Mostrando las entradas con la etiqueta Amor. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Amor. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de mayo de 2025

Buenos amigos

    El sol estaba ardiente, casi tanto como la arena, y sin importar que me puse bajo la sombrilla y sobre una toalla seca, mi cuerpo comenzó a sudar en cuestión de segundos. Lo normal estando en una playa diría yo. Sin embargo, todo me seguía resultado un poco vergonzoso, creo que eso no cambiará nunca a pesar del tiempo, y poco o nada podré hacer al respecto, en especial cuando pude darme cuenta que todos los amigos del grupo ya se habían quitado la ropa que tenían encima para presumir de sus trajes de baño y meterse a nadar en el mar. Por mi parte, yo me quedaba tímidamente bajo la sombrilla, ocultando mi cuerpo del calor y de los rayos del sol.... al igual que de la vista tanto de amigos como de conocidos.
    Por desgracia para mi, quedarme escondida en las sombras no sería tan sencillo, y lo entendí cuando me di cuenta que no me encontraba tan sola como esperaba.
-¿Tú que haces aquí? Deberías irte a nadar con el resto, yo cuidaré las cosas-
    Esas palabras fueron mi excusa perfecta que use con todos, incluso contigo, quien a diferencia de los demás, le restaste importancia a mis palabras para quedarte a mi lado cuando todos los demás ya se habían marchado.
    Tú estabas a mi lado, a pesar de que todos se habían marchado a algún lado de la playa, tú te quedaste a mi lado. Eso me hizo un poco feliz, pero a la vez me hizo sentirme raro por un momento, podríamos parecer una pareja de novios que salieron de vacaciones juntos y yo moriría de la vergüenza si alguien en la playa nos señalaba y pensaba de esa manera al vernos tan cerca.
    Tan perdida estaba en mis pensamientos que olvidé por completo que estaba tratando de esconder mi cuerpo con mi sudadera, misma que ya no pude soportar más por el intenso calor del lugar. Por un momento me arrepentí de lo que hice, precisamente cuando vi la sudadera sobre la arena, y aunque pensé que podría volver a ponérmela para seguir cubriendo mi ser, ya era demasiado tarde, mi cuerpo había quedado expuesto, y a juzgar por tu mirada sobre mí, ya habías visto más de lo que me gustaría admitir.
El bikini era simple pero para mí era muy llamativo; la parte superior era pequeña y aunque tapaba mis pequeños pechos me sentía desnuda, no estaba acostumbrado a tener dos bultos que sobresalen al bajar la mirada, y de corazón esperaba no tener que acostumbrarme a dicha sensación; la parte inferior del traje de baño no es como que mejorará mi sensación de pánico, nervios y vergüenza, tenía un bikini azul que dejaba una parte de mi trasero expuesta, sin mencionar que todas mis piernas estaban a la vista de todas las personas en la playa; por último, sentía mi largo cabello oscuro caer hasta mi espalda, nunca antes había tenido el cabello tan largo ni decorado con flores pero ahora lo tenía como cualquier otra chica en la playa; lo cual me hacía sentir y creer que yo no era más un hombre, era una mujer más, usando un traje de baño que cualquier otra chica usaría para este lugar,
    La brisa por todo mi cuerpo, el calor ardiendo en mi delgada piel, el bikini apretando cada parte oculta de mi ser, ¿Todo esto viven las chicas en un día como estos? Yo apenas llevo 5 minutos y ya quiero irme a casa, por lo que suspiré con ese pensamiento hasta que algo llamó mi atención, tu mirada.
-¿Ah? ¿Sigues aquí? ¿Qué tanto me estas mirando?-
    Pregunté viéndote de reojo y sin tener una respuesta a cambio, lo que me hizo sonrojar mucho más que antes y decir.
-¿M-me estabas viendo el trasero? Lo sabía, fue un error haber venido y haberme puesto esto, el bikini me queda muy ajustado ¿No es verdad? Les dije a todos que no debí haber venido a la playa como una chica, es muy vergonzoso, pero en vez de apoyarme cuando de repente me volví una chica en el auto, tú te quedaste callado mientras las chicas me convencían de usar esto-
    Señale por un momento mi cuerpo para resaltar el hecho de que las chicas del grupo me prestaron algunos de sus bikinis para poder venir a la playa, pero tan pronto como recordé que justo ahora, esos gestos que hice servían para resaltar aún más mi cuerpo femenino, me arrepentí de hacerlo y te volví a dar la espalda.
-¿D-de que estás hablando? ¿A qué te refieres?-
    Pregunté cuando finalmente pude oír tu tímida voz que en esos momentos realmente me conmovía y ayudaba, puesto que no pude estar preparado para tus palabras.
    Te disculpaste como nunca antes, tú eres quien más quería el viaje y por eso seguiste adelante en lugar de volver para ayudarme, y cuando te arrepentiste ya era demasiado tarde y el resto de nuestros amigos no querían dar marcha atrás. No obstante de no poder regresar a casa, y sin importar que tú eras el más emocionado por este viaje para conocer el mar y la playa, justo ahora no te interesaba nada de eso, diciendo que preferías hacerme compañía para cuidar del equipaje mientras el resto se divertía.
    No creo que fuera para tanto, no quiero que pienses que eres un mal amigo, pero al disculparte mencionaste mucho esas palabras y que lo menos que podías hacer ahora para compensarlo, era cuidarme de que no me sucediera nada malo. La verdad no había pensado lo que tú me decías, no quería imaginar que alguna otra cosa me pudiera suceder, después de todo convertirme en mujer ya era mucho cambio para mi, así que si me sucede o no otra cosa, querías estar a mi lado.
    Supongo que todo eso se escuchaba muy bien y me hacían sentir algo mejor, pero como siempre, tenías que arruinarlo de alguna manera, y mencionar la idea de que algún chico lindo podría intentar coquetear conmigo solo me hizo sentir mucho peor y aún más avergonzada que nunca. Además, no hacía falta mencionar que con el traje de baño me veo mucho mejor y que así llamaría aún más la atención, todos esos detalles los pudiste omitir... aunque de cierta manera, también lo agradezco.
-Dios mío. De verdad te puedes poner muy sentimental cuando te lo propones ¿No es verdad?-
    Trate de decir sin que mi voz estuviera temblorosa por los nervios o vergüenza del momento para seguir hablando.
-Si tanto te preocupas, ¿Por qué no me ayudas a ponerme bronceador en la espalda? ¡No pongas esa expresión que harás que me arrepienta! Yo también tengo un montón de vergüenza...Solo pensé que sería un desperdicio venir a la playa para ocultarnos como vampiros del sol.... y si tanto te preocupa y dices querer ser un buen amigo... solo hazme este pequeño favor y ponme un poco de bronceador en la espalda por favor...cuando lo absorba podemos ir a nadar con el resto aunque sea un momento....-
    En cuanto dije eso la preocupación para ti se hizo más notoria, por lo que decidí interrumpir tus palabras para hablar.
-Yo tampoco quiero ser un mal amigo y arruinarte el día. Solo que como podrás imaginar, no esperaba pasar las vacaciones como una chica. Tendré cuidado y en lo posible actuare como una para no molestar a los demás o causar problemas, solo cuídame como dijiste ¿Vale?-
    Parecías un poco confundido por mis palabras, lo cual me hizo sonrojar y suspirar a partes iguales antes de explicar.
-¿Es que eres tonto o lo haces con intención? ¿No dijiste que ibas a cuidarme? Pues lo harás, la única diferencia es que en lugar de cuidarme bajo la sombrilla, cuidarás de mi mientras nos divertimos en la playa, ¿Lo entiendes ahora? De ser así, ya date prisa, ponme algo de bronceador y vayamos a nadar-
    Con una sonrisa tan honesta como nerviosa, me acosté en la toalla esperando que me ayudaras, cosa que en verdad sucedió. Fue un poco frío sentir el bloqueador, y tus ahora enormes manos a lado de mi pequeño cuerpo se sentían muy calientes, pero lo soporté sin decir nada ni moverme de mi posición para no hacer todo esto aún más vergonzoso para los dos, pensando que si tanto veías mi cuerpo, lo menos que podía y quería darte era un pequeño agradecimiento por todas las molestias que causare por este cuerpo durante nuestras vacaciones.
-Muchas gracias, amigo. En cuanto esté lista saldremos, ¿Vale? Por ahora disfruta de la vista-
    Comente poniéndome en cuclillas y dándote la espalda al mirar al mar, si querías seguirme viendo o no era tu decisión, algo que no me molestaría por esta ocasión ya que no sería mucho tiempo, apenas serían unos segundos previos a que me levantará y corriera al océano para divertirme contigo y el resto de nuestros amigos en nuestro tan esperado viaje a la playa.
Créditos a quien correspondan.

lunes, 14 de abril de 2025

Confiando mi secreto

-V-vamos, amor. No tienes que llegar tan lejos por mí-
    Murmure con un montón de nervios y vergüenza mientras me cargaba en sus brazos hasta recostarme en la cama, viéndome con atención desde arriba por lo que me puse aún más roja.
    Tenía puesto un infantil y corto vestido rojo con adornos negros, no podía creer que aún podía usar uno de mis vestidos de cuando era una niña, aunque ahora era tan corto que apenas cubría bien mis pechos y dejaba al aire desde mi ombligo hasta el resto de mi cuerpo que tras varios centímetros desnudos de mi piel, podía verse mi pañal rosado con unos dibujos de princesa para prevenir los accidentes que yo pueda tener. Después de mi pañal, todos mis muslos estaban al desnudo hasta llegar a la parte baja de la rodilla, donde empezaban unas calcetas rojas que también usaba cuando niña, antes cubrían por completo mis piernas pero ahora presumía mis dotados muslos al dejarlos descubiertos en el espacio entre mis calcetas y mi pañal.
    Desde que tengo memoria me habían gustado estas cosas, ya saben; vestirme con ropa más infantil de lo necesaria, beber en mamilas, mirar mucho a las princesas, jugar con muñecas y más cosas de ese estilo; todo eso fue un gusto que crecía conmigo conforme pasaban los años, y que por lo mismo era algo difícil de ocultar. 
    Tenía mucha vergüenza de que un día mamá, o alguna amiga me atraparan estando en esta forma, ¿Cómo lo explicaría? Estoy segura de que moriría de vergüenza antes de poder hablar sobre esto y todos pensarían que estoy loca. Por todas esas inseguridades me esforzaba al máximo para que nadie me descubriera y fue así por más de 14 años hasta que logré tener un poco de privacidad al llegar a la universidad.
    Cuando entré a la universidad finalmente vivía sola y tenía la libertad de divertirme como quisiera el tiempo que quisiera, por lo que no solo tenía total libertad de divertirme como una niña, incluso tuve la brillante idea de llenar un armario de puras cosas infantiles para mi querido pasatiempo, llenando el mismo con muñecas, vestidos, pañales, mamilas y muchas cosas más de las que nadie jamás iba a sospechar, porque nunca nadie más que yo entraba a mi habitación.
    O al menos así era la situación hasta que conocí a mi novio, quien en algunas ocasiones venía a mi habitación a pasar el rato o estudiar conmigo. Y aunque hice de todo para que él nunca descubriera mi armario secreto, supongo que en algún momento se iba a enterar.
    Hoy día yo estaba acostada en el suelo, moviendo mis piernas en el aire, con un peluche en una mano y en la otra un biberón con leche tibia para ver mis caricaturas, estaba completamente concentrada en mis asuntos cuando una voz conocida me devolvió a la realidad de la peor forma que pude experimentar.
-¿Que se supone que estas haciendo, Camila?-
    Me levanté totalmente asustada para ver a mi novio en el marco de la puerta de mi habitación, aún sosteniendo las llaves de repuesto que le di hace un tiempo y que nunca había utilizado hasta estos momentos en los que me atrapó por completo.
-¿¡Qué estás haciendo aquí!?¡No sabía que vendrías!-
-Llame un par de veces a tu teléfono y nunca contestaste, me preocupe un poco así que vine a ver si estaba todo bien... y sí, supongo que estás bien... aunque no espere verte de esta forma-
    Hasta ese momento, de pie delante de él, recordé que tenía mi atuendo de bebé hasta con mamila y peluche en brazos, cosas que intente esconder cuando lo vi sonreír. No pude evitar ponerme más roja que nunca tratando de quitarme la ropa, siendo mis brazos detenidos al momento por los de mi novio.
-Ya basta, Nick. Suéltame, no quiero que me-
    Cuando mis emociones llegaron al límite sentía que iba a llorar, estaba tratando de quitarme a mi novio para poder cambiarme de ropa, pero mis palabras quedaron a la mitad cuando él me cargó como una princesa, se sentó en el sofá y me sentó sobre su regazo, tal como un padre haría con su niña, algo a lo que sinceramente no supe como responder.
-Perdón por reírme, no pude evitar pensar que te ves adorable así-
    Dijo dándome un beso en la mejilla y recuperando mi mamila para acercarla a mi boca, a lo que tímidamente respondí empezando a succionar otra vez, pero ya no en el suelo, sino en sus cálidos brazos que me protegían.
-No tienes que darme explicaciones, son tus gustos y no haces daño a nadie, yo lo respeto y no por verte vestida así creas que te dejaré de amar. Veamos tus caricaturas, eso sé que siempre te ha gustado-
    La mano que sostenía mis piernas acarició mi cabello despeinándome un poco para después hacerme cosquillas en el estómago, sonriendo de inmediato ante sus inesperadas muestras de afecto a las que tampoco me podía oponer.
    Después de eso seguí viendo la televisión con calma, una naturalidad que creía imposible a lado de alguien importante para mi, pensaba que mi novio se burlaría o me dejaría de inmediato si descubría mi secreto, pero hizo todo lo contrario, quedándose a mi lado y jugando conmigo, cuidándome con cariño y mostrando que de verdad me quería con todo y mis rarezas.
    No recuerdo qué hora era o en que terminó mi caricatura, me había quedado dormida en sus brazos antes de notarlo, despertando por el movimiento de él al cargarme a otro lado, fue ahí cuando hablé y me dejó en la cama.
-Así que la dormilona despertó, como te quedaste dormida y ya se acerca la hora de mi trabajo, pensaba acostarte en tu cama para que durmieras más tiempo-
    Eso me sorprendió un poco, nunca me había quedado dormida tanto tiempo, pero con el cariño con el que me cuidaba mi novio, creo que fue normal dormirme un poquito más de la cuenta.
-Creo que te tomaré la palabra-
    Dije sonriendo y sintiendo su mano en mi pañal, lo que me hizo sonrojar debido a que me estaba revisando.
-N-no estoy sucia, amor, podré usar estos pero nunca lo he hecho-
    Respondí con vergüenza, sintiendo unos suaves besos en mis muslos que hacían que me derritiera.
-No lo sabía, pero si alguna vez lo haces, o si quieres que te haga compañía como hoy, solo dímelo y yo estaré encantado-
    Sus besos pasaron de mis muslos hasta mis labios, con la misma rapidez y delicadeza que usó abajo, dejándome más que satisfecha en un solo día para recuerdo.
-B-bueno podría intentarlo...y puedes venir cuando quieras, yo estaré encantada de tenerte aquí, ¿Me alcanzas esa cobijita?-
    Señale el armario donde Nick sacó una cobija vieja y de colores que tengo desde hace años, con ella me envolvió y una vez más beso mi frente para comenzar a irse de mi habitación.
-Entonces volveré a verte pero no te llamaré, será una sorpresa tal como el día de hoy, nos vemos-
    Con esa promesa, mi novio apagó las luces y cerró la puerta de mi habitación, dejándome sonriendo como idiota y dando vueltas en la cama por finalmente tener un poco de aceptación con esto y sabiendo que le puedo confiar mi secreto y lo que hago en mi más privada intimidad.
    En serio que es perfecto, me sacaré la lotería con este chico, y mientras mi corazón se aceleraba y mi mente se llenaba de pensamientos con mi novio, quizás podría dormir tranquila un poco más esperando con ansias el día que vuelva a cuidar de mi.
Créditos a quien correspondan.

martes, 25 de febrero de 2025

Mi marido

    Después de largas horas de pasión con mi esposo, estaba exhausta y desnuda sobre la cama recibiendo besos y caricias de su parte para hacerme feliz y sonreír. No es por presumir, pero él es maravilloso, no sólo en la cama como para dejarme sin aliento, también es un encanto de persona por lo que puedo decir con total alegría que soy muy feliz de ser su mujer, tal como lo soy desde hace muchos años.
-Ya vuelvo, Dana. Espérame tan linda como siempre-
    Me pidió con gentileza mi marido, dando un último beso en mis labios antes de levantarse de la cama para ir al baño, brindándome un momento a solas en el cual sonreí y giraba en la cama satisfecha por todo lo que habíamos hecho en horas anteriores en vísperas de nuestro aniversario.
    Sin embargo, toda mi calma y alegría que sentía se esfumó en un solo momento tras oír un grito de miedo desde otra habitación, un grito que para hacerlo aún peor, era definitivamente de una mujer. La voz era aguda como pocas y sin lugar a duda venía desde el baño de la habitación que comparto con mi marido.
    Tan asustada como preocupada por aquel grito, me levanté de la cama para correr hacía el baño y descubrir que es lo que ocurría , abriendo la puerta para ver a alguien que no era mi marido, él no estaba por ningún lado del baño, en su lugar solo estaba una mujer de largo cabello castaño que le cubría toda la espalda, semidesnuda al solo llevar unas pantimedias oscuras encima de una tanga violeta junto con un sostén a juego del conjunto, pero demasiado pequeño para los enormes pechos que tenía la chica. Cuando ella me vio intento cubrirse, y en el proceso solo provocó que su sostén se rindiera y dejará a mi vista a sus enormes compañeras.
    En el momento que nuestras miradas se cruzaron ambas gritamos y nos avergonzamos por la situación. Sin embargo, la primera en actuar fui yo, tomando como "arma" una lata de spray para cabello que estaba cerca y apuntar en contra de la joven que parecían tan confundida como asustada de tenerme en frente.
-¡Dana! ¡No hagas nada! ¡Soy yo!-
    Me dijo la joven a quien por primera vez en mi vida había visto, intentando cubrirse los pechos con una mano y la cara con la otra, retrocediendo tanto como podía para evitar que apuntara el fijador sobre su cara.
-¿Tú quien eres? ¿Cómo sabes mi nombre?-
    Pregunté sin confiar del todo en la castaña, que una vez más me repitió.
-Ya te dije que soy yo... solo que no sé que me ocurrió... ¿Tú viste algo? ¿Sabes que me pasó?-
    Su insistencia solo me ponía de los nervios, y aunque no me gustaba la idea de lastimar a alguien o pelearme con otra mujer, era mucho peor afrontar la idea de que una desconocida había entrado semidesnuda a mi casa.
-Yo no te conozco, pero si no te vas ahora mismo, llamaré a la policía y a mi marido- 
    Cuando mencioné la parte de llamar a mi marido, pude ver como la castaña pervertida se sonrojaba aún más y desviaba la mirada. Por un leve momento tuve un horrible presentimiento, el cual por desgracia no fue tan horrible como lo que decía la chica.
-Dana... aunque no lo creas yo soy tu marido. Yo soy Henry, hace un momento te pedí que me esperarás en la cama mientras yo iba al baño... pero apenas cruzar la puerta pude sentirme muy diferente, todo se sintió muy raro, y cuando encendí las luces del baño ya tenía está forma.... tienes que creerme y ayudarme, no quiero quedarme de está forma, ¿Qué hago?- 
    Aunque las palabras que decía esa chica tenía sentido, era difícil creer que fueran del todo ciertas, por lo que seguí haciendo preguntas sin dejar de apuntar el producto de belleza contra la joven.
-Primero que nada mete tus senos en el sostén... si de verdad eres mi marido, es incomodo ver que tienes pechos más grandes que yo-
    Sin decir mucho más, la castaña me obedeció e hizo su mejor intento para guardar sus pechos dentro del sostén. No obstante, por su gran tamaño y la torpeza de la chica, aún quedaban bastante expuestos.
-De acuerdo, ya que hiciste eso, ¿Cómo puedo estar segura de que eres tú, Henry?-
    La joven puso una expresión de fastidio, los ojos en blanco y suspiró de una manera extrañamente familiar.
 -Llevamos casados 10 años, Dana. Yo fui quien te propuso matrimonio después de 2 años saliendo. Y aunque hoy no es nuestro aniversario oficial, estamos "celebrando" cada noche para intentar tener nuestro primer hijo. Además, llevamos todo el día juntos, así que es imposible que está chica se haya escabullido de tu vista tanto tiempo, y para entrar a nuestro baño solo se puede por esta puerta, así que tú la hubieras visto desde hace mucho-
    La extraña pervertida que había en mi habitación ya no me parecía tan extraña, al menos no del todo, ya que decía cosas que solo mi marido sabía y era cierto que la única forma de entrar a nuestro baño era entrar a nuestra habitación y pasar justo por enfrente de nuestra cama, no había forma de que no la viera, haciendo así que la historia fuera más creíble para mí.
-"Espérame tan linda como siempre" fue justo lo que dije antes de ir al baño... y es lo que suelo decir para que no salgas de la cama, sea una fecha especial o no-
    Aunque no me gustaba admitirlo, cada vez que ella hablaba me daba más motivos para creerle, son cosas que solo mi Henry sabía... pero tener a mi Henry de esta forma es desconcertante. Si así me siento yo, él debe sentirse mucho peor. 
-Por dios, Henry... ¿Que es lo que haremos?-
    Me pregunté en voz alta sin creer que mi marido apenas cruzará la puerta del baño se haya convertido en toda una señorita con mejores curvas que las mías y pechos más grandes que los míos, aunque esos último detalle creo que mejor me los dejaré como pensamientos.
-No tengo idea. No quiero quedarme de esta forma, quiero volver a ser un hombre-
    Al mismo tiempo que él batallaba por los nuevos atributos en su cuerpo, yo intentaba hacerme a la idea de que mi marido cambió de género con solo cruzar una puerta, como si fuera por arte de magia, y de ser el caso, pensaba que quizás también "por arte de magia" habría una manera de devolverlo a la normalidad.
-Yo tampoco quiero que te quedes así, debe haber una forma en que vuelvas a tu cuerpo, solo tenemos que encontrarla. Por  ahora te prestaré algo de ropa hasta que tengas tu cuerpo, cuando vuelvas a ser mi hombre podremos seguir celebrando nuestro aniversario. De momento hay otras prioridades-
    Finalmente baje la lata de spray para el cabello y me di la vuelta para buscar algo de ropa que fuera de la nueva talla de mi marido, sería complicado ya que su cuerpo está más desarrollado que el mío, pero algo de mi ropa podría funcionar para él mientras encontramos la manera de traer su cuerpo de vuelta.
-Bueno... Dana... sí me preocupa volver a la normalidad.... pero... ¿Podríamos seguir con eso ahora?-
-¿Qué? ¿A que te refieres?-
    Tuve que detenerme para mirar de nuevo a mi marido, quien agachando la cabeza con toda la cara roja me respondió.
-Perdón, no quiero presionar... solo que, ya sabes... sería una fantasía hecha realidad vivir el sexo entre chicas-
    Me tome un momento para pensar en sus palabras, solo para estar segura de lo que acababa de escuchar, ver como mi marido agachaba aún más la cabeza y suspirar con un poco de decepción al compartir lo que pensaba.
-No hay duda de que eres mi marido, solo Henry podría pensar algo tan inapropiado en un momento tan serio-
-Perdón... solo es curiosidad….-
    No puedo hablar por todos los hombres, pero al menos mi hombre era "único" de principio a fin, y su petición tan descarada era solo una prueba más de que mi esposo se había convertido "en mi esposa" al menos por ahora. Puede que haya cambiado por fuera, pero por dentro sigue siendo el mismo.
-Primero acostúmbrate a tu cuerpo, y luego me pensaré que lo hagamos de esta forma. Siendo sincera preferiría tenerte como un hombre igual que siempre, pero si eso no llegara a pasar, creo que tendré que acostumbrarme a dormir con otra chica por el resto de mis días-
-¡Lo mismo digo! Sé que mi petición fue un poco tonta, pero de verdad quiero volver a la normalidad... pero también creo que si estamos juntos como siempre, al final todo estará bien, Dana-
-Lo mismo digo, querida-
-¡Oye, no me llames así! No estoy listo para ser tratado como una chica-
    Después de bromear con mi marido sobre su nuevo aspecto, ambos caminamos de vuelta a nuestra habitación para ayudarle a vestirse, y una vez que mi esposo estuviera listo, ambos ponernos en marcha para intentar resolver todo este lío.
Créditos a quien correspondan.

lunes, 17 de febrero de 2025

Un reencuentro entre amigos

-¿¡Gerardo!?-
-.... Fátima en realidad...-
    Respondí apenada tratando de pensar cómo explicaría toda la situación a mi amigo de muchos años, quién me acababa de descubrir saliendo de una tienda con un montón de ositos de peluche en mis manos. Aunque al detenerme a pensarlo, explicar los peluches es el menor de mis problemas en estos instantes.
    Mis ositos de peluche eran el menor de mis problemas, pues más allá de eso tenía que explicar porque llevaba puesto un corto vestido blanco de tirantes con un lindo estampado de osos y muchos listones para adornarlo, combinando mi vestido con unas zapatillas blancas a juego y decorando mi cabello con más listones y un peinado adorable. Además de eso, también debería explicar porque yo olía como a dulce, y aunque eso suena sencillo, me cuesta pensar las palabras para decirle que compré un perfume a mi amigo.
    Por donde él me viera, desde los pies a la cabeza, yo me veía como una linda chica que optaba por un estilo de vestir más adorable e infantil, apuntando a una imagen tierna e inocente, esa era mi intención y me sentía muy contenta cuando me ganaba más de un cumplido de la gente a mi paso. Sin embargo, toda está emoción que sentía al ser como quiero ser, se esfumó para convertirse en ansiedad pura en el momento que mi amigo me descubrió.
    A él fue de las pocas personas en mi vida a quienes confesé un pequeño accidente que tuve al estar jugando con magia, y como con un hechizo que salió mal, yo me transforme en una chica. En cuanto explique que todo fue un accidente, le prometí a mi amigo que no debía de preocuparse por mi, que no pasaba nada y que buscaría la forma de volver a la normalidad lo antes posible.... Desde esa conversación ya han pasado varios meses, mi amigo ha vuelto de su internado en el extranjero y yo soy más mujer que la última vez que nuestros caminos se cruzaron. 
-¿Fátima? No, estoy seguro de quién eres en realidad. No hay forma de que pueda confundirme-
-Lo sé... pero estamos en público... ¿Podrías aparentar? No quiero montar una escena...-
    Intentando mantener la voz baja, buscaba que mi amigo no llamará tanto la atención en una de las calles más transitadas en la ciudad, ya que lidiar con ese tipo tan particular de atención no era mi especialidad.
    Sin dejar de mostrarme su incredulidad ante la situación, mi amigo camino conmigo hasta un sitio más tranquilo donde apenas había algunas pocas personas para así evitar no solo hacer drama frente a muchos desconocidos, también evitaba que los transeúntes se enteraran de lo que hice, esos vergonzosos detalles eran algo que solo mi amigo tenía el derecho de escuchar en este preciso instante.
-Okey, Fátima, ¿Qué es lo que planeas vestida de esa forma?-
    Mi amigo se cruzó de brazos, con una mirada que me juzgaba duramente al hacer una pregunta directa, la cual después de pensar no tuve otra forma de responder de una manera cuando menos decepcionante para mi amigo.
-Nada-
-¿Perdón?-
-...Así es... no planeo nada vestida de está forma....-
    La confusión en el rostro de mi amigo era evidente, incluso después de repetir mis motivos él no parecía creerlo, por lo que era cuestión de tiempo para que siguiera indagando sobre mis motivaciones de hacer lo que yo estaba haciendo.
-¿Y entonces?-
-....¿Entonces que?...-
-Déjate de tonterías, Ger.. Fátima. No juegues conmigo, ¿No me dijiste que no me preocupara y que encontrarías la forma de volver a la normalidad? Hoy que por fin regreso de mi internado para darte una sorpresa y jugar como antes, te encuentro saliendo de una tienda de chicas con un montón de ositos de peluche y con el cuerpo que prometiste "corregir", incluso llevas vestido y adornos en el cabello-
-...Pero se ven lindos...-
    Murmure sin pensarlo mucho y dejando sorprendido a mi amigo que por solo un momento dejó su reprimenda por lo que yo acababa de decir. 
    Él me hablaba con dureza y tenía razón, yo prometí que todo saldría a la perfección y que volvería a ser su amigo de antes cuando él volviera del internado, pero nunca pensé que hubiera un problema de por medio en la situación, mismo problema que me hizo responder de forma inocente y sincera cuando él volvió a preguntar.
-¿Como que lindos? ¿Te gusta verte así?-
-....Es complicado. En serio, trate como loca de buscar una solución; los primeros días encontré muchos resultados y los fui probando uno por uno, de hecho creo que estaba cerca de la solución...pero...-
-¿"Pero"?-
-Pero día con día que pasaba de esta forma, yo me volvía más femenina por alguna razón. Al comienzo busqué cosas para cuidar de mi cuerpo de niña mientras lo tuviera, pero pase de cuidados básicos a ver videos de maquillaje, a buscar peinados y aprender sobre moda. Luego comencé a actuar más como chica, sin darme cuenta ya me refería a mí como una mujer, la cual no quería seguir usando ropa de chico por lo que vendí casi toda mi ropa de hombre para comprarme todo lo que pude y me pareció lindo para una chica, creo que así fui desarrollando mi propio estilo más infantil y tierno, todas esas cosas me empezaron a gustar y por lo mismo comprar golosinas y peluches con mi dinero se volvió algo habitual. Esta semana vi todos estos ositos y no pude evitar comprarlos, son tan adorables como yo, y con solo abrazarlos me siento feliz, son todos preciosos y... y fue ahí cuando me atrapaste... y ahora estamos teniendo esta confusa conversación la cual tenía mucho miedo por cual pudiera ser el resultado.... ¿Será que me odias ahora? Puede ser muy extraño para ti, debería serlo y no me molestare si quieres dejar de hablarme, pero quiero saber ¿Qué es lo que opinas sobre mi ahora?-
    Antes de darme cuenta comencé a hablar, hablé demasiado y me sentí algo apenada por ello. Sin embargo, pude hablar de todo corazón con mi amigo para explicarle todo lo que yo había estado haciendo mientras él estaba en su internado, y como yo no había perdido el tiempo, solo que había encontrado una "solución" distinta a la que le había prometido.
    Al pensar en todo eso, no pude evitarlo y oculte mi rostro en el oso de peluche más grande entre mis manos. En serio que fue difícil dar toda esa explicación a una persona tan especial para mi, pero creo que de alguna forma pude decirle todo sobre como me siento y ahora solo me queda esperar por su respuesta y saber que pasara con una de las mejores amistades que he tenido desde hace años, pues así como yo tomé mi decisión, él tiene derecho a tomar la suya, y aunque hay una posibilidad de separar nuestros caminos, no me gustaría que eso sucediera.
-¿Acaso importa?-
    Le escuché decir, por lo que yo asomé mi cabeza de entre los osos de peluche para seguir la conversación.
-¿Eh?¿A qué te refieres?-
-Me refiero a que, ¿Eres feliz de esta forma?-
    Lo pensé por un momento, solo un breve momento porque a estas alturas la respuesta ya era obvia para mi, por lo que rápidamente asentí varias veces con la cabeza ante la pregunta de mi amigo.
-Sí, yo me siento muy feliz de esta forma-
    Un ligero golpe de sus nudillos en mi frente me tomó por sorpresa, pero ni siquiera fui capaz de reclamar por prestarle atención a sus palabras.
-Sigues siendo un idiota, ¿Sabes? Sin importar que seas hombre o mujer, sigues siendo un idiota, e igual, sin importar que seas hombre o mujer tú seguirás siendo mi amigo. Después de todo, ¿Qué clase de amigo se opondría a la felicidad del otro?-
    A pesar de que su ligero golpe me dolió, su respuesta sincera y tranquila, acompañada de una gran sonrisa, me hizo sentir una alegría que no había podido experimentar hace tiempo, pues por mucho que pudiera disfrutar mi nueva vida como chica, pensar que mi amigo me odiaría al volver era un temor constante en mi día a día. Así que oír una respuesta tan rápida y sincera, era algo muy especial para mi para poder seguir.
-¿Hablas en serio? ¿No estás molesto?-
-Me molesta que me hayas mentido sobre volver a ser un chico, si no querías "volver a la normalidad" solo tenías que decírmelo, para eso son los amigos. Fuera de eso, si te quedas como una chica o vuelves a ser un chico es tu decisión, yo seguiré siendo tu amigo sea cual sea tu decisión. Quizás algunas veces haga cosas tontas o que te incomoden, no estoy seguro de si nuestras tonterías de chicos ahora que eres una chica puedan ser mal vistas por las personas o por ti, pero haré lo posible por tratarte bien-
    Supongo que mi amigo tiene razón y yo soy toda una idiota, ya que me había imaginado tantos escenarios negativos o donde yo perdía a mi amigo por mi decisión, que enfrentarme a una realidad en la que a él no le incomoda mi decisión, es simplemente maravillosa.
-Poco me importa que digan las demás personas, solo me importa seguirla pasando bien contigo, así que nada me haría más feliz que me sigas tratando tal como cuando yo era un chico-
    Respondí con alegría y una gran sonrisa que dedicaba a la persona que me aceptaba en todas mis presentaciones.
-Entonces, amiga... ¿Quieres que te gané como siempre lo hago en los videojuegos?-
-¿Ganarme? Eso está por verse, algunos gustos han cambiado, pero mi amor a los videojuegos es eterno. Espera, ¿Podrías sujetar a mis osos? Siento que se me está saliendo una zapatilla-
-Soy tu amigo, no tú novio, arréglatelas tú sola. El último en llegar a tu casa invita la cena-
    Cuando estiré mis brazos para que mi amigo ayudará, él se burló de mi y me dejó atrás con los brazos extendidos, algo que lejos de enfadarme solo me hizo sonreír para intentar alcanzarlo mientras arreglaba mi zapatilla e intentaba no tirar ninguno de mis peluches.
-¡Oye, espera! No es justo, además no puedo pagar la cena, ya gaste mi dinero de la semana en estos peluches, ¡Oye!-
    Cómo pude corrí tras de él empezando a reír con satisfacción y un enorme alivio al saber que no había perdido a alguien tan especial en mi vida. Por un momento pensé que perdería a un gran amigo por haberme hecho este cambio, pero recién ahora me doy cuenta que los grandes amigos no se alejan tan fácilmente, por mucho que uno cambien ellos no cambian y se quedan a nuestro lado. Nunca se lo diré pero para mí, ese valioso amigo me lo ha enseñado pero ahora no es momento de divagar, tengo que concentrarme y mostrarle lo mucho que he mejorado durante toda su ausencia.
Créditos a quien correspondan.

jueves, 13 de febrero de 2025

El enamoramiento de una chica

    Y-yo desde hace... y-ya un tiempo...me convertí en una chica.
    Al día de hoy no lo entiendo, ni cómo ocurrió ni porque ocurrió, simplemente desperté un día y ya era toda una señorita con mi armario lleno de ropa femenina y con todas las personas a mi alrededor pensando que había tenido una muy rara pesadilla, puesto que cada ocasión que les decía que yo era un chico, ellos lo negaban y hasta me mostraban fotos de como toda mi vida había sido una chica, descartando de todas las formas posibles "mi idea" de que yo fuera un hombre alguna vez.
    Era como si hubieran hechizado a todos o yo hubiera despertado en una realidad alterna en la que ha pasado más de un año y todavía nada tiene ni pies ni cabeza para mi, por no mencionar que tampoco encontré una forma de solucionarlo, así que sin más remedio ni opciones solo me quedo aprender a vivir como mujer.
    Mis amigos seguían siendo mis amigos, las notas en la escuela era igual, hasta mis padres cuidaban de mí como siempre, todo era exactamente como cuando yo era chico con la única diferencia es que ahora yo era chica y no tuve más remedio que asumir ese papel, cosa que estaba siendo realmente sencillo, era casi instintivo por mucho que lo intentará negar.
    Nunca había tenido un sostén en mis manos pero pude ponérmelo sin problemas en cuanto lo miré; no tengo tantos maquillajes pero cada cosmético pude usarlo sin dificultades; tacones que en mi vida nunca pensé usar, los usaba con gran facilidad; todo eso y cientos de cosas más las aprendía casi al momento, como si ya lo supiera, volviendo muy fácil adaptarme a todo esto de ser una chica.
    Al menos todo estaba siendo sencillo en esta nueva vida, o eso es lo que pensaba hasta conocer a ese chico; era un chico mayor que yo por un año, lo conocí por accidente en la biblioteca y desde entonces cuando nos cruzamos en los pasillos o comedor, él me saluda con una hermosa sonrisa, poniéndome toda nerviosa al momento.
    Cuando me di cuenta que pasaba eso fue meses después de conocerlo, pero darme cuenta de eso me hizo abrir los ojos acerca de todo lo que ese chico me hacía sentir inconscientemente hasta ahora: me ponía nerviosa, me sonrojaba, quería saber que le gustaba, quería que me notará sobre las demás, quería saber si tenía novia y quería que se enamorara tanto de mi como yo lo estaba de él.
    Amor, hasta ese momento no lo había experimentado ni pensando pero ahora era imposible de negar, me había enamorado perdidamente de ese chico y por mucho que intentara negar esos sentimientos, cada vez que lo veía mi corazón latía con fuerzas, yo me ponía muy nerviosa y hacía todo lo posible para que notará lo linda que soy y se quedará a mi lado.
    Si me parecía que mi cuerpo ya actuaba de inmediato al mirar a ese chico, cuando me di cuenta de cómo me sentía por él, todo en mi empezó a responder aún más rápido, especialmente con fantasías a su lado y con mi corazón acelerado.
    Todo este tiempo he guardado con recelo mis sentimientos, todo este tiempo lo he ignorado o al menos es lo que he intentando día con día, pero con cada día que paso lejos de su lado, me doy cuenta de lo intenso que se vuelven mis sentimientos, los cuales lejos de desaparecer solo crecen más y más ansiosa de poder volver a verlo sonreír y pasar el rato con él.
    Por si todo lo que pensaba y lo sentía fuera poca cosa para reconocer que yo me estaba enamorando, sin duda esta noche es de lo peor que me ha pasado y la mayor muestra de lo fuerte que son mis sentimientos por él. 
    Yo estaba tratando de dormir para ignorar mis pensamientos sobre ese chico, pero un tremendo calor y fantasías me despertaron de golpe por lo que había soñado tan vívidamente; estaba cubierta de sudor y con la cara roja, además de una profunda sensación de soledad, me sentía tan sola, tan sola sin mi amado, que sentía podía desfallecer en cualquier momento que no estuviera a su lado.
    Nunca pensé tener esta clase de sentimientos, nunca me imaginé que así es como se sentiría, ¿Así era el amor que sentía una chica? Todavía no lo puedo decidir pero lo que mi corazón me hace sentir, también me hace atreverme a creer que sí, así es como se siente el amor...y querer estar a su lado...o arriba...o abajo...o besando sus labios....
    Por dios, creo que me volveré loca, no puedo seguir con esto, debo encontrar la forma y el valor para poder confesarle como me siento y esperar que sea correspondido para que estos intensos sentimientos que tengo, no se vuelvan en algo amargo.
    Pero antes de confesarme o buscar a esa persona tan especial, primero tengo que tomar un baño, una ducha me quitara esta sensación a sudor por todo mi cuerpo además que con algo de suerte también calmara mi mente que está más activa que nunca en esta noche solitaria.
    ¿En verdad todo esto me hace sentir? No puedo creer que todo esto sean los problemas del amor que nunca conocí hasta este momento...vivirlos será toda una aventura.... una aventura que creo no será tan mala de experimentar... todo sea por vivir mi primer amor.
Créditos a quien correspondan.

viernes, 7 de febrero de 2025

Me descubrieron

    Sabía que era cuestión de tiempo para que me atraparan haciendo esto, casi estoy seguro de que yo mismo quería que me atraparan para obtener una mayor experiencia, pero nunca me espere que las cosas ocurrieran de esta forma... aunque no puedo negar que me alegra que haya sido con esta persona.
    Desde hace meses había desarrollado el gusto por vestirme de mujer, me había vuelto travesti y uno muy bueno por mi apariencia andrógina, así me volví capaz de engañar a más de una persona y me sentía genial cuando lograba eso, escuchar cumplidos de mi por parte de otras personas me alegraba bastante, la atención que recibe una chica se volvió muy divertida de conseguir, y verme tan linda para recibir cumplidos y sentirme bien conmigo misma se hizo algo muy importante en mi día a día.
    No obstante de toda la diversión y confianza que mi pequeño secreto me permitía sentir, en el fondo sabía que por muy linda que me viera y sin importar todo el esfuerzo que pusiera, tarde o temprano alguien me atraparía, una idea que desde que la noté, se hizo cada vez más recurrente junto a los pensamientos acerca de que podría pasarme si alguien alguna vez descubre mi secreto.
    Aquella fantasía no hizo que me volviera descuidado, ponía atención con lujo de detalle a todo mi aspecto, a lo que decía o hacía, la emoción era demasiada, pero por mucho tiempo pude controlarme para seguir con mi pasatiempo sin ser descubierto.
    No obstante, un día cuando fui de visita al departamento de una amiga, ahí también estaba su hermano, quedándose a pasar el rato con nosotras durante mi estadía. Aparte de visitar a mi amiga, fui porque era una vendedora de cosméticos y de ropa, hacía semanas encargue cosas con ella y en cuanto llegaron me dijo que podía ir a su casa a recogerlas como era costumbre.
    Todo iba muy bien, charlábamos como siempre mientras también conocía un poco mejor a su hermano, las cosas cambiaron un poco cuando una llamada entró a su celular, haciendo que ella rápidamente tomará una bolsa y se saliera de la habitación para contestar, disculpándose conmigo y pidiéndole a su hermano que me diera mis cosas antes de irme.
    Aunque yo tenía que irme, y al hermano de mi amiga le pidieron algo, ambos ignoramos esos hechos para quedarnos conversando solo un poco más, compartiendo risas y disfrutando de la compañía del otro, hasta que decidimos ir al cuarto de mi amiga para recoger mis compras mientras ambos nos sonreíamos un poco más de lo debido, no de la forma en la que le sonríes a un simple amigo.
    Por un breve momento pensé que solo era mi imaginación, y que solo a mi me parecía distinto ese chico del resto. Sin embargo, cuando el chico se ofreció a pagar por mis compras e hizo una broma para intentar volverme a ver, me sentí halagada por el gesto y por su buen gusto al coquetear conmigo.
    Supongo que fue egoísta de mi parte, aún sabiendo lo que él quería no fui del todo honesto con él, y en vez de decirle la verdad sobre mi género, me acerque un poco más a él, puse mis manos sobre su fuerte pecho y deje que me diera un beso. Fue maravilloso, nada mal para mi primer beso con otro chico, y él de forma instintiva puso sus manos sobre mis cintura lo cual sinceramente me emocionó y motivó para seguir dándonos unos cuantos besos más.
    Los besos se volvieron caricias, abrazos, dulces palabras y propuestas que subían más de tono a cada momento, y aunque de verdad ansiaba como nunca antes había experimentado tener un momento con ese chico, tuve que ponerle un freno para contarle ese "pequeño" detalle que estaba ocultando sobre mi.
-Espera, yo no soy lo que crees, en verdad-
    Dije al separarme de él, pensando la mejor forma de decirle la verdad al chico, que tomándome por sorpresa no solo me volvió a acercarse hacía él al sujetar mi cintura, también me hizo una relación que me dejó sin palabras.
-¿Me dirás que eres un chico? Lo sé, mi hermana me lo dijo, pero yo no tengo problema-
    Contestó dándome otro beso mientras mi cara se volvía roja y yo me sentía más sumisa que nunca al estar rodeada en sus brazos, pues aún sabiendo el secreto que yo guardaba, él no tuvo problemas en tratarme como la mujer que me gusta sentirme.
    Él es tan alto y fuerte, es muy amable y comprensivo, es un hombre seguro en toda regla mientras que yo soy tan pequeño y me visto de sexo opuesto, pero aún con todas esas cosas, por alguna razón me sentía tan seguro estando en sus brazos, me estaba atrapando sin problemas y creo que yo mismo quería que él me tuviera cuando dijo conocer y aceptar la verdad sobre mi identidad. Otros chicos se burlarían de mi cuando menos pero él lo estaba aceptando, así que yo también aceptaría sus sentimientos y actos de vuelta.
    Los besos continuaron por un buen rato, poniéndome de puntitas para alcanzarlo antes de que él me cargará y sentará en una repisa para estar más alto, me seguía tocando y yo lo seguía disfrutando, hasta que dejó de hacerlo para empezar a quitarse la ropa, dejándome con la boca abierta al ver su espectacular cuerpo y todo lo que su hombría me estaba por ofrecer. 
-¿Tú no te desnudas? Ya sabes que no tengo problemas-
    Me dijo con amabilidad cuando él había terminado de desvestirse, a lo que yo respondí con vergüenza y negando con la cabeza.
-L-lo sé pero preferiría quedarme con la ropa, aunque claro, puedes hacer lo que prefieras ahí abajo-
-¿Estás seguro?-
-Sí, lo estoy-
    En ese momento me volvió a tomar en sus brazos para besarme y llevarme hasta la cama, ahí caí de espaldas pero pronto me dio la vuelta y me sujetó por la cintura, pensé que me quería en cuatro y estaba por hacerlo pero él se acercó a mi nuca y murmuró. 
-Deja que yo me encargue, tú solo disfrútalo-
    Muchos besos invadieron mi nuca y espalda, haciéndome sentir como nunca, luego sus manos tocando mis glúteos y caderas hasta como destrozaba mis leggins y hacia a un lado la tanga que llevaba puesta.
-Lo siento, creo que también te comprare lo que acabo de romper, y si quieres también más tangas como estas que te quedan deliciosas-
    Una sonora nalgada en mi trasero descubierto me hizo estremecer al mismo tiempo que sentía como el momento de la verdad se acercaba, lo cual lejos de asustarme como en mis pensamientos, está vez lo esperaba ansiosa y con emoción.
-No te preocupes, por ahora solo ten cuidado, es mi primera vez-
    Confesé con vergüenza a lo que me respondió. 
-Entonces hagamos que valga la pena-
    Y madre mía si lo valió, con cada centímetro lo estaba disfrutando un poco más, y sus rápidos movimientos apenas que los podía procesar, sintiendo como se detenía hasta chocar con mi trasero solo para repetir el movimiento con mayor intensidad. 
    Me nalgueaba cada tanto y eso me hacía apretarlo aún más, para mayor disfrute de ambos, lo mejor de todo fue cuando comenzó a jalar mi cabello con fuerza hasta levantar la mirada que ocultaba en las sábanas. En ese momento me di cuenta que estábamos frente al espejo y ver mi propia cara me hacía pensar todo lo loca que me estaba volviendo y cuanto lo estaba disfrutando, al mismo tiempo que brillábamos un poco por el sudor de nuestros cuerpos.
    Sin embargo, no podía gemir por mucho que lo deseara, ya estábamos haciendo bastante ruido como para ponerme a gemir o a gritar sobre cuanto más quería este momento con el hermano de mi amiga.
    Había visto unas cuantas películas para adulto y como las chicas mordían las almohadas en un intento de callar sus gemidos, no imagine que yo sería una de esas sumisas chicas que haría lo mismo; mordiendo con fuerzas aquella almohada y dejando algo de labial en todo su alrededor, aferrando y clavando mis largas uñas en la almohada, sintiendo mi interior hacerse pedazos y como a cada movimiento nos encontrábamos más cerca del final. 
    Pero aun con todo la experiencia que hoy vivo, quiero vivirlo más, con algo de suerte el grandioso hermano me volverá a buscar y si no lo hace, solo me queda disfrutar más que nunca mi primer encuentro de esta forma, el encuentro más glorioso que he tenido en toda mi vida y con el cual he cumplido una fantasía que no sabía que tenía. No hay nada mejor.
Créditos en la imagen.

lunes, 20 de enero de 2025

El beso

-Nico ¿Qué has hecho?-
-Te bese, Camie-
-Es obvio que me besaste aun siento tus labios y la saliva sobre los míos... pero ¿Por qué?-
-Porque creo que me gustas-
    Me respondió con su lenta y pausada forma de hablar, dándome ganas de que la tierra me tragara por lo vergonzoso y sorprendente que resultó este momento construido desde el repentino atrevimiento de Nico.
    Hace ya unos días mi amiga Nico pidió un deseo lanzando una moneda a un pozo de deseos que encontró de casualidad en su camino a casa, ella no es muy buena socializando y por esa razón al encontrarse el pozo de los deseos, Nico pidió tener una mejor amiga en quien confiar, una chica muy linda con quien llevarse, alguien para salir de compras, maquillarse juntas y hacer todas esas cosas que nunca había logrado ya que no tenía una amiga tan cercana ni el valor de hacer esto con alguien más. Yo era su amigo, pero como un chico, había cosas que ella no se sentía tan cómoda de intentar hacer conmigo.
    Ese mismo día, Nico y yo salimos a ver una película, una muy buena por cierto, pero que terminó por ser completamente opacada por lo que descubrimos una vez que las luces de la sala se encendieron.
-Carlos ¿Qué te paso?-
    Me pregunto mi querida amiga con una expresión llena de sorpresa y tratando de bajar la voz después de haber gritado mi nombre.
-¿Cómo que “que” me paso? ¿De qué estás-
    Cuando respondí a Nico me di cuenta que mi voz era tan dulce y aguda como la de una chica, para luego bajar la mirada y ver mi cuerpo; tenía falda y el resto del uniforme escolar femenino, pechos pequeños y cabello castaño. Sin tener idea de porqué me pasó esto, descubrí como mi cuerpo se volvió el de una chica, pero antes de que pudiera entender algo, Nico se me adelantó.
-Fue mi culpa….no debí de pedir ese deseo….-
    Apenas estaba soportando la sorpresa de verme a mi mismo como una estudiante cuando Nico dijo eso en voz baja y empezó a llorar como si ella fuera quien me hizo esto o como si hubiera lastimado a alguien en el proceso, por lo que dejando mis preocupaciones de lado, decidí acariciar su cabeza y abrazarla para que se calmara y me dijera todo lo que sucedió.
-En conclusión: según tú, puede ser que me volví una chica por tu deseo de tener una nueva mejor amiga. Nico, eres tan tonta cuando quieres, perfectamente podría presentarte algunas amigas o acompañarte a hablar con quienes quisieras, pero tuviste que pedir este deseo... lo cual realmente no creo que haya sido malo, ni que te haga responsable de lo que me sucedió. Seguro debe haber alguna otra explicación-
-Lo siento mucho, Camie-
-¿Camie?-
-Sí... pensé que sería algo raro llamarte Carlos mientras seas una chica y fue lo primero que se me ocurrió... perdón por eso también-
    Intentando comprender la culpa que sentía mi amiga y que la situación que estábamos pasando era complicada, solo suspiré y decidí aceptar el nombre que ella me eligió.
-Esta bien, Nico. Soy Camie por ahora, pero tengo que volver a la normalidad, ¿Lo entiendes?-
    Ella de nuevo al borde de las lágrimas me respondió subiendo y bajando la cabeza para decirme que sí. La tonta y torpe Nico no lo hizo con malicia, sé que ella tiene buen corazón pero su timidez no la hace destacar tanto como a ambos nos gustaría. Y por esa misma razón, después de tomar mucho valor, fue que decidí hacer un pequeño favor a mi amiga antes de buscar la forma de volver a la normalidad.
-Pero como el pozo no se va ir a ningún lado y el deseo parece ser reversible ¿No te gustaría que fuera tu mejor amiga por unos días?-
    Los ojos llorosos de Nico se llenaron ahora de confusión, sin ser capaz de creer mis palabas hasta que las repetí para ella.
-¿Perdón?-
-Lo que oíste, Nico, ¿Te gustaría que me quede unos días como una chica para ser tu mejor amiga?-
-¡Gracias!, ¡gracias!, ¡gracias!, ¡gracias!-
    La respuesta de Nico fue inmediata, ella estaba muy contenta, con una sonrisa inmensa que se hizo presente en ella mientras me abrazaba y aceptaba mi oferta para cumplir con su deseo de tener una mejor amiga aunque sea por unos días.
    Debo decir que fue un reto al comienzo, todo eso de andar con falda o ir al baño de niñas me tenía por sorpresa, pero ir de un lado a otro con mi amiga me mantenía distraído o más bien distraída de la mayoría de retos que podía implicar vivir como una chica.
    Después del cine me llevó a una manicura donde pudimos hablar por mucho tiempo, luego me buscó algo de ropa de acuerdo a sus gustos y me explico como usarla para estos días como chica, fuimos a comer a su sitio favorito, luego a los juegos y finalmente me quedé a dormir en su casa, me presentó a su madre como su nueva amiga, quien se sintió muy feliz de ver a su hija con una amiga tan cercana y que no fue problema para la mamá de Nico abrirme las puertas de su casa y tener una pijamada de chicas, la primera para mi como una mujer, y la primera pijamada en la que Nico ha participado. 
    Los días pasaron de forma rápida y divertida, y fue exactamente igual de maravilloso para ella como el primer día que me convertí en chica. No puedo negar que yo también me estaba divirtiendo con toda está experiencia, pero no pensaba quedarme así por el resto de mi vida.
    Así que un día mientras hablábamos en el cuarto de Nico, le dije que fue muy divertido todo esto de ser mejores amigas, pero era tiempo de buscar el pozo de los deseos para volver a la normalidad. Para ese momento pensé y me preparé para las posibles reacciones de Nico ante mi deseo de volver a la normalidad; pensé que ella se pondría triste, que lloraría, que pediría que me quede como mujer un poco más e incluso que se mostrará agradecida y me acompañará al pozo sin causar alguna escena; sin embargo, nada de lo que pensé pudo prepararme para la verdadera reacción de Nico, quien se pondría de rodillas ante mi, que me tomaría de la barbilla y de un momento a otro, ella decidiera darme un enorme beso en el que nuestros suaves labios se unían a la par que su lengua entraba en mi boca explorando todos los rincones que esta tenía. No estoy muy seguro de si mi cuerpo se entregó a ese beso o fui yo quien no quiso terminarlo, pero nuestra unión duró varios segundos hasta que quedamos sin aliento, siendo Nico quien nos separó dejando un hilo de saliva que iba desde mi boca hasta su lengua. 
    Con toda la vergüenza del mundo por lo que ella hizo, le pregunté porqué lo hizo, y una respuesta obvia pero increíble para mí fue la que salió de sus labios. 
-N-no es verdad, no puedo gustarte, se supone que soy tu amigo-
-Lo siento, ni yo lo entiendo mucho, creo que estoy un poco confundida. Siendo Carlos eres maravilloso y me gustaría tenerte siempre a mi lado, eres mi querido y más especial amigo, pero me siento atraída por Camie, quiero que este conmigo siempre, quiero que sea más que una amiga para mi incluso si mi amistad con Carlos se arruina en el proceso-
-Vamos, Nico. No puedes estar hablando en serio-
    Le dije para intentar convencerla de que todo lo que siente lo está malinterpretado y que la situación en verdad estaba llegando muy lejos.
-No lo sé, es la primera vez que siento esto por alguien pero es por ti, Camie. Sé que mi deseo es muy egoísta, y aunque me duela estoy dispuesta a que vuelvas a ser Carlos si eso te hace feliz pero ¿Podrías pensar sobre quedarte así para mi? Han pasado días y nunca te has quejado en lo absoluto de nada, creo que también te gusta ser mujer. No te obligaré a quedarte de esta forma si no es lo que quieres, solo te pido que lo pienses, si en serio quieres ser Carlos te doy las gracias y lo aceptaré, pero si quieres quedarte como Camie y llegar más lejos también sería muy feliz cuidando de ti-
    Ella no lloró, no tartamudeo, su voz no temblaba ni parecía nerviosa. En definitiva Nico estaba avergonzada, pero estaba llena de determinación al confesar su sentimientos de una forma para la que nunca me pude preparar, y que al haber oído, sinceramente me cuesta mucho trabajo saber como responder.
-Nico, yo no sé qué decirte. Me tomaste por sorpresa con ese secreto... pero te prometo que lo pensaré con una condición-
-¿Cuál condición?-
    El silencio lleno la habitación por un momento, después de pensarlo tampoco me creía la condición que yo quería poner para pensar en el deseo de Nico. Sin embargo, estuviera mal o no, fue la condición que decidí poner para este asunto.
-Un beso, quiero que me des otro beso para estar segura de lo que siento, nunca pensé que con lo tímida que eres pudieras hacerlo tan bien y quiero volver a sentir tus labios con los míos. Quiero otro beso-
    Repetí sintiendo mis mejillas arder un poco y mirando como una cálida sonrisa aparecía en el rostro de mi amiga.
-Si con eso consigo enamorar a la princesa y que se quede conmigo, lo acepto-
-¡No te pongas exagerada o me iré en este momento!-
-Lo siento, lo siento, es solo que sonaste justo como una princesa que caerá enamorada con el beso de su verdadero amor, sería super romántico que eso sucediera-
    Su explicación solo me hizo sentir aún más apenada por toda la situación, y Nico solo sonrió un poco más al preguntarme.
-¿Estas lista?-
    Asentí con la cabeza ante su pregunta, viendo como cada vez más mi pequeña amiga se acercaba a mis labios uniéndolos con una extraña mezcla de cautela y atrevimiento que me hacía temblar al sentir como jugaba su lengua con la mía, mientras nuestros labios se unían y con este mar de sensaciones, sentimientos, dudas y confusiones debo ponerme a pensar en qué es lo que quiero hacer ahora con mi vida a partir de ahora y si quiero volver a ser su amigo Carlos, o si vale la pena quedarme como Camie y volverme algo más que una amiga para Nico.
Créditos a quien correspondan.

jueves, 16 de enero de 2025

Promesa por promesa

-¿En serio tengo que hacer esto, Cristina?-
    Le pregunte a mi novia al salir del vestidor usando justo lo que ella me eligió.
-Por supuesto ¿O tiene algo de malo hacer esto por tu novia?-
    Puse los ojos en blanco ante la pregunta de mi novia, sin poder contener mis ganas de responder de una forma sarcástica ante su pregunta tan fuera de lugar, casi parecía que se burlaba de mi, por lo que yo respondí con el mismo ánimo burlón.
-No, para nada. Transformar a tu novio en una chica asiática para vestirlo con una especie de traje ajustado de gimnasia que se le mete al trasero para así llevarlo a la feria es muy normal, justo mi amigo lo hizo ayer con su novia-
-Ok, entendí muy claro y fuerte tu sarcasmo pero no es para tanto ¿O sí? Además, siempre tuve una fantasía con el cambio de cuerpo y te amo mucho, así que no había nadie más a quien le confiaría mi secreto, ni tampoco podía imaginar a otra persona que no seas tú para ayudarme a cumplir con mi más íntima fantasía. Y por último, espero que no hayas olvidado que esto es una promesa mutua, por lo que si tú haces algo por mi, yo haré algo por ti, una promesa por otra promesa, ¿Recuerdas?-
    A pesar de mi incomoda situación al ser mujer y usar un atuendo como el que llevo puesto, la sinceridad con la que hablaba mi novia junto a su bella sonrisa hacían muy difícil para mi seguir molesto con ella. Debo darle ese reconocimiento, ella de verdad confía en mi al revelar ese secreto y pedirme que cumpliera con su fantasía, prometiendo que ella haría algo igual de valioso para mi más adelante. Me gustaría decir que con esta promesa sacaría ventaja de mi novia, pero la verdad es que si puedo hacerla feliz, es motivo suficiente para intentarlo, así que incluso si es algo extraño para mi ser una mujer y vestir con lo que ella me eligió, es algo que haré para poder verla sonreír.
-Vale, si lo pones de esa manera no suena tan mal. Más tarde me pondré a pensar en que haré contigo a cambio de esta enorme petición, pero por ahora ¿Qué harás tú conmigo, Cristina?-
    Intentando ignorar la incomodidad que me hacía sentir el atuendo que llevaba puesto, quería saber que quería hacer conmigo mi novia. 
    En cuanto acepté convertirme en mujer temporalmente, ella dijo que se encargaría de todo; consiguió una medicina que transformaría mi cuerpo por algunas horas, y una vez que los efectos se hicieron presentes, ella me vistió y me arrastró hasta uno de sus sitios preferidos, un pequeño parque donde había diferentes juegos y atracciones, por lo que era como una pequeña feria gratuita para la comunidad que a veces hacía fila por usar los juegos, o como en días como hoy, apenas hay personas por los alrededores.
    Que no hubiera personas hizo más fácil las cosas para mi, aunque seguía sintiéndome avergonzado al menos estaba a solas con mi novia sin que más personas me vieran en está penosa situación o con un atuendo de lo más llamativo.
    Con todo el esfuerzo que mi novia puso a transformarme en chica y cumplir con su fantasía, esperaba un plan elaborado, una extravagante experiencia o incluso esperaba algo más íntimo de chica a chica, después de todo ni ella usa uno de los atuendos que ahora yo llevo puesto simplemente para pasar el rato. Por lo que, con eso en mente, los verdaderos planes de mi novia me tomaron por sorpresa.
-Solo quiero tener una cita contigo en esta forma, cariño. Sé que puede ser muy raro, pero solo quiero que actúes como una chica mientras estamos de paseo, y quizás oír como te sientes también sería algo lindo de tu parte-
-Ok...¿Con respecto a que debo decir como me siento?-
    Pregunte sin entender por completo cual era el objetivo de mi novia en toda está situación.
-A todo lo que puedas pensar o sentir con tu nuevo cuerpo, Cristie-
-Así que "Cristie" será mi nombre de mujer.... Esta bien, me siento extraña con un cabello tan largo, sé que es corto para muchas mujeres pero al menos para mi es el cabello más largo que he tenido-
    Le respondí a mi novia mientras tocaba con cuidado mi nuevo cabello largo y oscuro que apenas llegaba hasta mis hombros. Al estar tocando mi cabello, más ideas llegaron a mi cabeza, y aún si era vergonzoso decirlas, por mi novia lo intentaría.
-La sensación del maquillaje en mi cara también es nueva, nunca antes me había maquillado y supongo que no es tan malo como pensé, el proceso es lento pero si te gustó hacerlo, valió la pena. De lo que no me siento tan seguro es sobre el atuendo que me hiciste vestir, Cristina, ¿De verdad no hay problema en que use algo así en la calle? Me siento bastante desnuda, más que ropa parece un traje de baño, y aunque está algo ajustado de la parte del pecho, no se compara a lo apretado que se siente en mi trasero o a la sensación de tener las caderas y las piernas casi desnudas ante quien se cruce en el camino-
-Cristie, tus piernas son muy bonitas, deberías presumirlas tanto como puedas y con tu trasero debo admitir que luce encantador, tanto que quisiera tocarlo un poco más de lo debido, ¿Sabes?-
    La sinceridad de mi novia me hizo suspirar, pues por muy buenas intenciones que tuviera, no dejaba de ser vergonzoso hablar de "mujer a mujer".
-Al menos no hagas nada pervertido aquí, sé que no hay nadie cerca pero estoy segura de que nos meteremos en problemas si hacemos algo tan explícito y nos descubren-
-Seguramente, y no quiero que mi amada fantasía se vuelva una pesadilla por un error tonto de nuestra parte. Así que me conformo con que luzcas muy linda para mi, Cristie y disfrutemos nuestra pequeña visita a la feria, tal como la primera cita que me trajiste aquí-
    Cuando Cristina dijo eso, la vergüenza que yo sentía desapareció un momento, enfocándome por completo en un detalle encantador.
-¿En serio lo recuerdas?-
-¡Por supuesto!, ¿Qué clase de novia no recordaría su primera cita? Por esa razón este es de mis lugares favoritos, y por esa misma razón estoy muy feliz de poder visitar este lugar contigo, aunque sea un poco distinta. Ahora este lugar es un poco más especial para mi, al poder tener dos primeras citas contigo, ¿No es genial?-
    En esos momentos y con la preciosa sonrisa de mi novia, la vergüenza quedo en segundo plano, las preocupaciones se esfumaron y la emoción me invadió un poco más, al pensar que tal como decía mi novia, este lugar ahora era un poco más especial para los dos.
    Al principio pensé que mi novia solo sacó su lado más fetichista conmigo, y quizás sí que lo hizo, pero ahora también veo su lado encantador del cual me enamore, por el cual sigo con ella y por el cual acepte cumplir con su extraña petición. 
    Ahora poco me importa la promesa que pueda pedirle a cambio a mi novia por cumplir su petición, todo lo que me interesa ahora es poder pasar un lindo día en la feria con mi novia, hacer su fantasía realidad y llevarnos una hermosa experiencia juntas tal como la primera vez que visitamos este lugar.
Créditos a quien correspondan.