sábado, 14 de octubre de 2023

Pastilla bimboficadora

-Saúl, Saúl, ¡Saúl! ¡Oye, tú! Te estoy hablando, ¿Por qué no contestas? ¿Y por qué aún no estás listas?-
Se escuchaba gritar a un joven universitario desde el otro lado de la habitación a una mujer rubia que veía a la nada, ignorando por completo al hombre hasta que la empezó a regañar, momento en que la chica empezaría a reír.
-Ay, tontito, yo no me llamo Saúl, mi nombre es Melisa~ Ya estaba por buscar donde estaba ese tal Saúl-
-No digas tonterías, tú eres Saúl-
-Nopi, ya te dije que soy Melisa~¿Y tú eres? Además de alguien muy lindo~
-¿Otra vez? Ya te dije que soy Marcus, soy tu hermano menor y tú eres Raúl, un científico brillante que experimento con una nueva fórmula de cambio de cuerpo-
La rubia ponía atención a las palabras del joven pero se veía demasiado perdida y sin poder entenderlas, a lo que preguntó.
-¿O sea como?-
-Sí, tú querías hacer una nueva fórmula de unas pastillas que cambian el cuerpo de quien las consume, lo llamabas pastillas bimboficadoras, pero hiciste algo mal y terminaste así-
-¿Así cómo?-
Volvería preguntar la rubia, colmando la paciencia de aquel pelinegro que intentaba explicar las cosas a alguien que sin duda no entendía lo que ocurría.
-Así como una mujer. Nunca habías fallado pero esa vez fallaste y no solo te convertiste en una mujer más joven, también perdiste gran parte, DEMASIADA parte de tu intelecto en el proceso-
-¿Y eso que tiene que ver conmigo?-
-Luego te lo explicó, por ahora tengo que dejarte en el laboratorio para que puedan buscar una forma de volverte a la normalidad-
-¿En el laboratorio? ¿Te refieres al lugar con la anciana amargada que por todo me regaña?-
A pesar de la evidente molestia que cada vez crecía más en el sujeto, la chica era ajena a todo eso y seguía con una calma inamovible, haciendo preguntas simples para entender que ocurría.
-Esa "anciana amargada" era tu maestra y jefa de laboratorio de investigación. Cuando ella no te está cuidando y enseñando, intenta buscar como volverte a la normalidad-
-....Ah ya...entonces ella es la maestra de la escuela y yo su alumna, ¿Verdad?-
Cansado de lidiar con la rubia, el chico suspira y asiente.
-Sí, ella es la maestra y tú la alumna, y para ir con ella debes ponerte bien la ropa. Hazlo, rápido-
-Pero sí ya estoy lista, ¿No te gusta?-
La rubia llevaba unos tacones altos de aguja, con una mini falda ridículamente corta y de donde sobresalían sus bragas por toda su cintura la cual quedaba bastante a la vista al igual que su abdomen hasta llegar a los pechos donde una blusa blanca estaba tan ajustada a sus senos que lo hacía parecer un sostén. En conjunto, todo su atuendo con su buen maquillaje y peinado la hacían lucir de una forma que su hermano no evitó decir.
-Pareces una prostituta, ¿Cómo vas a salir de esa forma? La falda debe llegar hasta tus tobillos y la blusa cubrir hasta tus caderas-
-Pero no me gusta usar la ropa así-
Protesto la rubia que sin dudar fue reprendida una vez más por su hermano menor. 
-Me importa poco si te gusta o no, así tienes que ir y de aquí no nos vamos hasta que tu falda llegue a los tobillos y la blusa te cubra algo mas que los pechos-
Tras el regaño de su hermano, la rubia suspiro y obedeció, haciendo que su hermano enrojeciera tanto de vergüenza como de ira al ver lo que había hecho.
-¿¡Qué demonios crees que estás haciendo!?-
-Hago lo que me pediste, ahora mi falda llega hasta mis tobillos y creo que siempre sí me gusta mas así-
La rubia sonreía satisfecha mientras explicaba lentamente que había hecho y que su hermano no parecía entender. Después de todo si quería que esa mini falda le llegara hasta los tobillos, no había más remedio que soltarla de sus caderas y que llegara al suelo, ahí si que cubría sus tobillos y dejaba su buen trasero y tanga rosada a la vista de su hermano.
-Ahora va la blusa-
-¡No!-
En ese momento el hermano temió que hiciera lo mismo y quedara desnuda ante él, y peor aún, que intentará salir de casa de esa forma, acercándose a ella para comenzar a vestirla tal como si de una cría que necesita ayuda se tratara.
-Yo me encargo, tú solo quédate quieta y no te quejes-
Decía el hermano que empezaba a buscar un atuendo más apropiado, mientras la hermana sólo lo veía sonriendo y esperando lo que fuera a ocurrir.
-¿Me puedes comprar más ropa?-
Una vez más la rubia sonreía mientras pedía algo mientras, una vez más, el hermano Suspiraba por todo el trabajo que estaba teniendo con su hermana.
-No puedo negar que tus pastillas bimboficadoras son buenas, el problema es que son demasiado buenas y solo tú podías lidiar con ellas, no se suponía que fueras el primero en caer en sus efectos-
-¿Cómo? ¿De qué hablas Marcelo? Si no me he caído de ningún lugar-
Argumentaba la hermana asegurándose de estar bien parada, algo que confirmó con éxito.
-No te preocupes, tú sólo pórtate bien, obedece a la docto...-
-Maestra-
-....Obedece a la maestra y sí lo haces te comprare algo de ropa, ¿Vale?-
-Okey, portarme bien me dará ropa linda, ¡Eso haré!-
-Al menos entendiste eso...ya es un progreso...un paso mas cerca de volverte a la normalidad...o al menos que no seas una amenaza andante-
-¿Como? ¿Si camino puedo ser peligrosa? ¿Por eso me pediste que me quedara quieta?-
Y de nuevo al punto de inicio con preguntas y palabras que entendían muy a su manera la rubia y que el hermano ya estaba cansado de soportar tras unos pocos días del incidente con las pastillas bimboficadoras que creó su hermano, y que ahora que es su hermana ven muy complicado de solucionar puesto que:
1-La doctora del laboratorio conseguía la forma de volver a la normalidad al antiguo científico Saúl.
2-Saúl, ahora como Marisa dejaba de ser una bimbo y comenzaba a aprender o a recuperar sus recuerdos para ella misma, o él mismo, volver a la normalidad.
3-Y puede que la más probable, que Marisa al menos aprenda que es el sentido común y la moral para que viva su nueva vida producto de las experimentales y altamente funcionales, pastillas bimboficadoras. 
Créditos a quien correspondan.


2 comentarios:

  1. Yo voto por 4: la Dra. Encuentra una manera de devolver la conciencia de Saul a su cuerpo permanentemente dañado por el accidente haciendo q tenga q acostumbrarse a su nueva vida como mujer, conservando algunos impulsos de Melisa

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    1. Vaya, muchas gracias por comentar, anónimo. Me gusta mucho cuando comentan con alguna idea que no tuviera yo, pensar fuera de la caja es maravilloso.
      -Nero.

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