lunes, 30 de enero de 2023

La travesura de Alexa 2

Con toda esa determinación auto impuesta sobre mi propia espalda, salía lleno de seguridad de la femenina habitación en búsqueda de cumplir alguno de mis 4 objetivos.
Pensé en buscar información por el resto de habitaciones, algo que daría muy buenos  resultados pues encontré llave de la casa, algo de dinero, un pequeño bolso con un espejo y peine de mano...esto último creo que no es tan útil pero tampoco hace daño llevarlo.
Por otra parte, lo que puede que si estuviera mal y podía hacer daño era entrar en cada habitación sin siquiera tocar, supuse que estaba solo porque nadie más había hecho ruido y solo vivía Alexa y su mamá. Sin embargo, no fue hasta que abrí la puerta de una habitación que me di cuenta que había algo más por ahí, la prima de Alexa, Cinthya.
-¡Lo siento! No vi nada-
Dije al ver como esa joven mujer se sorprendía al verme pero luego sonreía mientras me invitaba a pasar.
-¿Qué pasa, pequeña? ¿Te asuste? Lo siento, tuve una cita esta mañana y por la noche tendré otra con alguien diferente, mamá se volvería loca de saber lo que estoy haciendo así que vine a tu casa a cambiarme, ¿Cómo me veo?-
En ese momento, la albina posó un poco la lencería azul que llevaba, tan detallada y bien ajustada que todos sus atributos destacaban aún más, al punto de dejarme sin palabras.
Créditos a quien correspondan.
-¿Me veo tan bien que te deje sin palabras? Eso es bueno, quiero dejar a mi cita sin aliento. Apuesto a que cuando tú crezcas también serán una mujer hermosa, dentro de unos años podremos ir de compras juntas y compartirnos ropa pero, por ahora, sigue actuando como una niña, primita-
"Mi prima" ni siquiera me dejó responder, comenzó a hablar casi que para sí misma mientras yo en silencio le escuchaba, siendo recompensada con unas palmaditas en la cabeza por ser buena niña, algo de lo más extraño pero que era verdad y disfrutaba; por ahora solo soy una niña, y ella es mi prima mayor, misma de quien iba a intentar conseguir un poco de información.
-¡Mucha suerte con tu cita, prima! Yo quiero leer mi libro de magia, ¿No sabes donde lo deje?-
Intente sonar natural pero incluso así, mi prima no pudo evitar levantar una ceja. Por un momento pensé que hice algo mal pero ella parecía estar recordando algo que finalmente me comentó. 
-¿Te refieres a tu libro de fantasía? Esa cosa es más grande que tú, y aun así la olvidaste en mi casa, ¿quieres mi llaves para ir por el? Tómalas-
La albina movió su cabeza en dirección de donde estaban las llaves pero sin dejar de prestar atención a su atuendo, el cual parecía aún no decidir más allá de la atrevida lencería.
Me acerque y tímidamente tome las llaves, metiéndolas a mi bolso rosa e infantil pero soltando una pregunta que sorprendió a mi prima y aun más a mí. 
-¿Cuando sea grande puedo usar ropa tan linda como tú?-
Sentí que abrí los ojos demasiado en ese momento, y pude sentir la mirada de mi prima sobre mi espalda, algo que me hizo no querer darle la cara. 
Solo cerré los ojos esperando lo peor pero no, en su lugar recibí unas palmadas en la espalda y unas dulces palabras.
-Por supuesto, cuando seas grande yo misma te ayudaré con tu ropa, pero por ahora no quiero que pase de nuevo lo de la última vez, ¿de acuerdo?-
-D-de acuerdo-
Respondí sin tener el valor de preguntar ¿Cuál última vez? Ni de ver a la cara a mi prima, de la cual tomé sus llaves dispuesto a ir a su casa, teniendo unas últimas palabras de su parte.
-Por cierto, ¿opinas que use la falda y blusa negra, el vestido rosa o el traje rojo?-
-¡El vestido rosa!-
Respondí sin dudar, despertando las risas de mi prima que contestó.
-Sin duda eres una niña todavía, el rosa no me va, iré de negro pero muchas gracias-
Tras esa rara primera interacción con alguien de "mi familia", puedo decir que conseguí un pequeño avance, y para hacer el ritual de intercambio de cuerpos, debo recuperar el libro de magia en casa "de mi tía".
De esa forma salí de casa y empecé a caminar por las calles de mi vecindario, algo de lo más raro y nuevo para mi, pues estaba saliendo ante el mundo como una indefensa niña de 9 años.
Los muros de cada casa parecían enormes, igual que las calles que ahora se veían mucho más largas de cruzar, y que con mis pequeños pasos tomaba aún más tiempo, traté de correr pero apenas hacerlo, sentir mi falda levantarse me hizo recordar que era una horrible idea, dejándome sin más opciones que caminar tranquilamente durante un buen rato hasta ser capaz de llegar a la casa de mi tía sin mostrar mis bragas de osito a todo el vecindario durante el camino. 
Resultaba algo intimidante entrar a una casa ajena pero lo hacía por una buena causa, además de que técnicamente no estaba entrando un desconocido, estaba entrando la más pequeña de la familia Flower a la casa de una familiar.
-Tía, voy entrar...tía...¿Tía?.... ¿Hay alguien aquí?-
Que extraño, por lo que pude comentar hace poco con mi temporal prima, daba por hecho que mi tía estaba aquí.
-No conozco mucho de ella, solo se que es una mujer madura, hermana de la madre de Alexa y la más mayor de edad, aunque este último detalle mejor omitirlo, al igual que hay que evitar comentar que ella es una solterona...solterona....¿¡Solterona!? ¡No me digas que..-
Todo mi cuerpo tembló al pensar en era remota y horrible posibilidad, salí corriendo hacia las habitaciones en búsqueda de mi tía, encontrando para mi desagrado, un cuarto sumamente desordenado y con olores peculiares; las sábanas en el suelo, al igual que ropa de mujer tirada por todos lados, también se veían algunas manchas en la cama y finalmente, un teléfono, mi teléfono de hombre.
Por la costumbre use mi huella dactilar para desbloquear el móvil, cosa que obviamente fallo. Para mi buena suerte la contraseña numérica seguía siendo la misma así que lo pude abrir, buscando información y encontrando un video en la galería que me dejó sin comentarios.
Créditos @punopupupu
Ah~ah~ah~ah~más~más duro~
Un sonrojo apareció en todo mi rostro al reproducir el vídeo más nuevo en mi teléfono, el cual apenas comenzar, podían oírse duros gemidos de una mujer albina, la cual literalmente babeaba de placer al ser embestida por mi, al menos por mi cuerpo, el cual dominaba a esa mujer como si de cualquier cosa se tratará.
-Tía, eres toda una sucia, ¡no te contengas! Si lo haces dejaré de moverme-
-No...no...no..ah...eso no, haré lo mejor que pueda...s-solo déjame satisfecha...te lo ruego-
Lo que veía me constaba asimilarlo en cada escenario.
El primero con "mi tía" pues aún si nunca tuve el gusto de hablar con esta vecina más allá de un saludo al cruzar caminos, ella siempre era muy linda y reservada, con un cuerpo hermosa y que estaba soltera desde que conocí, simplemente se dedicaba a las labores del hogar ya que vivía de una enorme fortuna, misma con la cual hacía todos sus deseos realidad. Esta fría y delicada mujer estaba fuera de mi alcance, por eso nunca intenté hablarle. Y contrario a lo que creía, tenía frente a mis ojos como esa mujer inalcanzable rogaba por más.
Sin embargo, esa persona a la que rogaba por más sexo, babeando, gimiendo, siendo sujetada por las caderas para embestir con más fuerzas, aquella mujer tan diferente a la imagen que tenía, era producto de una pequeña niña de 9 años que había robado mi cuerpo y que con eso le estaba haciendo disfrutar como nunca imagino mi tía, ni yo mismo como hombre dentro del cuerpo de Alexa.
Mismo infantil cuerpo en el que yo estoy atrapado, y que para mí desgracia, empezaba a sentir algo ahí abajo...algo que se siente muy bien...
Cerré el video de golpe, y traté de convencerme que esto no era el final.
-Tranquilízate, sabías que ella trataría de hacer algo así, pero basta con que yo no lo haga y realice el ritual para volver a la normalidad. Sí, esto aún no se termina...solo debo recuperar el libro y poco más-
Terminé de auto motivarme un poco para guardar el móvil en mi bolsa de mano, justo a tiempo para responder a un peculiar llamado.
-¿Sobrina? ¿Eres tu Alexa? Que bueno que al fin llegas, ayuda un poco a tu tía en la bañera-
Esa voz, era la misma que gemía con fuerzas hace unos momentos en el video de mi teléfono. Es la mujer a la que mi cuerpo se estaba cogiendo, aquella albina mayor y que ahora pedía ayuda con inocencia de su sobrina pequeña. Si tan solo ella supiera le verdad no se cual sería peor: que su propia sobrina tuvo sexo con ella en un cuerpo adulto, o que un adulto está en el cuerpo de su sobrina para ayudarle en lo que quiera. Ambas opciones son horrendas pero yo también soy una víctima, y no tengo de otra más que responder. 
-Sí, tía. Vine a buscar mi libro pero ya voy-
En esta habitación había otra puerta que no había notado, supongo que ambas estábamos tan metidas en nuestros asuntos que no nos escuchamos hasta que comencé a hablar, siendo descubierta por mi tía, quien ahora me pedía ayuda para algo en la bañera.
Tenía algo de miedo de entrar y ver a esa mujer desnuda, pero por mucho que me duela, justo ahora no soy un hombre, soy su sobrina y necesitará mi ayuda para algo, dejarla sola podría delatarme, así que no tuve más remedio que tragar saliva y avanzar a la habitación contigua.
-Finalmente, aquí estas, ¿por qué te tomó tanto tiempo? Estoy bastante adolorida y me vendría bien algo de ayuda por el resto del día-
Ahí estaba aquella mujer madura, albina, de largas piernas, busto pronunciado, una piel que se veía aún más preciosa con las gotas de agua que caían por su cuerpo, mismo que estaba cerca de la regadera pero apoyándose con la pared, dándome una enorme vista de su trasero, el cual envidiaba al igual que el resto de su cuerpo. Era perfecto para una mujer perfecta, en serio que en ese momento no había otra más que quisiera que ese hermoso y femenino cuerpo. 
-Disculpa, Alexa, ¿Qué ocurre? No es la primera vez que me ves desnuda, además que también te vendría bien un baño, quítate la ropa y ayúdame a bañar-
Pedía con algo de vergüenza mi tía, quien también se veía sorprendida de que Alexa tardará tanto en responder. Fue un error de mi parte, su belleza me dejó atontado por un momento y aunque me daba mucha vergüenza desnudarme es lo que tenía que hacer.
Créditos a quien correspondan.
Fue así que me quite toda la ropa y comencé a ayudar en su baño a mi tía, haciéndome recordar que la última vez que entre a la ducha con una mujer yo era un niño cuya madre le ayudaba a bañarse. Es patético cuando menos, que después de tanto tiempo se repita la situación, ahora como una niña que ayuda a un familiar a bañarse pero no descartó que ella también me ayude a bañar. 
Esto último me parecía muy raro, pues mi tía no es que fuera una anciana o alguien tan mayor. Sin embargo, si que estaba algo encorvada y disfrutaba de los momentos cuando tallaba su espalda o cabello, así que le pregunté. 
-¿Ocurre algo? Parece que te duele mucho la espalda-
Mi tía se sorprendió de aquella pregunta, bailando su mirada de un lado a otro hasta que respondió. 
-No, no pasa nada, yo me caí y me duele un poco pero doy gracias a que hayas venido, compré lo que querías y será el momento perfecto para usarlo-
¿Alexa le había pedido algo a su tía? Todo indicaba a que sí, y aunque tuviera curiosidad, no podía preguntar de qué se trataba por lo que respondí. 
-Gracias, tía. Eres la mejor-
-No es nada, ahora te toca a ti. Ya que estás en el baño, déjame ayudarte-
-P-pero tía-
-Sin objeciones, coopera porque todavía hay mucho por hacer-
Antes de hacer o decir algo, mi tía ya había invertido posiciones, quedando ella detrás mía para empezar a limpiar mi cabello rubio y esbelto cuerpo. Odiaba admitirlo pero eso me ayudaba mucho, el vapor de la regadera y no usar mis lentes me dejaba muy mal parado a la hora de usar mis ojos, era muy humillante decirlo de esa forma pero la ayuda de sus suaves y finas manos era maravillosa.
Créditos a quien correspondan.
Todo esto me resultaba tan extraño, tener esta intimidad entre familiares y entre mujeres es algo que nunca imaginé. 
Siempre creí que la forma de llevarse entre hombres era muy diferente a las mujeres, pero estos momentos donde estoy desnudo con una mujer, quien sin preocuparse me ayuda durante el baño, es una calma y relación nunca antes vivida por mi. 
No se si todas las mujeres se comporten así entre ellas, si lo hacen porque son mujeres, o especialmente en mi caso me tratan así porque soy una niña y no me ven como una mujer. 
Sea como sea, perder el tiempo con esta clase de pensamiento hizo que el baño pasara muy rápido, terminando cuando mi tía cerró las llaves de la regadera y empezó a secarse con un par de toallas para luego ponerse algo de linda lencería y ropa.
Me extendió unas toallas para hacer lo mismo pero recogiendo mi ropa cuando intente tomarla. 
-No, nada de esa ropa, ¿No te dije que ya tengo tu regalo?-
-Ah, cierto. Me distraje un poco, ¿me lo podrías dar?-
Pregunté tratando de sonar natural, esforzándome aún más cuando mi tía me recordaba de ese misterioso regalo, el cual al verlo una vez con mis anteojos puestos, me dejó sin palabras. 
En cuanto me lo mostró, comenzó a ponérmelo, incluso cepillo mi cabello y hasta me ayudó con los bragas y bra, revelándome frente al espejo, que aquel regalo que Alexa había pedido era un disfraz de sirvienta. 
-¡Listo! La sirvienta Alexa comienza sus labores del día de hoy-
Créditos a quien correspondan.
Usaba zapatos negros impecables, con medias blancas, con minifalda de un vestido negro que me llegaba hasta la mitad de los muslos, con un escote que en vez de presumir los pechos que no tengo, presumían el collar de mucama que tenía, delantal blanco ajustado con un corset, muñecas de mucama y una diadema decorada para adornar mi suelto cabello rubio. 
-¿Como te sientes? Luces fenomenal, sobrina, podría tenerte así todo el tiempo-
Decía mi tía aun solo con lencería, pues primero me vistió a mí antes de ella vestirse por completo. 
-Gracias tía...muchas gracias...-
-No me llames "tía" en estos momentos, dime "señora" después de mi nombre-
Todo mi pequeño y frágil cuerpo tembló en ese momento, al oír que mi tía quería oír su nombre, el cual desconocía. 
-S...sí...se...señora-
-¿Señora que?-
Me quede callado, algo que provocó que la albina volviera a preguntar. 
-¿Señora que?-
De nuevo me quedé callado, algo que sinceramente no le gustó a la albina que buscaba mi mirada, algo que yo no le permitía al desviarla constantemente pero que también sabía no iba a funcionar para siempre. 
-Alexa, ¿Qué te pasa? ¿Por qué no quieres decir mi nombre?-
Preguntó algo confundida e impaciente, algo normal si me lo preguntan, pues después de tantos años que un familiar no te llame por tu nombre, sería raro cuando menos. 
Bajo el vestido comenzaba a sudar, estaba bastante acorralado, sin idea de que podría hacer hasta que algo desesperado se me ocurrió. 
Me puse de pie e hice una reverencia, dejando desconcertada a mi albina familiar, quien solo veía como me presentaba. 
-Lo siento mucho, mi señora. Soy la sirvienta Alexa, y es mi primer día a su servicio, así que no conozco su nombre, ¿podría decírmelo? Le prometo que jamás lo voy a olvidar, mi señora-
Intentaba dar lo mejor de mi para mostrar una sonrisa, bajo la cual se ocultaban mis nervios de ese momento, cerrando los ojos y esperando si mi jueguecito de niños servía para engañar a la albina. 
-Muy bien, sirvienta Alexa, yo soy Camila y espero seas capaz de cumplir con mis deseos a la perfección. Levanta la cabeza y ponte firme-
Solté un enorme suspiro antes de obedecer, colocándome tan firme como podía mientras oía las instrucciones que, como sirvienta que soy, me tocaba ejecutar, dadas por mi tía que se notaba mucho más tranquila al pensar que lo que hice era parte de un juego.
-Ya que la sirvienta es nueva, le enseñaré la casa y como hacer sus deberes: cocinaras, plancharas, limpiaras, lavaras y mucho más, son algunas de las tareas que como mujer y sirvienta debe saber hacer para tener a tu marido contento, o en tu caso, a tu señora-
-Entendido, señora Camila-
Con eso dicho, pase uno de los días más agotantes que nunca pude haber vivido. 
Las tareas simple y sencillamente eran las dichas por mi tía, tareas del hogar pero que, con este pequeño cuerpo, apenas y podía soportar. 
Para cocinar tenía que esperar las indicaciones, además que no podía usar la estufa ni los cuchillos, haciendo mucho más lenta está tarea, algo que sin problemas pude hacer en unos 20 minutos, se volvió un reto de más de una hora. 
Después de cocinar tuve que limpiar la casa, barriendo cada habitación para luego pasar el trapeador, uno más pequeño y ligero que podía usar con más facilidad pero que hacía más lenta mi tarea. 
Por último, tocaba lavar la ropa, pensé que era lo mas sencillo, y es que aún si mi tía tenía una enorme cesta de ropa sucia, imaginaba que todo se iría a la lavadora pero no. Tarde minutos tratando de mover una cesta con ropa sucia que casi me igualaba en peso y tamaño hasta llegar al cuarto de lavado, que lejos de tener una lavadora, tenía un lavadero para lavar a mano prenda por prenda y tendederos para dejar colgada la ropa hasta secarse.
De esa forma fue que comencé a lavar prenda por prenda tanto de mi tía como de mi prima; vestidos, faldas, blusas, bragas, sostenes y mucho más que al llenarse de agua se volvía mucho más pesados, haciendo está tarea las más difícil de todas.
-Muy bien, sirvienta Alexa, hasta ahora has superado mis expectativas con creces, no tengo duda de que serás la mejor esposa que un hombre pueda tener; todavía tienes mucho que crecer, a tu cuerpo y tu mente les falta madurar y hay mucho que vivir pero en serio creo que serás una esposa perfecta-
Ese momento de sinceridad por parte de mi tía Camila me dejó sin palabras e inevitablemente empecé a recordar que sí, el día hasta ahora estaba siendo agotador, llevaba horas atrapada con un montón de obligaciones y más que como a una niña, me estaba tratando como a una sirvienta. Sin embargo, nada de eso me había molestado, lo estaba disfrutando, incluso si no avanzaba en mi misión, por alguna razón estar con mi tía haciendo cosas femeninas era de lo más agradable, y solo pude responder con una honesta palabra. 
-Gracias-
Sonreí con sinceridad y seguí lavando la ropa, ahora más motivada que nunca hasta que tome unas bragas medio rotas que mi tía me arrebato de las manos tras dejar de mirar su celular, intentó ocultar su ropa interior, dando una excusa barata para distraer mi atención. 
-Que vergüenza que vieras eso, se rompieron el otro día pero olvidé sacarlas. Son de Cinthya ¿No tienes hambre? Yo sí, creo que es momento de ir a comer, o mejor dicho de cenar, ¿te parece si cenamos y vemos algunas películas? ¡Podemos ver muchas películas animadas o de princesas!-
Quería decir que no, y que una excusa tan mala no serviría, en serio que lo intente pero de mi boca solo salió. 
-¡Sí, por favor!-
Dejando la ropa limpia de lado, fuimos a cenar lo que ya antes había preparado, tenía muy buen sabor y tuve una linda charla de chicas con mi tía, la cual fue preparando su habitación para ver las películas mientras yo lavaba los trastes. 
Me di tanta prisa como pude con los trastes para aprovechar ese pequeño momento de libertad, en ir a buscar el libro por el cual vine aquí en primer lugar. Era raro romper esa concentración de niña para volver a mi tarea de adulto pero aun si era raro, me daba gusto ser consciente de quien soy y no olvidar mi objetivo. Por momentos era complicado. Muy complicado.
-Imagino que es este, es un poco pesado y parece antiguo, además que no veo otro libro con un tema parecido. Lo llevaré conmigo y le preguntaré a mi tía Camila; si es el correcto ya me puedo ir y si es otro libro le puedo pedir ayuda a tía Camila, después de todo mi turno de sirvienta esta por terminar y volveré a ser su sobrina-
Créditos a quien correspondan.
En mi cabeza no había falla alguna en este plan, así que cargando con mi bolso, fui hasta la ahora impecable habitación de mi tía, donde ella ya estaba sentada y usando su pijama, esperando por mí. 
-¿Ya tomaste tu libro? Creí que ya habías olvidado que aquí lo dejaste pero siéntate, veamos esta película y luego te llevo a casa-
El lado bueno de esto, es que ya había recuperado el libro y en el estaba el hechizo para volver a la normalidad, solo me faltaba encontrar los objetos valiosos pero tenía un nuevo reto delante de mi, que usaba una adorable pijama y me invitaba a la cama para ver una película. 
Me costó decidir pero sería sospechoso irme en estos momentos, además que siendo una niña y estando en la oscuridad de la noche mi tía seguro que va detrás de mí...espero no arrepentirme de esto pero... 
Asentí al llamado de mi tía, yendo hasta su cama donde me abrazo, me aropo y puso la película; era una película infantil de amor, amistad y muchas cosas cursis más, no era la mejor ni la más entretenida. Sin embargo, me sentía tan feliz de verla que no apartaba la mirada de la pantalla, ni siquiera el cansancio que tenía me impedían ver esta película, y luego la siguiente, y la siguiente que mi tía seguía poniendo mientras me abrazaba con mucho cariño haciéndome sentir tan cálida y segura, como nunca antes imagine. 
Por un muy leve momento pensé que estaba perdiendo el tiempo, que estas películas parecían lavar mi cerebro y que mi cuerpo controlado por Alexa seguro estaba haciendo algo de provecho. No obstante, simplemente decidí seguir viendo las películas durante largas horas, preguntándome sin tener interés en la respuesta: ¿Qué podría estar haciendo Alexa en mi cuerpo justo ahora?
Créditos a quien correspondan.





viernes, 27 de enero de 2023

La travesura de Alexa 1

Pero...¿Qué me está pasando?-
Murmuró algo confundido, como si recién me hubiera despertado; la cabeza me daba vueltas, también los ojos, veía todo borroso, además de que tenía frío, tanto frío que fue inevitable abrazarme a mi mismo y tratar de hacerme lo más pequeño posible para conservar el calor. Sin embargo, al abrazarme a mi mismo pude sentir algo muy fuera de lugar, un diminuto pero notorio bulto en mi pecho que no podía mirar adecuadamente, sin importar cuanto lo intentará mis ojos no dejaban de mirar borroso y eso me desesperaba, no importaba cuanto tallara o intentará limpiar mis ojos, la vista no mejoraba, al menos no hasta que encontré algo en el suelo cerca de donde estaba.
Fue necesario tirarme de rodillas al piso y tras fallar en varios intentos de tomar eso en el suelo, finalmente pude lograrlo. Se trataban de unos anteojos de mica rosa, al verlos me recordaron de inmediato a una persona, pero también dejé esa idea de lado para centrarme en que me ocurría, colocándome los anteojos en búsqueda de mejorar mi visión.
Esa idea funcionó, y tras colocarme los lentes mi visión volvió a ser tan buena como antes. No obstante, sentía que mi visión me estaba traicionando aún peor que antes.
-¿C-c-como es esto posible? No hay forma de que esto sea verdad-
Intentaba convencerme de que todo esto solo era un mal sueño o una alucinación pero mi voz era tan chillona y aguda que no me daba ninguna confianza.
Mis muy débiles ojos, asistidos por los anteojos, mostraban una imagen que tal como sucedía con mi voz, me negaba a aceptar pero resultaba tan auténtico que ni siquiera se me ocurría como reaccionar o negar lo que estaba sucediendo.
Tenía un cabello rubio atado en dos colitas laterales, ojos verdes detrás del cristal de los lentes y completamente desnudo, viendo por completo la intimidad de este cuerpo; dos pequeños pechos en crecimiento sobresalían un poco, de forma que apenas y se podían notar o sentir, al igual que una cintura que recién comenzaba a acentuarse, con un cuerpo completamente libre de cualquier tipo de vello, ni siquiera había uno cerca de mí nueva intimidad. Ahora tenía una vagina, parecía muy pequeña y rosada pero no quería ni verla, no sólo porque yo soy un hombre adulto, también este cuerpo no es el de una mujer, es el pequeño cuerpo de mi vecina Alexa, una niña de 9 años que vive con su madre y de la cual, por alguna extraña razón, he terminado en su cuerpo.
Créditos a quien correspondan.
-¿Dónde estoy? ¿Es su baño o su armario? Tengo que salir de aquí y ponerme algo de ropa-
No solo era de lo más humillante, también era de lo más indebido ver este joven cuerpo al desnudo, mismo cuerpo que temblaba de frío por la situación, así que ponerme ropa era esencial. Sin embargo, tenía un enorme obstáculo de por medio, un seguro para niños en lo alto de la puerta. 
-¿Es en serio? ¿Por qué razón alguien tendría un seguro tan alto dentro de este lugar? ¡Soy una niña! Bueno, este cuerpo lo es, y no puedo...no puedo abrir...-
Intente ponerme de puntillas e incluso di un par de saltos pero me resultaba imposible de solucionar por mi cuenta. Con mi altura anterior, o más bien con ser un adolescente bien podría abrir la puerta por mi cuenta pero ahora tenía que usar todas mis fuerzas para mover muy poco a poco aquel seguro que me mantenía atrapado en este lugar. 
Me tomó varios intentos y minutos donde la frustración más de una vez quiso estallar pero finalmente lo logré, quitando aquel seguro para poder abrir la puerta, revelando un lugar bastante confuso para mí. 
-Es enorme...no, más bien, ahora me parece enorme esta habitación. Sé muy bien que Alexa es una niña pero no pensé que todavía tuviera esa etapa de buscar peluches y que todo fuera color rosa, hasta parece un mal cliché este lugar-
La habitación de Alexa era enorme, llena del color rosa y tonos pastel, con una gran y variada cantidad de peluches que igualaban el tamaño de la rubia, quien también tenía en su habitación un piano, un tocador, un ropero y mucho más que seguramente todavía no descubro ni pienso hacer.
Créditos a quien correspondan.
El cuarto de Alexa es único tal como ella, ahora que lo pienso ella es hija única y vive con su madre desde que las conozco, supongo que una habitación tan grande y linda es un reflejo de que Alexa es la única niña de su soltera mamá. 
No obstante de una habitación tan amplia, y que posiblemente sea hija única, no había nada de ropa que pudiera usar en estos momentos; los cajones están vacíos, y si no están vacíos hay uno que otro cerrado con llave que tampoco tengo ni encuentro, solo había cosas lindas y rosas, y salir cubierto con las cobijas tampoco era una solución. 
Fue así que revise todo sitio que pude, intentando no ver este cuerpo ajeno si no era extremadamente necesario hasta que finalmente encontré algo, no tan agradable como me gustaría pero que no dejaba de ser mejor que estar desnudo. 
-De verdad....sé que Alexa es una niña pero no pensé que fuera para tanto...-
A cada segundo en su cuerpo, el pensamiento "esto no podría empeorar" o "no puede ser más vergonzoso" resonaba en mi cabeza, descubriendo cada vez que sí, en efecto, mi situación puede seguir empeorando y ser más vergonzosa. 
Estaba a punto de rendirme y usar las cobijas de la cama para cubrir este cuerpo, de hecho lo intente, y al momento de jalar las cobijas una muda de ropa y una nota salieron volando hasta dar al suelo. 
En cuanto a la ropa no estaba del todo feliz con ella pero no había de otra, y tragándome todo lo orgullo de hombre, no tuve más remedio que ponerme un sostén infantil y unas braguitas con estampado de ositos.
Créditos a quien correspondan.
Todo esto, cada vez más y más era más vergonzoso, las bragas me quedaba justas y por mucho que intentaba acomodarlas, estas se ajustaban bastante a mi cuerpo y apretaban. No podía acostumbrarme del todo a esa sensación, ni a la de llevar un pequeño sostén en el cual pasaban inadvertidos unos pechos en crecimiento pero no había de otra, no podía dejar que me vieran en este cuerpo sin ropa interior, y si lo único que podía usar eran bragas infantiles con estampado de osos, pues esas braguitas y sostén usaría. 
También me puse unas medias blancas, una falda negra y una blusa, junto a un abrigo azul de marinerita con un listón dorado a juego de mi cabello. Por donde se me viera, todo mundo me vería como una niña vistiendo un uniforme escolar, un hecho que me dejaba sin palabras. 
-Supongo que podría ser mucho peor, al menos ahora no estoy muriéndome de frío-
Decía mientras terminaba de ponerme unas zapatillas deportivas, y una vez más, intentaba sacarme las bragas del trasero para estar más cómodo, algo que solo me duró hasta el momento en que me agache para volver a incomodarme, teniendo que sacar las bragas de ese lugar una vez más para concentrarme en la nota que también había caído con esta ropa interior. 
La nota estaba muy maltratada y escrita con una letra muy femenina y linda, hasta me costaba leerla pero me las arregle para entender casi todo el contenido que dice así:
Pasos sencillos para intercambiar un cuerpo:
1-Tener un objetivo en mente para el ritual. 
2-Tener un objeto importante propio y de la persona con quien quieras intercambiar para el ritual. 
3-Tener sexo o masturbarse los dos hace permanente el intercambio del ritual. 
4-En caso de querer volver a la normalidad, basta con recuperar ambos objetos importantes y volver a hacer el ritual. 
Me costaba entender, o más bien, me costaba creer que esta hoja escrita a mano tenía todas las respuestas que necesitaba para volver a la normalidad, o al menos la gran mayoría. Siempre y cuando creyera y fuera verdad todo lo que había en esta nota. 
-Pero, ¿Cómo es esto posible? Deje de creer en la magia desde hace muchos años...pero si la magia existe, es lo único que podría haberme convertido en esta niña, y también es lo único que podría regresarme a la normalidad-
Una vez más, peleaba con mis incómodas bragas, pensando en que podría hacer ahora. 
Si la magia era real, tenía que usar ese ritual pero, ¿Qué ritual es? ¿Qué necesita o cómo se debe hacer? ¿Qué objetos son los importantes de Alexa y de mí?, además, ¿por qué Alexa me hizo esto a mí?
Todas esas preguntas y más era lo que me dejaba esta situación donde ahora yo era una niña de 9 años, con recursos limitados y seguramente luchando contra el reloj. Después de todo la Alexa original ya robó mi cuerpo, quizás este intentando tener sexo con alguien para hacer el cambio permanente.
Si eso quiere no lo logrará, ¡yo no lo haría! Se supone que ambas personas deben tener sexo o masturbarse para que el cambio se vuelva permanentemente, así que yo no haré nada de eso, yo haré el ritual, recuperaré mi cuerpo y de alguna forma castigare a Alexa por esta travesura de mal gusto.
Por ahora tengo que salir de aquí, iré a mi propia casa para buscar mi cuerpo o al menos mi objeto importante para estar más cerca de volver a la normalidad. De hecho, debería ordenar un poco mis ideas y tener un plan en mente. Ya sé.
Mis objetivos por ahora son:
1-Encontrar a Alexa dentro de mi cuerpo y evitar que haga algo indebido, y si puedo conseguir información mejor aun.
2-Encontrar esos dichosos objetos importantes, tanto el mío como el de Alexa.
3-Encontrar el ritual de intercambio de cuerpos para volver a la normalidad.
4-Y puede que el más importante, ¡absolutamente nada indebido con este cuerpo! En el momento en que me masturbe o tenga relaciones con alguien, es el final para mi. Dudo mucho que alguien tenga algo íntimo con una niña pero esta niña no es normal, por algo robo mi cuerpo, así que no puedo bajar la guardia ni conmigo mismo. No estoy seguro de porque, pero sin duda hay más de un secreto o cosa rara en esta chica y también tengo el presentimiento de que descubriré algo mientras este en su cuerpo.
Siguiendo estos 4 pasos, puede que recupere mi cuerpo y Alexa tenga un escarmiento.
Pero, por ahora, no tengo más remedio que acostumbrarme a este cuerpo para volver a mi cuerpo, solo por ahora seré Alexa, y juro por mi propia vida que haré de todo para recuperar mi cuerpo, y de fallar en el intento, literalmente dejaré de llamarme Harry Stronger. Pero no fallare, recuperaré mi vida a como de lugar, incluso si eso implica ser Alexa Flower un tiempo.
Créditos a quien correspondan.


martes, 17 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Sexto regalo

La cosa es que hace cerca de medio año una fuerte amistad se rompió por una traición y un desamor.
Juan Carlos y Sebastián eran dos amigos que se conocían desde infantes, prácticamente eran como hermanos, toda su vida crecieron juntos y eran los mejores amigos, desde la primaria hasta la universidad, lugar donde una amistad de décadas estaba por acabar.
Victoria, una hermosa joven pelirroja que compartiría clases con ellos, se volvió la novia de Juan Carlos, quien si estaba perdidamente enamorado de ella, a diferencia de la mujer que solo utilizó al chico para aprobar la materia, y de paso conocer a su mejor amigo Sebastián.
Sebastián sin importarle mucho el noviazgo de su mejor amigo, empezó a verse a escondidas con Victoria, luego a besarse, luego a tener citas y finalmente tener relaciones sexuales, momento donde Juan Carlos al fin descubriría el engaño que dolía como nunca al tratarse de su mejor amigo desde la infancia y de su primer amor.
Cómo no podía ser de otra forma, Juan Carlos no quería volver a saber de ningún de los dos, mientras que Victoria y Sebastián se desentendieron del tema culpando de todo a Juan.
Los meses pasaron y aunque los problemas disminuyeron, Juan Carlos quería vengarse de las personas que lo traicionaron, y una peculiar asistencia tendría como regalo de navidad.
Su mayor deseo para navidad, el regalo que más quería, era vengarse de Victoria y de Sebastián, cosa que haría a ambos aunque no lo supiera.
Y es que cuando Juan Carlos bajó a su árbol de navidad pudo ver algo que definitivamente él no había puesto ahí; una caja de regalo de más de un metro, de donde salían ruidos, que se movía levemente y que tras desprender una neblina violeta, la caja se abrió por si sola revelando el regalo del joven.
Dentro de la caja estaba Victoria y Sebastián, aunque de este ultimo no tenía ni idea, después de todo Santa se encargo de meter el alma de Sebastián en el cuerpo de Victoria dejándolo atrapado al chico en el cuerpo de su chica. Victoria también seguía en su propio cuerpo pero al estar Sebastián dentro, era bastante complicado controlarlo, como ambos querían hacer cosas diferentes el cuerpo no tenía idea de cómo responder.
Así fue muy sencillo de vestir con un traje navideño con toques pervertidos, atando a la chica con un enorme listo verde y con una mordaza en la boca para que no dijera nada. El toque de gracia, la cereza en el pastel era una tarjeta escrita con letra hermosa pegada en la frente de Victoria.
Con desconfianza Juan Carlos tomó la nota y la leyó:
"Querido Juan Carlos, este año has sido muy bueno y sé que has pasado por muchos problemas gracias a ella. Así que tu deseo de navidad lo acabo de cumplir, puedes hacer lo que quieras para vengarte de Victoria sin temer por las consecuencias, Santa se encargará de todo lo que pueda suceder."
Juan leyó en voz alta todo lo que decía la carta, viendo como el cuerpo de Victoria trataba de hablar inútilmente y de negar con la cabeza.
Pero no importaba cuanto lo negará, su destino ya estaba escrito, Santa le dio el mejor regalo de Navidad a Juan Carlos, y Juan Carlos no iba a dudar en aceptar dicho regalo que meses atrás le trajo tanto problemas y que ahora al tenerla sometida pensaba que podría volver un excelente juguete personal, o al menos algo en lo que sacar su frustración que le habían dejado 2 de sus personas más cercanas.
Mismas personas que se tendrían que esforzar, ya que la magia de Santa era muy fuerte con las mentes y mientras a Victoria la convencía de ser el juguete personal de Juan Carlos como forma de disculparse, Sebastián olvidaría que era un hombre para creer lo mismo que Victoria, entregando su cuerpo como forma de disculparse. En el momento que sus mentes se rindieran, el regalo perfecto de Santa para Juan Carlos, estaría completo. 
Créditos en la imagen.


domingo, 15 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Cuarto regalo

-¡Oh por Dios! ¿¡Qué me ha pasado!? ¡Me he vuelto una anciana! Espera, está voz, este cuarto, no me digas que ¡Me he convertido en mi tía!-
Gritaba la joven Juliana al verse por primera vez en el espejo con su nuevo cuerpo, el cuerpo de su tía Alicia.
Juliana siempre admiró, y hasta envidio un poco a su tía Alicia, ella era una mujer solitaria pero con mucho dinero; tenía una casa enorme, muchos autos, sirvientes, y sin problemas lo que muchas personas ganaban de salario en su trabajo durante un año, Alicia lo ganaba en un día. Puede que de su aparente perfecta vida de Alicia, solo hubiera un par de problemas; el primero es que estaba sola, no tenía esposo, hijos, amigos ni una mascota que le extrañará, quizás a que se concentró tanto en ganarse la vida, olvidó hacerse una vida. El otro problema era que ya empezaba a ser algo mayor, estaba cerca de sus 40 años, y aunque tenía muchos años por delante, la joven Juliana pensaba que ya había perdido bastante su tía.
Entre cosas buenas y malas, la joven admiraba a su tía y en la noche de navidad, deseo ser justo como ella, un regalo que Santa le cumpliría al pie de la letra con ayuda de una peculiar neblina violeta.
-Esta ropa, tiene un color idéntico al del humo que vi antes de dormir...Tía Alicia, para alguien de su edad usa ropa interior muy atrevida...y apretada, aunque siendo honesta no me desagrada-
Ya frente al espejo, Juliana veía como le quedaba la lencería de látex: unas calcetas unidas a un liguero, bragas y un corset, los colores fuerte de la lencería hacían relucir aún más la blanca piel de la mujer y su larga cabellera, algo que notó de inmediato Juliana, haciéndola disfrutar más de posar frente al espejo.
-Me pregunto, ¿Qué otra ropa tendrá para usted misma? Si con esto duerme, estoy segura que tiene mucho más escondido para usted misma, y lo voy a encontrar-
La joven estaba lista para empezar a husmear en el cuarto de su tía Alicia, deteniéndose de golpe al pensar que estaba mal, meditó un poco sobre ello hasta que llegó a una conclusión.
-Sería malo si Juliana revisa las cosas de Tía Alicia pero ahora yo soy Alicia, su casa, su dinero, su ropa y su cuerpo, todo es mío, por lo que puedo tomar lo que quiera-
Parecía que la menor, igual de pronto que se asustó por estar en ese cuerpo, ahora disfrutaba de los beneficios que le daba, y con una chequera ilimitada, tomarle cariño al cuerpo de una mujer madura no sería tan problemático.
Juliana había deseado su mayor deseo esta navidad, ser como su tía, y aunque no se le cumplió como ella esperaba, al verla jugar con la ropa o pensar en que gastar un poco de su fortuna, Juliana parecía estar muy contenta de ser tal como su tía. 
Créditos a quien corresponda.


viernes, 13 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Décimo regalo

-Me sorprende tanto que esto en verdad este pasando. Siempre supe que mi mujer era una perra, pero no esperaba que actuará tal como una-
Me decía al tener de cuclillas y desnuda ante mi, a mi esposa Mariana, que actuaba de una forma que nunca imaginé.
Desde que yo le entregué el anillo de matrimonio y oficialmente se volvió mi esposa, Mariana cambió por completo, al punto de que propios y extraños se sorprendieron de lo cruel y arrogante que podía ser al "tener dinero", mi dinero en realidad pero que ahora por ser esposos, debía tener una parte ella. Darle de mi dinero no me molestaba, de hecho yo estaba dispuesto a mantenerla económicamente por el resto de nuestros días si ella lo quería pero cada vez se volvía más obvio que ella no me quería a mi, quería mi dinero.
Cómo era de esperar, ella quería el divorcio pero llevándose la mayor parte de mi fortuna, algo que no iba a permitir y que rápidamente se volvió mi mayor deseo, mi deseo de Navidad era deshacerme de mi problemática esposa, estaba dispuesto a quedarme soltero o con una mascota pero nunca pensé que ambas cosas se fueran a cumplir con mi esposa.
-Mari, dame la pata-
Con eso dicho y estirando mi mano, mi mujer extendió repetidas veces su mano izquierda hacia mí, dejando de hacerlo hasta que acaricie su cabeza como recompensa.
Desde la mañana de hoy, en navidad, se comporta así.
Cuando desperté solo en la cama pensé que se había ido a dormir a la sala por la noche o que se levantó temprano para ir a otro lugar, por lo que no preste atención a su ausencia, al menos no hasta que escuche su voz de una forma muy peculiar; no gritos, ni palabras o quejidos, todo lo que podía oír desde la sala donde el árbol navideño estaba, era la voz de Mariana haciendo ladridos como de perro.
La encontré desnuda dentro de una jaula violeta, rodeada de accesorios para perro como platos, collares, juguetes y cama, cosas que Mariana veía con mucha atención.
La saque de la jaula donde se metió e intente averiguar que pasaba pero no hablaba, solo me veía desde abajo sin ponerse de pie. Traté de ayudarla pero solo conseguí que se pusiera en cuclillas unos segundos antes de volver a estar en cuatro. Ni siquiera llamándola por su nombre me respondía, o al menos no hasta que se me ocurrió tratar algo diferente.
-Mari, habla-
Ella odiaba que la llamara Mari pero ahora sacudía el trasero con alegría cuando lo hacía y obedecía mis palabras a su forma; cuando le pedí la pata dio su mano, cuando se sentó lo hizo poniendo el culo contra el suelo pero con los pies tocando el piso y sus manos apoyadas también contra el suelo. Ahora que le pedía hablar solo obtenía ladridos de su parte.
-Mari, ¿Esto es en serio? Donde esta la cámara o quien nos está vigilando, seguro me quieres hacer queda mal para quedarte mi dinero, ya deja de actuar-
Pesé a mis regaños ella no respondía, solo me veía en silencio antes de comenzar a divagar, poniendo especial atención a sus juguetes.
Así fue que tomé un hueso para acercarlo a ella, vi que lo iba a morder y entonces lo aleje, a lo que volvió a tratar de morderlo como si de un juego se tratará.
-Esta bien, es bastante claro que lo que te ocurre no es normal, Mari. Así que te llevaré con el doctor...algún día, hasta que te aburras de esto y dejes mi dinero en paz-
Ella no prestaba atención a mis palabras, solo veía con ilusión aquel hueso de plástico que finalmente le dí y mordió un par de ocasiones sacudiendo la cabeza, no había duda que su broma o chantaje o lo que fuera que tramara estaba llevándolo al límite, y por lo mismo, al menos este día la trataría tal como a mi mascota. Apuesto a que se rendirá antes de que acabe el día, por que tiene más sentido que ella este fingiendo todo esto o que algo haya ocurrido, a que Santa mágicamente cumplió mi deseo.
Sea como sea, una trampa o un regalo, al menos por este día de navidad celebrare como un soltero en compañía de su leal mascota, quizás Mari siendo una perra haga mejor su trabajo que Mariana siendo mi esposa, al menos al verla jugar con su hueso mientras sacude su lascivo cuerpo es bastante entretenido pero tengo el resto del día para saber que es capaz de hacer mi mascota Mari. 
Créditos a quien correspondan.


miércoles, 11 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Duodécimo regalo

Ese año, en esa especifica navidad, había un chico malo, más malo que todos y que aun siendo consciente de lo terrible que era, tuvo el descaro de pedir cosas a Santa que ni de broma se merecía.
Era mezquino, detestable, mentiroso e hipócrita pero destacando por mucho como su peor rasgo, la forma en que él trataba a las personas transgénero, pues según él no eran personas de verdad, eran bichos raros o adefesios que ni siquiera podían saber que es lo que eran, algo tan obvio desde el momento en que naces y miras tu entrepierna.
Sin duda León no era el mejor tipo pero por tener algo de dinero con el cual pagaba cirugías estéticas, se creía la gran cosa, y ciegamente esperaba de Santa el mejor regalo para la navidad.
Santa nunca le daría un buen regalo a ese muchacho, Santa le daría carbón cuando mucho pero la Santa de cabello azulado tenía un "mejor regalo" para el problemático muchacho, que al despertar el día de Navidad, se quedaría sin aliento y sin palabras al descubrir su regalo.
El chico despertó irreconocible entre una densa bruma morada que se fue disipando, al mismo tiempo que dejaba al chico temblando debido al frío que su cuerpo sentía, ya que lejos de usar una pijama común, estaba vistiendo una lencería rosa y delgada que hacía imposible de ignorar, especialmente la parte baja de su cuerpo.
Su cabello le creció hasta los hombros y se volvió rubio, su rostro completamente maquillado y con joyería en el cuello y orejas, siguiendo con un sostén para sus pequeños pechos y endurecidos pezones, atributos propios de una mujer. Pero la cosa no acabaría allí, ya que su delgada cintura tenía un liguero a juego del sostén y de la tanga, misma diminuta tanga que se metía en el trasero de León y de la cual su erecto pene salía por un costado.
Ahora León podía y no llamarse de esa forma, pues el regalo que Santa dejó para él, fue convertirlo en justo el tipo de persona a quien tanto discriminaba y molestaba sin razón alguna.
Su cuerpo se volvió más alto pero también más delgado, con un montón de facciones femeninas, las más destacadas sus nuevos pero pequeños pechos de mujer que contrastaba con su entrepierna de la cual sobresalía un pene masculino que se escapaba de las bragas.
Lo bueno de esto es que le bastaba a León con ver la entrepierna para saber que sexo tenía la persona, ¡Solo un idiota no podría definirlo de esa forma! Y ahora León se sumaba a "esos idiotas", aunque él merecía su propia categoría.
Sin embargo, puede que ya esté sufriendo su merecido castigo, incluso para él o ella, le costará bastante definirse o redifinirse cada vez que se vea en el espejo o en sus documentos donde todo lo referente a su género, sexo y orientación está vacío.
Pero eso no importa, no debe ser un problema para él, si León está tan seguro de quien es, este pequeño y último regalo de Santa no debería ser algo que le quite el sueño, y que en cuestión de días o de semanas podrá resolver, es de lo más sencillo, ¿No? Solo el tiempo lo dirá, pero pase lo que pase con el confundido León, puede que tenga más respeto y perspectiva de un cambio de género y de no sentirse como uno se ve. 
Créditos a quien corresponda.


lunes, 9 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Primer regalo

-¿En serio? ¿¡Es en serio!? ¡No puedo creerlo! Mi deseo, no, nuestro deseo se hizo realidad-
Se decía un sorprendido Alejandro que saltó fuera de la cama cuando se dio cuenta que su masculino cuerpo había cambiado, y que ahora en su lugar, podía verse un cuerpo idéntico al de su malvada ex esposa Tania, quien dormía en su cama matrimonial usando nada más que una ajustada lencería, liguero y sus medias, con las cuales poco importaba haber salido de golpe de la cama, pues se veía hermosa como siempre.
-Espera, no sólo me veo como ella, también hablo justo como ella y la habitación es idéntica a cuando aun estábamos juntos, tranquilizante un poco hombre, respira y repasemos las cosas-
El hombre dentro del cuerpo de su ex pareja todavía no entendía lo que había pasado, cosa de lo más normal, pues lo que le ocurría sin duda sólo le pasaba a una muy pequeña minoría afortunada o desafortunada, siendo este caso Alejandro alguien bastante afortunado.
Respiro un par de veces más, inflando su generoso pecho en el proceso hasta no aguantar y soltar el aire, repitiendo el proceso un par de ocasiones con muchos ademanes femeninos los cuales trataba de evitar sin mucho éxito.
-Desde hace años estoy divorciado de mi ex esposa Tania, ella era una caza fortuna que me enamoró y engañó para dejar todos mis bienes a su disposición, y una vez que me quitó todo lo material me hizo firmar el divorcio, dejándome muy poco tiempo para ver a mis hijos. Ellos no estaban contentos con que me fuera de la casa ni que se quedarán solos con su madre pero legalmente poco podía hacer más que aceptar los términos de Tania para poder verlos cada tanto-
Un pesado suspiro escapó de sus labios al mismo tiempo que hacía rebotar su pecho y se percataba de tener sus manos en la delgada cintura de su ex mujer, tan pronto como pudo quito las manos de ahí pero sin darse cuenta las volvería a colocar, resaltando su feminidad nueva en el proceso.
-Se supone que después de varios años al fin podría pasar la navidad con ello, tuve que hacer un montón de cosas y trabajar mucho para tener dinero y que la pasarán genial, los chicos estaban emocionados pero su madre tuvo que arruinar todo; se suponía que tenía planes para la navidad y por ello los niños estarían conmigo, pero horas antes de la cena decidió cambiar de opinión y llevárselos a casa sin que pudiera hacer nada. Me invadían la frustración y la rabia pero si hacía algo, ella inmediatamente procedería de manera legal en mi contra, volviendo mi vida y la de los niños aún más complicada-
De tan solo recordarlo le hervía la sangre al hombre, aun más al bajar la mirada y verse de una forma idéntica a la que su sensual ex esposa, quien quizás lo único bueno que tenía era su hermoso cuerpo que sin importar los años parecía no envejecer.
-Tania se portó muy mal, ni siquiera dejó que los niños tuvieran su foto con Santa Claus ni de pedirle su deseo; mi hijo y mi hija todo lo que querían era estar conmigo como antes, justo yo quería lo mismo y disfruta de esta fiesta con ellos pero todo apuntaba a que eso no iba a pasar. Derrotado me fui a mi pequeño departamento donde pasé la noche solo hasta quedarme dormido en el sofá, y de repente....-
El hombre dejó de narrar lo sucedido, todo estaba confuso, empezó a rascar su larga y sedosa cabellera con esas uñas pintadas que ahora tenía, pero no importaba cuanto rascara su cabeza en búsqueda de ideas, no podía recordar nada más que una bruma rosada.
-Y de repente desperté aquí, en mi antigua cama y viéndome como mi ex esposa. No, no me veo como ella, ¡Estoy seguro de que soy ella! Debe ser eso, todo es tan real, por idiota que suene parece que nuestro sueño se cumplió-
Alejandro pellizco varias veces su cuerpo en un intento de despertar pero sólo conseguía sentir dolor en su nuevo cuerpo de mujer, con el cual entre más tiempo pasaba, más cómodo se sentía.
-Por Dios, si me vuelvo Tania para siempre recuperaré todo lo que nunca debí perder: mi casa, mi dinero, ¡Mi familia! Pero los chicos no me aceptarán, después de todo ahora "soy" su madre...¿Debería contarles lo que sucedió? Van a pensar que estoy loca y será todo peor...aunque hay cosas que solo Alejandro sabe de ellos, y quizás así pueda convencerlos de creerme con lo que sucedió. También está la posibilidad de callarlo, hacerme pasar por una Tania mucho mejor, aunque creo que eso puede ser sospechoso para ellos y seguirán buscando a su "verdadero padre". Ahora que lo pienso, ¿Tania estará en mi cuerpo? Si ella está ahí apuesto a que no se quedará con las manos cruzadas....creo que no me debo preocupar por ella ahora, si yo como ella tengo problemas, ella como yo, está en una situación mucho peor y donde yo estoy ahora; "Tania" puede proceder legalmente contra "Mi ex esposo Alejandro" para enviarlo lejos-
Tantas oportunidades, opciones y variables que podrían ocurrir donde Tania o Alejandro salieran beneficiados o perjudicados, pero no, Alejandro no quería volver a perder a su familia y aunque volverse su ex esposa no era su cosa favorita, no estaba dispuesto a desperdiciar el regalo de Navidad que Santa le había hecho. 
-Muy bien Santa, Dios, demonio o lo que sea que me haya concedido mi deseo de estar con mi familia; si estar con mi familia implica volverme mi ex esposa, de ahora en adelante seré Tania, la mejor mujer y madre que mis hijos puedan tener....no puedo creer que lo dijera, pero así será desde ahora, desde ahora seré una señora pero valdrá la pena si es por mis hijos-
Apenas agachar su cabeza todo el cabello cubrió su rostro, algo que trató de arreglar con torpeza, al igual que el resto de sus movimientos, después de todo le esperaba una larga noche. 
Quería ir corriendo a abrazar a sus hijos pero no, Alejandro aceptando lo más pronto que podía su nueva identidad como Tania, se quedó a solas en su habitación para pensar en que hacer. Pasaría toda la noche en vela si era necesario, pensando en que hacer y practicando con su nuevo cuerpo, haría todo por su familia, y volverse Tania su ex esposa con tal de estar por siempre con sus hijos era algo que haría encantado, o mejor dicho encantada, pues como regalo de navidad, a Alejandro le esperaba una vida con su familia y sus riquezas, a costa de ser mujer, un precio más que respetable para él. 
Créditos en la imagen


sábado, 7 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Quinto regalo

Mi hijo Kevin siempre había tenido un carácter complicado, por no decirle horrible; me retaba cada que podía, me causaba problemas, me molestaba y se burlaban de mi, muchas veces traté de mostrarle que me tenía que respetar porque era su madre y siempre cuidaba de él pero una idea tan sencilla como el respeto, en casi 20 años nunca se la pude hacer entender, parecía que simplemente disfrutaba de molestarme todo el tiempo, y por ello nunca dejaba de hacerlo.
Esta navidad decidió ser una "niño malo" por no decir cosas peores, arruinando la noche por completo y haciendo que me fuera a mi habitación para estar más tranquila, con el único deseo de que él cambiaría por completo y pudiéramos tener una mejor relación; él es mi única familiar y yo la única de él, me costaba creer que era tan imposible que se llevara bien conmigo como para tener que desearlo, sin embargo eso hice, deseando llevarme mejor con mi hijo hasta que me quede dormida.
Cuando desperté, mi deseo es había vuelto una realidad, aunque muy alejado de la forma que me imagine.
Karen entró a mi habitación por la mañana, llevándome el desayuno hasta la cama junto con unos cuantos regalos: chocolates, flores, cartas, todo para "la mejor mamá del mundo". Me costaba creerlo pero entre más hablaba con esta señora llamada Karen, más parecía que en realidad era mi hijo, "confirmando" todo con una nota muy especial de Santa, quien deseaba pudiera disfrutar de mi regalo y con mi nueva hija, tener la relación madre e hijo que tanto quería.
Aunque tenía la nota de esta supuesta santa en mis manos, y aunque tenía a mi hija de aspecto mucho mayor, me costaba creer que era la verdad....pero...era todo tan lindo y perfecto, que tampoco quería que dejara de ser verdad. Creo que tenía miedo de que fuera una broma pesada y está hija tan ejemplar en realidad no fuese Kevin, porque fue cuestión de minutos de estar con ella, para hacerme quererla sinceramente. Debo ser una madre horrible por pensar esto pero en serio me gustaría mas que esta chica perfecta pero de aspecto mayor fuera mi hija, a que lo fuera el indisciplinado y grosero de Kevin.
Kevin nunca me ayudaba con nada, nunca me decía "mamá" o "madre", me dolía cuando tiraba la comida que preparaba y un sinfín de cosas más que en menos de una hora, Karen ha hecho completamente distinto: llegó dándome la gracias por todo lo que había hecho estos años, me preparó un desayuno delicioso y me ofreció ir de comprar por la tarde, algo que desde hace años no hacía, y que no imagine haría con mi hijo, mucho menos con mi hija.
Creo que esta vez, solo por esta vez desde hace mucho tiempo, seré un poco egoísta y me quedaré con mi deseo. Si Santa piensa que soy una "chica buena" y este es mi regalo, disfrutaré de mi perfecta hija Karen de ahora en adelante.
Puede que se vea algo mayor, de hecho, ella parece que es mi madre y yo su hija a simple vista pero no, ella es mi hija y le voy a tratar como tal, con ella recuperaré todo el tiempo perdido con Kevin.
Los primeros días puede que sean un poco raros, al final, de un día para otro va haber una mujer de aspecto madura como yo en la casa pero no me desagrada, quiero tener un montón de vivencias y experiencias madre a hija con mi regalo de navidad, y que mejor momento para disfrutar en familia, con mi nueva familia, en estas vísperas de navidad. 
Créditos a quien correspondan.


jueves, 5 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Segundo regalo

Mi nombre es Sarita, tengo 29 años y 2 novios; el primero es Joshua, un excelente hombre moreno, atleta profesional, guapo y que sabe como tenerme contenta, mientras que mi otro novio...se llama Bell, es rubio, delgado, un poco bajito pero lo quiero, a él lo conocí hace un par de años y me gustó, el único problema es que tenía a Joshua, a quien no pareció molestarle "que tuviera mis dudas" sobre a quien quería más.
El punto es que comencé a salir con los dos, ambos así lo aceptaron por lo que no había mayor problema, al menos hasta que Bell empezó a molestar.
A pesar de que dijo que estaba bien que saliéramos los 3, cada vez era más celoso, buscaba alejarme de Joshua, quería que rompiera con él para quedarse solo conmigo, y llegadas estas fechas navideñas, su actitud solamente empeoró al punto que ni Joshua ni yo la podíamos seguir ignorando.
Mi único deseo de navidad, es que las cosas entre los 3 pudieran mejorar, o que Bell estuviera listo para las consecuencias de sus actos, ya que Joshua estaba cada vez más cerca de hacerlo pedazos, algo que no me terminaba de convencer que ocurriera.
Afortunadamente eso no va a pasar, o al menos no de la forma que yo temía, todo gracias a Santa y el mejor regalo de navidad que pudiera haberme dado.
La noche se volvió espectacular cuando un regalo misterioso apareció para Bell, pensé que era un regalo que hizo Joshua para hacer las paces o algo así, entonces cuando Bell lo abrió y una enorme cantidad de humo rosado salió de la caja me quede sin palabras, tuve que encender el aire acondicionado para limpiar todo el polvo, encontrando en el suelo de rodillas a una hermosa chica rubia; estaba desnuda, con el cabello cubriendo casi toda su espalda, parecía no entender nada de lo que ocurría y yo estaba peor cuando la mujer me habló por mí nombre.
Sabía como me llamaba, preguntaba por Joshua y su regalo, además que también se llamaba Bell. No, esa chica y mi chico no compartían nombres, esa chica era mi chico quien por alguna razón había sido convertido en una mujer, se me ocurre que ese gas que salió del regalo fue lo que lo convirtió en mujer, ¿Cómo es eso posible? Es lo que todavía no puedo entender, más allá de que sea mi mejor y más maravilloso regalo de navidad. Al menos esas fueron las palabras de Bell. 
Él estaba muy molesto y confundido, se levantó y fue directo sobre de mi pero en cuanto le dije que se calmara, él sonrió y con una voz femenina me dijo "Esta bien" antes de obedecer, volviendo a la "normalidad" tras unos segundos. Volví a intentar darle órdenes como explicarme que ocurrió y sucedió lo mismo, Bell el chico estaba molesto y confundido sin poder responder pero de repente sonreía, su voz cambiaba a la de una mujer y obedecía, fue así que supe que su nueva apariencia y comportamiento eran el regalo que Santa me había hecho para esta navidad, con esa forma la relación entre Joshua, Bell y yo, iría a la perfección. 
Ahora que lo recordaba, Joshua alguna vez me dijo que quería hacerlo con 2 mujeres a la vez, algo que nunca pudimos hacer por falta de otra mujer dispuesta a jugar con nosotros. Pero eso ya no era un problema, porque la nueva Bell lo haría.
Le ordene que subiera conmigo a la habitación para darle algo de lencería, "él" se negó y dijo que debía estar loca si creía que se pondría algo de mi lencería, pero "ella" sonrió y me dijo que estaría encantada de utilizar lo que deseara.
Fue así que un babydoll que tengo de repuesto sería su atuendo del día; un trasparente sostén rosado junto a una tanga del mismo color, un poco de maquillaje y de arreglar su cabello fue suficiente para dejar a la nueva Bell tan hermosa como yo. Claro, por momentos el antiguo Bell se negaba, decía que no quería, que la tanga le apretaba, que el sostén era muy grande, que el rosa y el maquillaje lo odiaba y muchas más quejas que fui acallando con una simple orden, haciéndola sonreír y aceptar todo lo que tenía para darle.
Sin embargo, quien verdaderamente nos va a dar algo que recordar es Joshua, apenas terminé de arreglar a Bell, marque a Joshua para que viniera a la casa y disfrutará de su regalo de navidad, seguramente espera encontrarme sola, pero nunca se imaginará el regalo que Santa me dio y que le pienso compartir. Apuesto lo que sea a que, después de jugar un rato con ella, Bell entenderá porque nunca pensé en dejar a Joshua, estoy segura que va a quedar fascinada.
Bell quería más atención y eso tendrá, pasaré mucho tiempo enseñándole las maravillas de ser una mujer, y de lo feliz que un bueno hombre como Joshua nos puede hacer, supongo que él se resistirá un poco como hasta ahora, pero será cuestión de tiempo para que Bell se vuelva nuestra linda, delicada y femenina novia, con ella estoy segura que nuestra relación irá de maravilla para los tres.
Ahora solo debo callarla, ordenar que haga feliz a Joshua y esperarlo con el culo levantando para recibir en nuestros cuerpos todo lo que tenga que darnos, será sensacional. 
Créditos a quien corresponda.


martes, 3 de enero de 2023

12 Regalos de navidad: Undécimo regalo

Cuando pedía ser como mi mamá en mi carta para Santa Claus no esperaba que ocurriera de esta manera, en realidad ni siquiera esperaba que en verdad ocurriera pero aquí estamos, tal como mi madre se fue a dormir la noche antes de que Santa llegara a casa. 
Mamá siempre había sido buena conmigo, como su único hijo y siendo mamá soltera, ella y yo somos bastante cercanos, siendo ella mi ejemplo a seguir sobre lo que quiero ser cuando sea grande. 
Por esa misma razón, tal como pongo cada año, deseo a Santa ser como ella, y aunque nunca tenía un regalo o una respuesta sobre ello, este año si que ocurrió.
Recuerdo ver a una chica pelirosa vestida de Santa, incluso recuerdo como se arrodilló y acarició mi cabello antes de decir que haría realidad mi deseo. No tengo dudas de que eso sucedió en mi sueño, soy muy bueno recordando mis sueños, y sin duda aquella chica tan llamativa tenía que ser de mi sueño por la emoción de que iba llegar Santa a mi hogar.
Pero cuando finalmente me desperté y quise ver mis regalos de Navidad, me encontraba en el cuerpo de mamá; ella estaba usando su "pijama" que en realidad era una ropa interior muy delgada, y que me sorprendía no sintiera frío, me sentía desnudo estando de esa manera pero más sorprendente hubiera sido encontrarla desnuda.
No, todo esto ya era muy sorprendente desde el hecho de despertar en el cuerpo de mamá, que mamá sólo usará esta ropa interior pequeña y ajustada sólo aumentaba la sorpresa. De hecho era más sorprendente que mamá no estuviera en su habitación, ella estaba en calzones en la sala donde el árbol de navidad está lleno de regalos, ¡No me puedo creer que mamá haya buscado los regalos sin mí! Ella siempre me despierta cuando Santa ya dejó los regalos pero esta vez no lo hizo y ella estaba sola con los regalos, apuesto que ella quería alguno de los juguetes que Santa me dejó por ser un niño bueno todo el año...ay mamá, si me hubieras dicho, te hubiera prestado mis juguetes cuando quisieras, no tenías porque venir en calzones y tacones a buscarlos sola. 
Ahora que lo pienso, ¿Dónde está mi cuerpo? ¿Ó donde esta mamá? ¿Mamá estará en mi cuerpo porque yo estoy en el suyo? ¿Ó será que mamá sigue estando en su cuerpo conmigo dentro? Pero mamá ya hubiera dicho o hecho algo si estuviera en su cuerpo, ¿No? ¿Qué se supone debo hacer ahora? ¿Cómo debo buscar a mamá? Ni siquiera puedo caminar con estos tacones, apenas puedo mantenerme en pie sin temblar o tirar el árbol de navidad conmigo. 
Mamá siempre resuelve todo, ella es increíble y por eso mi deseo era ser como ella, pero ahora que soy ella no se muy bien que debo hacer. 
Pero si ahora soy mamá, debo actuar como mamá, y mamá se esforzaría un montón para que todo salga bien y perfecto. Lo primero que voy a hacer es quitarme los tacones y ponerme algo de ropa, después buscaré a mamá por toda la casa, ya sea a otra mamá como yo o mi cuerpo o lo que sea, voy a buscar a mamá, y si no la encuentro trataré de nuevo de irme a dormir; con algo de suerte al dormir podré volver a ver a esa santa pelirosa y pedirle que me devuelva a mi mamá, seguro ella podrá ayudarme a ayudar a mamá. 
De repente me siento extrañamente confiada y orgullosa, como si pudiera resolver todo a la perfección, ¿Así es como siempre se siente mamá? Seguro que si, y usaré eso a mi favor para volver a la normalidad, y que juntos, mamá y yo podamos abrir nuestros regalos de navidad. 
Créditos a quien correspondan.