jueves, 25 de abril de 2024

Caprichoso castigo

Maldición, ¿Qué rayos hago? Los efectos cada vez son más poderosos en mí, ¿Cómo terminé así? Chupando mi dedo como cualquier mocosa tonta o aburrida. 
Bueno, en realidad yo se muy bien la respuesta, acabe así por caprichosa como un castigo de mis padres. 
Tengo 16 años y desde que tengo memoria, siempre se hacía lo que yo quería, me recuerdo de niña dando ordenes y llorando hasta que papá y mamá cumplían con lo que yo quería, ya sea dinero, juguetes, comida, regalos o lo que sea, repitiendo este proceso de berrinches con éxito en cada ocasión para siempre obtener lo que quería.
Cualquiera pensaría que siendo una niña solo necesitaba disciplina, incluso ahora yo soy consciente de eso, pero a falta de reglas y disciplina por parte de mis padres, es vergonzoso admitir que me volví una mocosa malcriada. No me importaba ser una adolescente o que las personas me vieran raro, yo seguía llorando, gritando y haciendo berrinches para obtener lo que quería en el momento que quería tal como yo quería, eso siempre había funcionado y no pensaba dejar de hacerlo. Al menos no hasta que papá me dio un castigo.
A estas alturas soy consciente de que mi comportamiento era horrible, actuaba como una niña de 3 años en el cuerpo de una adolescente, ahora que veo todo eso me da vergüenza saber que yo hacía todo eso. Sin embargo, poco importar mis palabras o darme cuenta de mi error en estos momentos, mi castigo no se va detener solo por disculparme, y a estas alturas con todo lo horrible que hice durante tanto tiempo, no me sorprendería seguir sufriendo de este castigo durante un buen tiempo.
Mi castigo comenzó hace algunas semanas, cuando en mi berrinche habitual, le exigía a mis padres que me comprarán un nuevo vestido importado y de diseñador con muchos ceros en el precio. Mis padres se negaron a darme lo que quería, en su lugar intentaron comprarme otro vestido de un precio distinto o visitar otras tiendas, a lo que yo respondí gritando, tirándome al suelo, pataleando, llorando y amenazando con cosas crueles a mis padres hasta quedarme sin aliento.
Esa escena que cada vez crecía más y llamaba aún más la atención, al punto que clientes y empleados se acercaban para asegurarse de que todo estaba bien.
Papá suspiró y se agachó junto a mí, aunque seguía con mi berrinche yo me sentía vencedora al pensar que papá iba a comprarme mi vestido. Sin embargo, papá se disculpó conmigo por ser un pésimo padre durante tantos años, y también se disculpó de antemano por lo que estaba a punto de hacer, asegurando que lo hacía por mi propio bien.
Sin mediar más palabra, papá me levantó al tomarme por mi muñeca, me obligó a agachar la cabeza y a pedir disculpas frente a la multitud. Yo no quería hacerlo y me negué muchas veces, argumetando que era culpa de mis padres que yo estuviera enojada, sin embargo, tras oír a papá gritarme por primera vez en la vida, me sentí tan pequeña que lo obedecí y me disculpe frente a todos.
Mi castigo solo estaba por comenzar, una vez que me disculpe y la gente se iba, papá me seguía sujetando de la muñeca hasta llegar a probador, donde me acostó en el suelo y me comenzó a desnudar.
Yo estaba tan confundida y asustada, papá nunca me había regañado, nunca me había gritado y nunca me había castigado, así que vivir todo eso en poco tiempo me dejó en blanco, simplemente no sabía que hacer más allá de disculparme y ocultar mi cuerpo desnudo con ambas manos.
A los pocos minutos de estar desnuda, mamá llegó al vestidor y le entregó una bolsa a mi papá. Intenté pedir ayuda a mamá pero ella solo me ignoró.
Cuando papá abrió la bolsa de compras, mi rostro se sonrojo por completo al ver la ropa que había comprado, intenté protestar una vez más, incluso pedir por favor que se detuviera pero papá solo me dijo que me quedará acostada en el suelo.
Habían pasado más de 10 años de que papá me vio sin ropa, y peor aún, nunca en mi vida había usado ropa tan vergonzosa y humillante como la que mi madre había elegido como parte de mi castigo.
Papá me puso un chupete rosa en la boca para callar mis llantos y palabras; después de eso me levantó un poco para ponerme una camiseta muy corta y apretada que apenas cubría mis pechos, dejando mi vientre al descubierto y con un texto que decía "La niña de papi", la camiseta era incomoda, parecía que se rompería en cualquier momento y el texto apenas se entendía porque mis pechos estiraban mucho la tela donde venía escrito; sin embargo, usar una blusa rosa tan infantil no era lo peor, lo peor fue cuando papá me volvió a recostar y levantó mis piernas con cuidado, dejándome sentir como me vestía con un enorme y abultado pañal rosado con flores; ni siquiera se molestó en ponerme una falda o pantalones, así que mis piernas estaban al descubierto para dejarme aún más en ridículo con mi nuevo atuendo.
A esas alturas ya estaba llorando y traté de quitarme el pañal, algo que hizo enfadar más a papá y me hizo saber que de quitarme el pañal, me arrepentiría, una amenaza que bastó para dejarme en silencio y humillada. Me queje diciendo que no había nada peor que vestirme como una mocosa, a lo que mamá respondió diciendo que bien podrían dejarme desnuda o cortarme el cabello para lucir como un mocoso, lo cual me hizo conformarme con está ridícula ropa.
Una vez vestida como una niña pequeña, papá me hizo ponerme de pie; no podía cerrar bien las piernas por el pañal tan abultado, además que me daba vergüenza una camiseta tan pequeña e infantil, por no mencionar que el chupete en mi boca me hacía sentir como una idiota. Sin embargo, todas estas cosas me las guardé para no meterme en más problemas.
Lo único que pedí con timidez y amabilidad fueron unas zapatillas para poder caminar, a lo que papá sonrió y dijo que no harían falta.
Antes de poder preguntar porque, papá ya me tenía en sus brazos, poniendo su brazo por debajo de mis muslos y con su otra mano sujetando mi espalda para que no me caiga.
Verme en los brazos de mi padre como una niña mientras me vestía con está ropa me hizo sentir una vergüenza que nunca antes experimente, hundiendo mi rostro en el hombro de papá para que nadie me viera mientras suplicaba porque este castigo terminará. Por desgracia, a papá poco le importó lo que pedía y me cargó como a una niña desde el centro comercial hasta mi hogar, lo cual fue un largo camino lleno de burlas y comentarios hacía mi por vestirme de esta forma.
Cuando llegamos a casa no fue mejor la situación, pues papá vacío mis "cosas de adulta" de mi habitación para dejarme encerrada ahí, obligándome a mirar unos vídeos muy extraños que hablaban sobre "re-educarme" para ser una buena niña.
Supongo que esos vídeos eran algo hipnóticos, con mensajes subliminales o simplemente yo comencé a creerlos como algo cierto después de varios días viendo y escuchando eso sin parar; debía portarme como una buena niña; debía usar biberones y chupetes; no debía de usar el baño, para eso estaban mis pañales; debía depender y obedecer a mis padres; debía jugar con mis muñecas; debía usar mi silla de bebé y cuna; además de muchas cosas más que tras escuchar día con día, no pude seguir ignorando, por lo que comencé a hacer caso a todos esos vídeos.
El primer día fue el más difícil por una enorme diferencia, recuerdo estar obligada a ver esos vídeos desde una silla alta de bebé mientras mamá y papá decoraban mi habitación de adolescente, por el cuarto más rosa e infantil para una niña pequeña. Para ello me quitaron mi ropa por cosas nuevas de bebé, mi cama king size por una cuna, mi mueble con maquillajes por una mesita de cambia, por no mencionar que mi teléfono y cosas lujosas fueron reemplazadas por carriolas, muñecas, peluches, colores y todo lo necesario para mi cuidado. En poco más de 4 o 5 horas, todo mi cuarto paso de ser el de una adolescente a ser el de una niña que debe ser cuidada por sus padres.
Cuando papá y mamá terminaron de decorar, fue mi madre quien me ofreció cargarme en brazos y mecerme mientras me daba una mamila con leche para comer, algo que sumisamente acepté hasta quedarme dormida, escuchando vagamente una disculpa de mamá por un castigo tan severo, pero jurando que una vez aprenda a comportarme, volveré a una vida acorde a mi edad real.
Esperaba que toda esta situación fuera una pesadilla realmente retorcida y que al despertar estaría como si nada usando mi baby doll en mi enorme cama pero eso nunca pasó. Al despertarme me di cuenta de lo real que era todo este caprichoso castigo que recibía y lejos de estar como quería, desperté en una cuna diminuta donde apenas cabía y que no podía salir puesto que tenía enormes barrotes con cadena, además que mi pijama tampoco era mi favorita, ya que tenía la misma camisa y el mismo pañal rosado y apretado de ayer solo con una mantita infantil cubriendo mi cuerpo. 
Desde entonces todos los días debo esperar a que mamá o papá despierten y me saquen de la cuna para desayunar y ver 5 horas diarias de esos videos tan extraños que de a poco entran en mi cabeza. No es forzoso ver las 5 horas seguidas pero siento que es lo mejor, pues al terminar de ver esas cosas, tengo "tiempo libre" que puedo utilizar en lo que yo quiera siempre y cuando sea "apropiado para mi edad", no me alegra mucho jugar con muñecas, colorear o usar la andadera, pero son cosas mejores que ver esos vídeos que se van grabando en mi memoria.
Al principio me quejaba mucho; odiaba estar encerrada en casa sin ninguna de mis cosas, sintiéndome ridícula con los pañales y ropa que me obligaban a vestir pero con cada insulto, queja o reclamo hacia mis padres, el berrinche era detenido enviándome al rincón, metiéndome a mi cuna o añadiendo horas de videos a mi día a día para cambiar mi conducta, algo que por absurdo que pueda sonar, realmente funcionaba.
Me imagino que eso era otro efecto secundario de ver tanto tiempo esos vídeos, me volví más obediente sin darme cuenta, y de las primeras cosas que comencé a hacer tras ver los vídeos, fue aceptar mis errores y afrontar los castigos por ser una mala niña.
Fue cuestión de días para que no solo obedeciera sus castigos, también comencé a matar el tiempo jugando con mis muñecas, mis peluches y mis princesas, lo hacía por breves momentos donde solo movía mis juguetes de un lado a otra, pero cuando me quedaba a solas en mi habitación, empecé a hacer largas fiestas de té con mis muñecas y peluches a quienes les hablaba y puse nombre a cada uno, tal como una niña lo haría.
Más adelante deje de usar los cubiertos, mamá me alimentaba con biberones o ella misma me daba papilla y otras cosas blandas, no era gran fanática de esa textura pero como era la única forma de poder comer, terminé aceptándolo y ahora espero con calma en mi silla alta a que mamá tenga lista mi comida para que me dé ella, yo no tomo los cubiertos y cuando los sujeto por alguna razón siempre los tiro o no puedo ocuparlos como es debido.
Hablar de comida me hizo recordar que en más de una ocasión mamá termina dándome un baño por lo sucia que terminó tras comer, ahora que lo mencionó todo esto me hizo mucho más obediente, cercana y dependiente de mamá; una bebé debe ser cuidada en todo momento y como mamá se queda en casa conmigo; ella me alimenta, me baña, me viste, juega conmigo, me carga o ayuda a caminar yendo de la mano; en más de una ocasión cuando era una niña grande yo podía estar días sin dirigirle la palabra a mamá, sin embargo ahora hasta duermo envuelta en sus brazos mientras vemos una película animada o caricatura, cosas que se han vuelto muy interesantes estos días pudiendo pasar horas sentado en el suelo frente a la televisión, viendo todo clase de dibujos animados sin darme cuenta de cuanto tiempo dedicaba al día. No es que tenga mucho más que hacer, como una bebé no voy a la escuela ni tengo que trabajar, así que tengo mucho tiempo para jugar a solas o estar con mamá.
Según mamá, el día de hoy se cumplen dos meses de mi castigo que sin duda puso mi vida patas arriba; me portaba como una nena caprichosa y en consecuencia mis padres me han tratado como una para volver a educarme con un cariño diferente al de antes pero sobre todo con una disciplina y reglas muy distintas a las que poco a poco me veo sometida y que cada vez están llegando más lejos; me estoy acostumbrado a todo esto por muy loco que pueda sonar y este rol de bebé cada vez se ve menos feo de lo que pensé en un primer momento. 
Hoy mamá me dejó por primera vez a solas, por la mañana me despertó, me bañó, me puso un vestido rosadito que no ocultaba mi enorme pañal y unos zapatos para dejarme en el lobby. Creí que me daría de desayunar pero no fue así, dijo que papá necesitaba unos documentos urgentes así que ella los llevaría mientras yo me quedaba sola, cosa que acepté sin problemas para desearle buen viaje y ponerme a jugar con mis muñecas. 
No fue hasta cerca de una hora a solas cuando quería ir al baño que me puse a pensar con un leve momento de "claridad" con respecto a todo; yo estaba sola y sin ninguna restricción, podía quitarme esta ridícula ropa y volver a vestirme con mi ropa anterior, o en su defecto algo de mamá; también podría tirar todo lo que compraron para "su bebé" como forma de represalia y con mucha suerte podría tomar dinero o sus tarjetas de crédito para chantajearlos y que además de disculparse me compraran una nueva muñeca...es decir un nuevo teléfono y que de nuevo pudiera ir a la escuela.... y que me carguen más seguido... y me den permiso de gatear en lugar de caminar... y ver muchos más de esos videos de pañales y regresión de edad y comer muchos dulces a la hora que quiera y y y... ¡Espera! ¿Qué estoy pensando? ¿D-de verdad quiero todo eso? N-no puede ser verdad...debe de ser culpa de la hipnosis ¿No? ¡Claro! La Hipnosis tiene la culpa de todo... no hay manera de que genuinamente disfrute de esta forma de vida.
Me puse de pie por mi cuenta, después de un par de semanas al fin camine a solas, tambaleándome un poco y de forma cómica por el pañal, hasta llegar a un espejo en el cuarto de mamá.
Era muy raro verme sin mi lencería hermosa, sin mi ropa de marca, sin los tacones que me encantaban y sin ningún tipo de maquillaje, pensar en todos estos cambios que he vivido en poco tiempo me hizo empezar a chupar mi dedo a falta de un chupete pero con el mismo resultado tranquilizador en mí.
Pensar en como me veía antes y lo diferente que me veía ahora frente al espejo era sorprendente; mi cabello se ve incluso más bonito y brillante que cuando yo lo cuidaba, todo gracias a mamá; no llevo lencería ni ropa de adulta, solo ropa rosa de niña pequeña que supongo me hacen ver más linda que atrevida; el pañal abultado y con corazones es lo único que visto de mi cintura hacía abajo, así que mis muslos y piernas lucen de maravilla; a pesar que mi vestido es completamente cerrado, los pechos que tengo destacan y se ven ajustados; todo esto es muy vergonzoso y emocionante, además de ser muy cómodo, sin problemas me adapte a este tipo de hermosos atuendos, al punto que no recuerdo cuando fue la última vez que me queje por usar esta clase de ropa.
Pensándolo a detalle me acostumbre a toda esta nueva vida muy rápido, incluso lo que no me enseñaron o me dijeron yo misma lo he hecho, papá y mamá me cargan pero nunca me prohibieron caminar por mi cuenta, las largas horas de caricaturas, querer dormir en su regazo, chupar mi dedo o el pacificador, gatear por la casa, no preguntar por la escuela o mis amigas en todo este tiempo, ser libre de responsabilidades, verme bonita y adorable, ¡Dios! ¡Ya ni siquiera se que estoy haciendo o queriendo al darme cuenta de todo lo que estoy haciendo por elección!
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, lo que me hizo volver a enfocarme en que veía en el espejo, a mi como una niña pequeña, a mi con un atuendo muy raro que sin embargo no me disgustaba, al igual que no me disgustaba toda esta nueva vida, fuera por los videos o por mi cuenta propia yo lo estoy disfrutando, de verdad lo estoy disfrutando y como prueba de ello ¡Quiero quedarme como una bebé para siempre!.
-¡Sí, eso quiero. Yo quiero ser la bebé de mamá y papá para siempre!-
Grité con entusiasmo y una sonrisa delante del espejo decidida de lo que quería y temblando de frío por el sitio donde estaba parada, el cuarto de mamá es muy frío junto con la poca ropa que llevo y estar descalza en el suelo, me entraron ganas de ir al baño.
Estaba a punto de salir del cuarto de mis padres para ir al baño, podría estar usando pañales todo este tiempo pero siempre que avisaba a mamá o papá que quería ir al baño, ellos me llevaban y hacia mis necesidades a solas allí como antes, como si no fuera su bebita.
-Pero ahora estoy sola, muy sola y lo siento si esta mal pero esta es mi excusa perfecta para aceptar esta nueva vida, voy a usar el pañal, dejaré salir todo ahí para luego ponerme a jugar hasta que llegue mamá; cuando ella llegue le diré lo ocurrido y que de ahora en adelante haré todo lo que me pidan siempre y cuando me dejen ser su bebé por mucho tiempo más; ellos fueron quienes me obligaron en primer lugar pero ahora que yo acepto y disfruto de esta vida no me quiero despedir de ella, esta primera vez usando mi pañal será humillante sin dudar pero valdrá la pena para poder llorar, suplicar y mostrar mi determinación para quedarme con esta vida así que relajando mi cuerpo, abriendo las piernas y succionando mi dedo doy inicio a este plan, el cual si todo sale bien y aceptan tenerme como su bebé, una vez más puede que sea el último gran berrinche que yo haga, todo con tal de mantener este caprichoso castigo que tanto me gusta y del que nunca jamás me quiero separar. 
Créditos en la imagen

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Como siempre, puntual en comentar cuando se trata de ABDL o similares, V.
      Me alegra que la hayas disfrutado, es de mis favoritas del tema hasta la fecha.
      No es el tema principal del blog, pero al menos una historia al mes habrá de este tema.
      -Nero.

      Borrar