Mi nombre es Susana, soy un madre soltera con dos hijos muy problemáticos, sé que son adolescentes y están pasando una etapa difícil pero cada oportunidad que tienen para burlarse de mi o faltarme al respeto la aprovechan. Eso me duele mucho pues siempre los trato bien como para que ellos se comporten así conmigo pero lo que rebasó todo fue un día que llegaron muy molestos, parecía que tuvieron un problema y yo quise ayudar pero ellos respondieron insultándome y levantándome la falda como si nada.
-¡Lárgate que no es tu asunto!-
-¡Ve a exhibirte a otra parte, puta!-
Dijo mi hijo mayor seguido de su hermano pequeño.
Lo debo admitir, esa vez fue la primera vez que me hicieron llorar pero entonces decidí castigarlos y que no habría una segunda vez para ese tipo de comportamientos; les enseñaría como respetar a una mujer volviéndolas mujeres, usando un antiguo hechizo que tenía en un libro familiar por generaciones.
No me importaba volverlas niñas de 15 y 14 años el tiempo que fuera necesario para que entendieran sus acciones y que debían aprender a comportarse bien, empezando ahora por comportarse como buenas niñas.
El cambio fue por la noche y me despertaron con un grito, dándose cuenta así de sus nuevos cuerpos a lo que fui a verlos.
-¡Ambas quedaron totalmente hermosas!¿Qué esperan? Arréglense para ir a la escuela. De lo contrario llegaran tarde-
-¿¡Qué mierda dices, estúpida!?¿¡Qué no ves que ahora tenemos cuerpos de puta como tú!?-
-No hay forma de que salga de esta casa hasta que vuelva a la normalidad-
-Pues resulta que sino me obedecen como siempre quise, ambos se quedarán así para siempre así que ni se les ocurra hacerme algo tampoco-
De inmediato el mayor quiso hacerme frente pero en su nuevo cuerpo ya no era tan fuerte sin mencionar que aún le costaba moverse pero sobre todo, si yo daba una orden los cuerpos la acatarían sin rechistar.
-Ambos me han tratado muy mal todo este tiempo, no tengo idea de que hice para que me trataran así si siempre he sido muy buena con ambos pero lo de ayer fue lo peor de todo así que este es su castigo, hasta que entiendan y yo lo decida serán niñas y vivirán como tales ¿De acuerdo?-
Ambos parecían en contra pero los cuerpos sonrieron y asintieron, dejando así a mis pequeños obligados a aceptar, es mucho más de lo que había logrado en todos los años que tenemos juntos y sinceramente no puedo evitar sentirme feliz.
-Esta bien, déjenme ayudarlas con su ropa Susy y Anna, de paso les explicaré unos detalles del hechizo-
Pasamos un buen rato juntas arreglándolas para ir a clases, les enseñé un poco sobre como peinarse y vestirse. No querían usar falda y mucho menos pantys y bra pero como jovencitas tenían que hacerlo, sobre todo porque lo dije yo haciendo que los cuerpos de inmediato actuaran, así pude apreciar unos momentos sus formas femeninas en todo su esplendor. Era tierno y graciosa ver como se molestaban usando esas ropas, jalando la falda hacía abajo como si intentarán hacerla más larga o intentando ajustar su ropa interior para que no fuera tan apretada a lo que respondía regañándolas y diciendo que lo dejarán así.
Mientras teníamos ese momento madre con hijas, les fue explicando lo fuerte que era el hechizo; todos las recordarían como que siempre habían sido niñas así que por eso no había problema y que tendrían que acoplarse a sus nuevos cuerpos y emociones en buena parte del tiempo ahí, ellos decidirían si estaban desde un mes hasta de por vida.
Cuando al fin estuvieron listas las lleve en el auto hasta su escuela como siempre había querido hacer.
-Ambas se ven hermosas. Mucha suerte hijas, pórtense bien-
Dije con alegría para tener una respuesta totalmente opuesta.
-¡Ni una palabra más!-
-Cállate o si no...-
-Si no se comportan ya saben que su castigo se hará más largo, nada de reportes, groserías o coqueteos además deben de respetarme ¿Quedo claro?-
-Sí, mamá....-
Respondieron ambos al unísono tras mi sutil amenaza, sería complicado, sobre todo para ellas al vivir la pubertad un tiempo como chicas pero de eso me encargaría yo para que no tuvieran novio o ayudándoles un poco con lo que necesiten como mujeres. Claramente siendo una madre un poquito más estricta haré de mis hijas las mejores y más lindas por mucho tiempo.
Créditos a quien correspondan. |
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