Mostrando las entradas con la etiqueta suegra. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta suegra. Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de septiembre de 2024

La futura suegra: EPÍLOGO

-¿Qué opinas de este vestido, Matt?-
    Pregunte con una gran sonrisa mientras entraba a nuestra habitación, modelando una de mis varias elecciones para el gran día de mi pequeña y haciendo sonrojar por completo a mi novio en cuanto me miro.
-Señorita Lauren... se ve muy linda, ¿pero no cree que es demasiado para una boda? Perdón, no quiero decirle como vestir... solo que llama mucho la atención-
    Dijo Matt sin poder ocultar muy bien sus nervios al verme en un precioso y ajustado mini vestido dorado con tacones, mostrándole mis mejores ángulos mientras conversábamos.
-Lo sé, pero elegir ha sido muy difícil, amor. No puedo usar blanco o negro que son mis mejores colores; ambos colores son mal vistos en una boda, además ya no soy tan joven para algunas opciones, y definitivamente no soy una abuela para vestir cosas feas-
-Por supuesto, cariño. Usted es muy linda con todo lo que se ponga, así que elegir un vestido debe ser complicado. Yo usaré el traje que me eligió y cuidaré de usted toda la noche para que pueda divertirse-
    Las palabras de Matt me animaron, sin duda elegir un vestido para la boda era una tarea muy difícil, incluso eligiendo entre las opciones que Giselle me sugirió, me cuesta decidir cual será el que utilicé en una de las noche más importantes de mi hija.
    Han pasado algunas semanas desde que Giselle y Mathius se marcharon, su viaje de una semana no fue suficiente para que pudiéramos ponernos al día, pero eso solo les dio el pretexto a mi hija y a su novio de volver a visitarme para tener una cena espectacular donde me anunciaron su compromiso, y donde Mathius me pidió permiso para casarse con mi hija, algo que orgullosamente acepté.
    Mi regalo de bodas era mucho más de lo que mi hija imaginó, pues me ofrecí a pagar todo lo que ella quisiera para su boda. Giselle, fiel a como es ella, intentó negarse o dividir los gastos, algo que yo rechacé rotundamente ya que tanto yo como su difunto padre estaríamos más que encantados en patrocinar un día tan importante para ella. Mi hija lloró y nos abrazamos, lo cual solo fue el inicio de nuestra reconciliación madre e hija.
    Durante las últimas semanas hemos hablado mucho, casi todos los días por mensaje o llamada estamos en contacto... y yo me disculpe una vez más por todo lo que le hice hace unos años, prometiendo que nunca más haría algo tan imprudente, en especial porque tal como mi hija, yo había encontrado una persona con la cual esperaba pasar muchos años de mi vida.
    No voy a mentir, Giselle estaba sorprendida de que mi novio fuera más joven que ella pero lo aceptó muy bien, tal como sucedió conmigo, Matt encantó a mi hija, y aunque dijo que nunca lo llamaría padrastro, ella también me deseo lo mejor en mi relación.
    Puede que un capítulo entre nosotras dos haya cerrado hace mucho, pero tan pronto como ese capítulo cerró, uno nuevo pudo comenzar donde nuestra complicada relación madre e hija no ha hecho más que mejorar.  Giselle es mi hija, y yo soy su mamá, ambas somos adultas y nos mostramos nuestro cariño, uno que no ha dejado de crecer y mejorar desde que me volví la planeadora oficial de su boda soñada.
Créditos a quien correspondan.
-¿Y que hay de este, corazón?, ¿Mejor o peor?-
    Sin vergüenza o duda alguna, me quite el vestido dorado justo frente a Matt para ponerme poco a poco un vestido mucho más largo en comparación, cambiando una mini falda por arriba de la mitad de mis muslos a una falda por debajo de la rodilla. Sin embargo, este vestido era mucho más escotado, llamativo y lo más importante, no era un vestido aprobado por mi hija.
-Señorita Lauren... ese vestido está muy lindo también, luce preciosa... solo que no me parece el mejor atuendo para una boda-
    A Matt todavía le costaba mucho trabajo decirme que no y eso me parecía adorable, no pude evitar reírme mientras modelaba el vestido para él, hundiendo su rostro en mis pechos que casi se salían del escotado vestido.
-Lo sé, amor. Mi hija me echaría de la boda si llego vistiendo esto, pero lo compré pensando que te gustaría a ti-
    Dije con orgullo aún hundiendo el rostro de Matt en mis pechos mientras él ponía sus manos en mis caderas, teniendo problemas para hablar desde su posición.
-Me encantará llevarla a cenar mientras usa ese vestido, señorita Lauren... sin duda resalta todas sus bellezas-
    Las palabras de Matt resonaban en mi pecho, hacían un poco de cosquillas y me parecía aún más adorable de lo que ya es mi muchacho a quien finalmente liberé de mi agarré mientras yo seguía modelando, charlando y jugando con él.
    Matt ha sido mi hombre todo este tiempo, gracias a él y su amor pude acostumbrarme muy rápido a mi nueva vida, y aunque algunas personas ven de forma sospechosa nuestra relación, Matt me ama un montón y me lo demuestra cada día, y yo felizmente correspondo el amor de mi hombre que me acompañara a la boda de mi hija.
Créditos a quien correspondan.
    Cierto, cuando no estoy pasando el tiempo con mi hija u organizando cosas de su boda, estoy con mi amorcito: Matt y yo hemos estado en una relación desde que Giselle y Mathius se fueron a su cuidad, por lo que llevo saliendo con Matt casi 7 meses; estuvimos juntos en secreto por casi 3 meses, después le presente a Giselle cuando mi relación con ella también mejoró, y desde entonces mi amorío con este apuesto muchacho no ha dejado de mejorar día con día; es guapo, amable, atento, siempre me trata como una dama, es un caballero hecho y derecho, por no decir que tal como me prometió, no ha dejado de esforzarse en sus estudios para hacerse de una gran carrera y así comprarme todo lo que le pida... todavía quedan algunos años para que eso pase, pero pacientemente puedo esperar a su lado hasta que ese día llegué.
    En este poco más de medio año que tengo como Lauren la relación con mi Giselle no ha hecho más que mejorar, y ni se diga la relación con mi querido Matt, por lo que me encuentro en una situación mucho mejor que cuando comencé. De hecho me he dado la oportunidad de invertir parte de mi herencia, lo cual ya está comenzando a dar pequeñas ganancias que espero dentro de unos años sean todavía más grandes, aunque haré un gasto y excepción especial en esas inversiones una vez que termine la boda.
    Con respecto a Mathius, es respetuoso conmigo y ya está. Él sabe que no debe meterse conmigo, no debe joder conmigo, y mientras mi hija está presente somos educados uno con el otro, pero si mi hija no lo trae consigo él no se molesta en estar cerca de mi y yo ni siquiera intento preguntar por él. Estoy segura que nadie sospecha nada, solo somos reservados y educados el uno con el otro y eso funciona para mi. Si pudiera decir algo más, adoro ver como se mata trabajando en mi antigua empresa; sin haber trabajado nunca en su vida pero sin poder darse el lujo de renunciar, tengo entendido que se esfuerza un montón para mantener su empleo mientras su tiempo libre lo utiliza para seguir aprendiendo; pasar día y noche esforzándose por tener dinero debe ser un cambio brutal para alguien que siempre tuvo dinero con solo estirar la mano, pero me da gusto que se esfuerce, tanto por ser un castigo por los problemas que me dio, como por ser una muestra de que se está esforzando para darle una buena vida a mi Giselle; ellos son jóvenes todavía por lo que mi mejor consejo es que trabajen mucho y ahorren mucho para luego darse una vida llena de lujos y placeres tal como hago yo.
-Lauren... ese vestido es bellísimo, usted es bellísima.... si me lo permite decir, creo que ese vestido debe usarlo en la boda-
    Sugirió con mucho amor Matt al verme probar la última opción, la cual sería mi elección para la boda de mi Giselle, una la cual estaba cada vez más cerca de comenzar. Quiero decir, aún faltan algunos meses para ello, pero siento que no tenemos tiempo para todo lo que tenemos que organizar.
-Gracias, cariño. Este será el vestido para la boda, solo debo mantener mi figura hasta entonces-
-Por supuesto que lo harás, Lauren... quiero decir, señorita Lauren, usted es asombrosa y sin duda será la segunda mujer más bella en la boda, solo detrás de la novia-
    Elogió una vez más con amor y sinceridad mi Matt, besando mis labios y abrazándome de forma apasionada, encontrando la motivación necesaria para darme una larga "distracción" por el resto del día. Ya elegí mi vestido, mis tacones, accesorios y hasta mi peinado, así que supongo tomarme un momento de disfrute con mi novio no tiene nada de malo.
Créditos a quien correspondan.
    Un año ha pasado desde que me convertí en Lauren, y justo en las vísperas de ese momento, ahora estoy usando un precioso vestido rojo corto y ajustado, con unos tacones elegantes, mis joyas favoritas, con mi cabello recién teñido y bien peinado, además de un maquillaje encantador, todo en conjunto me hace sentir toda una belleza, además que los constantes cumplidos de mi guapo novio es más sencillo sentirme como toda una reina.
    La ceremonia fue hermosa, y para mi sorpresa Giselle me pidió acompañarla hasta el altar... ya que su padre no puede acompañarnos en estos momentos, me pidió tener un momento madre e hija al ser yo quien sostenía su brazo y la entregaba a Mathius para una vez más bendecir su unión. No voy a mentir, lloré un poco en ese momento, también lloró mi pequeña pero eso solo hizo más especial el momento que terminó cuando el novio besó a la novia y todos aplaudimos el momento donde oficialmente se convirtieron en marido y mujer.
    Después de la ceremonia tuvimos una gran fiesta donde seguimos celebrando, seguimos llorando, también bailamos, cantamos, dimos discursos y me lleve una sorpresa más de palabras mayúsculas, pues al final de un discurso de los recién casados, ellos anunciaron que estaban esperando un bebé, por lo que no solo me convertí en suegra ese día, también estaba muy cerca de convertirme en abuela... eso me puso muy contenta, aunque también me hizo sentir muy vieja, apenas tengo 55 años y ya voy a ser abuela... me parece inaudito que mi hija y mi yerno me hagan sentir tan vieja en poco tiempo, sin embargo, ya he comenzado a buscar cosas lindas para comprar a mi futuro nieto o mi futura nieta.
    Una vez que la fiesta terminó, Mathius y Giselle se fueron de luna de miel, una la cual Mathius tuvo que pagar en su totalidad y que por muy barata que haya sido, sin duda la resentiría su bolsillo. 
    Saber que muy pronto sería abuela y ver que mi hija estaba de viaje, me hizo besar de forma apasionada a Matt y hacerle una propuesta que él sin dudar aceptó.
Créditos a quien correspondan.
-Lauren, aquí estás, luces preciosa en ese bikini-
    Me preguntaba Matt al llegar conmigo a la casa de verano que habíamos alquilado por unas semanas, elogiando mi micro bikini naranja que apenas cubría lo esencial de mis pechos y destacaba mucho más mis atributos de abajo con una tanga alta que no dejaba nada a la imaginación.
-¿En serio te gusta? Muchas gracias por decirlo, amor. Pensé que ya estaba vieja para estas cosas-
-Tú nunca estarás vieja para nada, no digas esas cosas, amor. A mis ojos siempre serás una bella señorita a la que amaré por toda mi vida-
    Matt me abrazó por detrás, poniendo sus manos en mi cintura y besando mi mejilla, haciendo muy fácil para mi recostarme en sus brazos, mismos brazos que no han dejado de crecer para estar a la altura de la situación.
    El tiempo no ha pasado en vano, y desde que Matt me conoció entró al gimnasio, y aunque los primeros días estaba super débil y adolorido, ahora con más de un año de entrenamiento constante ese pequeño chico ha crecido bastante; ahora él es mucho más alto que yo, su voz engrosó más y sin duda puede aguantar mucho más que yo en varios sentidos; Matt antes temblaba al intentar cargarme pero ahora le basta uno solo de sus brazos para cargarme e incluso hacer sentadillas conmigo encima; su estamina ha aumentado de maravilla y eso también lo he resentido para buena y mala fortuna; todavía puedo recordar nuestra primera vez hace un año donde lo deje seco y con las piernas temblado; pero ahora con toda su fuerza y energía extra, yo soy quien debe pedirle sea amable conmigo cuando nos acostamos; es vergonzoso para los dos admitirlo pero es como si yo hubiera terminado de criarlo, al menos físicamente ya que en el resto de cosas sigo estando al mando.
    En realidad aún con su físico de hombre Matt sigue siendo el chico lindo, tierno y amoroso del cual me enamoré, además que sigue necesitando un poco de apoyo económico que como su novia no tengo problema en darle de vez en cuando. Tal como sucede ahora, que después de recibir la noticia de que pronto seré abuela, decidí decirle a Matt que nos fuéramos de vacaciones, él estaba de vacaciones en la escuela por lo que era el momento perfecto para hacer maletas, conocer el mundo y disfrutar de nuestra compañía hasta que él deba volver a la universidad, y yo espere la llamada de mi hija para ir al hospital y conocer a mi nieta.
Créditos a quien correspondan.
-Matt, mira, ¿Me queda bien? Me siento como una adolescente usando esto... ni siquiera mi hija se atreve a vestir algo así-
    Dije con cierto orgullo y mucha satisfacción de mi atuendo: tacones altos, unos jeans ajustados y tan cortos como unas bragas, junto a un top rosa que apenas podía contener a mis nenas, me sentía sexy, hermosa, atrevida y como toda una adolescente, algo que parecía emocionar a mi hombre en cuanto me miro.
-Señorita Lauren, usted...-
-Sé que no soy tan joven como las chicas con quienes estudias, pero ya que me elegiste a mi, pensé que lo menos que podía hacer era vestirme como una de esas chicas para darte un poco de esa experiencia, amor. Aquí nadie nos conoce, corazón. Así que déjame darte una cita como si fuéramos unos adolescentes, ¿esta bien?-
    Tras estar semanas en la playa, decidimos ir al extranjero, un lugar donde no quería quedarme atrás de las bellezas locales, usando ropa más atrevida y emocionante que de costumbre y sujetando bien fuerte a mi hombre que estaba más que fascinado por mi atuendo digna de una chica de un tercio de mi edad, y que aún con los años de más, estoy segura que me veo mucho mejor que más de alguna de esas tontas jovencitas.
-¿Esta segura de ello, señorita Lauren?-
-¿Acaso te da vergüenza salir conmigo de esta forma?-
    Pregunté y traté de cubrirme pero de inmediato Matt me tomó por las caderas y besó mis labios para decir algo lleno de determinación.
-Nunca podría estar avergonzada de usted, iremos a pasear, a comer, a pasarla bien, y en la noche intentaré dejarla tan contenta que nunca más dudará de su belleza-
    Tomando mi mano y sacándome de la habitación del hotel 5 estrellas, mi Matt estaba listo para darme otro día maravilloso en su compañía que ha sido el motivo por el cual he disfrutado cada día de esta vida.
Créditos a quien correspondan.
    Por desgracia, después de un par de meses de vacaciones, todo lo que empieza tiene que terminar, y tras tantas semanas en el extranjero, decidimos pasar una vez más a la playa antes de despedirnos por completo, donde decidí usar un increíble bikini negro que cada que Matt me veía usándolo, se ponía como una fiera. Con algo de suerte podríamos hacerlo de nuevo en la playa o en el mar, pero para ello tendría que esperar a que la noche llegará.
    Durante el día hable con mi hija, quien ya estaba a pocas semanas de dar a luz y esperaba con ansias saber si tendría un hijo o una hija, algo que decidió mantener en secreto hasta el día que de a luz, prometiendo que haría la posible para que yo estuviera acompañándola en el hospital.
    En cuanto dijo eso supe que debíamos regresar antes de lo previsto, y para mi buena suerte Matt venía justo a donde estaba tomando el sol. Sin embargo, antes de que yo pudiera decir algo, el chico hizo algo que simplemente me hizo quebrar en llanto mientras asentía y pensaba "Ahí fue donde terminó mi anillo".
-Lauren... sé que llevamos poco tiempo, pero desde el comienzo supe que quería hacer esto... y no sé me ocurre mejor forma de terminar este viaje, más que empezar otro mucho más extenso. Así que, señorita Lauren, ¿Le gustaría casarse conmigo?-
    Matt se puso de rodillas frente a mi, abriendo la caja donde estaba el anillo que hace más de un año yo compre, y que de entre todas las cosas, nunca pensé que pedirían mi mano en matrimonio con aquella belleza. Quizás no era tan lindo para Lauren y Mathius, pero era el anillo perfecto para mí, y estaría encantada de usarlo por el resto de mi vida junto a mi prometido Matt.
    Finalmente hoy es el último día de nuestras vacaciones, donde volveré a casa como una prometida, podré casarme con el amor de mi vida y vivir el resto de mis días felizmente hasta que la muerte nos separé.
    Cuando lleguemos a casa no solo debo preocuparme por cuidar de mi hija y mi futura nieta, también debo comenzar los preparativos de la boda, de mi boda, ya que ahora yo soy la prometida y futura esposa de Matt a quien le daré un adelanto muy especial de nuestra futura luna de miel... No es el atuendo más lindo para una novia, pero es sexy y fue lo mejor que pude improvisar entre mis cosas del viaje para mimar a mi prometido.
    Puede que ya sea una mujer un poco mayor, pero todavía soy joven de corazón, tengo una gran vida por delante, una hija que me ama mucho, una nieta o nieto que ansió conocer, una fortuna que gastar y un joven príncipe digno de cuentos de hada con el cual añoro poderme casarme para tener la vida de marido y mujer con la que siempre soñé desde que conocí a mi Matt.
    Mi vida es maravillosa, no hay nada que pueda envidiar a nadie más, seré la mejor mujer que mi Matt pueda desear y será mi mayor placer caminar con un precioso vestido hasta el altar, donde besaré a mi hombre después de decir "Acepto casarme con él". 
    Sueño como nunca que ese día para ser completamente la mujer de Matt, y hasta que ese día llegué, no dejaré de disfrutar cada momento de mi vida, una la cual me parece imposible sea mejor de lo que ya es, justo ahora soy la mujer más feliz de todas, y con algo de suerte, ese pensamiento seguirá en mi por siempre. 
Créditos a quien correspondan.

sábado, 21 de septiembre de 2024

La futura suegra 6

-Buena tarde, señorita Lauren, ¿Cómo amaneció?, ¿Adolorida quizás?-
    Preguntó de forma burlona y maliciosa la antigua Lauren apenas abrir la puerta de la mansión, donde ella se sintió lo suficientemente cómoda para entrar sin mi permiso y ponerse cómoda en el salón.
    Por mi parte cerré la puerta tras de ella y camine en silencio, por mucho que odiará admitirlo ella tenía razón, y después de la apasionada noche que viví con Matt todo el cuerpo me duele; las piernas, las rodillas, el trasero y las caderas, incluso tomé unos analgésicos que Lauren guardaba, y aunque sí que me ayudaron, no fueron capaces de curar por completo el dolor que siento en todo mi cuerpo.
-¿Sin respuesta? Supongo que es vergonzoso hablar de que aún a su edad tiene ese tipo de actividad, ¡Vi como cabalgaba como una maestra! Hasta por un momento sentí envidia de haber robado tu cuerpo-
    Aunque ella se burlaba de mi, yo permanecía tranquila, sin darle la satisfacción de enojarme o responder desde el enojo, algo que Lauren pareció notar y que le hizo buscar otra forma de molestarme.
-¿Quieres algo de beber, Mathius? Tengo agua, té y quizás algún refresco-
-Que aburrida eres. No, no quiero nada de eso-
    Respondió de mala gana al mismo tiempo que yo me sentaba en el sofá justo frente a él.
-Esta bien, ya que dejamos las formalidades de lado me gustaría saber algunas cosas. A lo largo de estos seis días que he estado en tu antiguo cuerpo creo haber conseguido la mayoría de respuestas, pero por muchas vueltas que le di, hay preguntas que no supe responder. Si estás de acuerdo, me gustaría saber esos detalles sobre tu plan, Lauren-
    Ante mis tranquilas palabras, Lauren me veía con incredulidad, como si sospechará de mis verdaderas intenciones y por lo cual intentó ganar algo a cambio de la verdad.
-¿Y cómo por que debería ayudarla, señora?-
    Mirando al suelo, o más bien, a mis pechos ligeramente caídos y parte del suelo, pensé unos momentos antes de responder.
-Por que si me dices la verdad, tendrás la bendición para casarte con mi hija, y pagaré por su boda-
    Mi declaración tomó por sorpresa a la antigua Lauren solo un momento, pues al instante siguiente aquella maliciosa sonrisa que conocí desde el primer día volvió a aparecer en mi anterior rostro.
-¿En serio? Al venir aquí imaginaba obtener su bendición, señora, pero patrocinar la boda con su hija es mejor de lo que esperaba. Acepto su oferta, Lauren-
    Dijo extendiéndome la mano como muestra de compromiso, algo que acepté, estrechando su mano mientras le corregía con una amable sonrisa.
-Señorita Lauren, por favor. Debes ser amable, chico-
    Mi burlona y elegante respuesta no hizo feliz a la antigua Lauren pero ella no se quejó y en su lugar siguió con nuestra conversación.
-¿Qué quiere saber?-
    Su pregunta era directa, pero negué con la cabeza.
-Antes de eso quisiera estar segura de si todo lo que sé es correcto, ¿le molesta si hago un resumen?-
-¿La abuela quiere recordar las cosas como en sus novelas? Esta bien, supongo que puedo darle ese gusto-
    Una vez más Mathius intentaba sacarme de mis casillas, pero mi sonrisa no desaparecía ni le respondía de forma agresiva, en su lugar organicé mis ideas para comenzar a decirle todo lo que sabía hasta el momento.
-Comenzando por lo evidente; el cambio de cuerpos estaba planeado, todo este "juego" lo planeaste desde hace mucho, y aunque querías que pareciera "un juego justo", desde el principio estaba amañado para que tú ganarás; tenías cámaras vigilándome todo el tiempo y mientras me vigilabas, tú en mi antiguo cuerpo movías tus piezas para quedarte con Giselle; de cierta forma lograste tu objetivo, pero no como lo tenías previsto, ¿O me equivoco?-
    Mathius chasqueó la lengua en respuesta, poniendo mala cara y desviando la mirada.
-Hasta ahí vas bien, Lauren-
-Señorita Lauren-
-... Hasta ahí vas bien, señorita Lauren-
    Después de corregirlo me sentí un poco más tranquila, lista para comenzar a preguntar las cosas realmente importantes.
-¿Esos libros mágicos en verdad nos hicieron intercambiar de cuerpos? Todo el tiempo creí que así era, para mi era importante recuperarlos para volver a la normalidad. Sin embargo, no he tenido oportunidad de leerlos-
    El chico pareció dudar de responder, quizás aún tenía sus dudas sobre porque hacía esa pregunta, pero manteniéndose fiel a su palabra, él me respondió.
-Sí, uno de esos libros funciona de verdad... es difícil lograrlo, pero sin duda uno de esos libros es el responsable. En otro momento podría decirle el nombre, pero no hoy ni mañana-
-Comprendo tus reservas al responder, chico-
    Dije con una ligera sonrisa antes de pasar a mi siguiente pregunta.
-Entonces la magia o hechizo o lo que sea que hiciste de verdad funcionó. No obstante, no lo hizo como tú querías, ¿Cierto?-
    La frustración en el rostro de Mathius era un poco más evidente, pues parecía que su plan maestro era más simple de lo que él imagino, y tener tantos aciertos de mi parte no le estaba gustando.
-No... no sé si fue mi error o culpa de "él". La idea era que el cambio también alterará tu mente...-
-Al decir eso te refieres a los "impulsos femeninos", ¿No es así?-
    Interrumpí sus palabras y pude ver como asentía.
-Sí, la idea es que esos impulsos femeninos te volvieran loca... quería que te volvieras una adicta al sexo y fuera de hombre en hombre para que no me dieras problemas en mi nueva vida, pero como sabemos, no salió como quería-
    Con esas palabras dichas por Mathius mi cabeza se llenó de pensamientos comprometedores, viéndome a mi misma sucia y utilizada por muchos hombres a la vez. Sinceramente era tentador, era encantador, y quizás en otras condiciones un futuro así para mi hubiera sucedido, pero gracias a alguien pude evitar ese destino y controlar mis deseos femeninos... o al menos controlar gran parte de ellos.
Créditos a quien correspondan.
-Matt cambió los planes por completo-
    Mathius suspiró en respuesta y se dejó caer en el respaldo del sofá.
-¡Por supuesto! Sabía que ese imbécil estaba enamorado de mi, pero pensé que solo era otro joven pervertido del montón y terminó causando muchos problemas a mis planes-
    Aunque escuchar como llamaban imbécil a mi novio no me gustó para nada, intenté mantenerme diplomática para no arruinar la conversación. Además, si que había algo que podía decir sin perder la elegancia.
-Matt es único, tú mismo lo comprobaste-
-No exageres, señora. Solo tuviste suerte, lo vi una sola vez para dejar los libros en la librería.... y de todas las posibilidades, ese mocoso se volvió a cruzar en mi camino al salvarte-
    Esas palabras me hicieron dar una pregunta más.
-¿Usted planeó que me acosaran en la librería?-
-Por supuesto que no, solo tuviste mala suerte por estar en el camino de ese imbécil. Ni yo podría haber planeado eso, ni mucho menos pude planear que un mocoso universitario se metiera en una pelea para ir a tu rescate-
    La frustración en la forma de hablar de Mathius era evidente, lo cual me hizo soltar una pregunta realmente mezquina.
-¿Celos?-
-Ya quisieras, abuela-
-Solo quería esta segura-
-Pensaba llevarte a ver chicos o incluso enviarlos a mi mansión, pero debido a tu universitario los planes cambiaron. Sí, fue frustrante no corromperte por completo, sin embargo gracias a ese mocoso no creo que quieras volver a la normalidad, ¿o si?-
-No lo sé, aún tengo algo de tiempo y no ganó nada respondiendo tus preguntas. Eso esta fuera del trato-
    Respondí con una elegante sonrisa ante su provocación, cada vez era más sencillo, solo tenía que sonríe y verme bonita para sacar más y más de sus casillas a Mathius que intento burlarse de mi o sacarme información sin mucho éxito.
-Volviendo al tema, tú plan era volverme una rubia idiota adicta a los penes, tal como la verdadera Lauren, pero solo pudiste ver como alguien me enamoraba... No era lo que tenías en mente, y aún no tienes garantía de que no intenté volver a mi cuerpo, por eso estás tan frustrado y precavido-
    Esta vez no respondió, aunque realmente no me importaba, yo ya tenía la información que quería sobre mi antigua vida, así que solo faltaba responder a un tema en particular.
-¿Tú odias o amas de una forma muy retorcida a mi hija?-
    La pregunta pareció confundir un poco a Mathius, así que me tomé la molestia de explicar.
-Usted sabe, Giselle me dijo que su madre le robaba a los novios y tenía miedo de que usted hiciera lo mismo conmigo, por eso siempre evitaba reunirnos. Aún así, Giselle la amaba, mi Giselle ama a su madre, pero no sabía si podía o no confiar en ella... De cierta forma Giselle se estaba protegiendo al no reunirnos, porque en el peor escenario, Giselle se quedaba sin madre y sin prometido. Y aún con eso, también hay otro motivo detrás de todo esto, ¿verdad?-
-¡Maldita perra pretenciosa!, a Giselle nunca le gustaron los chicos tontos... sin duda odio tener que lidiar con gente como tú...-
    Fue su tajante respuesta, la cual me dejaban imaginando algunas cosas que el mismo Mathius me iba a aclarar.
-No odio a mi hija.... la amo demasiado y no quería verla con cualquier idiota.... pero tienes razón, no es el único motivo... yo estaba celosa de ella. Si crees que mi hija es hermosa, deberías ver mis fotos de cuando yo tenía su edad, era mucho mejor en todo sentido, y perdí todo eso cuando quede embarazada-
    Explicó dejando salir un poco de su frustración contenida durante tantos años.
-Mi cuerpo es hermoso pero nunca volvió a ser el mismo tras el embarazo, y la muerte de mi marido no ayudó.... acostarme con los novios de mi hija me hacía sentirme joven otra vez, y ese es el motivo por el cual intercambie de cuerpos contigo: quería ser joven otra vez, pero no quería perder a mi hija, por muy linda que ella sea robar su cuerpo no era una opción, y aunque podía tomar muchos otros cuerpos, no podría estar tan cerca de mi hija como antes de que ella descubriera que me divertía con sus novios-
    Ser joven otra vez... esas palabas no dejaban mi cabeza, pero no podía perderme por completo en ellas, ya que Mathius seguía hablando.
-No fue personal, chico. No me interesa mucho ser un hombre, pero si para ser joven otra vez y estar con mi hija debo ser hombre, lo haré.... y debo decirlo, esta semana saliendo con mi Giselle, besándola y pasando la noche con ella desnuda en mis brazos ha sido la mejor semana que he vivido en muchos años-
    Una pequeña mueca apareció en mi rostro, pues por mucho que me estuviera esforzando oír eso me dolió. Todavía tengo sentimientos por Giselle, sin embargo, esos sentimientos son muy complicados al saber que ya no es mi Giselle, quizás nunca lo fue y ahora que ella está con alguien mejor recién me doy cuenta de esa realidad.
-Entonces querías sentirte joven otra vez y estar cerca de mi hija.... puede que tú plan fallará en algunos detalles, pero hasta este momento, no lo has hecho tan mal, muchacho-
    Respondí con calma, desviando la mirada para ocultar mi expresión afligida que rápidamente intente disimular.
-Una pregunta más. Te comprometiste a mis espaldas con mi hija, y le diste el anillo de sus sueños... ¿Qué sucedió con el anillo que yo elegí?-
    Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro antes de responder.
-Es una sorpresa para más adelante. Me niego a decir más al respecto-
-Entiendo-
    Susurré mientras me ponía de pie y caminaba para ponerme frente a Mathius.
-Solo tengo una pregunta más antes de terminar con esto-
    Sin levantarse de su asiento, Mathius me miró confundido y preguntó.
-¿Qué mas quieres saber, Laure... señorita Lauren?-
Créditos a quien correspondan.
    Lo pensé una vez más antes de tomar mi decisión, meditando seriamente sobre hacer esa declaración. Por un momento, solo por un pequeño momento titubee, pero al recordar en mi mente los días que he pasado con Matt, pude sentirme tranquila de mi respuesta.
-¿Qué planes tiene a partir de ahora?-
    La expresión de Mathius valía oro, creo que estaba preparándose para cientos de preguntas invasivas o agresivas, así que preguntar eso de forma tan casual lo desarmó por completo.
-¿A que te refieres, Lau... señorita Lauren?-
-Que cruel eres al obligarme a decirlo, ¿sabes? Pero esta bien...-
    Susurré y me armé de valor, inflando de aire mi muy pronunciado pecho antes de suspirar y extender la mano a Mathius.
-Has ganado la apuesta, Mathius. Cumpliste tu cometido, yo definitivamente no quiero regresar a mi cuerpo ni a mi anterior vida, quiero vivir mi vida como Lauren por el resto de mis días... lo único que me gustaría pedirte, es que seas amable con mi hija-
    La antigua Lauren parecía confundida e incrédula, ella dudaba de mis palabras, y sinceramente lo entiendo.
-Hablo en serio... si te sirve de algo no lo hago por ti, lo hago por mi, ya que ahora que soy Lauren, estoy perdidamente enamorada de mi Matt. No quiero perderlo ni alejarme de su lado, y si debo ser una mujer viuda y vieja para estar con él, con mucho gusto aceptaré ser una mujer para estar con mi querido muchacho-
    Usando el mismo razonamiento que la vieja Lauren utilizó deje en claro que no lo hacía por ella, incluso no lo hacía del todo por Giselle, lo hacía por mi y mi nueva relación.
-Volverme una mujer vieja me aterraba, de verdad que la pase mal en su cuerpo los primeros días... pero desde que conocí a Matt todo ha mejorado; me he sentido amada y protegida, soporto que fuera una idiota con él, me defendió en cada ocasión y me ayudó sin siquiera pedirlo, Matt ha confiado ciegamente en mí y se ha ganado un cariño muy especial de mi parte... Nunca pensé que me podría enamorar de otro hombre, pero la realidad es que dejé de ser hombre hace unos días, ¿y sabe? Estoy realmente feliz de ser una mujer, de ser la mujer de mi Matt, y no pienso dejar a mi hombre tan fácilmente. Usted ganó, no tengo intención de ser Mathius ni un día más, quiero quedarme como Lauren y disfrutar de la vida a lado de mi universitario-
    Mis palabras parecían resonar en la anterior dueña de este cuerpo, quien de forma tímida acerco su mano con la mía, estrechándolas una vez más para finalizar con esta apuesta.
-¿De verdad?, ¿Lo dices en serio?-
    Preguntó sin agarrar muy bien mi mano.
-Lo digo muy en serio, Mathius. Conseguiste lo que querías, has ganado en tu juego y yo me quedo en tu cuerpo y tú en el mío. Hagamos de cuenta que esto nunca pasó, y tú siempre has sido Mathius y yo siempre he sido Lauren-
    El joven lentamente estrechó mi mano con una sonrisa nerviosa mientras yo sonreía muy contenta de nuestro acuerdo, en el cual había ganado mucho más de lo que imaginé, y que aún con mis ganancias, hacía falta extender un poco más mi racha ganadora.
-¿Tenemos un trato?-
    Pregunté sonriendo, consiguiendo que al fin Mathius se viera un poco contento y respondiera.
-Tenemos un trato, Lauren... ¿Qué estás haciendo?-
    La sonrisa de Mathius desapareció cuando nuestras manos se alejaron e inmediatamente yo me bajé el vestido para dejar a la vista de él mis enormes pechos que alguna vez él conoció muy bien.
Créditos a quien correspondan.
-¿Te gusta lo que ves? Son algo viejas pero muy grandes-
    Dije levantando mis pechos con mis manos, algo que hizo a Mathius sonrojarse y molestarse, tratando de subirme el vestido, cayendo en mi trampa tal como imaginé.
    Justo cuando sus manos tocaron el vestido bajo mis pechos, yo le di una fuerte bofetada; el golpe me dejó ardiendo la mano, tal vez le dolieron más a mis viejos huesos que a Mathius, pero ver su expresión molesta y confundida por lo que hacía era más de lo que pude desear.
-Listo, ahora soy yo quien puede chantajearte-
    Sus ojos se abrieron como platos ante mis palabras, llevando una de sus manos hasta la mejilla que golpee y luego mirando a una dirección donde apunte; señalé donde estaba la cámara oculta de Lauren, solo que en lugar de su cámara, estaba mi celular grabando toda nuestra conversación. 
-Debiste dar un último vistazo a las cámaras antes de entrar, Mathius. De haberlo hecho, podrías evitar que tuviera evidencia de ti "tocando de forma indebida" a la madre de tu prometida-
    Mathius se puso rojo en un momento, no sé si fue por la vergüenza o por la ira, pero él no podía ocultar su reacción y mucho menos podía reclamar en mi contra.
-¡Eso es jugar sucio!, ¡Giselle nunca creerá eso!-
-Bueno, quizás, pero tengo el vídeo de como me tocaste y mi muchacho universitario tampoco estará feliz de ver ese video. Incluso si eres mayor que él, estoy segura de que puede darte una paliza. No serías el primer imbécil en su lista-
    Seis días, viví seis días infernales por culpa de esta horrible persona, sus mentiras, engaños y chantajes, así que devolverme el favor con sus propios trucos me daba una satisfacción que casi igualaba lo bien que me sentía al estar en la cama con Matt.
-Hagamos esto de forma sencilla, Mathius: quita las cámaras de mi casa, ni una palabra o truco barato más para intentar joderme, asegúrate de cuidar muy bien a mi hija y trabajar duro para cumplir con todos sus caprichos, ¿Por qué sabes algo? Después de que pagué la boda, se acabó tu dinero: Yo soy Lauren y esta mansión es mía, y la multimillonaria herencia de mi esposo también es solo para mi. Se acabaron los lujos en tu vida, tendrás que trabajar todos los días para pagar la renta, la comida, y cuidar de mi hija, ¿Te quedo claro?-
    Sembrar confianza en Mathius solo para destrozarla de la forma más aplastante eran bellísimo; ahora yo podía chantajearlo en cualquier momento, por no decir que acabó de arruinar sus planes si quería vivir de su antigua herencia, no más lujos ni casa bonita, Lauren tendría que trabajar todos los días por primera vez en sus dos vidas si quería llegar a final del mes, esta mujer lleva años viviendo del dinero de alguien más, así que nada me emociona más que imaginarla trabajar todo el día para intentar llegar a fin de mes en su nueva vida.
-Esa herencia es mía...-
    Susurró con la cabeza baja, a lo que yo corregí.
-Era tuya, pero ahora yo soy Lauren y todo esto que ves aquí, me pertenece, ¿Y sabes algo más? Ni siquiera cuando muera verás algo de esto, porque todo se lo daré a alguien más-
    Mathius de inmediato entendió a que me refería y negó con la cabeza.
-¿Le dejarás todo a Matt? Es imposible, no puedes darle una herencia a alguien con....-
    El propio prometido de mi hija detuvo sus palabras al darse cuenta de la situación.
-No me jodas... ¿en serio estás pensando en eso?-
-Como te dije antes, no ganó nada respondiendo tus preguntas, así que no lo haré, pero si tú quieres que pagué tu boda con mi hija. Dime, ¿Aceptas mis últimas condiciones?-
    Una vez más le extendí la mano, la misma mano que abofeteo su mejilla ahora estaba frente a él para aceptar mi trato y dar por concluida nuestra disputa. 
    Mathius negó con la cabeza, incluso creo que sonrió solo por un momento antes de tomar mi mano y aceptar el trato.
-Bien jugado, maldita. Acabas de cerrar el trato de tu vida, haré lo que dices y me llevó el secreto a la tumba, más te vale hacer lo mismo, bruja-
    Dijo sin ocultar su hostilidad hacia mí, pero sabía que no podía hacerme nada, ambas lo sabíamos; tenía vídeos, tenía pruebas, tenía el dinero y tenía amor, tenía mucho más de lo que ninguna de las dos imaginó, y aunque perdí la apuesta con la vieja Lauren, sin dudar gané la guerra contra Mathius.
-Cielos, por hoy esta bien pero más te vale tratarme como una dama frente a mi hija, y sobre todo frente a mi novio-
    Dije con una sonrisa tranquila, caminando hacía la puerta donde Mathius me siguió en silencio.
-Fue un placer conocerte, Mathius. Es lindo saber que mi hija tiene un buen novio y estaré ansiosa por ayudar con los preparativos de su vida. Solo recuerda que no iré sola a la boda, espero no sea un problema que lleve a mi novio como acompañante-
    Con esa orgullosa declaración solo hice que Mathius agachará la cabeza y saliera de casa totalmente derrotado.
-Lo tendré en mente, señorita Lauren-
    Con todos los problemas resueltos sonreí al despedir a Mathius, cerrando la puerta de mi mansión y quitándome el vestido para caer casi desnuda en el sofá.
-Una boda... espero que la boda de mi hija sea hermosa-
    Susurré con alegría pensando que todos mis problemas habían terminado para dar inicio a la organización de una boda, de la cual hablaría con mi adorable Matt una vez que llegará a casa. Tuve que sacarlo un rato de casa para que Mathius bajará la guardia y sin duda funcionó, pero ahora que estaremos solos y sin las cámaras, estaré esperando a mi novio en la sala para darle una bienvenida que nunca olvidará para celebrar nuestra relación, y por supuesto, celebrar el compromiso de mi pequeña hija Giselle.
Créditos a quien correspondan.

sábado, 14 de septiembre de 2024

La futura suegra 5 Anochecer

    Con el sol ocultándose para señalar el final del día, cerré la puerta de la mansión, suspirando sin casi nada de energía física o mental después de la conversación que tuve con mi hija... sí, con mi hija. Y a pesar de todo el cansancio que sentía, todavía no me podía relajar por completo, pues a menos que saliera a escondidas sin que me diera cuenta, un joven tan lindo como problemático me esperaba en mi habitación.
-Hola, Matt... lamento mucho tenerte esperando-
-N-no se preocupe, señorita Lauren. No espere mucho tiempo-
    Mintió con una tímida sonrisa el chico, pues por muy amable que él quisiera sonar, yo estuve abajo con mi hija por largas horas sin darle comida, bebida o dejarle hacer algo de ruido a Matt, quien aún con todos esos inconvenientes, obedeció lo que le pedí y se quedó oculto hasta que yo volviera a entrar en mi recamara donde el chico estaba esperando tal y como lo deje.
-Gracias pero no tienes que mentirme, tarde mucho más de lo que pude imaginar... Bueno, la conversación con mi hija fue mucho más.... intensa de lo que pude pensar-
    Sin pensarlo mucho liberé esos pensamientos mientras mis brazos me rodeaban a mi misma, yo me daba un pequeño abrazo al hablar con Matt quien no pasó por alto mi conducta.
-Ya veo... disculpe, señorita Lauren, ¿Quisiera hablar de eso?-
    Me preguntó el chico sentado al borde de la cama, su intención parecía genuina en ayudarme, él era bastante genuino cuando estaba conmigo. Sin embargo, contarle mis problemas a un chico tan joven no me hacía sentir mejor; Matt es 10 años más joven que yo... o tal como van las cosas debería decir que Matt es 30 años más joven que yo; depender de alguien tan joven, contarle mis problemas a un niño y buscar consuelo en su compañía me parecía patético, yo era patético, y aunque todo dentro de mi cabeza me decía que rechazará su oferta para enviarlo a su casa... algo más dentro de mí me hizo asentir si mirarlo a la cara.
-Yo... yo solo necesito un minuto, ¿Sí? Es algo largo de explicar-
    Respondí sin mirarlo, para después ser sorprendida por sus palabras.
-¿Y usted tiene planes más tarde?, ¿Piensa ir a algún lado?-
    Negué con la cabeza ante la pregunta del chico, que con una tímida sonrisa añadió.
-Entonces no tiene de que preocuparse, tómese el tiempo que necesite, yo estaré aquí para escucharla todo el tiempo que haga falta-
    Ese joven idiota y sus respuestas descaradas me hicieron sonreír, cuando Matt estaba cerca no podía sentirme triste completamente; cuando estuve en problemas en la librería él me salvó; cuando las mujeres del restaurante se burlaron de mi nueva edad, Matt no dudó en hacer un escándalo para ponerlas en su lugar; y ahora que mi corazón estaba partido a la mitad, este apuesto muchacho estaba dispuesto a hacerme compañía el tiempo que yo necesitará para hacerme sentir mejor... quizás todavía no tenga el cuerpo de un hombre por completo, pero se comporta mucho mejor de varios chicos que conocía... hasta tal vez, por momentos Matt se comporta mejor que yo cuando era Mathius.
-Muy bien, muchacho. Ya que eres el mayor entrometido que conozco, supongo que tendrás que hacerte responsable y escuchar a esta anciana con sus problemas familiares-
    Matt me dejó un espacio libre junto a la cama para sentarme a su lado, donde mi mirada pasaba de un lado a otro sin saber muy bien por donde empezar está conversación. Definitivamente no mencionaré nada de mi vida anterior, si lo hago, puede que espante de verdad a este chico quien es la única persona en quien me puedo apoyar... tal vez es egoísta guardar ese secreto mío, pero por ahora no quiero pensar nada de la vida que estoy por dejar atrás en mi vida como Mathius, así que me centraré en como se siente Lauren... como me siento yo con todo lo que estoy viviendo, y que es lo que realmente haré con respecto a la boda de mi hija con su novio.
-Yo... yo recibí a mi hija y a su novio hace unos días; mi hija y yo no tenemos la mejor relación por lo que hice en el pasado, y en cuanto a su novio... no es mi persona favorita, pero si mi hija lo amo, debo aceptarlo, ¿No lo crees?-
    Explique con calma, tratando de dar el mayor orden posible a mis ideas con palabras sinceras, cargadas de una emoción que no podría contener por mucho más tiempo.
-Definitivamente no me agrada su novio, es un imbécil problemático conmigo y desde que lo conocí solo me ha dado dolores de cabeza... sin embargo, ha hecho muy feliz a mi hija, mucho más feliz de lo que yo jamás pude hacerla... sé muy bien que el "amor" en nuestras relaciones es diferente, pero aún así me duele no ser la elegida por mi hija, ¿Sabes? Yo.... yo en serio que me esforcé, quería que todo volviera la normalidad, pero Giselle no quiere las cosas como antes, ella está feliz como son las cosas ahora, y por mucho que yo desee cambiarlo, no puedo hacerlo-
-¿En serio no hay forma de cambiarlo?-
    Me preguntó Matt a lo que negué con la cabeza, dándome cuenta que de nuevo quería llorar, agachando la cabeza para que el chico no me viera mientras intentaba seguir nuestro tema.
-No, no hay forma. Si intento cambiarlo con todas mis fuerzas, solo lograré forzarlo, y por ende, solo causaré que las cosas empeoren entre nosotras dos... y lo único peor que perderme la boda de mi hija, sería perder una relación con ella para siempre-
    Las lágrimas nuevamente comenzaron a brotar, mis ojos apenas podían ver de tanto llanto que salía de mí, y por mucho que intentará detenerlo, no podía hacerlo. De alguna manera, tenía que llorar y despedir a mi antiguo amor que tomó una decisión, una donde no la hacía feliz yo.
-Ya veo.... lamento mucho lo que está viviendo, señorita Lauren. Debe ser difícil para usted-
    Con timidez y sin poder ocultar por completo sus nervios, Matt me abrazó; podía oír su corazón latir con fuerza, podía ver un poco de sudor en él y en sus manos temblorosas, hasta podía oler su aroma cuando mi rostro se hundió en su pecho, mis manos rodearon su cintura y de nuevo mi llanto se intensificó.
    Yo lloraba para dejar salir todos mis sentimientos, toda la culpa que sentía, toda la impotencia que tenía y todo lo negativo que sentía por mi mismo al haber sido superado por Lauren que en pocos días conquistó el corazón de Giselle de una forma que yo nunca logré, y que a estas alturas, es claro que nunca lograré.
-Me derrotaron por completo, Matt. Me ganaron a mi Giselle... perdí contra un sujeto que conoció a Giselle por 5 días, y con eso le bastó a mi Giselle para amarlo más a él que a mi-
    Decía con un incontrolable llanto que dejaba salir todo mi sentir, aferrándome con fuerza a Matt que solo guardaba silencio, acariciaba mi largo cabello y me prestaba su hombro para llorar todo lo que quería.
    Así pasaron algunos minutos donde Matt respetó mi sentir al acompañarme en silencio, prestándome su compañía mientras mi llanto disminuía poco a poco, en especial cuando una temblorosa pregunta salió de los labios del chico.
-Señorita Lauren... si me lo permite saber, ¿Su hija se enamoró por completo de un chico en 5 días?-
    La realidad era un poco distinta de ello, pero para omitir los detalles más complicados, solo asentí y susurré.
-Así es, un idiota se ganó el corazón de mi Giselle en 5 días como para hacer de lado a su madre-
    Una vez más el silenció resonó en la habitación por unos instantes hasta que la misma nerviosa y temblorosa voz de Matt se escuchó.
-Hay personas que se toman mucho tiempo para enamorarse, ¿sabe? A mi me bastó un día conocerla para saber que la amaba con todo mi ser, señorita Lauren-
    Mis sollozos se detuvieron por completo, algo nuevo llenaba mi cabeza, y que si bien no era del todo una sorpresa, no esperaba recibir una confesión de amor en estos momentos.
-Matt... no digas esas tonterías para consolarme... Yo solo-
-Usted solo es la mujer más hermosa del mundo, señorita Lauren. Y no lo digo solo para consolarla, lo digo en serio... desde que la vi por primera vez en la librería me pareció preciosa, pero oír como me hablaba con tanta seguridad, demostrarme que era una mujer orgullosa y segura me encantó....-
    Dijo el joven sosteniendo mis manos, haciéndome sonrojar por completo, cambiando la tristeza en mi corazón por una combinación de emociones entre vergüenza, alegría y miedo que simplemente me hicieron escuchar en silencio todo lo que Matt tuviera que decir.
-También pude ver un poco de su lado más débil, ¿y sabe algo? Eso también me hizo feliz; me dejó conocer su lado bueno y lado malo en poco tiempo, sus fortalezas y debilidades, lo que le gusta y lo que no le gusta; desde que la conocí usted ha sido la mujer más autentica en mi vida, así que su gran belleza quedó de lado en comparación a su implacable forma de ser: usted es toda una mujer, señorita Lauren... y no pude evitar enamorarme de una grandiosa mujer-
    Sus palabras me hacían sonrojar, que mi corazón latiera con fuerzas y que muchas ideas llenaran mi cabeza, pero con lo poco de fuerza mental que conservaba, intenté hacer al chico desistir de sus ideas.
-Matt, muchacho. Agradezco mucho tus palabras, pero no tienes idea de quien soy en realidad-
-¡Entonces permítame conocerla!-
    Fueron las palabras del chico que interrumpieron mi rechazo.
-Yo ya estoy enamorado de usted, pero quiero conocerla todavía más... y si usted me da la oportunidad, quiero que me conozca más a mí y se enamoré de mi... con todo respeto, si su hija se enamoró en 5 días, ¿Usted no podría enamorarse de mí en ese tiempo?... T-tal vez requiera un poco más... o un poco menos... pero le prometo que si me da la oportunidad, daré lo mejor de mi para hacerla feliz-
    Las palabras de Matt eran descaradas, hasta podrían sonar como una burla acerca de lo que estoy viviendo, pero lejos de insultarme o tratar de menospreciar lo que siento, creo que era su genuina de manera de expresar sus sentimientos, suplicando por una oportunidad para enamorarme de él... algo que muy en el fondo, sé que no es imposible que me suceda.
-No lo sé, Matt... En verdad aprecio tus dulces palabras pero ¿Sabes que puedo tener la edad de tu madre?-
    Utilice como último recurso la edad de diferencia entre nosotros dos, algo a lo que aún nervioso y tratando de sonreír Matt me respondió.
-Lo sé... será complicado presentarla a mis padres, pero si usted es la mayor entre nosotros dos, es un motivo más para que usted sea quien mande en la relación, bastará con que usted lo diga para que yo me esfuerce en alegrar cada uno de sus días-
    La respuesta de Matt me dejó sin palabras por un momento, tratando de procesar lo que dijo antes de responder.... una vez más, la intención de Matt parecía sincera de todo corazón... Sin embargo, también era evidente que no tenía idea de como coquetear con una mujer; creo que yo cometía errores de este estilo cuando estaba en la secundaria, por lo que me hacía sentir que este chico nunca antes había tenido novia, o al menos no con él tomando las riendas para confesarse. 
    Su confesión era torpe, tartamudeaba y dudaba un poco de sus palabras, pero nunca puso en duda sus sentimientos, repitiendo cada vez que podía cuanto me amaba y que si tan solo le daba una oportunidad, Matt lograría que yo lo amé de la misma manera... de la misma manera.... ¿Será eso posible?...
    Tal vez estoy cometiendo un error, tal vez me estaba dejando llevar por la situación, tal vez los sentimientos fuerte del chico me hacían dudar de lo que sentía yo mismo.... pero tal vez, y solo tal vez, esté chico tenía la razón y él podía ser mi verdadero amor, lo cual demostraría si tan solo le daba una oportunidad.
-Tengo 54 años... soy viuda, vivo de lo que me dejó mi marido; soy una mujer vieja y solitaria, además que solo utilizó cosas lujosas, me tiño el cabello y en definitiva si tenemos una relación, se harán las cosas como yo diga... ¡por no decir que los hijos están fuera de la ecuación!-
    Puse como condiciones inmediatas al chico que asintió.
-Yo tengo algunos años menos que usted, pero sigo siendo un adulto y la sigo amando... es bueno que me diga que le gusta, eso me motivará aún más en terminar la universidad para comprarle todas las cosas lujosas que quiera... amarla tal como usted me diga, consintiendo hasta el último capricho para tenerla contenta tal como la reina que usted es, digna de tener solo lo mejor, y no preocuparse por lidiar con un niño y sus bebés-
    Debo admitir que me hizo algo de gracia la última parte de su respuesta, llamarse a si mismo "niño" no era del todo equivocado, pero a pesar de su edad, Matt me había demostrado que era todo un hombre, lo seguía demostrando con su leal respuesta... y ahora lo pondría a prueba de una última manera que también sellaría mi decisión de convertirme en una mujer.... Gracias a Matt, podía aceptar mi vida como Lauren... solo necesitaba un último empujón para aceptarlo.
-Será complicado llevarte a la boda de mi hija, lo sabes, ¿cierto?-
    Pregunté mirando a los ojos a Matt, quien rompió con todos mis pensamientos una vez más al darme una contundente respuesta.
-Señorita Lauren, no me importa lo que digan los demás. Solo me importa usted, y usted debería ocuparse un poco más en disfrutar de su vida, en lugar de preocuparse sobre que dirán todos los demás. Su vida es una y la debe vivir como usted quiera, no como los demás quieran-
    Honestamente no sé de donde venían esas palabras, sentía que era una mentalidad libre que un joven no terminaba de comprender a que se refería, quizás Matt no sabía muy bien lo que me acababa de decir... pero después de 3 años en los que viví tratando de hacer feliz a una chica que me cambió sin dudarlo en menos de una semana... creo que seguir el consejo de Matt y vivir mi vida tal como quiera es una opción encantadora... y si quiero vivir esta vida con Matt... creo que vale la pena hacer esto por primera vez.
Créditos a quien correspondan.
    Lentamente y con timidez tomé al chico por el cuello de su camiseta, mi intención era clara, acercarlo lo suficiente a mi para que nuestros labios se unieran por primera vez, al menos por primera vez conmigo consciente. Sin embargo, cuando Matt se percató de lo que intentaba hacer, fue él quien me tomó por la barbilla con cuidado, haciéndome levantar la mirada hacía él, quien sin dudarlo unió sus labios con los míos para tener así nuestro primer beso.
    Matt me estaba besando, un chico me estaba besando justo en los labios mientras sus manos apretaban con cuidado mis caderas, y este primer beso como mujer, fue mucho más de lo que espere.
-Lo siento, señorita Lauren... pero recordé sus palabras de ayer-
    Oír eso me hizo sonreír por lo descarada que fui anoche por culpa del vino.
-"No debes hacer rogar a una dama por tu atención", ¿No es así? Lamento si la hice pasar vergüenza al tomar la iniciativa, pero si a usted le parece bien, deje que yo me encargue-
    Sus palabras eran encantadoras, demostrando la atención al detalle que ponía para hacerme feliz antes de darme otro apasionado beso en los labios, haciéndome sentir que este segundo beso era mucho mejor que el anterior.
-Anoche fui una descarada contigo; primero te hago pasar la noche conmigo para despertarte a gritos la mañana siguiente-
    Respondí con una pequeña sonrisa, dándole la espalda al chico para pedir.
-¿De nuevo me ayudas con mi vestido?-
    Sin dudar Matt asintió, ayudándome está vez a bajar el cierre de mi ajustado vestido para pasar a algo más, no sin antes dejarme saber algo que desconocía por completo de la noche anterior.
-No se preocupe, señorita Lauren. Sé que no fue la mejor noche para usted; con todo respeto, estaba tan pasada de copas que estuvo llorando incoherencias un rato, también tuvo ganas de vomitar, y en algún momento me abrazó se durmió conmigo, lo único de lo que no estoy seguro es cuando se quitó el vestido-
    Vaya, saber eso no me llenaba de alegría; en lugar de acostarme con este chico, el pobre tuvo que soportar los llantos de una mujer borracha hasta quedarse dormida, solo para que lo despertará armando un escandalo, y luego volviera a llorar en sus brazos. No obstante, no cualquiera hubiera soportado tanto drama, quizás en otra vida yo me hubiera escapado por la ventana en cuanto tuviera la oportunidad, pero Matt fiel a sus palabras no dejaba de apoyarme y amarme, por lo que ahora me parece el momento perfecto para corresponder el amor que me jura este chico a mi propia y nueva manera como mujer.
-Señorita Lauren....¿Qué cree que hace? Póngase de pie-
    Me pedía con vergüenza y nervios el muchacho, pues una vez que me quite el vestido, yo me puse de rodillas frente a él, poniéndome justo entre sus piernas antes de bajar el cierre de su pantalón y ver el impresionante tamaño que tenía mi nuevo hombre.
Créditos a quien correspondan.
-Es... más grande de lo que imaginé-
    Mis pensamientos escaparon de mis labios al ver el tamaño que Matt tenía ahí abajo... No estaba seguro de si su tamaño era enorme... o solo me parecía enorme desde la perspectiva de una mujer. Durante muchos años yo tuve la otra perspectiva, disfrutando del húmedo placer que me daba la boca de mi novia antes de entrar al plato principal. Sin embargo, ahora yo estaba en el otro lado; ahora yo estaba de rodillas, levantando la mirada para ver a mi pareja, y armándome de valor para usar mi boca en un intento de darle placer al apuesto chico que literalmente me tenía a sus pies.
    Pase unos instantes mirando esa cosa, la cual sin siquiera tocarla se estaba poniendo más grande y más dura, hasta podía verla palpitar por unos momentos, ¿Todo es le provocaba mi cuerpo a Matt? Era extraño y halagador a partes iguales... ver lo vigoroso que estaba el chico era un poco vergonzoso, yo como la mujer que ahora soy, había hecho que este chico se pusiera tan duro, y más allá de la vergüenza que sentía, un hormigueo que ya conocía en mi entrepierna me llenaba de emoción al ver que mi cuerpo ocasionaba esa respuesta en el jovencito.
    Aquella emoción que crecía en mi, que hacía acelerar mi corazón y que también humedecía mi entrepierna, me hizo cerrar los ojos un momento para tomar la determinación de darle un poco de placer a Matt como símbolo del amor que estaba descubriendo por este chico.
    Mi corazón dio un vuelco cuando la caliente y palpitante virilidad de Matt entró en mi boca, o mejor dicho, cuando la metí en mi boca... me quede quieta por un momento con esa cosa dentro de mi antes de hacer mi mejor intento en que mis labios apretaran de forma cuidadosa el pene de Matt mientras mi lengua se movía para tocar y saborear el mismo.
-Señorita Lauren....-
    El cuerpo de Matt era honesto, en cuanto mi lengua comenzó a tocarlo este respondió con unas leves palpitaciones, dejándome sentir el calor de su miembro cada vez más y dejando en mi boca el sabor de su miembro por primera vez.
    Después de unos segundos solo lamiendo y apretando un poco con los labios el pene de Matt, abrí los ojos para encontrar una imagen encantadora; Matt apretaba sus puños contra las sábanas, con el cuerpo todo tenso y la cara bastante roja, era bastante claro que lo estaba disfrutando a pesar de lo avergonzado que se sentía, al igual que era muy obvio para mi notar que el chico estaba haciendo su mejor esfuerzo para soportar el placer que mi boca le estaba dando.
    Ver esa linda expresión en Matt me hizo darme cuenta de lo mucho que se esforzaba en corresponder mi amor, lo cual a su vez me hizo sentir más emocionada, motivándome un poco más en hacerlo sentir bien y en dejar esas ideas sobre mi vejez o mi antigua vida de lado para hacer feliz a mi muchacho.
    De poco a poco empezaba a acostumbrarme a la sensación de tenerlo dentro de mi boca, explorarlo con mi lengua, juguetear con mis labios, y cuando me sentí preparada, comenzar a llevarlo cada vez más profundo en mi boca. De cierta manera era fácil hacerlo, lo estaba haciendo a mi ritmo, llegando un poco más profundo tras cada intento y sin cometer el error de llevarlo tan rápido y profundo dentro de mi boca como para despertar un desagradable reflejo de mi cuerpo.... Alguna vez cuando chico hice la tontería de tomar del cabello a Giselle para que chupara todo, sin embargo al no ser cuidadoso, solo provoque que ella se alejará y tuviera ganas de vomitar... Esa noche terminó siendo desagradable y anticlimática para los dos, y definitivamente no arruinaría la primer noche con mi chico con un error de principiante... incluso si era mi primera vez haciéndolo como una mujer, tenía algo de experiencia de mi lado, la experiencia suficiente para guiar a este chico en una noche digna de recordar.
    El sabor y el olor eran un poco fuertes pero no lo llamaría desagradable, así que continúe usando mi boca y moviendo mis labios lo mejor que podía para provocar encantadoras reacciones de mi chico; leves gemidos, jadeos, sentir como se retorcía tanto él como su compañero, todas esas eran muestras inequívocas de lo mucho que él lo estaba disfrutando; tener la perspectiva de abajo, sentir como se raspaban un poco mis rodillas y todos los movimientos que hacía mi cara aún eran un poco nuevos para mí, pero también eran placenteros; hacer esto no era tan malo como Giselle me lo hacía saber, por muy vulgar que me sienta al pensarlo, creo que podría hacer esto por todo el día y mejorar tras cada ocasión; sin embargo, por muy bueno que sea el tamaño de Matt, le faltaba experiencia, y antes de que pudiera reaccionar pude sentir como su miembro palpitaba mucho más y dejaba salir la mayor muestra de afecto y placer que un hombre podía dar.
-¡S-señorita Lauren! L-lo siento... no pude contenerme, yo-
    Mis ojos se abrieron como platos al sentir como un líquido espeso y caliente salía disparado dentro de mi boca, fue muy repentino, mi nariz casi estaba tocando la pelvis de Matt cuando eso sucedió, y aunque no me sentía lista para ello, mi instinto me hizo tragar todo el amor que Matt dejó salir para mi.
-Esta bien.... esta bien... solo recuerda avisar la próxima vez.... ¿De acuerdo?-
    En cuanto terminé de tragarlos, separé mi boca del miembro de Matt, tomándome un momento para recuperar el aliento y corregir con amables palabras al chico que completamente avergonzado asintió en silencio.
-¿Es tu primera vez?-
    Matt pareció dudar de responder por un momento, pero tras un suspiro él me preguntó.
-¿Tan obvio es?-
-Un poco.... no es muy cortes dejarlos salir sin avisarle a la chica, incluso si es tu pareja, sé amable con ella-
-Entiendo... y lo siento-
-Si de verdad lo sientes, recuérdalo para mejorar, ¿Si?-
    Le pedí aún estando de rodillas, sin creer que le había hecho una mamada al chico y que incluso me tragué todo lo que él tenía para mi, todavía podía sentir el espesor en mi boca, relamiéndome los labios para volver a saborearlo y pensar que ambos estábamos experimentando tantas cosas en cuestión de minutos, emocionándome aún más al saber que todavía había cosas que experimentar en compañía de Matt.
-¿Lo has disfrutado?, ¿Quieres un poco más?-
    Pregunté con una pícara sonrisa, tomando al chico de la mano para ponerme de pie y caminar hasta la cama donde Matt me colocó de la manera que más le gustó, era obvio que el chico tenía energía para un rato más, incluso si él no lo decía, ver lo grande y duro que seguía ahí abajo era prueba suficiente para mí de que Matt aún no estaba satisfecho, por lo que yo también debía esforzarme un poco más como su mujer para dejarlo contento.
-Quiero un poco más, señorita Lauren, quiero todo lo que tenga que darme-
    Dijo el chico al acariciar mi trasero, pasando suavemente un par de sus dedos por mi húmeda intimidad y haciéndome estremecer.
-¿Un niño codicioso? Déjame sentir todo de lo que eres capaz-
    Levantando bien las caderas, sujetando mis manos con las sábanas y abriendo un poco las piernas, Matt me dejó sentir el placer que solo una mujer puede experimentar cuando su miembro comenzó a abrirse paso dentro de mí.
-¡Joder!-
    Grité antes de gemir con intensidad y retorcerme en la cama, la sensación era mucho mejor de lo que había imaginado con solo la punta de esté chico quien se había asustado por mi reacción. Parecía listo para echarse atrás, por lo que tuve que soportar un momento el inmenso placer y hablar.
-Nunca dije que te detuvieras, ¿O si?... Solo tómalo con calma, muévete despacio... una vez que te acostumbres puedes hacerlo más rápido... quizás sea un poco ruidosa, pero prometo decirte si me estás lastimando-
    Ante mi explicación mientras me aferraba a la cama, Matt pareció estar un poco más tranquilo, colocándose sobre de mi con cuidado y siguiendo de forma meticulosa mis instrucciones, el chico se estaba esforzando en pasar un buen rato con mi cuerpo, al mismo tiempo que se esforzaban en él darme un rato placentero a mi. Hasta estos momentos, con Matt dentro de mi, me doy cuenta que olvidamos usar algo de protección, pero teniendo en cuenta mi edad, quiero creer que hacerlo al natural no será un problema del cual me daba preocupar.
Créditos a quien correspondan.
-Es enorme... siento que me va a partir....-
    Susurré completamente llena de placer cuando Matt entraba en mi; el placer que sentía en estos momentos era ardiente y apasionado, mucho mejor que las ocasiones donde yo me masturbe; por mucho que pudiera sentirme contenta por mi cuenta, no había margen de comparación cuando el pene de Matt se adentraba poco a poco dentro de mi, abriéndose camino hasta llegar a lo más profundo donde tal como le indique se quedó quieto unos segundos para acostumbrarse a la sensación.
-No puedo....-
    Una ola de placer invadió mi cuerpo cuando la punta de Matt estaba tocando un lugar muy profundo dentro de mi, provocando una corriente por todo mi cuerpo que ya conocía; con solo meterlo yo estaba a punto de terminar y si no fuera porque Matt se había quedado quieto, seguramente nuestra muestra de afecto hubiera terminado mucho antes por mi culpa.
-¿No la estoy lastimando? Puedo sacarla un poco-
-N-no te preocupes, Matt... no... no hace falta.... solo dime...¿Es toda?-
    Mirando de reojo pude ver como la cara de Matt se teñía de rojo, seguramente yo estaba igual o peor que él en estos momentos, aunque antes resistí hacerlo, ahora que lo tenía dentro de mi no pude evitar preguntarme si todo el tamaño de Matt ya estaba dentro de mi.
-L-lo siento... me hice un poco atrás, pero casi la tenía dentro por completo-
    Ya veo... el miembro de Matt era asombroso, pero creo que podía controlarlo, al menos todo cabía dentro de mi por muy vergonzoso que fuera decirlo, por lo que hacerlo sentir satisfecho dependería por completo de mi aguante y habilidad para estar con este muchacho.
    Cambiando un poco mi posición, levantando aún más las caderas y apoyando brazos y cara contra la cama, asentí con deseo y timidez para que Matt continuará.
    Antes cuando tenía la boca ocupado no pude hacerlo, pero ahora no había que detuviera mis gemidos que iban desde leves murmullos hasta gritos que duraban solo un momento cuando Matt llegaba a lo más profundo de mi.
    Matt se movía con cautela dejándome sentir su pelvis contra mi trasero que cada vez que se encontraban producían un sonido inconfundible, mi vagina se apretaba y se humedecía con cada uno de sus movimientos que se abrían paso dentro de mi, las fuertes manos de Matt apretaban mi trasero, jugueteando con mis mejillas y rozando mis caderas cada tanto, estoy segura de que mis pechos rebotarían con cada embestida, sin embargo al estarme apoyando contra la cama, mis pechos estaban un poco aplastados por mi propio peso, por lo que solo mi cabello es lo que se movía ante cada embestida.
    Mi primera vez estaba siendo una maravilla; era lenta y apasionada, Matt se portaba como un caballero conmigo incluso en estos momentos, poniendo mi placer y bienestar por encima de sus deseos, algo que me motivaba a esforzarme todavía más para que él lo disfrutará, y que una vez que nuestra muestra de amor comenzó, no detenernos hasta quedar satisfechos.
Las embestidas aumentaron su ritmo, los gemidos se intensificaron, el placer se volvía mejor tras cada ocasión y creo que por primera vez desde que Lauren robó mi cuerpo, yo me siento realmente feliz y agradecido de lo que ella me hizo, pues si no hubiera arruinado mi anterior vida, yo no hubiera tenido la oportunidad de disfrutar esta velada maravillosa bajo el fuerte y amable cuidado de una persona que me amaba y se preocupaba por mi.
-S-señorita Lauren... no creo aguantar mucho más... voy a sac-
-¡No hace falta!-
    Respondí entre gemidos para interrumpir sus palabras.
-P-pero señorita Lauren...-
-Dije que me avisarás cuando ibas a terminar... ya lo has hecho... ya estoy lista para recibirlos dentro, Matt-
    Matt pareció dudar de mis palabras un momento, él intentaba no perder el ritmo ni fuerza en sus embestidas mientras decidía si obedecerme y terminar dentro de mi, o por el contrario sacar su pene y dejar todo fuera.
    Por mi parte estaba más que decidida, olvidándome de todas las posibles consecuencias por un minuto antes de mover también yo mis caderas, apretar un poco más a su compañero y poner la expresión más lasciva que podía en estos momentos; mis puños se aferraban a las sábanas, mi lengua estaba de fuera mientras jadeaba y trataba de dar una mirada suplicante y lasciva que parecía tener resultado, pues cuando Matt me miró se sonrojó por completo y aceleró la marcha.
    El muchacho me tomó por las caderas con fuerzas, sacudiéndome aún más con cada embestida, haciéndome gemir todavía más y finalmente que todo mi cuerpo se tensaran cuando la hombría de Matt llegaba a lo más profundo de mi, marcando mi interior con su caliente y espesa semilla; Matt se quedó tensó por completo mientras se aferraba a mi al terminar; yo por otro lado me estremecí de pies a cabeza, gimiendo sin control y babeando la cama ante tanto placer que nos hizo terminar a ambos, y que aún después de terminar, todo mi cuerpo seguía sintiendo como si todavía lo estuviera viviendo... pensé que era una mentira, pero ahora que lo he vivido, sin duda el orgasmo de una mujer es mucho más intenso y prolongado que el de cualquier hombre. 
Créditos a quien correspondan.
    Mi joven pareja intentaba recobrar el aliento al recostarse tras de mi en la cama; sus manos sujetaban con cariño mi cintura, sus labios daban suaves besos en mi nunca y su gran virilidad todavía palpitaban dentro de mi cuerpo tras hacerme suya por primera vez.
    Por mi parte el placer todavía seguía muy vivo dentro de mi, no solo por poder sentir como su semilla recorría mi cuerpo, todavía podía estremecerme y recordar sus caricias de una forma bastante real; puede que ya hubiéramos terminado los dos, pero el placer que yo sentía seguía siendo tan intenso como si ese momento todavía no terminará, y aunque también yo me esforzaba por recuperar el aliento, continuar un poco más no me parecía una misión imposible.
-¿Te gustó tu primera vez, muchacho?-
    Pregunté con una sonrisa juguetona al chico sin aliento tras de mi, que solo pudo devolverme una sonrisa nerviosa mientras asentía.
-Fue diferente pero mucho mejor de lo que espere-
-¿Diferente?, ¿Qué esperabas?-
    Sentí curiosidad por su respuesta, la suficiente curiosidad como para intentar indagar de que se trataba, algo que después de unos segundos pensándolo, Matt me respondió.
-Es un poquito vergonzoso de confesar, pero confió en usted, señorita Lauren; estar con usted ha sido mucho mejor de lo que pensé, sin embargo, tenía muchas ganas de intentar una posición en especial; quería que usted estuviera encima mío, pero entiendo que por su edad puede ser algo difícil para usted-
    La confesión del chico estaba siendo honesta y descarada en muchos aspectos, haciéndome recordar lo vieja que soy en esta vida y como él se tuvo que contener un poco para no dejarme adolorida en nuestra primera vez. Lamentablemente para él, está mujer aún tiene energía como para darle un poco más de placer, al igual que darle una lección.
-¿Me estás llamando vieja, Matt?-
-¡NO!, ¡N-nada de eso, señorita Lauren! S-solo que yo....
-Solo que tú estabas asumiendo me dolerían las rodillas o la espalda al saltar encima tuya, ¿No es verdad?-
-Señorita Lauren, yo intentaba decir que-
-La ofensa ya está hecha, Matt. Y ahora te toca un pequeño castigo... si hacen falta, mañana tendrás que traerme algunos analgésicos, pero ahora, te mostraré lo que una vieja mujer es capaz de hacer-
     En cuestión de un par de movimientos puse a Matt de espaldas en la cama para que ambos estuviéramos cómodos, conmigo encima de él apoyando piernas y manos en la cama para cabalgarlo. Por un momento casi pierdo el equilibrio, pero sentir las manos de Matt en mi cintura para sostenerme y guiarme no solo me ayudaban, también me emocionaban.
-¿Te gusta la vista, Matt? Debo admitir que está posición también es nueva para mí, pero veamos cuanto resistes-
    Mi novia Giselle nunca había aceptado tener sexo en está posición, así que me sentía especialmente sucia y excitada al hacerlo yo, Giselle nunca lo hizo por mi, pero yo sin dudar estaba lista para cabalgar a mi hombre, acostumbrándome poco a poco a la posición donde él quedaba debajo de mi y a mis espaldas a su vez que me dejaba sentir como el gran compañero de Matt volvía a recuperar el tamaño, calor, dureza y vigor que perdió en nuestros pocos minutos de descanso.
-Señorita Lauren... ya estoy a mi límite... no aguantaré mucho-
    Las palabras avergonzadas de Matt solo me hicieron tomar más valor a mi, lo suficiente como para declarar.
-¿Y la vieja soy yo? Una pena por ti, Matt... quizás otro día que me hagas feliz volveremos a intentar está posición, pero ahora no es una recompensa, es un castigo para ti, y muero de ganas por saber cuantos sentones vas a soportar antes de llegar a tu limite-
    Tras esas palabras yo comencé a saltar; mis pechos me rebotaban de arriba a abajo, el cabello se sacudía, mi trasero que antes recibía el impacto de la pelvis de Matt, ahora tomaba un rol más activo siendo mis caderas las que buscaban el contacto con Matt para que mi chico llegará lo más profundo dentro de mi.
-¿Esto es lo que querías, muchacho? Disfrútalo, es mi forma de aceptar tu cariño-
    No recibí una respuesta del chico, Matt parecía muy concentrado en sujetar mis caderas para reducir el impacto en mi cuerpo, al mismo tiempo que contenía sus gemidos o jadeos, desde mi posición no era sencillo verlo pero estaba segura de que mi joven compañero estaba dando lo mejor de si para no terminar en poco tiempo, parecía querer disfrutar de esto por mucho más tiempo, pero el cansancio acumulado y su falta de experiencia le estaba jugando en contra para poder disfrutar todavía más de este su primer momento íntimo conmigo.
-¿Lo hago tan bien que te quedaste sin palabras, chico? Eso me halaga... nada mal para una anciana, ¿No lo crees?-
    Aunque tenía muchas ganas de burlarme un poco de él y mostrarme superior, lo cierto es que la posición era tan placentera como difícil, yo tampoco podría resistir mucho más que un par de sentones, y si Matt no terminaba dentro de mi pronto, lo más seguro es que ni yo misma podría continuar sin llegar al clímax por mucho tiempo.
-S-Señorita Lauren.... yo voy a-
    Para buena o mala fortuna, antes de que Matt pudiera avisarme, pude sentir una vez más un líquido caliento y viscoso recorrer el interior de mi cuerpo, Matt había terminado de nuevo, haciendo que yo prácticamente me sentará encima de él mientras dejaba salir todo dentro de mi.
-Lo siento... no pude decirle a tiempo....-
    Lo escuchaba murmurar con timidez sin dejar de ayudarme, sosteniendo con firmeza mis caderas al mismo tiempo que su semilla me dejaba marcada por todo mi interior, llevándome a mi límite una vez más y dejándome satisfecha después de darle tantos problemas a este muchacho.
Créditos a quien correspondan.
    Permanecí sentada sobre Matt durante unos segundos hasta que ambos recuperamos el aliento, sintiendo como el compañero de Matt se hacía más pequeño y también sintiendo como todo mi cuerpo estaba cubierto de sudor y otros líquidos que demostraban lo apasionado que había sido nuestro encuentro.
-Señorita Lauren... eso estuvo increíble... no creo poder pararme por un momento... quiero descansar...-
    Decía Matt completamente exhausto y tumbado sobre la cama, su sonrisa llena de satisfacción era innegable, al igual que no se podía negar lo cansado que se veía, parecía que caería dormido en cualquier momento, pero después de todo lo que le hice en tan poco tiempo, natural que apenas pueda estar despierto.
-Señorita Lauren, ¿le molesta si paso la noche con usted?-
    Me preguntó sin siquiera mirarme, Matt veía al techo con incredulidad y cansancio tras la noche a la que lo había sometido, algo que solo me hizo sonreír y estar extrañamente contenta.
-Por supuesto, chico. Solo avísale a tus padres que estarás con un amigo o algo así, llevas todo el fin de semana fuera... y ahora que lo pienso me siento un poco culpable por exigirte tanto cuando aún estás en recuperación-
    Para ser alguien que hace unos días recibió y dio una paliza, Matt de verdad que era fuerte y resistente. De no ser por el cansancio acumulado que ha cargado este chico, quizás yo sería quien estuviera tendida en la cama sin aliento mientras él se burla un poco de mi penosa situación.
-Ni lo mencione.... sin importar lo cansado que me sienta... siempre estaré feliz de estar con usted-
    Matt a duras penas levantó la cabeza para mostrarme una sonrisa, al igual que levantó el pulgar como símbolo de que todo estaba bien, algo que también me hizo sonreír y estar más tranquila. A lado de Matt, parecía que todo siempre estaría bien.
-Por ahora descansa, muchacho. Iré a bañarme y después podemos dormir tranquilos-
-Disculpe, ¿Quiere que le haga compañía?-
-No hace falta, cada uno descansa a su manera y un baño después de la diversión me ayuda a relajarme. Volveré antes de que te des cuenta-
    Prometí con una gran sonrisa que me ayudaba a enmascarar mi mentira, o al menos una gran parte de ella. 
    Es verdad que volvería con Matt para dormir abrazándolo tal como hice anoche, pero tener un momento de privacidad dentro del baño de está mujer era todo lo que necesitaba en estos momentos; así que tome un par de toallas, un lindo conjunto de ropa interior con el cual pasar la noche, y tras dar un beso en la mejilla de Matt entré al baño.
    Tuve toda mi ducha para pensar, reflexionar y organizar las ideas de la mejor manera, también tuve que limpiar a fondo mi cuerpo y el interior que Matt tanto exploró... quizás mañana debería buscar algo de medicina para prevenir cualquier problema, después de todo, cuidar el cuerpo de una mujer tras un momento íntimo con su pareja, es un poco más complicado que el cuidado que requiere un hombre.
    Una vez que limpie mi cuerpo por completo y que sequé mi cabello, estaba lista para ponerme mi ropa interior cuando cerca del espejo encontré lo que venía buscando: "una mosca o pelusa".
-Tal como dijo Matt, estás cámaras diminutas están por todas partes, no me extraña que justo cuando me puse la lencería de Lauren por primera vez, ella llegará corriendo al baño para encontrarme... ella me estaba espiando todo este tiempo, y supongo que ahora no es la excepción, ¿o si?-
    Me acerque lo más que pude a aquella "suciedad" que había pegada en la parte alta del espejo, hablando con la cámara que me había vigilado todo el tiempo, y esperando que está ocasión, la cosa no fuera diferente.
-Buenas noches, Lauren. Supongo que si viste lo que hice con Matt, también podrás estar viendo esto-
    Dije saludando a la cámara y sonriendo antes de poner una expresión un poco más seria y concluir.
-Mañana quiero hablar contigo, solo contigo. Te espero mañana temprano para desayunar, futuro yerno. Tú futura suegra te quiere conocer-
Créditos a quien correspondan.