-No, no quiero seguir con esto.. Hacer esto está acabando con mis uñas y mi paciencia, ¿Cuándo termina esta pesadilla?-
Se preguntaba a si mismo Peters, un joven de Inglaterra, excéntrico y millonario, atrapado en el cuerpo de María, una hermosa mujer latina qué desde hace años había sido la sirviente de su familia.
María había llegado a Inglaterra de forma poco convencional y aunque quería volver a su país, no tenía los medios para hacerlo. Así que la familia de Peters la contrato como una empleada doméstica, qué ha servido de forma leal a la familia, incluso obedeciendo al joven Peters que en más de una ocasión la miro con ojos de lujuria pero que ella siempre ignoró, ya que no solo era alguien más joven que ella, la misma María tenía un marido y 2 hijas que cuidar una vez terminaba su jornada en la casa de la millonaria familia.
Peters todavía no tiene muy claro que fue lo que sucedió o como es que sucedió, pero al despertar pudo sentir las manos de un hombre rodeando su cintura, un par de niñas pequeñas alrededor de sus brazos y un par de pechos tan grandes y bien conocidos que de inmediato supo de quien eran.
Intentando no llamar la atención, Peters salió de la cama y frente al espejo, se reflejaba a María usando la lencería más sexy qué cualquiera pudiera imaginar; sus caderas destacaban más, su trasero era espectacular y sus pechos lucían más grandes que nunca, parecía una modelo de revista y eso que se acababa de levantar de la cama.
Peters no pudo hacer mucho más, ya que las hijas de María notaron la ausencia de mamá en la cama y eso las despertó, provocando así que Peters deba fingir ser María y actuar como nunca antes había pensado que lo haría.
Las niñas tenían hambre y debían ir a la escuela, así que Peters se las arreglo para hacer un desayuno sencillo del cual las niñas comentaron tenía un distinto sabor. Después de eso, les pidió que se pusieran el uniforme y cuando ambas niñas estaban listas, María las acompaño hasta el autobús escolar.
Mientras María veía que sus hijas se marchaban, pudo sentir una nalgada en su trasero y un beso apasionado en sus labios. Peters ni siquiera pudo reclamar ya que quien hizo eso, no fue otro que el esposo de María que ya se iba a trabajar, recordándole a la madre latina qué ella también debería darse prisa y que la esperaban para cenar al anochecer y estar todos en casa.
Peters solo asintió y tras vestirse con lo primero que encontró llegó a casa, la casa de su familia donde trabajaría como sirvienta... Peters nunca había tenido un trabajo y ser una sirvienta no era el trabajo más apasionante para él, menos con aquel revelador uniforme qué debía usar; tacones de aguja con medias de red, un vestido negro con falda diminuta y un escote tan prolongado qué de agacharse mucho podían salir del vestido sus pechos, su trasero podría verse bajo la falda, o presentarse ambos escenarios al mismo tiempo. Peters amaba estar espiando a María para ver más de ella en el ángulo y momento perfecto, algo que ahora que él estaba viviendo no era tan divertido.
Sin embargo, Peters había aceptado vivir como María el tiempo suficiente como para llegar a casa y buscar ayuda de su cuerpo o de su familia para volver a la normalidad, algo que pensó que había logrado cuando vio a su padre y su cuerpo frente a ella.
-¡Papá! Soy yo, Peters. No sé cómo termine en el cuerpo de María pero necesito ayuda para volver a la normalidad, ¿podrás hablar con los doctores o hacer algo para ayudarme?-
Peters espero una respuesta pero tanto su padre como su cuerpo parecían confundidos, bastante confundidos.
-Se que puede sonar extraño pero es verdad, no me mires así, padre. Soy tu hijo, Peters-
Una vez más no hubo respuesta de ellos que se veían bastante confundidos.
Peters intentó hablar una vez más pero se quedó sin palabras al oír a su antiguo cuerpo hablar.
-What is she talking about, father?-
Peters no lo había notado pero todo este tiempo había estado hablando en español.
María no sabe hablar inglés, mucho menos puede sostener una conversación. Así que hablar con su marido o con sus hijas fue muy sencillo, ellos hablan español, pero ahora delante de su familia inglesa, la madura mujer latina no podía decir lo que quería y tampoco podía entender la conversación que padre e hijo sostenían.
-Let's see if you understand, I've been practicing-
Decía el padre de Peters y tras organizar sus ideas, habló.
-Maria... Si María sentirse mal... Yo hablar con doctor, ¿esta bien? Peters cuidar a María-
Esta vez Peters sí pudo entender a su padre, de hecho hasta pudo darse cuenta que su español tenía varios errores que sería una pérdida de tiempo corregir.
Al final sin muchas más opciones, Peters decidió comenzar con los deberes de su sirvienta María, siendo la primer actividad lavar y lustrar el suelo de la cocina bajo la supervisión de Peters.
-Si quiero volver a la normalidad tal vez pueda aprender inglés otra vez... Al menos lo básico para decirle a padre la situación... También debería buscar la forma de hacer qué me crea y todo esto sin dejar de actuar como María en casa o con mi nueva familia... Esto apesta-
Se decía el chico que estaba de rodillas en el suelo, lavando torpemente el suelo una y otra vez en un intento de lustrarlo. En su cabeza sonaba lógico tener que limpiar una y otra vez hasta conseguir los mejores resultados, algo que todavía no consigue por completo.
-Bueno, una vez que termine con mis tareas podré descansar y buscar libros para aprender inglés otra vez-
-Are you okay, Maria? What are you talking about?-
-No es nada... ¿Cómo se decía? No.. No sing?-
-Did you mean "Nothing"? Anyway, if you need help, say so-
Peters estaba rojo de la vergüenza por no poder hablar su propio idioma ni entenderlo, la conversación de ambas partes era torpe y no se entendían. Ese nunca fue problema de la familia de Peters, mientras ella haga sus labores de sirvienta todo estará bien.
Así que, si Peters quiere al menos intentar recuperar su vida, debe acabar sus tareas de empleada doméstica, encontrar la oportunidad de comunicarse o pedir ayuda a su familia y esperar que este problema tenga una solución. De lo contrario, su vida como una mujer latina en el extranjero, con un marido y dos hijas que cuidar, recién esta por comenzar bajo las pervertidas e indiscretas miradas que su antiguo cuerpo masculino ahora le dedica como una mujer a la cual desea tener alguna vez.
Xmarilix
ResponderBorrarYo adoro las historias de sirvientas y más cuando un chico joven queda atrapado en el cuerpo de la mucama
Y más cuando nadie sabe o tiene idea de que a ocurrido un cambio entre ellos de esa manera la nueva mucama se verá obligada a trabajar y ser tratada como si siempre hubiera Sido la mucama incluso frente a su propia familia
De verdad me encantó la historia
No sé si María está en el cuerpo del chico y intentará ocultar lo ocurrido
Pero ver al chico cumplir con los deberes de la mucama en su propia casa al servicio de su familia me encantó
Muchas gracias por comentar, Xmarilix. Sobre María prefiero dejarlo a tu imaginación, pero espero que está historia haya válido la pena la prolongada espera, disfrute mucho al escribirla.
Borrar-Nero.
Muy buena historia
ResponderBorrarOjalá haya una continuación donde se explique que paso con ambos y si se quedará como María para siempre
Gracias por comentar, anónimo, pero no habrá continuación.
Borrar-Nero.