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martes, 9 de julio de 2024

Me parezco a ella

-Creo que ya son un poco más grandes... Incluso creo que uno es un poco más grande que el otro... Sea lo que sea, tendré que pedirle a mamá que me lleve al centro comercial por ropa... otra vez-
Suspire un poco al decir esas palabras mientras me veía frente al espejo, dándome cuenta que uno de mis sostenes ya no me cerraba, lo intente un par de veces más, y aunque quise negarlo, no tengo duda de que mis pechos han crecido un poco más nuevamente. Sé que ya estoy en esa edad llena de cambios por todo mi cuerpo, donde empiezo a ver más femenina que antes, solo que no esperaba ni me emocionaba volver a vivir la pubertad, mucho menos volver a vivir está etapa complicada como una niña que se volverá una mujer.
Hace algunos años mi antigua profesora me rescató de una muerte segura en un accidente automovilístico, donde por un milagro pude sobrevivir, a pesar de que mi cuerpo no corrió con la misma suerte.
Tengo entendido que las heridas fueron muy graves por todos lados, la mayoría de mis órganos estaban comprometidos y fui inducido a coma mientras decidían que pasaría conmigo; evidentemente yo no podía decir nada, y sin familiares o amigos cercanos que se interesarán en mi, un rayo de esperanza apareció cuando mi tutora escolar apareció y se hizo responsable de todo lo que yo necesitará durante mi tiempo en el hospital.
Ella fue quien firmó una carta responsiva donde no solo autorizaba las operaciones o tratamientos que yo pudiera necesitar, también ella se comprometía a hacerse cargo de mí como si de un familiar se tratará.
Muchas cosas sucedieron mientras yo dormía, muy de vez en cuando podía escuchar a mi profesora o sentir su amable tacto, siempre me repetía que ella no se alejaría de mi lado y que todo saldría bien, algo que tras mucho esfuerzo de todos los involucrados, finalmente sucedió.
Cuando me desperté después de quien sabe cuanto tiempo, la primera persona que vi fue a mi profesora, quien con lágrimas en los ojos y un montón de sentimientos encontrados, me abrazo y se disculpó, prometiendo que hizo lo mejor para salvarme y que seguiría cuidando de mi pase lo que pase.
Intenté agradecerle y decir que no era nada, que estaba muy feliz de haber sido rescatado por ella. Sin embargo, antes de que las palabras salieran de mis labios, me di cuenta que me veía como una mujer, una niña pequeña para ser exactos.
Mi maestra me explicó que debido a todas las necesidades que tenía mi cuerpo, la única forma de salvarme la vida, era con una nueva técnica experimental que requería de sangre, mucha sangre, mi profesora pensó que la sangre era para hacer algún tipo de transfusión urgente o algo así, nunca imaginó que su sangre sería utilizada para convertirme a mi en una versión más joven de ella, transformándome en alguien idéntica a mi profesora cuando era una niña con tal de salvarme la vida.
Esa noticia fue muy difícil de procesar, incluso ahora cuando lo pienso hay un montón de cosas raras o que me parecen sinsentido sobre lo que me sucedió con ese experimento. Sin embargo, no puedo cuestionar el resultado, y que aún si no es en mi antiguo cuerpo, hoy todavía puedo seguir experimentando la dicha de estar vivo como uno de los primeros casos exitosos de su método experimental.
Por si la noticia de cambiar de sexo hubiera sido poca cosa, también había un enorme cambio de roles para mí, pasando de tener 23 años a ser una niña que recién cumplió 9 años y que por lo tanto, no podía vivir o estar sola, no podía continuar viviendo de forma independiente por no mencionar que debía ir a la escuela. Todo esto serían deberes a cumplir por la persona que firmó la carta responsiva, mi maestra, o dicho de otra forma mi nueva madre que ha tomado mi custodia para cuidarme y protegerme tal como la niña menor de edad en la que me convertí.
Aún después de varios meses desde que desperté, no puedo olvidar el dolor de cabeza y confusión por toda está información que recibí apenas despertar. La última vez que había abierto los ojos yo era un estudiante universitario que tomó el autobús a casa después de clases, luego escuché la bocina de un auto y el fuerte impacto que me hizo caer inconsciente, víctima de un profundo sueño durante meses hasta que desperté en un nuevo cuerpo lleno de información, necesidades y situaciones que sin importar lo difíciles que eran, debía comenzar a solucionar a la brevedad.
Creo que en otras condiciones me hubiera rendido, no hubiera valido la pena todo el tiempo y esfuerzo que se invirtió en salvarme la vida, supongo que me hubiera vuelto loco o algo por el estilo, pero mi maestra no lo permitió; ella no me dejó solo, cuidó de mi durante meses, estuvo dispuesta a darme su sangre y cambiar su vida por completo con tal de que yo despertará, y apenas abrí los ojos, ella no dudó en abrazarme, decir que me veía hermosa y que haría todo lo que pudiera para ser que pudiera volver a tener una vida plena y emocionante como la que se me había arrebatado. Estar con ella, hizo que valiera la pena volver a esforzarme.
Todo fue muy raro al comienzo, tanto para ella como para mí, cambiando nuestra relación de alumno y maestra para convertirnos en madre e hija, tras "un repentino deseo por adoptar".
Han pasado 2 años desde entonces, donde establecimos roles y ella me ha enseñado toda clase de cosas de chicas tal como una madre haría con su hija; cuidar de mi cabello, cuidar de mis intimidades, como sentarme apropiadamente, como vestir algunas prendas y más cosas que mamá pensaba eran correctas y me serían de ayuda para mi nueva vida. De hecho mamá tuvo razón en todo, incluso cuando me habló de la pubertad y los cambios que viviría mi cuerpo, solo que no es tan sencillo hablar de este tema cuando recuerdo que alguna vez fui hombre, uno que ahora tiene el cuerpo de una niña de 11 años y empieza a experimentar la pubertad en mi nuevo cuerpo.
Hace algunas semanas mis pechos comenzaron a picarme, a picarme bastante y me di cuenta que empezaban a crecer, además pude sentir que mis caderas de ensanchaban un poco, lo suficiente para que algunas faldas y bragas ya no fueran muy cómodas de vestir. Intenté ignorarlo todo lo que pude, no quería aceptar que me volvía más y más mujer, pero hoy al estar cara a cara con el espejo, es imposible seguirlo negando, mi cuerpo esta cambiando, y estoy dejando de verme como una niña para convertirme en una adolescente gracias a la pubertad.
-Es una lastima... empezaba a acostumbrarme a mi aspecto de niña y ahora de nuevo está cambiando... algo que no dejará de hacer durante los próximos años... ¿Qué tanto cambiará todo mi cuerpo?-
Mi cabeza estaba llena de preguntas que me hacía frente al espejo, prestando atención a todo mi cuerpo, buscando desde los pies hasta mi cabeza cada pequeño cambio que pudiera presenciar en mi misma, lo cual solo me hizo pensar algo más:
-Me parezco tanto a ella, soy idéntica a mamá-
Entre más atención le ponía a mi rostro, más pensaba en esas palabras. Tengo toda la cara de mamá, quizás un poco más infantil y sin maquillaje, pero era idéntica a mamá.
-¿Acaso ella se veía así a mi edad?, espera ¿Yo me veré igual de bien que mamá a su edad? Sería raro ser una mujer idéntica a mi antigua profesora... aunque ahora soy una niña idéntica a mi profesora-
Suspire tras decir esas palabras, donde pensará lo que pensará, todos los caminos me llevan a pensar que soy y seré muy parecida a mi mamá.
Mamá se convirtió en mamá desde que entré a su casa, a nuestra casa. Aún si fue raro al comienzo, en cuestión de meses me volví su hija y ella mi mamá, muy pocas veces hablamos de toda nuestra vida previa a mi accidente, pero eso es porque nos sentimos bastante cómodas con nuestras vidas actuales. Nos apoyamos siempre que podemos, ella me suele apoyar mucho más de lo que yo puedo apoyarla a ella, mamá es sincera conmigo y siempre que quiero hablar de algo, me presta mucha atención y busca como ayudarme, la amo genuinamente, y creo que al pensar en todo lo que hemos pasado juntas, se volvió un poco más sencillo para mi tomar una decisión.
-Hija, ¿Ya despertaste?, ¿Puedo pasar?-
Oí preguntar a mamá tras llamar a la puerta de mi habitación, llenándome del suficiente valor como para ignorar la vergüenza del tema que tenía que comentar.
Ella no se burlará ni me hará sentir mal, mamá es asombrosa y no será la excepción en este tema. Solo le pediré un poco de ayuda con lo que estoy viviendo y que seguro seguiré experimentando en los próximos años. Mamá ya ha pasado por estoy, estoy segura de que puedo confiar en ella y ella va a ayudarme con todos los cambios que voy a vivir por la pubertad.
Ya no estoy solo, y aunque no pensé que me convertiría en una niña pequeña. Me alegra haberlo hecho para ser la hija de mamá.
-Sí, mamá. Ya estoy despierta. ¿Puedes pasar un momento? Hay unas cosas de las que quiero hablar, me vendría bien tu consejo-
Créditos a quien correspondan.

lunes, 13 de marzo de 2023

Experimento 1-Entrenamiento

-Oye, ya me convertiste en una perra y me haces vestir esta ridícula ropa ¿Qué más me quieres hacer?-
Preguntaba la jadeante albina en la cama con el culo levantado hacia su antiguo experimentador, o mejor dicho, su actual amo.
Francisco era un excelente científico biológico, su especialidad era modificar el ADN, con el fin de ayudar a la humanidad. Sin embargo las investigaciones eran costosas por lo que estaba fuertemente limitado en sus recursos económicos y materiales.
Hasta que un día un hombre llegó con una inusual petición "Modificar el ADN de una persona para darle rasgos de algún animal, de paso educarlo para que piense que es uno, que este domesticado" detalles más, detalles menos fueron lo que se le solicitó a Francisco con un cheque en blanco y todos los recursos que él pudiera necesitar junto con una buena paga para él, quien se encargaría de ponerle precio a sus propios servicios.
Todo era muy bueno como para ser verdad pero estaba el problema de con quien iba a experimentar, si quería resultados rápidos debía ir de lleno con un humano el cual nunca aceptaría dicho proceso.
No obstante, aquel hombre de traje le ofreció a su propio hijo para experimentar, en sus palabras "Era un bueno para nada que pensaba vivir de la herencia que le dejaran al morir él y su mujer" y el señor no permitiría eso, si quería ser un mantenido que solo coma y juegue, mejor volverlo un animal para que se le cumplan ese anhelo.
Desde entonces ha pasado medio año, cientos de pruebas y experimentos ha sufrido el cuerpo del joven con buenos resultados:
Primero le cambiaron de sexo y en base a hormonas dejó que se fuera desarrollando aún más su cuerpo, teniendo buenos resultados en todas sus partes femeninas. Luego se le dio ropa que forzosamente tenía que vestir si no quería andar desnuda o tener otro tipo de castigo. Posteriormente jugando con sus genes y los de un canino, Francisco fue capaz de darle orejas y cola al experimento que estuvieran ligadas al nuevo ser.
Pero ahora viene "lo más complicado"; doblegarle su voluntad y para ello no perdería el tiempo, aunque a este paso le sobraba del tiempo establecido.
-No sólo tienes que verte como una perra, debes ser una perra. Lo que planeo es educarte como a cualquier otro animal en base a castigos físicos y premios para que andes en 4, hagas trucos, cuides a tu amo, lo típico-
-Nada de esta mierda es típica-
Murmuraba sin moverse la chica, el hombre siempre le inyectaba cosas así que aprendió a dejarlo para que no la lastimara en el proceso, pero tan pronto como el líquido entró a su cuerpo ella lo resintió como un enorme calor y deseo sexual que se negaba a aceptar.
-¿Qué fue eso? No fue lo de siempre...siento mi cuerpo pesado y estoy caliente por todas partes ¿Qué me hiciste?-
-Es parte del entrenamiento, te inyecte una mezcla de hormonas para que sientas mucho mejor el placer, será más estimulante-
Tras decir eso el hombre sacó una caja con objetos sexuales y otra caja con esposas y cadenas.
-Por ahora serán vibradores bala, luego serán los normales, luego de más tamaño y también otras partes de tu cuerpo, toda zona erógena será entrenada mientras se moldea tu mente al mismo tiempo que tu cuerpo-
-Es imposible...no olvidaría quien soy yo..-
-¿En serio? di tu nombre, si es que lo recuerdas-
-...Soy.....-
La perra por más que pensaba no podía responder, después de todo lo que estaba viviendo había olvidado algo tan esencial como su nombre de humano, y si eso le pasó sin entrenamiento no quería imaginar que le pasaría al finalizar las próximas pruebas. 
-Bien, si colaboras te dejaré elegir el nombre que le pondremos a tu collar pero por ahora espero que disfrutes de tu entrenamiento-
Con eso dicho, Francisco estaba dispuesto a seguir con la prueba en el experimento 1, con el cual tenía altas esperanzas de probar el poder de su modificación genética para volver a las personas de hombre a mujer, de mujer a hombre, más chico o más grande, e incluso a una mascota a la que se le debe dar un duro entrenamiento hasta alcanzar su meta.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

ADNcente

-Ah, ¿de nuevo volvió a crecer? Si apenas lo corte ayer...lo peor es que no solo eso ha crecido...me pican, me pican mucho-
Se decía al despertar la rejuvenecida Ana, una adolescente que sufría de los beneficios y consecuencias de la pubertad desde hace ya unos meses.
Llegados a cierta edad, los niños y niñas empiezan a tener muchos cambios físicos y hormonales, en las niñas que se vuelven señoritas como Ana hay muchos cambios: ensanchamiento de sus bellas caderas, el desarrollo de sus senos, el crecimiento de vello corporal en todas partes, tener algunos días difíciles cada mes y cientos de cosas más que cada joven y señorita viven de una forma distinta.
Esta mañana al despertar, Ana se dio cuenta de que el cabello oscuro que tenía y que había cortado a la altura de sus hombros, nuevamente le cubría la mitad superior de su pequeña espalda, llegándole a la altura de los broches de su oscuro sostén. Mismo sostén que sin importar cuanto le gustara o lo cómodo que fuera, estaba a punto de cambiar y es que o lo cambiaba ella por uno más grande a la brevedad, o sus mismos pechos en crecimiento se encargarían de reventar la prenda íntima en cuestión de días.
Ese sostén no era lo único que tenía que cambiar, pues más de algunas braguitas ya son muy infantiles para la joven Ana, al igual que hay sostenes que ya ni siquiera van a cerrar, hasta otras prendas como blusas, faldas y vestidos tendrán que cambiar por algo mayor o de unas tallas más, ya que con el crecimiento de sus caderas, pecho y hasta algunos centímetros de altura, el guardarropa de la joven requiere un cambio urgente.
-De haber sabido que mi cuerpo cambiaría tanto, ni siquiera hubiera comprado tanta ropa. Aunque la idea era comprar lo mínimo, pero llegando a la tienda no me pude resistir y toooodooooo me parecía tan lindo, que compre demasiado. Estoy segura de que eso pasara de nuevo-
Gastar tanto dinero en ropa y cosas lindas antes no le hacía mucha ilusión pero ahora si que la hay, y aunque sentir picazón en sus pezones por su constante crecimiento, como las bragas se ajustan demasiado a sus caderas y trasero, o hasta darse cuenta de cómo algunos lugares que antes no tenían vello ahora lo tienen, son cosas que vienen de la mano con su crecimiento.
Un cambio y crecimiento erróneo que ha vivido desde hace unos meses, y al que se ha acostumbrado increíblemente rápido, a pesar de tener días complicados como este.
André era un joven adulto que había ahorrado durante mucho tiempo para verse mucho más masculino. Para ello acudió a una clínica especializada en las hormonas pero no tan buena en la parte administrativa.
André ingresó al hospital para un tratamiento hormonal masculino, que le daría más músculo, un carácter más duro, vello facial y en su pecho, hasta algunas mejoras en la apariencia y resistencia de su compañero.
Sin embargo, cuando el hombre despertó del tratamiento hormonal, ya era una señorita. El tratamiento hormonal fue equivocado y en vez de recibir el tratamiento masculino, recibió el tratamiento femenino, el cual tenía resultados garantizados de por vida.
En otras palabras, en lugar de ganar enormes pectorales, ganó lindos pechos en crecimiento, puede que nunca tenga barba o bigote pero su cuerpo lo compensa con una brillante y larga cabellera, en vez de que su virilidad masculina creciera, su nueva intimidad está muy cerca de experimentar lo que cada mujer pasa una vez al mes. Y cientos de cambios más que tendrá que vivir como mujer, pues no sólo cambió de género, también lo hizo en edad, retrocediendo los años suficientes para volver a pasar por la pubertad, solo que esta ocasión la vivirá como una niña que se vuelve una señorita. En cuerpo y pensamiento.
-Sí le veo el lado bueno a esto, al menos podré comprar más ropa linda para que León se fije en mí-
La idea de que León, un chico de su clase, se fije en ella hace que su corazón lata con fuerzas.
Desde que volvió a la escuela, está vez como mujer, se dio el amor a primera vista entre Ana y León. Este último no sabe los sentimientos de Ana, ya que lo último que queda de André había intentado negar el amor que sentía por otro hombre.
No obstante, mientras su cuerpo se feminiza día con día, la mente de André, rápidamente se vuelve más la de Ana al estar enamorada.
Gracias al tratamiento hormonal equivocado, André dejó esa vida de joven adulto atrás para aceptar está nueva vida como Ana; una adolescente común y corriente, que asiste a la escuela como cualquier otra, sintiendo los cambios íntimos que toda chica siente durante la pubertad, enamorándose por primera vez de un chico de su nueva edad y esforzándose por tener una buena y feliz vida tal como la que, por un accidente de ADN, tuvo que dejar atrás pero que esta dispuesta a volver a vivir esta vez como mujer. Aunque claro, para llegar a ser una buena mujer, primero tendrá que pasar por la pubertad.