sábado, 30 de septiembre de 2023

Wendy

Mis pensamientos están confusos, siempre están confusos, no estoy segura desde cuando pero una vez que lo noté, mi mente siempre está confundida, al menos hasta que mi querido novio me habla haciendo que todas mis dudas se vayan para centrarme en él.
Cómo ahora, que estaba preparando su comida, estando un poco distraída, cuando oí su voz y que me silbaba para ir con él.
-Wendy-
Dejando de lado mis dudas y pensamientos, apenas lo escuche camine hasta él; estaba sentado en el sofá con las piernas un poco separadas, así que haría lo que cualquier otra novia y que él mismo me enseñó a hacer, poniéndome de rodillas entre sus pies.
-Te ves hermosa el día de hoy; esas medias negras, la minifalda y tu precioso cabello peinado con esos adornos, eres espectacular-
-Muchas gracias, cariño. Intento siempre verme linda para ti, tenía mis dudas esta mañana pero si te gusta tanto verme así lo usaré mas a menudo, podría acostumbrarme a esto-
-Me alegra oírlo porque sólo es el inicio. No puedo evitar pensar cuanto has cambiado desde la hipnosis y feminización. De haberlo sabido, esto te hubiera ocurrido hace mucho tiempo, ¿Quién es una buena chica?-
Mi cariño comenzó a acariciar mi rostro y mi cabeza tras hacerme esa pregunta de la que yo sabía la respuesta, él me enseñó como responder y eso haría, aunque algunas de las cosas que dijo y no entendía, me llenaron de curiosidad.
-Yo soy una buena chica, yo soy. Aunque no soy tan lista para entender de todo lo que está hablando-
Más de una vez, mi amor, había mencionado esas cosas de hipnosis o de cambiar mi género pero por mucho que intentará recordar o entender que es lo que decía no lo lograba. Cada vez que intentaba comprender sus palabras, la cabeza me comenzaba a doler, me sentía muy mareada y confundida, siendo la única forma de quitarme ese malestar, hacer algo que pusiera contento a mi amorcito como cocinarlo, vestirme linda para él o cualquier cosa que me haya enseñado. 
No recuerdo desde hace cuanto tiempo estamos juntos pero vivo con él y para él, mi amorcito me ha enseñado que siempre debo obedecerlo, usar ropa que le guste, hacerle de comer, lavar su ropa, estar a sus pies y dormir con él, entre muchas cosas más que me enseñó que cualquier buena novia debe obedecer y saber hacer. 
-Bien, Wendy. Como has sido una chica buena y la hipnosis ha durado bastante tiempo, dudo mucho mucho que puedas librarte de ella, así que te diré un poco de la verdad: antes eras un bully en la escuela y molestabas a todos y todas de cualquier clase, todo el mundo estaba cansado de ti, así que se me ocurrió una forma de vengarme. Al principio dude de que fuera real pero con algo de práctica pude hipnotizarte para controlar y manipular tu cuerpo y pensamientos, una vez que la hipnosis era lo suficientemente fuerte fue bastante sencillo hacer que cambiaras de sexo; desde entonces eres Wendy, quien se convirtió en mi linda y adorable novia, aunque eso está por terminar-
Era mucha información para procesar y por más que trataba de entenderla, me ocurría lo de siempre y la cabeza se hacía un caos al pensar en ello. Puede que esta vez fuera la vez que más pude pensar, no recordaba si en verdad era un bully o un hombre antes pero lo que era un hecho es que no recordaba nada antes de vivir para mí amorcito, quien día a día me fue enseñando como comportarme y sin dudar aprendí de ello, pero no cuestione hasta ahora, creo que no se supone una novia deba actuar de esta forma. 
-Perdón, cariño. No puedo entender todo lo que dices, ¿No debería comportarme como lo hago? ¿No soy una buena novia? ¿A qué te refieres con que estaba por terminar? ¿Vas a romper conmigo?-
Fueron muchas preguntas que no pude evitar decir mientras veía a los ojos de mi novio, quien lejos de responder, solo levantó mi rostro por la barbilla para ponerme algo. 
-Algo así, yo dirías que estas siendo ascendida, Wendy-
Sentí como mi cuello era rodeado, generando algo de presión y siendo abrochado. Por la posición no podía verlo claramente pero por la sensación a cuero y sonido metálico, pude entender que sólo faltaba una placa con mi nombre para ser como el collar de cualquier otro animal. 
-¿Qué es esto? ¿Un collar para mascotas?-
-Para perras específicamente, ya que desde ahora dejas de ser mi novia para volverte mi mascota, mi perra, felicitaciones Wendy-
Por un momento muy breve pude pensar con claridad y es que últimamente mi novio me había enseñado un montón de cosas nuevas que empezaban a cobrar sentido: silbarme en lugar de llamarme por mi nombre, estar tendida a sus pies, comer en un tazón y ahora este collar, eran cosas que una novia no hacía, al menos no una novia convencional. 
Y aun más importante, pude recordar algo. 
-Pero yo...los odio...odio a los perros-
Murmure acercando ambas manos al collar de animal que había en mi cuello, tratando de quitármelo, pude soltar un broche pero antes de continuar mi novio lo volvió a abrochar y me hizo levantar la mirada para verlo a los ojos. No lo entendía pero con solo verlo mi cabeza se hacía un desastre, me costaba mucho trabajo pensar con claridad y básicamente, una vez que sus ojos cruzaron mirada con los míos, no podía hacer nada más que estar quieta y poner atención a cada palabra que fuera a decir mi cariño. 
-¿Qué estas haciendo, Wendy? Eres mi mascota ahora, y como una buena mascota no debes de quitarte el collar que muestra a quien le perteneces, ¿Quedo claro?-
Sus palabras resonaron intensamente en mi cabeza durante varios minutos, estaba muy confundida pero con cada palabra de mi novio las ideas se volvían más claras, sin poder apartar mi mirada de la suya, rápidamente entendí que había sido una tonta por cuestionarlo. 
-L-lo siento mucho cariño, no sé qué estaba pensando pero-
-Nada de "Cariño", eres mi mascota y por lo tanto, desde ahora tienes que llamarme "Amo" ¿Quedo claro?-
-Claro, lo siento mucho amo, no volverá a pasar-
Viendo la sonrisa de mi amo, esa fuerte presión que sus ojos ejercían sobre mi de repente desapareció, dejándome apartar la mirada pero sin poder olvidar todo lo que había ocurrido y como desde ahora solo sería su mascota. 
-Buena chica, te mereces un premio, ¿Prefieres una galleta o dormir en mis piernas?-
Era una elección extraña para una novia pero ahora que era su mascota era de lo más normal, y como no podía desobedecer ni decepcionar al amo, hacer mi elección era inevitable. 
-Una galleta, por favor-
-Bien, tráelas en la boca, están en la cocina-
Asentí con la cabeza para ponerme de pie, cosa que rápidamente fue corregida por mi amo. 
-No, las mascotas no caminan a dos patas, cuando estemos en la casa tienes que ir a cuatro patas, gatea y trae las galletas-
-E-entendido, lamento el error, amo-
-No te disculpes, es tu primer día, aun tienes mucho que aprender. Por eso pedí todas las galletas, te enseñaré algunos trucos y cada que sepas uno recibirás un premio pero por ahora trae las galletas-
Poniéndome de rodillas nuevamente, esta vez para empezar a gatear y dejando una gran vista a mi amo de lo que había bajo mi minifalda, llegaba a la cocina para buscar los premios que usaría para enseñarme trucos como a cualquier animal. 
Por un breve momento, antes de verlo a los ojos, pensé que todo esto estaba mal pero una vez que lo vi, pude entender todo; yo ya no soy su novia y debo dejar de comportarme como tal, ahora soy una mascota y debo aprender a comportarme como tal, por ello no dudaré en obedecer cada orden de mi amo, aprender cada truco que me vaya enseñar y estar feliz viviendo bajo su cuidado. 
Si hago todo eso y más, estoy segura de que seré la mascota perfecta para él, la mejor perra que jamás pudo tener. 
Créditos a quien correspondan.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias por comentar, Rin. Pero tal como dije antes, todavía estoy terminando peticiones y no haré más a corto plazo.
      -Nero.

      Borrar
  2. Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar, 222. Me alegra que le guste está historia.
      -Nero.

      Borrar