lunes, 11 de septiembre de 2023

El regalo prometido

"Este maldito es bueno, demasiado bueno, no pensé que fuese a cogerme de esta manera, siento que va partirme por la mitad con su verga en cualquier momento, o cuando menos no me dejará estar cómoda ni sentada ni de pie."
Eso es lo que pensaba Luan, la temporal y hermosa joven rubia en la que se había convertido Samuel, el jefe del moreno con quien ahora tenía sexo.
"¡Maldita suerte la mía! De todas las veces que pudo ocurrir esto, justo hoy no pude conseguirle una prostituta a este mastodonte. Lleva medio año trabajando "gratis" para mi, hace todo lo que sea necesario para la casa; desde fontanería hasta instalación eléctrica, cortar el césped o lo que sea, este chico Jack se merece el cielo pero se conformaba con prestarle mi casa durante una semana y pagarle una mujer rubia para estar con él todo ese tiempo; era un trato más que justo para mi pues solo pagaba algo de dinero a una mujer y dejaba a Jack cuidando la casa mientras yo me iba de vacaciones pero todo debía salirme mal."
Los gemidos de Luan resonaban más fuerte en la habitación, aunque no tanto como cuando tuvo un orgasmo hace un rato, uno de muchos orgamos hasta ahora, cabe resaltar. De todas formas, lo más impresionante es que sin importar que ya llevaban unas horas en la cama, Jack seguía embistiendo a la chica como si recién empezarán, algo que Luan solo podía soportar sin más remedio, tratando de pensar en algo para distraerse, sin buenos resultados gracias a Jack.
"Cuando llegó la hora de pagar a Jack por sus servicios, no pude conseguir una mujer a la altura, busque por toda la ciudad y ninguna estaba disponible o no querían aceptar el trabajo por algún razón, así que no tuve más remedio que ser yo mismo quien sirviera para lo que Jack quisiera."
"Compré un collar en línea que me garantizaba volverme una mujer mientras lo usará, así fue como llegado el momento me puse el collar y esperaba que no fallará nada: le mentí al chico sobre irme de vacaciones, prometiendo que su regalo prometido llegaría antes del anochecer, algo que fue verdad pues tras irme lejos de mi hogar, me puse el collar para volverme una chica, volviendo a mi casa donde el moreno estaba más que encantado por ver a la "chica que le haría compañía."
-Me sorprendes, pequeña, ¿Donde te consiguió el jefe? La mayoría de chicas locales no suelen estar conmigo, soy algo duro-
-Demasiado duro, ¿Cómo no se te acaba la energía?-
"Le pregunté sin disimular mi sorpresa ante lo bueno que era en la cama, incluso yo que también soy hombre debo admitir que él esta a otro nivel muy superior, por esa misma razón ya quiero que termine para descansar un tiempo antes de que más ideas raras empiecen a surgir en mi cabeza."
-Jaja, no te preocupes, ya casi terminamos por un rato, para que descanses y hagas lo que quieras. La casa tiene muchas cosas, mientras no robes o rompas nada, no te meteras en problemas, ¿Entendido?-
-Sí...sí, está bien-
"Era extraño pero halagador como me daba la bienvenida en mi propio hogar, preocupándose de que nada ocurra mientras estoy ausente pero para desgracia de ambos nunca me habré ido de vacaciones, mis vacaciones serán una semana teniendo sexo y a total disposición de Jack, quien por muy amable que me hable, en la cama me está destrozando."
"Solo debo tener cuidado de que mi collar no se caiga o se rompa, será muy incómodo si eso ocurre delante de Jack. Ahora que lo pienso espero que tampoco haya efectos secundarios al usar tanto tiempo este collar, será muy humillante tener el culo adolorido cuando vuelva a la normalidad... o quizás... basta, no voy a pensar más en eso, si algo ocurre ya veré como solucionarlo pero sin duda, haré todo lo posible e imposible para conseguir un regalo apropiado la próxima vez, porque nunca más volveré a ser yo el regalo prometido de este chico."
Créditos a quien correspondan.


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