace un año y que desde entonces era su favorito. 
-¿Por que se lo del vestido? ¿Lo sé como consecuencia del viaje astral? Veamos, recuerda más-
    Deje de pensar en el día anterior para ir más lejos en los recuerdos de mamá, recordando un montón de cosas y sus sentimientos de esos momentos: la sensación de su primer amor con papá, la felicidad  cuando se casó y está con él o conmigo, la mezcla de emociones cuando nací, incluso tenía los recuerdos y sensaciones de su primera vez y el resto de experiencias románticas con mi padre, ¡joder! ¡Que ahora lo sabía todo! Y creo que ni estando en mi cuerpo lo podría olvidar, la imagen pura que tenía de mi madre fue distorsionada por sus propios recuerdos, será muy buena y todo pero en serio que era una pervertida,lo que explicaba muchas cosas de anoche, de como me siento y que es lo que deseo.
-Anoche-
    Dije para volver a tener en mente mi objetivo de recordar que pasó después de la cena donde terminé borracha, creo que mamá no es buena con el alcohol y eso hace confusos sus recuerdos de anoche.
    Me esforcé en recordar más de lo sucedido, pero un ruido a lado de mí me alertó, haciéndome arrojar el sostén, recostarme y tomar la mano de mi padre, él estaba a punto de despertar y por los recuerdos se que mamá siempre lo espera de la forma en que estoy para decirle.
-Buenos días, tigre ¿Dormiste bien anoche o quieres que endulce tu día?-
-Dormí muy bien gracias a ti y hoy seguro que será igual pero tendremos que movernos, es un día muy ocupado y está noche me aseguraré de darle un hermanito a nuestro hijo-
    Tuve mucha suerte de que tan pronto como despertó ni me beso y en su lugar papá entró a la ducha para poderse bañar, dejando en claro que no volvería a mi cuerpo este día por el recorrido matutino y que por la noche me daría un hermanito. Me fue imposible enrojecer y ver mi abdomen, la sola idea de quedar embarazada o tener sexo me aterraba. La única cuestión es que si sería mi primera vez o si anoche también lo hicimos y por el alcohol ni lo recuerdo en estos momentos.
    No quería ni tenía tiempo de pensar en ello, en su lugar buscaría como hacer el ritual de nuevo para volver a mi cuerpo antes del sexo, ya que aunque el cuerpo de mamá estaba listo para ser mamá otra vez, yo no estaba listo para vivir la experiencia del proceso. 
    Con esa sensación de deja vu por verme atrapado en esta situación igual que el día anterior, mi segundo día de vacaciones estaba por comenzar.
Créditos a quien correspondan.

sábado, 10 de mayo de 2025

De vacaciones con mi padre

    Mis padres habían llegado muy emocionados hace unas noches a la casa, me contaron que en un concurso se ganaron un pase doble para irse de viaje a una playa de ensueño y que me dejarían solo el próximo fin de semana para irse al viaje mientras yo podía hacer lo que quisiera en casa.
    Que ellos salieran de vacaciones sin mi no me hubiera molesta en otras circunstancias, pero me moría por ir a la playa desde hace unos años y que por alguna u otra razón no lograba poder cumplir mi deseo, así que les pedí que me llevarán con ellos, que no hacía falta pasar las vacaciones juntos pero que me incluyeran en el viaje, algo a lo que ambos se negaron rotundamente, y que debo reconocer su rechazó me enfureció bastante.
    Pero ante su negativa, yo ya tenía un plan, iba a hacer un viaje astral para poseer a mi padre y estar en su cuerpo uno o dos días en la playa y luego volver a mi cuerpo para así no levantar tantas sospechas sobre lo que había pasado. Era un plan genial, así yo disfrutaba de la playa con ellos y luego les daba su espacio por las noches para que la pasarán a gusto como seguramente querían, puesto que con el cuerpo de mi madre y el poco tiempo a solas que ellos tienen, no tengo dudas de que mi madre y especialmente mi padre estén ansiosos por un momento único.
    Sin embargo algo salió mal y justo cuando mi espíritu iba a entrar en el cuerpo de mi padre antes de subir al auto, mi madre se interpuso en el camino, obligándome a entrar en ella y sin forma de salir de su voluptuoso cuerpo ya que los preparativos tardaban al menos una hora en hacerse para poder realizar el viaje astral.
    Intenté regresar a casa un momento, bajar del auto con el pretexto de que me había olvidado de algo, pero mi padre nunca dejó de hablar, no me dejó bajar e incluso intentó acariciarme en varias ocasiones pero le decía que pusiera atención al volante para que no insistiera en hacerme algo que me hiciera sentir raro, después de todo el cuerpo de mi madre era diferente al mío, sobre todo al lado de mi padre.
    Tan pronto como llegamos al hotel dijo que iríamos a nadar tal como lo habíamos acordado, o mejor dicho él y mi madre lo acordaron, así que me tocaba usar su bañador y nadar con mi padre para que no sospechará que había algo extraño "en su esposa".
    Tratándose de mi madre, esperaba un traje de baño de una pieza o quizás un bikini con pareo como lo que ha usado mi madre en otras ocasiones, pero ver los hilos rojos que tenía que ponerme como traje de baño me dejó sin palabras. Se trataba de algo que nunca pensé de mi madre y que tan solo de verlo me hubiera hecho no querer ir al viaje sin dudarlo por la vergüenza de ver a mamá andando de esa manera. No obstante, ya estaba aquí atrapado y sería peor no usarlo.
   Los hilos eran incómodos, estaba seguro que en cuanto me lo quitará dejarían la marca de donde habían estado en mi piel y las partes de tela que deberían cubrir mis pechos apenas y podía tapar el pezón, sentía que en cualquier momento podía romperse en pedacitos aún más pequeños esta cosa, pero aún así salí para ir con mi padre a la piscina.
-Hola, amor. Vaya vista, te pusiste algo genial para mi-
-¿Te gusta?-
-Sí...no solo eso, me excita-
    No pude evitar ponerme rojo y temblar con esa declaración y la  mirada lasciva de mi padre, quien me estaba viendo de una manera que un padre no debería de mirar a su hijo, por desgracia, yo mismo sé que él no está mirando a su hijo, está mirando con un deseo carnal y pasional a su amada esposa en un atuendo cuando menos revelador.
-A-ah...g-gracias, querido-
-¿Que pasa, amor? No deberías estar temblando tanto-
-Yo....perdón, estoy algo ansiosa...creo que me equivoque de traje-
-¡Tonterías! Te ves perfecta y tú misma lo elegiste en la semana, que se vean tan ajustado es lo mejor ¿No es así? Ya muero de ganar por quitártelo-
-¡No! Quiero decir, yo también pero no ahora ¿Que tal si nadamos un rato?-
-Buena idea, entre más lejos vayamos menos gente nos verá, vienes muy atrevida ¿Eh?-
    Mi rostro se puso peor, no veía por donde salir de esta ya que mi padre no daba ninguna oportunidad de retroceder.
-No, tontito. Solo quiero nadar y ser cuidada por mi esposo pero en la noche...-
    Intente sonreír de forma pícara a pesar de la profunda humillación que sentía, logrando que mi padre hiciera lo mismo y aceptará lo que decía como una propuesta y motivación para cuando llegará la noche, por lo que de momento me había salvado, pero no sabía que hacer por tanto tiempo, todo el día estar así sería un martirio, y ya ni hablar de todas las vacaciones.
    En primera yo era un foco andante de atención con este traje que se me pegaba y apretaba por donde sea, apretaba las pocas partes de mi cuerpo que cubría y sentía que en cualquier momento lo podía reventar para quedar desnuda a los ojos de todos; hombres y mujeres que por alguna razón deseaba que me vieran. También estaba el hecho de que mi padre no parecía estar dispuesto a dejarme entonces debía tener cuidado con sus manos u otra parte porque este cuerpo no lo resistiría. Por último y peor, tenía que arreglármelas en la noche para hacer el viaje astral cuando él durmiera pero a este paso la única forma de que se vaya a dormir es después de haber cogido con mi mamá y por ende conmigo, de entre todo era la experiencia que más buscaba evitar así que tenía todo el día en la playa para pensar en algo y escapar de mi aparente destino en estas vacaciones.
Créditos a quien correspondan.

viernes, 2 de mayo de 2025

Las hermanas

-Wow, ¡Papi usa cosas tan lindas! Déjame usarlas ¿Como se usan?-
    Pregunto con curiosidad la pequeña albina de ojos azules a la par que se acercaba por detrás a la pequeña chica rubia para jalar su ropa y su liguero.
-¡Oye! Dayanna, deja a tu padre en paz, esta ropa no es para niñas, así que no la puedes usar-
    Suplicaba la rubia que no sabía si cubrir sus pechos o intentar quitarse a su hija de encima para evitar que por accidente terminará desnuda frente a ella.
-Pero papá ahora es una niña ¡Una niña muy linda! Así que tampoco debe usarlos, ya quitate lo para entrar al baño-
-¡No! Suelta mi ropa interior, Dayanna tu padre te está pidiendo algo-
     Aunque intentaba sonar autoritario tal como el hombre que era, su voz actual digna de niña asustada y avergonzada no le ayudaba para nada en su débil intento de calmar a su hija pequeña.
    En la mañana, Raúl estaba jugando con su hija Dayanna mientras su esposa preparaba el desayuno, divirtiendose un montón al pasar el rato juntos hasta que la pequeña albina preguntó si tendría una hermana algún día.
    Raúl sonrió ante la sorpresiva pregunta, y dijo que cuando menos se diera cuenta Dayanna ya no estaría sola, cosa que alegro un montón a la menor y que por alguna razón sucedió de inmediato cuando una misteriosa y densa neblina violeta apareció en la habitación, rodeando de pies a cabeza al hombre mientras su hija hacía todo lo posible para jugar y disipar la neblina.
    Mientras el hombre estaba dentro de la neblina, pudo sentir como todo cuerpo cambiaba, como se hacía más pequeño, como perdía mucho músculo, como todo su cuerpo se hacía más delgado, al igual que una extensa cabellera rubia le crecía, seguido de muchos más cambios que apenas podía ver por la neblina, la cual una vez desapareció, hizo que Raúl soltará un grito chillón y femenino al ver en que se había transformado.
    Ante aquel grito, su esposa Dalia corrió de la cocina hasta la sala de estar para descubrir la nueva condición de su marido, quien ante los ojos de la mujer, parecía una niña tal como su propia hija. Esa comparación no le hacía ninguna gracia al hombre que tenía un nuevo, femenino y adorable aspecto, atrapado en su ropa de hombre que ahora como una niña pequeña, le quedaba enorme dicho atuendo.
    Raúl no estaba de acuerdo con la decisión, pero su esposa se las arregló para cambiarle de ropa por algo acorde a su nuevo aspecto, quitandole su traje negro de oficina por algo perfecto para su nuevo cuerpo y edad. Dalia tuvo que peinar la enorme cabellera rubia de Raúl, colocando un enorme moño rojo para mantener el orden en su cabello, además le puso un vestido rosado junto con unas medias que ya no le quedaban a Dayanna, y aunque Raúl protestó todo lo que pudo, Dalia no dio su brazo a torcer y le puso aquel vestido a su marido feminizado. Sin embargo, el vestido no fue lo más complicado, y ya que Raúl se negaba por completo a usar la misma ropa interior que su hija, Dalia no tuvo más remedio que buscar en sus cajones hasta encontrar un liguero y lencería que hace muchos años había dejado olvidados en su cajón de ropa interior, por lo que Raúl en su nuevo cuerpo terminó usando un vestido viejo de su hija junto con lencería de su amada esposa.
    Todo eso le estaba dando el día más humillante de su vida al padre de familia, quien no podía hacer mucho para regresar a la normalidad, ya que ni siquiera es capaz de entender como fue posible que su cuerpo se transformará de un momento a otro.
    Sin una aparente solución y sin idea de por donde comenzar, Raúl no tuvo de otra más que aceptar la propuesta y posterior decisión de su mujer, quien le ayudaría a buscar una forma de volver a la normalidad, pero hasta que él no pudiera recuperar su cuerpo, Dalia tendría que cuidarlo de una manera similar a la que hacía con Dayanna. En otras palabras, Raúl y Dayanna serían como hermanas hasta que encontraran la forma de hacer que Raúl fuera un hombre de nuevo.
    En una idea repentina, Dalia pensó que conocía a alguien que quizás podía ayudar, pero tendría que visitar ese lugar que estaba un tanto lejos de casa, y tendría que ir sola, porque definitivamente lo último que ambos padres necesitaban era exponer a su hija; ya sea dejándola en casa a solas por tiempo indefinido; o llevándola a ese lugar que podría ser peligroso para alguien de su edad; por lo que incluso si era complicado, la mejor alternativa que tenía sobre la mesa era que tanto Raúl como Dayanna se quedaran en casa mientras Dalia salía a conseguir ayuda.
    A pesar de que al hombre le daba vergüenza quedarse en casa como una damisela en apuros, sería mucho peor salir a la calle y que lo traten como a una niña pequeña tal como a su hija, si los ven definitivamente pensarían que son hermanas o al menos niñas de edades parecidas, por lo que terminó aceptando quedarse en casa y vigilar a su hija que estaba extrañamente emocionada y sorprendida por la situación.
    Una vez que padre e hija se quedaron a solas, la joven Dayanna no dudo en aceptar el rol de "hermana mayor" que estaba cargo de su "hermanita menor", cambiando la dinámica padre e hija por una dinámica entre hermanas a la que Raúl se intentaba negar, pero era sometido por su adorable e inocente hija.
    Después de un largo rato tratando de huir, Dayanna finalmente se las arregló para atrapar a su hermanita en el baño, lugar donde el padre de familia no puede lidiar con su hija, quien ahora es más alta y fuerte que Raúl, aprovechando estas diferencias para pasar un rato divertido con su hermanita al intentar que se bañen juntas.
-Aunque papá usa mis vestidos que ya no me quedan, no usa mi ropa interior, ¿Te gusta más mi ropa o la de mamá? ¿Será que Reina quiere vestirse como una adulta como mamá o prefiere ropa de princesas como yo?-
    La pregunta le pareció tan descarada que Raúl no pudo hacer más que sonrojarse mientras intentaba cubrir su cuerpo y aferrarse a la poca ropa que todavía llevaba puesta.
-Por última vez, señorita. Detente o estarás en problemas. Además, ¿A quién le estás hablando? No me llamó Reina y no pienso aceptar ese nombre, soy tu padre y tienes que respetarme-
    En respuesta, Dayanna sonrió y negó con la cabeza.
-No, tú eres Reina, mi hermana menor. Y como yo soy la hermana mayor, tú tienes que respetarme-
    Logrando arrancarle las medias y el liguero, solo faltaba la ropa interior para que Dayanna cumpliera su objetivo y poder entrar a la bañera con su penosa hermana menor, quien con impotencia no puede hacer más que sentirse avergonzada por la situación y rezar porque Dalia encuentre la solución cuanto antes, ya que como puede experimentar, su pequeña hija está más que lista y ansiosa por ser una hermana mayor, incluso si eso implica que su amado padre se convierta en su linda hermanita menor.
Créditos a quien correspondan.

viernes, 25 de abril de 2025

Mei-chan

    Hace algunas semanas, mientras perdía el tiempo en internet, encontré un anunció muy llamativo en el cual hablaban sobre un concurso para conocer y "hacer tuya" a Mei-chan en su página oficial.
    Mei-chan es una chica famosa en redes sociales, bastante buena por decir de algún modo, ella tenía algún atributo que a cualquier hombre como yo le llamaría su atención; su estatura era baja y de cara adorable además de una actitud linda y juguetona. Sin embargo, esos rasgos son poco habituales en una mujer que ya casi llega a los 30 años, por lo que se creía que era una especie de personaje de redes sociales muy torpe, linda y distraída que dejaba ver demasiado de su cuerpo bastante a menudo para el deleite de sus fieles espectadores. En otras palabras, se comportaba y vestía de esa forma para llamar la atención y con ello ser popular y ganarse la vida, o al menos, una parte más de la misma.
    Sí, su mayor "trabajo" se daba en redes sociales, sin embargo, Mei-chan también era muy popular en algunas páginas para adultos, donde una vez más, mezclando su apariencia llena de inocencia junto a muchos eventos pervertidos, hacían que Mei tuviera un público bastante especial y dedicado a ella.
    De esa forma, por el día Mei-chan se dedicaba a hacer vídeos y publicaciones en sus varias redes sociales y su cuenta personal, mientras que en la noche dejaba de lado su faceta más inocente para volverse toda una atrevida actriz dispuesta a hacer de todo con una enorme sonrisa llena de felicidad para su amado público que siempre la motivaba a ir por más.
    ¿Controversial? Sí, podría llamársela de esa manera, y creo que eso le gusta bastante, ya que en más de una ocasión ha comentado tener la fortuna de mover sus cartas tal como a ella le plazca para mantenerse en boca de todos.
    Volviendo al punto, el concurso para tener a Mei-chan era simple pero muy complicado, consistiendo de una serie de preguntas en una pagina suya, preguntas bastante largas que con el pasar aumentaba su complejidad; pasando de cosas simples como su nombre, edad, etc., hasta llegar a preguntas sobre cuantos vídeos para adultos ha hecho, cual es su posición favorita, que es lo que más disfruta hacer y demás preguntas tanto complicadas como subidas de tono, haciendo que cada vez el contador de participantes en vivo fuera disminuyendo más y más al fallar en alguna pregunta tarde o temprano.
    Así, tras varias horas participando en su concurso, yo era el único que quedaba en el juego, el ganador de tan complicada competencia y quien podría tener a Mei-chan el resto de su vida. Parecía una propaganda algo extrema, puede que fuera una mala traducción o escritura engañosa para llamar más la atención, en especial al leer el largo mensaje que me felicitaba por semejante hazaña. 
    Sin embargo,decidí ignorar aquellos pensamientos para continuar en la competencia hasta que una pregunta más salió, siendo esta última bastante diferente al resto: "Si fueras Mei-chan ¿Qué es lo que harías?". Pregunta rara a decir verdad, pero que según el mensaje podía responder lo que fuera sin alguno castigo, así que tras pensarlo unos segundos se me hizo gracioso responder "seguiría su vida, siendo la mejor Mei-chan que el mundo pueda tener". Con esa respuesta enviada, un mensaje más apareció: "Felicidades, así será" se podía leer en la pantalla solo para dejarme cegado unos segundos y recuperar mi visión.
    Cuando eso sucedió, todo estaba cambiado, ya no estaba en mi habitación y mucho menos era yo, ahora estaba en la habitación de Mei-chan y yo podía mover su pequeño y sexy cuerpo a mi completa voluntad.
    No había forma de creer que fuera real, pero lo era, estaba en el cuerpo de la influencer usando solamente una tanga y un diminuto sostén para cubrir mis pechos.
    Con todo lo raro que me resultaba, empecé a moverme y explorar la recamara de Mei-chan encontrando ropa más decente y otras muy atrevidas, juegos, su equipo para redes sociales y lo más importante, una nota escrita por la misma Mei:
    "¡Felicidades! Ganaste el concurso de Mei-chan, sabes tanto de mi como es posible, incluso acertando en cosas que nunca dije abiertamente, sin duda mereces tenerme para ti solo, así que has lo que se te apetezca conmigo, aunque siendo sincera me gustaría ver que cumples tu palabra de ser la mejor Mei-chan que puede haber, pero si no lo haces, esta bien, tu disfruta tu premio como gustes Mei-chan."
    Con la nota podía asumir que ahora me quedaría así, sin saber donde esta la verdadera Mei-chan y pensando mucho al respecto sobre que haría con su cuerpo, pero una cosa llevo a otra, la otra a la otra y finalmente sonreí para hablar a mis anchas con una profunda libertad al entender por completo que ahora este cuerpo es solo mío.
-¡Entonces eso haré y seré la mejor Mei-chan que el mundo pueda tener!...pero ¿Cómo debería empezar?-
    Los siguientes días aprendí sobre mi hogar, a dejar mis actitudes de chico por las de Mei-chan siendo incluso más atrevida y cariñosa que antes, por último aprendí de los contactos y notas que había dejado la anterior para poder ser la mejor Mei-chan posible, y hoy tras una semana de duro entrenamiento donde me anunciaba mínimamente en mis redes con pistas de que es lo que estaba haciendo, hoy subiré mi primer vídeo a sus redes totalmente en vivo. Dejando todas las cosas para grabar y empezando en 3, 2, 1.
-¡Hola a todos! ¿Eh? Pero la cámara no está... ¿Dónde la abre dejado?
    Di un salto con energía que levantó mi faldita, mientras veía confundida por la ventana buscando mi cámara, levantando mi trasero y sacudiendo las caderas, dejando a la vista de la cámara lo que había bajo mi falda, quedando expuesta en esa posición durante unos segundos con la cámara a mis pies para satisfacer a mi querido público que iba en aumento con cada segundo de la transmisión.
-¡Ahí estas! ¿Pero que haces ahí? Desde ahí abajo no podrán verme-
    Lógicamente abrí mis piernas para agacharme y que todos pudieran ver mi cara al revés mientras los saludaba.
-Ahora sí pueden verme ¡Incluso más de lo debido!-
    Cierto, no llevo bragas y todos pueden verme ahí abajo así que pase mi mano cerca de mi trasero para tomar el extremo de la falda y cubrirme un poco.
-Perdonen a la torpe Mei-chan, eso debía ser una sorpresa, de hecho toda esta semana he estado trabajando en una gran sorpresa para todos ustedes, es una pequeña recompensa por estar apoyándome siempre jajaja-
    Lleva ambas manos a mi cintura de manera orgullosa y recordando una vez más que no llevo nada debajo por lo que volví a cubrirme torpemente con un pedazo de mi falda, doblando sutilmente mis piernas para seguir hablando a la cámara en mi extraña posición.
-Perdón otra vez, tanto trabajo ha tenido muy distraída a Mei-chan pero me veo bonita ¿A que sí?...¿O no? ¡Ustedes son quienes lo deciden a partir de ahora! Verán, a lo largo del día subiré encuestas a todas mis redes sociales, ahí podrán votar para decirme que vestidos o ropa usar, si debería usar liguero, tangas o algo más, un peinado nuevo, de que debería hablar y cuanto se les ocurra porque a partir de hoy ustedes decidirán como es que Mei-chan debe ser para ser la mejor Mei-chan del mundo-
    Mientras hablaba, con mi mano libre fui mostrando unos mini vestidos, faldas, tangas y sostenes, incluso por accidente mostré uno de mis juguetitos que me acompañan en la noche haciéndome ruborizar un poco mientras lo sacaba del cuadro de cámara de forma rápida y discreta.
-Perdón, Mei-chan mostró uno de sus amigos de la noche ¡Cierto! Verlo a él me recordó que al anochecer habrá otro directo para mis otras páginas, espero verlos por ahí, porque en ese vídeo veremos los resultados de la encuestas mientras cabalgo uno de mis... de mis geniales compañeros...¡Geniales en verdad!¿No es así?...¿Será que también les gustaría elegir como o con que debería divertirme por la noche?¿O si debería de traer a alguien de ustedes para ayudarme?...Bueno, soy una buena chica y está no es la hora de hablar +18, todo eso lo hablaremos en el próximo directo ¡así que no se lo pierdan!¡Su amada Mei-chan los estará esperando con los brazos y piernas abiertas al anochecer! Bye bye-
    Cerrando el vídeo en un momento clave, pude sentirme satisfecha de ver el gran número de espectadores que había reunido y como todas mis redes se llenaban de mensajes y reacciones gracias a mi regreso a redes sociales.
    Apenas era mi primer vídeo y ya había superado los números de la antigua Mei-chan. No obstante, esto solo es el inicio, y si de verdad quiero ser la mejor, tengo mucho trabajo por delante, y estoy segura de que todo ese trabajo lo voy a gozar más que la mismisa Mei-chan. Ser una mujer, y ser Mei-chan, será sensacional.
Créditos a quien correspondan.

jueves, 24 de abril de 2025

Cinthia

-Cinthia, date prisa-
    Grité desde la cocina terminando de preparar un montón de deliciosa comida.
-¿Es en serio? ¿Tengo que usar esto?-
-Por supuesto, tú misma lo prometiste-
    Escuché un gruñido como queja habitual de ella para luego oír pasos y finalmente ver cómo se paraba con los brazos cruzados bajo el marco de la puerta.
-Esto es ridículo, ¿Ya estás contento ahora? ¿Ya puedo quitarme esto?-
    Decía refiriéndose al atuendo que elegí para ella y que se tenía que poner por una buena temporada: unas calcetas de franjas moradas con blanco hasta la mitad de sus bien dotados muslos, dejándome disfrutar de una buena parte de sus muslos desnudos hasta llegar a la cintura donde tenía los broches de su pañal morado y que había elegido a propósito más pequeño pero quedando encantado con el resultado, finalmente tenía una blusa rosada sin mangas donde podían verse sus pezones, así como no tenía permiso de usar bragas tampoco le había dado permiso de tener un sostén, su cara además de tener una expresión molesta no tenía ningún maquillaje y arregló su cabello en un par de coletas que me encantan, aún más con esa expresión tan molesta en su cara debido a su adorable atuendo.
    No había duda alguna en que ella estaba muy molesta pero así como ella estaba de peor genio que nunca, yo estaba contento como pocas ocasiones, pues de cierta forma mi fantasía se cumplió.
    Desde hace algún tiempo pensaba en tener un bebé, me gustaba la idea y se la comenté a mi pareja Cinthia quién rápidamente dijo que ella no se veía teniendo niños todavía, o incluso nunca. Fue decepcionante para mí oír esa noticia, pero decidí no insistir y pensar que con el tiempo su pensamiento cambiaría.
    Meses después pregunté una o dos veces más esperando algún indicio de cambio de opinión por parte de mi novia, cosa de la que se burló diciendo que sería más fácil ella ser mi bebé antes que ella me diera un bebé. 
    Okey, puede que todo fuera mi culpa por insistir de esa forma pero tampoco era necesario que ella se burlara tanto de mi deseo, así que decidí presionarla; le hice prometer que lo hiciera, que fuera mi bebé por unos días y que si lo aguantaba, nunca jamás volveríamos a tocar el tema, algo que sin creer mucho de mí aceptó, supongo que nunca imaginó que lo hiciera realmente.
    Pero este fin de semana se haría realidad, un día antes le advertí de que la haría cumplir con su promesa y ella burlonamente lo aceptó una vez más pensando que yo solo estaba exagerando. Sin embargo, hoy es cuando mi novia despierta en nuestra cama y todo lo que encuentra para poder usar es esa ropa infantil que elegí para ella, se estuvo quejando y diciendo que era algo extremo pero después de pelear un rato y recordarle que lo prometió, parece que finalmente cumplirá con lo que dijo.
-No, tienes que usar esos atuendos durante lo que queda del fin de semana, si no lo haces no volverás a ver tu armario como lo conocías-
-Es increíble que me hagas esto A-
-Nada de llamarme por mi nombre, me tienes que decir papá o cosas por el estilo-
-¿Bromeas? No esperes que haga eso-
-Bueno, no esperes que te dé de comer, eres horrible en la cocina y no creo que puedas sobrevivir tú sola todo este tiempo. Para comer, tú siempre has dependido de mi tal como una bebé-
    Parecía que poco a poco dominaba la situación y sin importar la mala cara que me ponía mi bebé, estaba aceptando todo lo que yo le decía, todo lo que me había prometido.
-Okey, entonces "papá", ya estoy vestida, ¿Ya puedes darme algo de comer?-
-Por supuesto pequeña, ven-
    Sin preguntarle algo, la tomé en mis brazos dando un par de palmadas en su trasero mullido por el pañal, besando su cuello para distraerla y que no pudiera liberarse.
    Vi su rostro enrojecer por la vergüenza, y todo el enojo que tenía se había vuelto en una expresión sumisa por mis caricias que al final solo eran un señuelo y que cuando notó, ya era demasiado tarde.
-Espera, ¿Cuando conseguiste esta cosa? Es una silla de bebé enorme y no puedo salir sola, no me digas que-
-No te preocupes, hermosa, ya conseguí todo para que la pases bien en tu fin se semana en pañales pero por ahora no te concentres en tus juguetes o en lo que se aproxima, mejor disfruta de la comida, di "ah"-
    Al ver que no la sacaría de su nueva silla y mesita para comer, Cinthia obedeció lo que pedí, momento que aproveché para darle un gran bocado de puré de manzana, algo que se comió pero le sorprendió.
-¿Por qué me diste eso? Yo no quería puré, dame de lo que cocinaste-
-No. Las bebés comen puré con laxante, lo que yo voy a comer es para niños grandes-
-No,yo quiero comer...¿Dijiste laxante?-
    Le mostré la botella de laxante vacía que había usado para mostrarle que era verdad y seguir con mi plan.
-No te preocupes, bebé. Tienes tu pañal puesto en caso de accidentes y siempre que me avises puedo llevarte al baño si eres una niña buena. Dime, ¿Eres niña buena?-
    Pregunté acercando otra cucharada de puré, el cual mi niña comió a regañadientes diciendo.
-Yo soy una niña buena-
-Así me gusta, ahora hay que seguir comiendo para que tengas energías y una hermosa sonrisa en este fin de semana que tenemos por delante. Te aseguro te vas a divertir-
    Con eso dicho y con Cinthia no muy convencida, siguió comiendo su puré mientras pensaba lo siguiente que haríamos en nuestro fin de semana y tomaba unas fotos de mi bebé que guardaría para siempre.
Créditos a quien correspondan.

lunes, 17 de marzo de 2025

El deseo de la pequeña Eli

-A ver bebita, abre muy bien y di "ah~"-
-No…más de eso ya no, quiero comida de verdad-
    Pedí completamente exhausta de mi situación actual, la que por desgracia no parecía fuera mejorar, algo que solo provocó me hunda aún más en la mezcla de vergüenza y sumisión.
-Aún eres muy pequeña para comida de niños grandes, tienes que comer purés y beber mamila un poco más-
    El tono con el que me hablaron solo lo hacía peor, era humillante que me hablaran como si explicaran las cosas a una niña pequeña que todavía no entiende como funciona el mundo en realidad.
-¿Cuánto más?-
-¿Cuántos más qué?-
-¿Cuántos días más tendré que comer esas cosas antes de tener comida de verdad?-
-¡Aaah! Ya entendí... Quizás unos dos o tres años más, sólo para estar segura de que no te atragantes, sin mencionar que amo cuidar a mi hermanita-
    Sus inocentes palabras parecían cargadas de burla mientras ella me apretaba las mejillas como a una mocosa sin que yo pudiera hacer algo para detenerla.
-¿Y si quiero usar yo sola el baño?-
-¿Tú sola? Eso también es difícil para una niña pequeña como tú, y con todos los pañales que quedan sería un desperdicio enseñarte a usar el baño, así que no te preocupes por eso, tu hermana mayor te cuidara muy bien un largo tiempo-
    Un par de lágrimas quería escaparse de mis ojos e hice lo posible para que eso no sucediera al escuchar la horrible sentencia que se avecinaba para mi al ser tratada como una bebita, y todo por pedir una completa tontería en vez de un buen deseo.
    Mi nombre es Elizabeth, aunque últimamente me llaman "la pequeña Eli" o "Eli chiquita" junto a un largo etcétera de apodos vergonzosos que mi hermano, o más bien mi hermana Sabrina usa conmigo, todo desde hace un par de semanas cuando pedí mi tonto deseo.
    Mi hermano Sebastián de 19 años y yo de 17 estábamos de paseo, hablando de muchas cosas hasta que mencioné lo mucho que él había cambiado porque ya no jugaba conmigo, que incluso había días donde no hablábamos o nos veíamos como antes. Él me respondió entre risas que no fuera una bebita llorona, que su cariño no había cambiado, pero que la vida que ha hecho cada uno se distancia de alguna forma por sus responsabilidades; en su caso la escuela y su trabajo de medio tiempo lo dejaban agotado; y que yo también debería preocuparme más por la escuela y encontrar un pasatiempo; pero para mí eso no fue una buena excusa ni una solución al cambio en nuestra relación desde hace un tiempo, así que cuando pasamos cerca de una fuente de los deseos, lance una moneda y pedí lo siguiente para molestarlo:
-Deseo que mi hermanito no sea tan tonto y me cuide como cuando era pequeña-
    Como era de esperarse, lanzar una moneda a un viejo pozo no cambiaría nada de un momento a otro, todo era normal, lo único nuevo eran burlas de mi hermano por "el berrinche" que yo le estaba haciendo en nuestro camino a casa. Sus burlas, aunque molestas, también me hicieron sonreír y aceptar que solo fui un poco impulsiva y que un deseo como el que pedí no se haría realidad, todo lo que conseguí fue molestar un poco a mi hermano y perder una moneda que bien pude usar para algo más.
    No fue hasta la mañana siguiente que me di cuenta de las consecuencias de mi tonto deseo, cuando daba vueltas en la cama evitando salir de la misma por el cansancio, estaba lista para holgazanear un buen rato ahí. No obstante, de un momento a otro pequeñas e infantiles risas comenzaron a escucharse, y sin darme tiempo de preocuparme o asustarme por este ruido, una pequeña y muy femenina niña saltó a mi cama para despertarme.
-¡Buenos día, bebita! ¿Quién es la más hermosa? ¡Obvio que tú!-
    Me decía una linda chica de cabello corto y castaño con un enorme parecido a mi hermano mayor, lo que en conjunto a su forma de hablarme me hizo despertar por completo. Intenté ponerme de pie para salir de la cama, pero la pequeña niña castaña se río cuando me golpee la cabeza contra unos barrotes, momento en el que me pude percatar de que yo no estaba en mi cama, yo estaba en una diminuta cuna para bebés, y en lugar de mi lencería que usaba como pijama, yo llevaba puesto un abultado y apretado pañal rosa con estampado vergonzoso debajo de un aún más vergonzoso mameluco que aprisionaba mi cuerpo.
-¿Qué estas haciendo, pequeña? No puedes salir de tu cuna tu sola- 
    Me dijo con un tono juguetón e inocente que solo me hizo avergonzar y enfurecer cuando "me señalaron algo obvio" que solo yo parecía no entender.
-¡Ouch! ¿Quién eres tú? ¿Por que me tratas así? ¿Q-qué significa esto?-
    Traté de señalar a la niña castaña, pero al hacerlo me di cuenta que no podía ver mis dedos, ambas manos estaban atrapadas en unos guantes rosados que no podía quitarme por mi cuenta, y que en consecuencia volvían inútiles a mis manos, negándome la ejecución de cualquier tipo de acción que involucre mis manos o dedos.
-¿Cómo que quien soy? Soy tu hermana Sabrina ¿Será que aún está dormida la bebita?-
-¿Sabrina? Y-yo... Yo no tengo una hermana…¿Quién eres?-
    Estaba preocupada por esa respuesta que para mi no tenía sentido, y por alguna razón me sentía mucho más preocupada de lo que debería, yo estaba muy emotiva, como si no tuviera pleno control de mis emociones, por lo que me sentía más preocupada de lo que debería, dando mi mejor esfuerzo para no ponerme a llorar. No obstante de que di mi mejor esfuerzo para no llorar, "mi hermana" pareció darse cuenta de eso, y con una sonrisa sacó un pañuelo de su bolsillo para limpiarme tanto las lágrimas como la cara.
 -Jajaja. Claro que la tienes, ¡Mírame! Y todo gracias a tu deseo, ahora Sebastián soy yo, Sabrina. Y sin la escuela o el trabajo quitándome el tiempo, podré cuidarte todo el tiempo tal como hacía antes de tener mis responsabilidades-
    Me explicó con una enorme sonrisa la pequeña, que lejos de emocionarme para bien, solo me hizo sentir más preocupada que antes.
-Mientras tú dormías me tomé la libertad de tirar toda tu ropa y cosas de niña grande, excepto por unas cosas que me gustaron para mí, también te des inscribí de la escuela, cambie tu ropa y te puse esa mucho más linda para ser mi bebita, igual que antes-
-P-p...Pero no quiero usar mameluco-
-¡No te preocupes! Solo es para dormir o cuando haga mucho calor. Aunque bien podrías quedarte solo con el pañal, ¡como te sientas más cómoda!-
    Mi hermana bajó el barandal de mi cuna para cargarme en brazos sin ningún problema, algo que sinceramente me sorprendió, porque incluso con el aspecto de una niña no mayor de 10 años, ella tiene la fuerza y habilidad necesaria para dominarme y cuidarme aún si yo tengo mi cuerpo de adolescente. Traté de forcejear y de sacudirme, pero mi hermana con inocencia seguía sonriendo mientras me llevaba en brazos para seguir cuidando de mi sin importarle mis protestas.
-Tampoco quiero usar un pañales... sería muy humillante... por favor, Sebastián-
    Cuando dije eso y le hablé a la niña con el nombre de mi hermano, ella solo suspiró y negó con la cabeza mientras me llevaba en brazos.
-Ya te he dicho que mi nombre es Sabrina, y eso si que no, eres muy pequeña y hasta que aprendas a utilizar el baño tienes que usar tus lindos pañalitos, ¡Que debo decir te quedan hermosos! Te ves muy linda, tierna y atrevida para ser tan chiquita-
    Me dijo con total ternura que me hundió en la vergüenza total, con ella tocando un poco mis muslos mientras me cargaba hasta la cocina para volverlo todo peor cuando Sabrina me sentó e inmovilizó al sentarme en una sillita alta con mesita, sitio en el cual apenas podía entrar para que ella me de de comer justo como hace ahora.
-No digas cosas tan vulgares sobre mí-
-¿Perdón? No tiene nada de vulgar alabar tus muslos, bebita, son tan grandes y suaves que quisiera dormir en ellos, puede que algún día muy pronto lo haga-
    Mencionó estrujando y pasando sus manos por mis muslos que eran imposible no ver, el pañal era pequeño y apretado aunque muy notorio por estar abultado, me cubría casi lo mismo que mis bragas así que muy buena parte de mis muslos y piernas andaban al desnudo por la casa para goce de mi hermana mayor, quien sin dudar me puso un babero, abrió un frasco de papilla para hacerme comer y me sirvió un biberón con leche tibia para beber, intenté negarme a hacer eso, pero solo conseguí terminar toda sucia de la cara y que me limpiará con el babero. En cuanto terminó de darme de comer, mi hermana Sabrina se las arregló para hacerme eructar, lo cual hizo que me cubriera el rostro sonrojado por lo vergonzoso de ese momento.
    Una vez terminamos el desayuno, Sabrina me deja jugar con mis nuevos peluches y muñecas o me da permiso de ver las caricaturas hasta que llegué la hora de la siesta. Una vez que despierto de mi siesta, ella me baña, me cambia y me deja seguir jugando bajo su supervisión y compañía, terminando muy pronto el día cuando ella me mete a mi diminuta cuna para leerme un cuento para dormir y dejarme ahí atrapada hasta la mañana siguiente.
    Mi rutina es agobiante y monótona, apenas hay diferencias de un día a otro por lo que veo en tele o con lo que juego... y por muy humillante y vergonzoso que sea admitirlo, lo más variado en mi día son los momentos donde tengo que ir al baño. No me hace ninguna ilusión o alegría tener que ensuciar mis pañales, pero si ella tiene cerrado con llave el baño, por mucho que intente aguantar o suplicar, no he tenido más remedio que verme obligada a hacer mis asuntos en mis nuevos pañales, para que después de una revisión o yo misma decirle a mi hermana mayor, ella me cambie, me felicité y me de permiso de seguir jugando o mirando caricaturas.
    Han pasado muchos días desde que por mi culpa y mi tonto deseo, mi hermano y yo hemos cambiado por completo nuestras vidas por estas vidas de las que no he encontrado forma de escapar, ahora no tengo ni un momento a solas, desde que despierto hasta que me quedo dormida ella está presente en todo, llevando mi inocente deseo a un extremo del cual no sé como liberarme o volver las cosas a la normalidad.
    Ella no es mala del todo, de hecho diría que todo lo contrario, cualquier mamá moriría de envidia ante esta niñera mía que se dedica a mí de forma impecable cuidando mi bienestar, mi apariencia, enseñándome modales y otras cosas que aún se desde antes de volver a ser una bebé y claro, jugando conmigo igual que antes tal y como pedí.
    Pero yo no quería esto, no quería volverme su bebita Elizabeth o que mi hermano se volviera Sabrina, ni pañales ni caricaturas, ni vestidos o ver a Sabrina jugando y tomando mis antiguas cosas, no quería nada de esto, al menos no de está forma tan retorcida en la que se me fue cumplido mi deseo.
    Ya no tengo idea de que hacer, estoy atrapada en mi propio deseo el cual no estoy segura de poder acabar, podría pedirle ir de paseo a mi hermana para buscar el pozo de los deseos y volver todo a la normalidad, pero si Sabrina acepta mi petición yo tendré que salir de esta forma o en carriola o tomada de su mano para que todo mundo me vea, una humillación de la cual no sé si me podría recuperar. Si caminar sosteniendo su mano en casa ya es vergonzoso,  no quiero ni imaginar que tanto me podré avergonzar si todos me ven; una chica de 17 años con un pañal, vestido o ropa de niña pequeña que ni oculta el pañal que usa, todo eso mientras camina de la mano o en brazos de una chica mucho más pequeña.
    Pensé que si aprendía a ir al baño podría dejar de usar pañal, así sería algo menos vergonzoso salir a la calle y me aguantaría en privado la vergüenza de tener que usar un bañito de entretenimiento o algo así, pero con nuestra conversación queda descartada la idea, haciendo que empezará un nuevo mar de lágrimas mientras me alimentaba y pensaba sin mucho éxito cómo sería capaz de volver a mi vida normal.
Créditos a quien correspondan.

sábado, 8 de marzo de 2025

Control de sueños

-Oh, veo que al fin se cumplió mi deseo-
    Digo viendo frente al espejo como mi cuerpo poco a poco se va modificando, cambiando de un sexo a otro en cuestión de segundos: mi tamaño se redujo, mis piernas se volvieron más delgadas, con unas modestas caderas, pechos pequeños y un cabello rubio que me creció hasta llegar a mis hombros; todo mi cuerpo masculino estaba cambiando para volverse justo lo que soñé tener en una mujer, por lo que en silencio disfruté al completo de cada mínimo cambio en mi cuerpo. Después del cambio físico venía el cambio de ropa, el cual estaba a la altura de mis altas expectativas; unas botas con tacón, calcetas blancas hasta los muslos, unos shorts tan diminutos que apenas cubrían mis bragas de rayas y un pequeño top blanco que apenas y cubría mis pechos; era pequeño, ajustado y lascivo en mi pequeño cuerpo, justo lo que deseaba, por no decir que era incluso mejor de lo que imagine.
-Me encanta como me veo, y la transformación aún más, cada vez que ocurre me siento como una de esas chicas mágicas que cambian su ropa normal por su disfraz en medio de cualquier sitio. Aunque yo no soy una chica mágica o algo así, simplemente soy un chico con un montón de suerte-
    Una vez que deje de lado mi cuerpo de hombre para tener el cuerpo de una chica, empecé a posar delante del espejo para confirmar todo lo linda y sexy que soy cuando me veo de esta manera, además de imaginar que es lo que podría soñar esta noche, sonriendo con emoción ante mi idea que iba a invocar para divertirme en está ocasión.
    Desde hace ya algunos meses me di cuenta que puedo manipular mis sueños y todo cuanto soñé, gracias a la aparición de una chica pelirosa quien hasta el día de hoy no he vuelto a encontrarme en mis sueños pero quien fue la que marco un antes y después para mi a la hora de dormir. Esa joven fue quien me hizo darme cuenta de que estaba soñando, y aún mejor, me hizo darme cuenta que podía controlar mis sueños. Puede que haya una explicación más larga o compleja de como es posible controlar mis sueños, sin embargo eso es todo lo que entiendo; mientras sea consciente de que estoy en un sueño, puedo concentrarme en pedir o hacer lo que yo quiera y en este lugar sucederá, volviendo a mi vida cotidiana una vez que me despierta la alarma.
    La primera vez que me di cuenta que podía hacer todo eso, no desperdicie el tiempo y me puse a hacer de todo; soñé que era famoso, millonario y con auténticas bellezas literalmente a mis pies; todo fue tan hermoso y realistas que al despertarme, ya ansiaba que llegará la noche para repetir el proceso, añadiendo o cambiando cosas en mis fantasías para hacerlas aún mejores con cada noche.
    En cuestión de unos pocos meses pude experimentar tantas cosas durante tantas noches, que antes de darme cuenta, había cumplido con todas mis fantasías y mis sueños más perversos al punto de comenzar a quedarme sin ideas ni fantasías que quisiera volver realidad. En poco tiempo cumplí con todos mis caprichos en mis sueños, lo cual me hacía sentir inútil al tener una oportunidad tan buena a la cual no sabía que más hacerle para sacarle provecho. Y no fue hasta que con una gran desesperación por buscar algo interesante, tuve una idea que me heló la sangre al mismo tiempo que me emocionó.
    Ya había cumplido con cada una de mis fantasías de toda la vida, no había cosa que un hombre quisiera que yo no hubiera hecho en mis sueños. No obstante, la idea de convertirme en una chica para soñar con cosas nuevas, fue algo que me hizo sentir vivo nuevamente, esperando con entusiasmos a que llegará la noche para sacarle provecho de una u otra forma a mi capacidad tan especial de controlar los sueños.
    En un momento de claridad y reflexión, pensé que sería extraño, por no decir extremo, convertirme en una mujer para ahora intentar cumplir nuevas fantasías con un cuerpo distinto al mío y desde otra perspectiva. Sin embargo, al pensarlo justo de esa manera y todo lo que podría vivir como una mujer sin consecuencia alguna, fue lo que me motivo a hacerlo, volviendo mis sueños mi patio de juegos una vez más para cumplir con un montón de nuevas ideas que tenía; ya he sido una chica mágica, una elfo, regresé a la escuela, también me volví modelo, actriz, cantante y bailarina, todas estas actividades en más de un sentido, y un sin fín más de cosas interesantes que lejos de aburrirme al hacerlas como una chica, siempre me motivan más y más a ir más lejos en cada aspecto que pueda imaginar, y de verdad que estoy probando todo tipo y clase de aspectos que pueda imaginar.
    Y después de tanto tiempo pasando noches "normales" como cualquier otra mujer, finalmente daré el siguiente, Me llevo un tiempo llegar a esto, había aguantado bastante mis deseos de ese tipo para sacarle aún más provecho a ser una chica, pero con todo lo que ya he hecho durante las últimas semanas, me parece el momento apropiado de llevar mis experiencias de mujer a un nuevo nivel.
-Así que aquí están, se estaban tardando un poco, pero me hace feliz ver que vinieron con mami-
    De la nada un montón de tentáculos empezaron a salir, acercándose a mi pequeño cuerpo hasta cargarme y dejarme "atrapada" a su disposición. Yo "intente" liberarme de ellos, pero todo era inútil, como mi cuerpo no podía hacer nada contra ellos, por lo que solo me quedaba estar a su entera disposición.
    La idea de tener tantos tentáculos en mi cuerpo como para no satisfacerlos a todos me encantaba, quería saber como se sentía que llenarán mi boca, que cargarán conmigo y me desnudaran a la fuerza por completo, que me rocíen afrodisíaco y dejen pegajoso todo mi cuerpo, incluso tener huevos dentro de mi que me hagan madre de más de estas criaturas me fascina....en verdad quiero hacerlo...en verdad quiero vivirlo... en verdad quiero cumplir con mi sueño.
    Los tentáculos me levantaron a un par de metros del suelo como si nada, envolviendo mis piernas para abrirlas mientras un par de tentáculos más pequeños me abrazaban por la cintura hasta desabrochar mis shorts de mezclilla y dejar así a la vista mis húmedas braguitas.
-Maldita sea...no puedo creer que estoy a punto de hacer esto, quizás me embriague de poder al controlar mis sueños....pero no me arrepiento, no hago daño a nadie y al final es mi sueño y si puedo controlarlo, puedo pedir que estos tentáculos me hagan madre y sentirme como toda una mujer-
    De tan solo pensarlo ya me estoy poniendo roja, es un sueño muy peculiar pero que al fin voy a poder vivir, cada segundo estoy más cerca y entre más afrodisíaco me arrojan más caliente me siento, poco a poco me quitan la ropa y aunque "trato con todas mis fuerzas" detener a los tentáculos, tal parece que no sólo usarán mis orificios, también van a utilizar mis dos manos, y creo que es lo mejor, cada vez hay más tentáculos y no podré despertar hasta satisfacerlos a todos y dar a luz a tantos de estos seres en los próximos minutos; en teoría son minutos mientras duermo pero dentro del sueño pueden pasar años y yo seguiré en este lugar tan encantador hasta que decida cambiar de sueño o hasta que mi alarma me arrastré a la realidad; lo que pase primero.
-Bien hecho mis pequeños, sigan así-
    Digo con entusiasmo al ver cómo los tentáculos de mi cintura lograr quitarme la ropa interior, otros tentáculos que sujetan mis piernas las están separando más para adentrarse en mi, los tentáculos en mis manos comienzan a moverse así que mis manos también los acarician "por obligación", saboreando cada uno de estos momentos al ver que un par de tentáculos más se acerca a mi boca y otros tantos a mis otros orificios. Sin duda este será un sueño agotador pero es él que más he deseado y que no terminará hasta dejar a cada uno de los tentáculos bien satisfecho.
-Muero de ganas por comenzar con mi mayor sueño-
Créditos a quien correspondan.

martes, 25 de febrero de 2025

Mi marido

    Después de largas horas de pasión con mi esposo, estaba exhausta y desnuda sobre la cama recibiendo besos y caricias de su parte para hacerme feliz y sonreír. No es por presumir, pero él es maravilloso, no sólo en la cama como para dejarme sin aliento, también es un encanto de persona por lo que puedo decir con total alegría que soy muy feliz de ser su mujer, tal como lo soy desde hace muchos años.
-Ya vuelvo, Dana. Espérame tan linda como siempre-
    Me pidió con gentileza mi marido, dando un último beso en mis labios antes de levantarse de la cama para ir al baño, brindándome un momento a solas en el cual sonreí y giraba en la cama satisfecha por todo lo que habíamos hecho en horas anteriores en vísperas de nuestro aniversario.
    Sin embargo, toda mi calma y alegría que sentía se esfumó en un solo momento tras oír un grito de miedo desde otra habitación, un grito que para hacerlo aún peor, era definitivamente de una mujer. La voz era aguda como pocas y sin lugar a duda venía desde el baño de la habitación que comparto con mi marido.
    Tan asustada como preocupada por aquel grito, me levanté de la cama para correr hacía el baño y descubrir que es lo que ocurría , abriendo la puerta para ver a alguien que no era mi marido, él no estaba por ningún lado del baño, en su lugar solo estaba una mujer de largo cabello castaño que le cubría toda la espalda, semidesnuda al solo llevar unas pantimedias oscuras encima de una tanga violeta junto con un sostén a juego del conjunto, pero demasiado pequeño para los enormes pechos que tenía la chica. Cuando ella me vio intento cubrirse, y en el proceso solo provocó que su sostén se rindiera y dejará a mi vista a sus enormes compañeras.
    En el momento que nuestras miradas se cruzaron ambas gritamos y nos avergonzamos por la situación. Sin embargo, la primera en actuar fui yo, tomando como "arma" una lata de spray para cabello que estaba cerca y apuntar en contra de la joven que parecían tan confundida como asustada de tenerme en frente.
-¡Dana! ¡No hagas nada! ¡Soy yo!-
    Me dijo la joven a quien por primera vez en mi vida había visto, intentando cubrirse los pechos con una mano y la cara con la otra, retrocediendo tanto como podía para evitar que apuntara el fijador sobre su cara.
-¿Tú quien eres? ¿Cómo sabes mi nombre?-
    Pregunté sin confiar del todo en la castaña, que una vez más me repitió.
-Ya te dije que soy yo... solo que no sé que me ocurrió... ¿Tú viste algo? ¿Sabes que me pasó?-
    Su insistencia solo me ponía de los nervios, y aunque no me gustaba la idea de lastimar a alguien o pelearme con otra mujer, era mucho peor afrontar la idea de que una desconocida había entrado semidesnuda a mi casa.
-Yo no te conozco, pero si no te vas ahora mismo, llamaré a la policía y a mi marido- 
    Cuando mencioné la parte de llamar a mi marido, pude ver como la castaña pervertida se sonrojaba aún más y desviaba la mirada. Por un leve momento tuve un horrible presentimiento, el cual por desgracia no fue tan horrible como lo que decía la chica.
-Dana... aunque no lo creas yo soy tu marido. Yo soy Henry, hace un momento te pedí que me esperarás en la cama mientras yo iba al baño... pero apenas cruzar la puerta pude sentirme muy diferente, todo se sintió muy raro, y cuando encendí las luces del baño ya tenía está forma.... tienes que creerme y ayudarme, no quiero quedarme de está forma, ¿Qué hago?- 
    Aunque las palabras que decía esa chica tenía sentido, era difícil creer que fueran del todo ciertas, por lo que seguí haciendo preguntas sin dejar de apuntar el producto de belleza contra la joven.
-Primero que nada mete tus senos en el sostén... si de verdad eres mi marido, es incomodo ver que tienes pechos más grandes que yo-
    Sin decir mucho más, la castaña me obedeció e hizo su mejor intento para guardar sus pechos dentro del sostén. No obstante, por su gran tamaño y la torpeza de la chica, aún quedaban bastante expuestos.
-De acuerdo, ya que hiciste eso, ¿Cómo puedo estar segura de que eres tú, Henry?-
    La joven puso una expresión de fastidio, los ojos en blanco y suspiró de una manera extrañamente familiar.
 -Llevamos casados 10 años, Dana. Yo fui quien te propuso matrimonio después de 2 años saliendo. Y aunque hoy no es nuestro aniversario oficial, estamos "celebrando" cada noche para intentar tener nuestro primer hijo. Además, llevamos todo el día juntos, así que es imposible que está chica se haya escabullido de tu vista tanto tiempo, y para entrar a nuestro baño solo se puede por esta puerta, así que tú la hubieras visto desde hace mucho-
    La extraña pervertida que había en mi habitación ya no me parecía tan extraña, al menos no del todo, ya que decía cosas que solo mi marido sabía y era cierto que la única forma de entrar a nuestro baño era entrar a nuestra habitación y pasar justo por enfrente de nuestra cama, no había forma de que no la viera, haciendo así que la historia fuera más creíble para mí.
-"Espérame tan linda como siempre" fue justo lo que dije antes de ir al baño... y es lo que suelo decir para que no salgas de la cama, sea una fecha especial o no-
    Aunque no me gustaba admitirlo, cada vez que ella hablaba me daba más motivos para creerle, son cosas que solo mi Henry sabía... pero tener a mi Henry de esta forma es desconcertante. Si así me siento yo, él debe sentirse mucho peor. 
-Por dios, Henry... ¿Que es lo que haremos?-
    Me pregunté en voz alta sin creer que mi marido apenas cruzará la puerta del baño se haya convertido en toda una señorita con mejores curvas que las mías y pechos más grandes que los míos, aunque esos último detalle creo que mejor me los dejaré como pensamientos.
-No tengo idea. No quiero quedarme de esta forma, quiero volver a ser un hombre-
    Al mismo tiempo que él batallaba por los nuevos atributos en su cuerpo, yo intentaba hacerme a la idea de que mi marido cambió de género con solo cruzar una puerta, como si fuera por arte de magia, y de ser el caso, pensaba que quizás también "por arte de magia" habría una manera de devolverlo a la normalidad.
-Yo tampoco quiero que te quedes así, debe haber una forma en que vuelvas a tu cuerpo, solo tenemos que encontrarla. Por  ahora te prestaré algo de ropa hasta que tengas tu cuerpo, cuando vuelvas a ser mi hombre podremos seguir celebrando nuestro aniversario. De momento hay otras prioridades-
    Finalmente baje la lata de spray para el cabello y me di la vuelta para buscar algo de ropa que fuera de la nueva talla de mi marido, sería complicado ya que su cuerpo está más desarrollado que el mío, pero algo de mi ropa podría funcionar para él mientras encontramos la manera de traer su cuerpo de vuelta.
-Bueno... Dana... sí me preocupa volver a la normalidad.... pero... ¿Podríamos seguir con eso ahora?-
-¿Qué? ¿A que te refieres?-
    Tuve que detenerme para mirar de nuevo a mi marido, quien agachando la cabeza con toda la cara roja me respondió.
-Perdón, no quiero presionar... solo que, ya sabes... sería una fantasía hecha realidad vivir el sexo entre chicas-
    Me tome un momento para pensar en sus palabras, solo para estar segura de lo que acababa de escuchar, ver como mi marido agachaba aún más la cabeza y suspirar con un poco de decepción al compartir lo que pensaba.
-No hay duda de que eres mi marido, solo Henry podría pensar algo tan inapropiado en un momento tan serio-
-Perdón... solo es curiosidad….-
    No puedo hablar por todos los hombres, pero al menos mi hombre era "único" de principio a fin, y su petición tan descarada era solo una prueba más de que mi esposo se había convertido "en mi esposa" al menos por ahora. Puede que haya cambiado por fuera, pero por dentro sigue siendo el mismo.
-Primero acostúmbrate a tu cuerpo, y luego me pensaré que lo hagamos de esta forma. Siendo sincera preferiría tenerte como un hombre igual que siempre, pero si eso no llegara a pasar, creo que tendré que acostumbrarme a dormir con otra chica por el resto de mis días-
-¡Lo mismo digo! Sé que mi petición fue un poco tonta, pero de verdad quiero volver a la normalidad... pero también creo que si estamos juntos como siempre, al final todo estará bien, Dana-
-Lo mismo digo, querida-
-¡Oye, no me llames así! No estoy listo para ser tratado como una chica-
    Después de bromear con mi marido sobre su nuevo aspecto, ambos caminamos de vuelta a nuestra habitación para ayudarle a vestirse, y una vez que mi esposo estuviera listo, ambos ponernos en marcha para intentar resolver todo este lío.
Créditos a quien correspondan.

jueves, 6 de febrero de 2025

Una extraña relación

    Cuando pedía que mis padres me prestarán atención y fueran mejores conmigo no me refería a esto, nada más alejado de la realidad.
    Hace algunas semanas yo tenía 16 años y bueno, la mayor parte de mi niñez mis padres se la pasaron trabajando al punto que había días enteros donde no sabía que era de ellos. Y al crecer esto no cambió mucho, con la diferencia de que yo podía valerme cada vez más por mí mismo puesto que no tenía otra opción. Sin embargo, más de una vez me hubiera gustado estar con mamá o papá más tiempo, comer juntos, salir de paseo o simplemente que mostraran más preocupación por el único hijo que tenían. 
    Y con todas esas ideas en la cabeza y cansado de la forma en que mis padre me hacían sentir abandonado, un buen día desperté en otro cuerpo; siendo alta, de cabello rubio, usando una ridícula pijama con diseño de arcoíris y unicornios a pesar de verme mucho mayor como para usar algo así, prácticamente era una adulta joven con un atuendo, cuarto y aspecto muy infantil por alguna razón. 
    Por si despertarme en el cuerpo de una joven rubia fuera poca cosa para mí, eso no era todo porque apenas descubriendo y preguntándome qué había pasado para que terminará en este cuerpo, una mujer entró para abrazarme, preguntar como estaba, sacar mi ropa y empezar a cambiarme como si fuera la cosa más normal del mundo. Quise oponerme de inmediato por lo extraño que me parecía tanto la mujer como lo que quería hacer conmigo, pero al ver como me puse a la defensiva, la mujer solo acarició mi cabeza y dijo que lo dejara todo en manos de mamá.
    No entendía como fue que llegamos a este escenario, pero tal parece que ella ahora es mi madre y se llama Ana mientras que yo con mis nuevos 26 años soy Cassy y entre ambas hay una relación algo extraña por decirlo menos.
    A mi madre le encanta cuidarme y protegerme mientras que a Cassy le encanta ser mimada al punto de la dependencia y deja que haga todo eso por ella, por lo que gran parte de su rutina depende de esta relación donde mamá se hace cargo de todo lo que pueda necesitar y cumple con todo lo que pueda querer.
    Mamá me despierta por las mañanas, me cambia al elegir mi ropa, luego desayunamos y mientras ella trabaja desde casa yo puedo jugar a lo que quiera bajo su supervisión, una vez que ella termina de trabajar hace la comida y comemos para después estudiar un poco, ver una película o lo que sea y finalmente me acuesta para dormir y repetir el proceso a la mañana siguiente. 
    Al principio solo era un poco extraño, pero entre más días he pasado en este cuerpo y en el lugar de Cassy, más asfixiante se siente su vida, yo solo quería un poco de atención por parte de mis padres pero ahora ya no soy un chico, ni tengo a mis verdaderos padres y la madre que tengo no me deja hacer nada que no la incluya a ella, es horrible y realmente no tengo idea de que hacer al respecto con mi situación en la cual no soy capaz de hallar una solución.
    Por ejemplo, hoy después de la comida quiso maquillarme, cosa a la que ya me estoy acostumbrando pero luego de eso me peinó, cosa que sin importar cuán ridículo o infantil fuera he estado tolerando, la gota que colmo el vaso fue cuando me quitó la ropa dejándome en ropa interior para ponerme un tonto vestido de princesa muy corto y femenino, decía que me vería adorable usándolo a lo que respondí que ni en un millón de años me pondría algo como eso.
    Para no alargarlo tanto, discutimos como nunca y me echó en cara que la verdadera Cassy fue quién comenzó y rogó por esta extraña relación así que no dejaría que se echara para atrás "por un pequeño cambio fuera de sus manos".
    Mi madre ni siquiera me dejó volver a ponerme la ropa y me llevo de la mano hasta mi habitación sin cenar y cerró la puerta, dejándome a solas para "seguir haciendo mi berrinche", cosa que terminaría siendo verdad porque aquí encerrada solo tengo mi cama y ya, no hay televisión ni juegos ni siquiera tengo ropa así que a menos que quiera andar desnuda en mi habitación solo puedo andar en bragas y sostén hasta que me deje salir. 
    Me gustaría aprovechar el tiempo y buscar una forma en la que pueda volver a mi cuerpo, volver parece una opción más sencilla que hacer cambiar esta relación con mamá pero insisto, aquí encerrada no tengo forma de hacer nada que me pueda ayudar así que además de quejarme con que yo no pedí esto, solo me queda esperar una oportunidad para volver a la normalidad en esta vida o la anterior. 
Créditos a quien correspondan.

viernes, 17 de enero de 2025

Así es como me veo

-Wow, entonces así es como me veo-
    Me dije a mi misma tras verme en el reflejo de un espejo en la heladería que visite; vistiendo un corto e infantil vestido verde lleno de volantes y adornos esponjosos; dejando a la vista de todo mundo el pañal blanco que yo estaba utilizando, puesto que con lo corta que es la falda de mi vestido, no solo mis piernas con sus cortas medias estaban a la vista, también se veía a la perfección como yo usaba un pañal que combinaba con mi atuendo.
    Al verme en ese crista no había espacio a la duda, yo era una adolescentes vestida con ropa de bebé o de una niña bastante pequeña, abrazando mi peluche favorito, con un chupete colgado de mi cuello y con mi cabello atado en dos pequeñas coletas. Y con ese vergonzoso atuendo puesto, yo estaba dentro de una carriola diminuta en la que apenas podía entrar, siendo llevada de paseo por sus padres hasta quedarme dormida tal como hacemos todos los días desde hace un buen tiempo.
    Supongo que cualquier otra persona estaría avergonzada por vestirse así, incluso yo me siento un poco apenada al ver mi verdadero reflejo por primera vez, sin embargo, esa vergüenza es algo que puedo superar tal como he hecho con cientos de desafíos y problemas humillantes desde que acepté hacer esto por mis padres.
    Aún recuerdo muy bien ese día que llegué de la escuela y donde mamá y papá querían hablar de algo muy importante conmigo. Sospeché en ese momento que querían sermonearme sobre mi desempeño en la escuela o quizás hablar de algún error que cometí, pensé en muchas cosas que nunca pudieron haberme preparado para el motivo real de la conversación.
    Mamá y papá fueron directos conmigo y me contaron que querían repetir la experiencia de tener y cuidar a un bebé como hicieron conmigo hace más de 15 años. Sin embargo, sabían que ya no eran tan jóvenes como antes y que tener un nuevo bebé sería algo muy complicado como para solo ser un capricho que ellos no querían abandonar.
    Por lo que, la solución que ellos propusieron para cumplir su deseo sin meterse en muchos problemas, era que yo estuviera dispuesta a volver a ser su bebé por un tiempo. Me explicaron que eso podía ser posible gracias a un amuleto mágico en forma de pacificador, con el cual papá y mamá aseguraron que si me lo ponía, todo mundo me vería como a una niña pequeña, todavía tendría que comportarme como una niña pequeña y usar ropa acorde a la edad, pero me juraron que al usar ese amuleto, todo mundo me vería como a una niña.
    Aún con toda la explicación, yo no estaba segura de si hablaban en serio, incluso si hablaban en serio yo no sabía si estaba dispuesta a fingir ser una mocosa para satisfacer el extraño deseo de mis padres, quienes para convencerme de que cumplir su anhelo y demostrarme que no era algo tan malo, hicieron un trato conmigo: solo me pidieron que lo intentara por un día, y que si lo odiaba, nunca más volverían a pedirme algo así, por lo que sin muchos ánimos decidí darle una oportunidad a todo eso, para que mis padres no se quedaran con las ganas de cumplir su deseo, y para que una vez que terminará el día, ellos no pudieran volver a pedirme algo tan raro como esto.
    Después de escuchar sus suplicas y promesas, tomé el chupete y me lo coloque, causando una reacción muy contenta en mis padres quienes me juraban que el ponerme el collar mágico me veía exactamente como cuando yo era una bebé.
    Mis padres no perdieron el tiempo, y cuando su emoción inicial fue superada, ambos comenzaron a cuidarme tal como lo harían con una niña pequeña; mamá me dio muchos besos en las mejillas y peino mi cabello, algo que hacía muchos años no hacía ella; papá me cargó en brazos y volví a llamar "princesita", una cosa más que se había perdido con el pasar del tiempo; y si bien, usar un pañal blanco en lugar de pantys y ropa infantil en vez de mi ropa de adolescente era muy vergonzoso, ser vestida y mimada por mis padres era algo muy satisfactorio. 
    Una vez que mamá y papá me vistieron acorde a mi aparente nueva edad, ellos se pasaron el día conmigo, viendo caricaturas o películas, cocinaron para mi, me hicieron muchos cumplidos y me hicieron regalos. Y sí, hacer algunas de esas cosas eran raras, como ver películas de princesas en vez de algo más interesante para mí, pero el tiempo con ellos hacía que valiera la pena ver esas películas pasadas para mi edad o disfrutar de momentos que pensé nunca se repetiría. Hasta la parte de ir al baño fue... interesante, puesto que si no quería utilizar mi pañal, tenía que pedirle ayuda a mamá o papá para evitar algún accidente. 
    Antes de que pudiera notarlo la noche había llegado, y aunque mis planes eran no repetir esta peculiar experiencia, las ganas de seguir disfrutando del momento me pudieron, por lo que no solo les pedí a mis padres seguir usando el collar, también les pedí esa noche que me bañaran y me llevaran a la cama, algo que con una enorme sonrisa aceptaron.
    En ese momento me di cuenta de que muchas de mis preocupaciones se esfumaron, me sentía tan tranquila, protegida y amada como desde hace muchos años no había experimentado. Me sabe mal decirlo de esa manera, pero conforme crecía mis padres y yo cambiamos, nuestra relación cambio, y a veces para mi la vida era muy dura, muy estresante, muy agobiante y muy preocupante, en ocasiones la vida adulta me parecía demasiado, y eso que todavía yo no era una adulta por completo, si con ser una adolescente ya todo era muy difícil, ¿Qué tan difícil podría ser la vida como una verdadera adulta? Pensar en eso me aterraba, pero gracias a la petición de mis padres, pude olvidarme de todas esas cosas por un momento, un momento que intento repetir cada que tengo la oportunidad de estar con ellos y olvidarme del mundo de los adultos.
    Abrirme a esa experiencia me hizo olvidarme de todos los problemas, y desde entonces, cada que llego a casa después de la escuela puedo deshacerme de todo en mi vida adulta para volver a los cálidos y protectores brazos de mamá y papá que me protegen de todos los problemas o desafíos que pueda afrontar en mi vida.
    Es fascinante como al llegar a casa mi mayor problema es decidir que película vamos a ver, a que quiero jugar o con que ropa me quiero vestir, y todos los problemas de niña grande que yo pueda tener, son resueltos por mis padres para que "su pequeña" no tenga de que preocuparse y solo se concentre en ser una niña bonita y feliz.
    Por todo eso, tener este pasatiempo se volvió una maravilla para mi y podía estar muy contenta mientras mis padres juegan conmigo, me dan de comer, me bañan, me compran juguetes y me arrullan hasta quedarme dormida, para que una vez me sienta más segura y motivada, pueda quitarme el collar y la ropa para volver a mi vida ordinaria.
    Por un tiempo pensé que el amuleto no funcionaba, que solo era una mentira de mis padres con la cual tanto ellos como yo podíamos sacar ventaja. Sin embargo, cuando una vecina llegó a casa de imprevisto y me encontró jugando con mi madre, ella parecía muy alegre y sorprendida, preguntando a mis padres si "la bebé" era mi hermanita. Mi madre ni siquiera lo dudo, protegiéndome y cuidándome al responder por mi; mamá dijo que "la bebé" era Alicia, "ella es la hermanita de Reina" para ser exactos, algo que la vecina creyó completamente y después de mimarme un poco se retiró.
    Desde ese momento, cada vez que utilizo el amuleto, yo me convierto en Alicia, quien ya ha sido conocida por más vecinos e incluso por algunos amigos de "mi hermana Reina", y hasta ahora nadie ha sospechado ni descubierto la verdad sobre mi identidad. Aún es raro "ser" mi propia hermana, pero eso me demostró que en verdad todo el mundo me ve como una niña pequeña, y a su vez nos abrió la posibilidad a hacer muchas cosas más fuera de casa.
    Hoy ha sido la prueba definitiva para mi en mi opinión, pues después de varios intentos yendo de paseos cortos por el vecindario, finalmente mis padres decidieron llevarme más lejos para dar un largo paseo por la ciudad.
    Mamá me vistió muy linda, papá me cargó hasta la carriola y mientras yo sujetaba mi peluche favorito y tenía el chupete en la boca, fue que salimos de casa para nuestro paseo.
    Aunque el corazón me aceleraba al comienzo, poco a poco me di cuenta que nadie se daba cuenta de mi verdadero aspecto, había pequeñas sonrisas o saludos a "la bebé" o a "la nenita" dentro de su carriola, nadie me veía raro a pesar de ir jugando con mi peluche o estar vestida de esta forma, simplemente y de verdad yo era una nenita que salía de casa con sus papis, y eso me alegraba un montón y me llenaba de una extraña satisfacción que me hacía pensar que sin duda podría acostumbrarme a esto, incluso pensé que podríamos llegar más lejos de lo previsto e ir al parque o algo por el estilo, pero esa decisión dependería de lo que papi y mami quieran hacer con su niñita Alicia.
    Por ahora lo que puedo decir es que me siento muy contenta con el paseo, y aunque mamá tuvo que limpiarme la cara con mi babero, pude comer un delicioso helado con papi y mami antes de volver a casa.
    Sin embargo, cuando mamá terminó de limpiarme, pude ver por primera vez mi verdadero aspecto bajo los efectos de ese chupete tan especial. Sin duda el chupete sigue haciendo su efecto, todo mundo me ve como una niña tan pequeña que todavía tiene problemas para comer por si sola, pero frente a mis ojos está la innegable imagen de una adolescente vestida como bebé y metida casi a la fuerza en una diminuta carriola.
    Al verme de esa manera, me sentí bastante avergonzada, como hacía mucho tiempo no me sentía, pero también se me ocurrió una solución para superar esos sentimientos sobre mi misma.
    Al verme tal como estoy ahora, pensé que quizás no estaba lista para ser una adolescente, mucho menos ser una adulta, quizás mi cuerpo creció pero yo sigo siendo una niña pequeña dependiente y necesitada de atención. Por lo que, quizás y solo quizás, yo no estoy hecha para ser la asombrosa hermana mayor Reina, no estoy lista para lidiar con la escuela, para preocuparme por la universidad, para resolver mis problemas y valerme por mi misma. Quizás, yo de verdad merezco ser Alicia, la hermanita pequeña y consentida que no duda en ponerse a llorar para que papá y mamá vayan a su rescate a cambio de una hermosa sonrisa de su niña pequeña.
    Al verme tal y como soy realmente, creo que debo tomar una decisión, y aunque ya tengo una idea de que es lo que quiero, no sé como pueda reaccionar papá y mamá al enterarse que quiero ser una niña pequeña para siempre.
    Por ahora, intentaré que este fantástico día terminé de la mejor manera, con papá y mamá empujando mi carriola hasta que me quede dormida, para que en un nuevo día, pueda decirle a mis padres como es que me veo realmente y que clase de vida quiero a partir de ahora.
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