viernes, 15 de septiembre de 2023

Intercambio en la tormenta

Era una noche fría y lluviosa, donde los rayos de la tormenta golpeaban contra los hogares de una ciudad, en uno de tantos hogares se vivía una situación de lo más intensa y lasciva, qué apenas se podía mantener oculta gracias a la intensidad de la tormenta qué no parecía fuera acabar. 
-Por favor... Por favor... Por favor, señorita... No puedo más con esto... No voy a soportar mucho más tiempo....-
Pedía entre lascivos gemidos una hermosa mujer pelinaranja, la cual gemía y babeaba al ritmo de las embestidas qué un musculoso hombre le daba.
-¿Señorita? La única señorita aquí, eres tú, ¿Cuáles fueron tus palabras? Ah, sí: "tú tranquila, perrita. Deja que papi se encargue del resto"-
Dijo aquel alto y musculoso hombre antes de tomar una de las manos de la chica y sujetarla por detrás para que su pervertido acto fuera más rápido y dirigido por él.
-No... Por favor... Te lo imploro... No quiero ser una señorita.. Menos una perrita... Haré lo que sea para que te detengas-
Pedía de forma tímida y sumisa aquella mujer, cuyos pechos rebotaban más y más ante cada embestida, la cual dejaba un sonido lascivo a su paso pero que, al igual que sus gemidos, todo sonido permanecía oculto bajo la lluvia.
Aquel momento podía ser bastante duro de experimentar, ya que lejos de estar consensuado, el hombre estaba tomando a la fuerza a la mujer. No obstante, la realidad era más difícil y complicada de lo que se podía imaginar.
Jaqueline es una mujer en sus 30 años, soltera y que vive sola en su pequeño hogar casi al final del vecindario.
Ella llegó temprano a su hogar debido a la tormenta, tenía pensado refugiarse ahí cuanto antes y descansar el resto del día o días hasta que el clima mejorará.
Sin embargo, un hombre con pasamontañas tenía otros planes.
Cuando Jaqueline llegó a casa y subió a su cuarto, un hombre estaba llenando una mochila con toda clase de pertenencia valiosas de la mujer; collares, aretes, anillos, por supuesto que dinero y lo más extraño era lencería.
Jaqueline al verlo trato de salir corriendo pero de un rápido y agresivo movimiento, el allanador la jalo del cabello y la regresó a la habitación.
Jaqueline era alta para ser mujer pero contra un hombre de casi 2 metros y unos 90 kilos, su altura poco le servía más allá de molestar más al ladrón.
-¡Ya suéltame! ¡Suéltame! ¡Te digo que me sueltes! ¡Ayuda!-
Gritaba la mujer mientras forcejeaba y aquel hombre solo se reía.
-No te molestes, querida. Tu casa está bastante lejos de las demás, vives sola y con esta lluvia nadie te podrá escuchar. Yo solo venia a robar tus pertenencias pero si puedo robar algo muy íntimo y especial a una hermosa mujer como tú, lo voy a hacer. Tú tranquila, perrita. Deja que papi se encargue del resto-
El pervertido hombre dejó sus planes de robar cosas de lado para robar algo más de la mujer que con impotencia no sabía que hacer.
El hombre se desnudo y poco a poco fue quitando la ropa a la mujer, dejándola desnuda ante sus pervertidos ojos, acercándose cada vez más a ella hasta que algo como un milagro sucedió.
Un trueno cayó en el techo de la casa y con ese trueno las almas de Jaqueline y el ladrón salieron de sus propios cuerpos para terminar por accidente en el cuerpo ajeno.
Cuando ambos volvieron a estar conscientes, el cuerpo entero de Jaqueline se erizo y seguía temblando de miedo, pero esta vez era un miedo mucho más profundo, ya que aquel hombre que estaba por hacer algo sumamente inapropiado con la mujer, ahora estaba dentro del cuerpo de esa indefensa mujer.
Por otra parte, la indefensa Jaqueline ahora tenía el cuerpo del hombre abusivo, su altura, su fuerza, sus más bajos y carnales deseos reflejados en su entrepierna y una sed de venganza qué le iba a hacer pagar al ladrón con la misma moneda qué él había intentando.
Los papeles se invirtieron pero el ladrón no tuvo un rayo a su favor, aunque del cielo lluvioso seguían cayendo truenos y relámpagos, no hubo otro en ese hogar qué le hiciera volver a su cuerpo para salvarse de aquel destino tan humillante y vergonzoso al estar en cuatro gimiendo cada vez que era embestido por su propio cuerpo.
-Vaya, así que esto se siente hacerlo como un hombre, ¡es una maravilla! Podría acostumbrarme a esto-
Esas palabras hicieron qué el ladrón en el cuerpo de Jaqueline se estremeciera nuevamente en una mezcla de miedo y placer.
-Espera... Espera... No puedes estar hablando en serio...¡No quiero quedarme con tu cuerpo!-
Gritaba mientras salivaba la mujer.
-Ni yo en el tuyo pero no creo que otro rayo caiga en mi casa y nos intercambie de cuerpos. Así que me puse a pensar: yo tomo tu vida y te tomo como mi esposa, así me quedo con la casa, la mujer y todo lo que quiera mientras tú me complaces como una buena perrita-
-Espera... Yo no.. Mmmm.... Yo no quiero eso, ¡no quiero vivir como chica!-
-¡Y yo no pienso buscar una solución! Así que, si en tus tiempos libres encuentras la forma de solucionarlo, adelante. Hasta entonces-
Jaqueline, completamente dominada por sus nuevos deseos masculinos, tomó la mano restante de su viejo y femenino cuerpo para dejarla completamente indefensa y a su voluntad, la cual sin lugar a dudas no estaría satisfecha en poco tiempo, pues sus deseos masculinos son casi igual de intensos qué la tormenta, misma que dejó atrapado a aquel ladrón como Jaqueline y que sus deseos femeninos poco a poco se hacen más presente y le hacen debatir si buscar la forma de volver a la normalidad o aceptar su nueva vida.
Créditos a Shexy0

4 comentarios:

  1. Me encanta! Y la eleccion de imagen es pefecta!!!

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    1. Una petición más que tenía pendiente, me alegra que le guste, Adsd. Ojala la persona que la pidió también la disfrute.
      -Nero.

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  2. Xmarilix

    Es una historia fascinante

    Me agrada como cambia la vida del ladrón y es castigado por sus actos el nunca imagino que terminaría siendo usado y violado al ocupar el lugar de la mujer que minutos atrás era su víctima y mucho menos siendo la mujer

    Me imagino su cara de pánico al ver a su propio cuerpo tomarle si poder hacer nada gracias a su anterior fuerza y ser desnudada por el

    Para luego al igual que su víctima pedir ayuda sin ser escuchado por nadie y terminar siendo violada por su propio cuerpo

    Creo que es el mejor ejemplo de karma que e logrado ver

    Y no solo eso verle ser sometida por su anterior cuerpo. Mientras le dice que a hora será su esposa y ama de casa que le espera todos los días para atenderlo por qué si no será tomada a la fuerza me encantó .

    Claro yo sé que luego de un tiempo sus hormonas y nuevo cuerpo lo harán más sumisa y femenina que incluso si lo intentará sería imposible para la nueva mujer cambiar su nueva forma de ser

    Quizás hasta sea un cambio para mejor ya que no creo que Jaqueline en su cuerpo masculino quiera seguir siendo un ladrón quizás encuentre un trabajo decente ara luego regresar a casa y ser atendido por su sumisa esposa

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  3. Muchas gracias por comentar, Xmarilix. Últimamente has comentado mucho, siempre es un gusto leerte y ver cuanto te gustan algunas de las historias.
    -Nero.

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