Mostrando las entradas con la etiqueta Bibi. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Bibi. Mostrar todas las entradas

domingo, 24 de abril de 2022

Bibi 6 FINAL


Hoy, hace ya 3 años, es el aniversario del mejor regalo que la vida me pudo dar, un castigo tan justo y necesarios que aún después de tanto tiempo transcurrido, no me he arrepentido ni un segundo de haber hecho. De hecho, yo ni siquiera lo provoque ni tengo idea de qué fue lo que lo hizo, pero si sé que puedo decir lo mucho que disfruto y me hizo feliz que Vickie se volviera mi perrita Bibi.
La pobre y tonta Vickie se comportaba tal como una perra, así que empezar a actuar como una fue como anillo al dedo.
Soy muy consciente de que una mascota nueva no es un juguete que remplace a otra, pero que Bibi llegará justo cuando sufría la pérdida de mi pequeña perrita, sin duda hizo mucho más fácil de soportar la pérdida, puesto que no había día en que Bibi no hiciera algo para llamar mi atención.
Al principio, cuando Vickie cayó de rodillas ante mi al discutir como me sentía por la muerte de mi mascota, creí que solo se burlaba pero no. Desde ese día ella nunca volvió a ponerse de pie ni a hablar, a menos que yo se lo diga y recompense por ello.
También desde ese día comenzó un duro entrenamiento, al tener que aprender a cuidar a Bibi como la perra que es, y enseñarle a Bibi como comportarse tal como la perra que es. Aunque esto último terminó por ser algo fácil, ya que la propia Bibi día con día se volvía más una pequeña perrita.
Dejar de hablar y andar a dos patas fue el comienzo, luego empezó a dormir en el suelo, jugar en el patio, andar desnuda y un largo etcétera de cosas que hacía tal como un animal, y que yo como su amo solo le enseñé poco, algo de disciplina que siempre es agradecida para ella con juegos, mimos o juguetes.
Debo reconocer que lo más sorprendente para mi fue su temporada de celo. La primera vez, literalmente se me subió encima y no se quedó tranquila hasta varias horas de sexo después, una verdadera locura que disfrute como nunca, pues la odiosa de Vickie siempre le dolía la cabeza como para hacerlo pero no para exigir que le comprara todo lo que quería.
Pero ya que Bibi era tan buena niña, los juguetes y recompensas que alguna vez quiso Vickie le llegaron a ella, aunque estoy seguro de que ni siquiera es consciente de ello. Y hablando de ello, su más reciente regalo acaba de llegar.
-Bibi, ven-
Diría tras soltar un silbido, viendo con alegría como mi rubia mascota se acercaba hacia mí, subiendo al sofá donde estaba sentado y con su correa de paseo en la boca.

-No, no vamos a salir ahora, haremos algo más, te compré algo de ropa así que te voy a vestir-
Ella sacudía el culo con alegría como siempre, dejando que le quitara la correa para empezar a vestirla. Ahora estaba desnuda, le gusta estar así en el jardín; eso nos trajo problemas en nuestro antiguo hogar pero desde hace un tiempo vivimos en este lugar tan apartado como para meternos en problemas con las personas del vecindario.
Sin embargo hay días como hoy donde me gusta vestirla, y como hoy es una fecha tan especial decidí darle un regalo.
Primero solté las coletas de su cabello, para que el largo cabello rubio le cubriera toda la espalda una vez que le cepille, algo que le encanta debo decir. Luego le pondría un conjunto de lencería transparente, con flores y lazos rosas que me fascinó, en cuanto lo vi supe que era perfecto para ella y al ponérselo no me decepcionó, se veía hermosa.
-Que bonita estas hoy, Bibi. Ahora sube all tu sofá-
Con eso dicho, la bien peinada y arreglada Bibi camino rápido hasta su sofá, un sofá lleno de historia y nostalgia para mí por buenas razones.
Antes, mi pequeña perrita Sabrina amaba estar en este sofá, básicamente era su cama y sitio preferido, por lo que tomarle hermosas fotos sentada o echada ahí no era ningún problema ni para ella ni para mi. Vickie odiaba eso y cada que podía me lo decía pero nunca deje que me molestara.
¿Quien diría que, después de tantos años, Vickie sería mi nueva perrita a quien me gusta fotografiar en ese sofá? Vickie nunca se sentaría ahí ni aunque le pagarán, de hecho nunca lo hizo y prefería estar parada o en el suelo a sentarse ahí. No obstante, Vickie se fue hace muchísimo tiempo y en su lugar llegó mi perrita Bibi, quien tal como mi anterior mascota, apenas ver el sofá se quedó fascinada con el; lo tuve guardado mucho tiempo para conservar el recuerda de mi primer mascota y compañera pero, con la mudanza, pensé que sería algo mejor dejarle ese sofá a mi nueva mascota, a quien igual que la anterior, me encanta fotografíar así de sexy y de linda cuando se sienta o se echa en el sofá.
-Muy bien, Bibi, quedate quieta. Si lo haces más tarde usaremos tu juguete favorito-
Oír esas palabras solo la motivo, y como si entendiera todo por completo, puso su trasero frente a la cámara mientras me veía con alegría, dándome un montón de fotos fantásticas para enmarcar con las demás.
Se muy bien que Bibi no es un remplazo de Sabrina, pero también debo decir que le tengo las cariño a Bibi que a Vickie, y por ello todos estos años he disfrutado tanto de ser su dueño, y por lo feliz que veo a mi pequeña perra, estoy seguro de que ella también está feliz. Y nuestra feliz vida de amo y mascota seguirá igual por muchos años más, después de todo, mi amor por Bibi nunca se irá.





sábado, 23 de abril de 2022

Bibi 5

Bueno, ha pasado un año o dos, o creo que menos, no lo sé, el punto es que ha pasado un largo tiempo desde que me convertí en la perra de mi novio y desde que nos mudamos a este nuevo hogar y debo decir que aprendí mi lección y no volveré a burlarme de algo así aunque no estoy segura de si eso importe ahora, después de todo no hay ni rastros de que yo pueda volver a ser una humana, desde hace mucho deje de quererlo y mi amo esta muy lejos de estar interesado en volverme a la normalidad, ambos nos queremos mucho más ahora que no somos novios sino amo y mascota. 
Mi cuerpo es obediente con mi amo y yo cada vez más pierdo mi forma de razonar, de pensar y de creer por formas más sencillas de cada cosa, por ejemplo la última vez que me escondió mi dildo de plástico; el amo fingió lanzarlo para esconderlo tras su espalda pero no me di cuenta y salí corriendo como loca al patio para buscarlo hasta que después de un rato él me lo lanzó, haciéndome feliz al atraparlo y morderlo con la boca antes de volver a sus pies. 
Pero eso no es todo, también me he ido acostumbrando a hacer lo que me pida, o mejor dicho que me ordene, ya me enseñó varios trucos como dar la pata, hacerme la muerta, llevarle cosas y más, que son recompensados desde una caricia, mejor alimento, lencería, juguetes o sexo, siendo todos una pieza fundamental y exitosa en este adiestramiento al que me ha sometido. 
Hoy en cuanto me sacó de la jaula donde duermo le pareció buena idea darme un baño para maquillarme un poco, peinar mi cabello diferente a lo habitual y ponerme un conjunto de lencería azul que me a acababa de comprar haciéndome feliz por todo eso y moviendo el culo de un lado a otro como prueba de ello sin importar que yo misma me apriete un poco más con este atuendo al moverme así. 
Sin embargo ya me he acostumbrado, no sólo esa sensación con mi ropa, o andar en 4, o a dormir en el suelo y la jaula decorada. Entre más lo pienso más cuenta me dio de que me he acostumbrado y vuelto feliz con absolutamente todo lo que me sucedió, antes lo había aceptado por la lujuria que tenía mi cuerpo pero ahora en mis "5 sentidos" y con un pensamiento tan claro que hace mucho no tenía, es que me doy cuenta que en serio me convertí en una perra llamada Bibi que es mascota de un grandioso amo el cual nunca me a dejado sin comer ni maltratado o algo así, de hecho estoy empezando a creer que acepté esta vida por lo maravillosa que me resulta; sin problemas ni estrés mayor al de querer jugar con mi amo, comiendo cuando quiero y jugando igual, sino simplemente puedo dormir a lado de mi amo que siempre me acaricia hasta quedarme dormida o me agota jugando con la pelota o teniendo asombroso sexo.
Creo que esta vida no es tan mal, Vickie odiaría verme así como si yo fuera un reemplazo de la última perra que el amo tuvo, sin embargo Vickie ya no existe, más bien es solo un muy pequeño recuerdo dentro de mí que se ve opacado por la genial vida que tengo como Bibi y de la cual no pienso despedirme, me encanta ser una perra y de ahora en adelante mejor no lo negaré y disfrutaré plenamente de esta gran vida que mi amo es tan gentil de darme. 

viernes, 22 de abril de 2022

Bibi 4

Bueno, ha pasado algo de tiempo o mucho, realmente perdí la noción del tiempo hace bastante pero puedo decir que han pasado unos 8 meses quizás desde que Vickie se transformó en Bibi y unos 2 meses han pasado desde que yo acepte vivir de esta forma sin vergüenza o remordimientos por mi vida antigua. 
Uno de los cambios principales es que mi amo y yo nos mudamos, no se muy bien porque, creo que los rumores de que "algo le ha ocurrido a Vickie para actuar de esa forma" empezaron a expandirse y para que ambos pudiéramos seguir siendo amo y mascota tuvimos que irnos de su vieja casa. 
Me metió en una jaula, me subió al auto y llevamos todas las cosas hasta este nuevo lugar mucho más grande y lejano de todas las personas, no puedo decir que esta inhabitado pero si que hay muchas menos personas que donde vivíamos antes. 
Es mucho más lindo en general pero lo malo es que mi amo tiene que irse mucho tiempo del hogar, antes se iba solo unas horas para ir a trabajar pero ahora sale mucho más temprano y llega mucho más noche por el camino que tiene que recorrer, en un par de ocasiones intenté que me llevara consigo pero ninguna tuvo éxito y solo termine siendo regañada, puede que ahora actúe mucho más por mis instintos caninos sin embargo sigo comprendiendo aunque sea un poco de todos los tratos y palabras de humano que él me dirige así que lo menos que puedo hacer para cuando mi amo llegue es haberme portado bien y no hacer desorden en la casa como ahora, que pude oírlo estacionar el auto delante de la casa y escucho como poco a poco se acerca haciéndome menear la cola de alegría, también mis pechos se sacuden pero eso es porque mucha de mi ropa se perdió en la mudanza y todavía no la ha traído aquí el amo pero no me importa, nunca creí acostumbrarme a andar desnuda y a andar de estar forma pero lo hice y mientras el amo siga conmigo estoy segura de que puedo superar cualquier cosa. 
-Buena niña ¿Te comportaste bien? Estoy segura de que si y por eso te traje una recompensa-
El amo llegó y sonrió al verme, haciéndome un poco más feliz, incluso aún más cuando empezó a acariciar mi cabeza de un lado a otro con una mano mientras que con la otra buscaba algo en una bolsa negra. 
Levante la mirada para ver que tenía, sacando de un empaque de plástico un enorme dildo negro el cual me fascinó con solo verlo, ahora como perra tengo temporadas de celo donde mi amo y yo estamos como locos pero en ocasiones quisiera jugar un poco cuando él no esté y este regalo es justo lo que pediría si todavía pudiera estar usando mi voz. 
-Ten, vamos a jugar en el patio trasero-
Soltó el dildo en el suelo a lo que de inmediato lo recogí con la boca para ir tras de mi amo, por mucho que quisiera salir yo sola él es quien tiene que abrir la puerta para estar en el agradable césped que aquí crece sin mencionar que me da mucha más emoción hacer estas cosas al aire libre que en privado, aunque no se si esto sea por mis instintos animales o por mis meros caprichos antiguos como humana. 
De cualquier forma soy feliz con este estilo de vida, cada vez más hermoso y sencillo a mi parecer, haciendo lo que quiera siempre y cuando obedezca al amo si me ordena algo. 
Además ahora como su mascota creo que es aun más atento que cuando fuimos novios, todo el tiempo cocina para mi, me cuida, me deja jugar con él y dormir en su cama de vez en cuando, juega con mi cabello y conmigo además que me saca de paseo en ocasiones por las noches, creo que al comienzo exagere un poco con odiar esta forma ya que ahora en serio que la amo.
Al igual que mi juguete el cual mi amo lanzará un par de veces para que vaya a recogerlo y luego de cansarme un rato, finalmente usará el juguete y su trozo de carne conmigo, no se si al anochecer podré con tanta emoción pero no duden de que lo intentaré. 

jueves, 21 de abril de 2022

Bibi 3

-Muy bien, ahora saca la lengua y "habla"-
Oí a mi amo pedirme mientras sujetaba mi cabello para levantar mi cabeza, dejándome sentir su trozo de carne en mi vagina una y otra vez al impactarme con fuerzas, haciéndome temblar y sentir feliz en cada parte de mi cuerpo, con el cual no dude en obedecer sacando mi húmeda lengua y empezando a ladrar por la orden que mi amo me dio, después de todo como su perra desde hace medio año, Bibi debe obedecer al amo. 
Los primeros días fueron agotadores al dejar mi lado más humano y dejar de ser Vickie para volverme esto, pensaba que sin importar cuanto tiempo pasara nunca me acostumbraría a esto, mi grave error. 
Ya que no sólo me comportó como una perra, también tengo los instintos de una lo cual me hacía cada vez más imposible soportar esto. 
Las caricias en mi cabeza, los baños de esponja, que el amo juegue conmigo o me de comida recién hecha, todo eso me ponía contenta y sin darme cuenta empezaba a adaptarme a ser una perra, su perra. 
Pero toda la resistencia que puse por meses se fue a pique esta mañana que apenas despertar me sentía como loca, tan caliente y dispuesta, mi cuerpo pedía a gritos sexo lo que me indicaba que entre en la época de apareamiento, o mejor dicho de celo. 
Busque de inmediato a mi novio, a mi amo subiendo a su cama para despertarlo al restregarle mi cuerpo, al comienzo no entendía qué pasaba pero salía una voz de súplica pidiendo que mi cuerpo fuera atendido hasta que finalmente me quitó la ropa y empezó a hacerlo. 
-Muy bien hecho ¡Linda niña!-
Mi amo me dio un par de nalgadas al ritmo que seguía con las embestidas, haciéndome ladrar con más ánimos que nunca ya que todas las sensaciones eran inigualables, antes tuve sexo con mi novio pero no había palabras que describirán lo maravilloso que se sentía el sexo ahora; no se si sea por la posición de perrito que nunca habíamos hecho, o si es tan bueno porque lo deseo tanto, incluso él podría desearlo ya que en todo este tiempo nunca ha llegado con olor de otra mujer ni tampoco he oído u olfateado que se satisfaga así mismo, podría decir que hasta ahora se ha mantenido leal a Vickie y lo agradezco, seguro que si.
Pero Vickie dejo de existir hace mucho tiempo y yo simplemente estaba negando la realidad pero no lo haré más y aunque ya no puedo hablar la única idea que invade mi mente más allá del deseo de continuar con este grandioso sexo, es que yo soy y seré siempre Bibi, la perra hogareña de mi amo. 
Mismo amo que no se que hará conmigo desde ahora, ya que por muy fuerte que me coja mis deseos no se apagan, puedo decir que con cada embestida, mordida, nalgada, cumplido o jalón de cabellos, solo quiero que todo sea mucho más duro, incluso ahora a punto del orgasmo solo deseo volver a tener sexo duro y desenfrenado con mi maravilloso amo al que le aprieto el pene y muevo mis caderas con fuerzas contra las del él para que también se sienta aun mejor. 
 -Cielos, nunca antes lo habías hecho de esta forma, seguro te estabas conteniendo ¿Verdad?-
Una nalgada me azotó otra vez, haciéndome estremecer y mover la cabeza de abajo hacia arriba como una loca, tal como lo que soy, una perra en medio del sexo. 
-Ha pasado tanto tiempo Vickie ¿O debo decir Bibi?-
Ladre y gime con más ánimos que antes esperando que con eso mi amo entendiera que sí, que yo era su perra Bibi y que podía hacer de mi lo que quisiera. 
Pero sin previo aviso él dejó salir un montón de semen en lo más profundo de se mi ser, provocando que yo también me corriera y abriera más las piernas mientras caía en la cama totalmente exhausta por lo acontecido apaciguando solo por un par de segundos mi deseo. 
No podía ni quería moverme, al menos no todavía, quería que el semen se quedara un poco más de tiempo dentro de mí y la mejor manera de hacerlo era tener las caderas levantadas para que saliera lo menos posible hacia la cama. 
Sin embargo una vez que mi amo sacó su pene de mi y pasó su mano por mi trasero un par de veces oí como se alejaba, buscando algo en sus cajones para tomarlo y acercarse a mi de nuevo. 
-Bibi, ven hacia aquí - 
Ordenó a lo que de inmediato obedecí yendo en cuatro hacía él, viendo sus pies un momento antes de levantar la mirada y ponerme en cuclillas ante él. 
-Hace un tiempo te compre esto pero creo que no estabas lista para usarlo, pero por lo visto no creo que haya mejor momento de probarlo-
Lo primero que me puso fue la parte superior de un bikini rosa con lentejuelas, hacía un par de semanas que ya ni siquiera usaba ropa interior o algo, solo iba desnuda así que ver que por un rato volvería a llevar ropa encima y muy bonita me alegro, así que mientras meneaba el culo con alegría también deje que me lo pusiera como siempre para luego ponerme una tanga de lentejuelas a juego con la parte superior, algo apretada pero muy linda. 
Sin embargo lo mejor vino después ya que me mostró un collar rosado con una placa en forma de corazón con mi nombre "Bibi" el cual estaba ansiosa porque me pusiera, levantando el cuello para acelerar el proceso. 
Sacudió mi cabello por un momento para luego pasar el collar de la parte trasera a la delantera, ajustándolo a la perfección y finalmente cerrando lo en mi cuello con la placa justo por delante, simplemente era hermoso y me alegra a tenerlo y lo demostré empezando a mover el trasero e intentar lamer el rostro de mi amo. Nunca pensé que así daría las gracias por un collar para perros pero ahora yo soy una perra y no puedo estar más contenta de poder usar esto en mi cuello como prueba de lo que soy y que sin lugar a duda solo le pertenezco a mi increíble amo.