miércoles, 4 de octubre de 2023

El inicio de una familia

Yo era un hombre viudo y muy ambicioso, amaba el dinero aún más que a mi propia hija, lo que me llevo a querer casarla con un joven apuesto y con mucho dinero para que así tanto ella como yo tuviéramos la vida resuelta por muchos años. Ese era mi plan simple pero infalible, de no ser porque mi hija odiará al sujeto.
De muchas formas intente convencerla de que era su mejor opción, que era lo mejor que ella podía tener y sin importar todos mis esfuerzos, ninguno de los métodos daba resultado volviéndose incluso rutinario que tuviéramos peleas por este tema hasta que un día la cansé. Ella estaba harta de que quisiera casarla con ese hombre y usando un conjuro que mi mujer le había enseñado me volvió una copia idéntica de ella para finalizar nuestra última discusión.
-Si tanto quieres que este con ese hombre, ve y sopórtalo tú misma, Dalia. Vuelvo en unos días cuando acabe el efecto del encanto-
Mi hija tomó algunas de sus cosas y se fue dejándome en una pésima condición, no solo era una mujer sino mi propia hija, era muy extraño pero no tenía de otra más que soportarlo hasta que volviera a ser hombre en algunos días si ella dice la verdad.
Pase gran parte del día aprendiendo a moverme en mi cuerpo temporal, lo cual no fue tan difícil ya que de alguna forma sabía como maquillarme, caminar, hablar o sentarme de la misma forma que lo haría mi hija. Pero al anochecer, inevitablemente tuve que despedirme de mi ropa, incluso el gran sostén y pantys de mi hija para bañarme. Sin embargo, momentos antes en lo que se calentaba la bañera estuve examinando mis zonas íntimas  e irresistiblemente empecé a acariciar mis buen par de pechos hasta hacerme soltar leves gemidos y humedad en mi vagina. Antes de darme cuenta lleve mi mano para meter un par de mis dedos en mi entrepierna aumentando drásticamente mi placer al punto de olvidar todo lo demás.
-Cielos, sabía que te morías por mí pero pensar en que me invitarás a tu casa por la noche y verte así, eres más fácil de lo que imagine-
Apenas empezaba a reaccionar cuando vi al que quería como esposo de mi hija desvistiéndose y mostrándome una enorme verga de la cual era obvia su intención. No quería ser penetrado pero mi cuerpo sí, ni siquiera puso resistencia e inclusive colaboro abriendo un poco las piernas en cuanto vio acercarse el miembro de aquel sujeto.
Él solo me sujetó de mis delgados brazos para poder empezar a cogerme con fuerza mientras yo gemía ante cada embestida, su verga resultaba espectacular, rápidamente me volvía adicta a ese pene y ni siquiera habíamos comenzado con la parte mas interesante. Bastó con ser mi primera vez como para no querer volver a ser hombre, mi hija podría seguir su vida como quisiera mientras me dejará aquí con este hombre que ya no me importaba por su dinero sino por su verga, ahora más que nunca estaba dispuesta a casarme y formar una familia, aún si implicaba volverme yo la esposa.
-Por favor nunca me dejes, quiero tu polla y a ti por el resto de mi vida-
-Vaya propuesta pero no estás nada mal, eres una perra sexy así que no me molestaría follarte siempre y que tuvieras a mis hijos-
-Sí, lo que sea pero tú sigue cogiéndome-
Me dio una fuerte nalgada que dejo marcada su mano en mi trasero y que soltara un grito de dolor y placer.
-Esta bien, haré que tu deseo se haga realidad-
Me empezó a arremeter con mucha más fuerza y velocidad hasta que dejo salir todo su semen dentro de mí, en esos momentos mi mente se fue por completo y quede en blanco, totalmente cansada y exhausta. Sin embargo, mi prometido no parecía estar satisfecho aún por lo que siguió metiendo y sacándome su polla.
-Cariño...no creo que sea buena idea continuar...creo que deberíamos parar...-
-Silencio, yo decido cuando parar y no pararé hasta que me asegure de que quedes embarazada-
Mi noche recién comenzaba, mi prometido me podía hacer lo que quiera usando su fuerza y aún más su pene para que yo solo gimiera de placer hasta perder la consciencia o al menos ese parecía mi destino en mi primer noche como mujer y mi primer noche con el hombre al que le daría mi vida y cuerpo para satisfacernos sexualmente, aunque sobre todo yo esperaba ser la más satisfecha en nuestra futura familia.
Créditos a quien correspondan.

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