Los vecinos de Pedro; Esteban y Enrique, eran granjeros al igual que Pedro, pero ellos eran especialmente buenos con vacas para lo que fuera; como alimento, por su leche, para dar crías o simplemente venderlas. Y si bien en verdad todas sus vacas eran excelentes, era gracias a que ambos eran sumamente estrictos con ellas; usando asteroide y otros compuestos poco éticos, además de siempre tener un grupo de ellas dando a luz más vacas para cuando hicieran falta sin importar su bienestar en cada una de las situaciones.
La neblina TG iba tras de ellos, a los dos les tenía un castigo muy especial por todo lo que hacían.
Estaban fue al granero mientras que Enrique se ocultó en la casa y aunque pudieron evitar un poco la neblina al encerrarse fue demasiado tarde, ambos fueron envueltos en ella haciendo una transformación mucho más rápida y específica en ambos.
Esteban fue el que terminó de ver sus efectos primero, todo su cuerpo tomo cierto volumen pero como era de esperarse fue volumen de mujer, dándole unas piernas y caderas anchas con mucha carne, un vientre espectacular y unos pechos increíblemente grandes, además de un gran cabello peinado en coleta y por último como atuendo tenía unas calcetas largas muy ajustadas, un micro bikini blanco que tan solo cubría sus pezones y vagina con fuerzas, su culo tenía algo especial pues era unas bolas chinas unidas a una cola de vaca, algo que iba perfecto puesto que toda la ropa que llevaba simulaba la piel de una vaca con colores blancos y manchas negras, guantes blancos junto con cuernos y orejas de vaca sellando todo con un cencerro unido a un collar con cadena.
No podía ponerse de pie, tenía que andar en cuatro y por más que intento abrir la puerta no le fue posible. Fue hasta la mañana siguiente que alguien lo encontró, siendo este el hijo mayor de su vecino, a quien le intentó hablar sin éxito pues todo lo que oía eran mugidos.
-Así que de esto es capaz la neblina...-
Susurró el joven a la par que se acercaba a la mujer vaca quien en su oreja tenía el nombre, edad y en que podían usar a Esteban.
-Entonces tú eres Esteban....-
Pregunto el chico teniendo como respuesta que la sensual mujer asintiera.
-Uno de los responsables de que mi padre ahora sea una chica miedosa y tetona ¿Verdad?-
Cuando escucho eso Esteban se aterrorizó, incluso ese hombre se vio afectado y por el tono de voz de su hijo, no estaba contento de que pasará y ahora lo veía como uno de los culpables.
-No te preocupes, ya nos las arreglaremos para cuidar a mi padre pero por ahora vendrás conmigo.-
Esteban no quería, no sabía que le esperaba pero en cuanto el joven tomo la correa no pudo hacer más que seguirlo a la fuerza. Él lo llevo a un lugar lejano en su auto, una granja más industrial por lo que parecía y en poco tiempo fue recibido por un hombre con quien empezó a hablar.
-Buenas tardes, me preguntaba si estaría interesado en esta vaca, oí que aquí buscan afectados para producir leche y tener más especies.-
-Por supuesto y si soy sincero no pudiste venir en mejor momento, hay algo de escasez y una vaca tan buena como esta que traes valdría todo esto-
La chica vaca solo pudo ver cómo un papel pasaba de manos y de inmediato le entrego la correa a quien era su nuevo propietario mientras el joven granjero se iba sonriendo.
Desde entonces han pasado unos meses; Esteban todos los días es inyectado de hormonas para producir leche por horas, luego en sus descansos tiene que hacer trucos que los hombres le obligaron a aprender donde exhibe su enorme cuerpo para deleite de ellos.
Pero lo peor, o quizás mejor es que apenas iba a empezar, hace unos días empezaron a inyectarle hormonas que la ponen cachonda y complaciente, la empresa solo está esperando sus días fértiles para llevarle al chico-toro que consiguieron para hacer crecer su número de especies.
Créditos a quien correspondan. |
Que buena historia
ResponderBorrarGracias, gracias, me da gusto saber que les agrada.
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