Mi madre siempre había querido tener una hija hermosa con la que estar juntas siempre pero en su lugar nací yo, un chico andrógeno que no había sido esperado tal como era, pues según me cuenta mi madre todos los doctores y cada prueba que hacía marcaban que yo sería una niña sana y se esperaba que hermosa gracias a la herencia de genes de mi madre, pero no fue así y en el parto se supo la realidad.
Mis primeros años no los recuerdo, como bebé es normal pero en esa época mi padre murió dejando a mamá sola conmigo y bajo el cuidado de una pensión que había sido planeada.
Mamá, ahora estando sola no tenía límites sobre que hacer conmigo y no lo digo como si fuera un monstruo esperando a comerme pero sin duda ella quería una niña, tenía un cuarto rosa, vestidos, faldas y muñecas, todo para que su hija fuera feliz y sin embargo me tenía a mí.
La "solución" que tuvo fue bastante rara ahora que lo pienso pero a mi edad ya estoy acostumbrada.
Desde pequeño cuido de mi de forma excepcional pero me ponía faldas y vestidos, dejó que mi cabello fuera muy largo y por supuesto, me hablaba y trataba como si fuera su hija, como una chica.
Yo era muy pequeña para entender así que era feliz y por buen tiempo crecí con una infancia y formación de chica sin ningún problema. Hasta varios años después todo cambio cuando quise sorprender a mamá en la ducha y descubrí que no tenía lo mismo que yo; sus pechos nunca me preocuparon, como su hija sabía que algún día crecerían, pero ahí abajo era muy diferente a lo que yo tenía.
Cuando ella se cubrió, solo salí del cuarto pidiendo disculpas para ponerme a investigar porque éramos diferentes. Muchas cosas no las sabía porque mamá me educaba en casa, dejando de lado temas de biología básica de los cuales yo apenas me enteraba con miedo e incertidumbre.
Según un libro que tenía escondido yo era un chico, un hombre con pene, al que no le crecerán los pechos no tenía vagina, tampoco podía ser mamá y tener un bebé en la panza, como hombre yo debía ser más fuerte que las chicas, quizás hasta algo violento, con barba y bigote, no debía usar faldas o vestido, tampoco sostén ni braguitas, el cabello corto y no largo con coletas como lo tenía, debía gustarme los deportes como boxeo o fútbol en vez de las películas de amor, a mí edad era ridículo tener peluches o jugar como las niñas, cosas que hacía todos los días y que me hacían sentir muy alegre.
Así pase un buen rato, leyendo todo de lo que nunca me había enterado y que ahora no puedo aceptar. Toda mi vida he sido una niña, adoro mi cabello largo que a mamá le gusta cepillar y peinar, las faldas y vestidos me encantan porque siento que soy una princesa y aunque las bragas a veces me aprieten cuando crece mi pene no dejaría de usarlas, ni tampoco mi sostén que aunque mis pechos no crezcan junto a todo lo demás me hacen sentir cómoda y más segura de lo que soy.
Ahora estoy en mi cama abrazando a mi querido osito Teddy, sabiendo la verdad y pensando en cómo decirle a mi mamá, puede que se enoje conmigo por ver ese libro a escondidas pero ahora que se que soy un chico y no una chica, quiero volverme una de verdad, toda mi vida he crecido como una y me han tratado como una así que quiero volverme una chica de verdad, apuesto que mamá será feliz por saber que quiero ser su hija de verdad.
Créditos a quien correspondan. |
Lo que hacen algunas mujeres para satisfacer sus deseos de tener una hija..
ResponderBorrarUsted lo ha dicho, anónimo.
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Me gustó la historia
ResponderBorrarGracias por comentar, Nick13Hollow, me da gusto que disfrute la historia.
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