jueves, 16 de noviembre de 2023

Vivir como Claudia

Mi nombre era Sergio y mi vida iba de maravilla a mis 17 años; mis padres nunca me pedían nada y cada que quería me daban dinero, tenía amigos además de un par de lindas chicas que iban tras de mi en la escuela a pesar de que ninguna llamaba mi atención. En su lugar tenía cierto interés por otra chica, uno no amoroso a decir verdad: Claudia, la jefa del grupo en que iba era sumamente inteligente además de linda con su lado sexy y si bien, su físico no dejaba nada que desear, su pésima actitud sí para mí. 
En varias ocasiones la invite a salir, rechazándome en todas por mis malas notas en cada clase y terrible conducta con los profesores o ella misma, decía que nunca estaría con una "bala pérdida" como yo y debo admitir que su desprecio me enfureció haciendo que tomará medidas sobre de ella.
La violencia no era una opción porque todo el mundo se podía enterar, así que fue tras algo mucho más misterioso e inadvertido, encontrando a la venta un gas que según decía daría completa obediencia de una persona a otra, siempre y cuando esta lo oliera. El precio no estaba mal por si resultaba ser una estafa, por lo que me aventure a comprarlo y usarlo sobre la chica.
Un día bajo el pretexto de ayudarme con algunas cosas para la clase, la convencí de acompañarme hasta el gimnasio donde libere el misterioso gas que de inmediato se expandió por toda la sala haciendo que comenzáramos a toser.
Yo quise salir lo antes posible pero Claudia se sujeto de mi por inercia para poder salir. Si me iba ella saldría conmigo, pero si no, no tenía idea de como fuera a afectarme el gas, aún así decidí quedarme dentro con ella para impedir que saliera y al fin se volviera mi esclava.
No recuerdo que paso después, en algún momento me quede dormido y al despertar pude verme a mi mismo muy preocupado por mi estado y sonriendo al ver que me levantaba.
-¡Sergio! Al fin despiertas ¿Si eres tú, verdad?-
Oí que preguntaba mi cuerpo con un aire mucho más afeminado del que jamás podría imitar.
-Por supuesto que soy yo ¿Quién más sería si no?-
En cuanto dije eso pude oír la voz de Claudia muy cerca de mi mientras mi cuerpo no decía nada más, casi como si esperará a darme cuenta por mi mismo de lo que había sucedido. Baje la mirada y pude verme con tetas y usando el vestido que usan de uniforme las niñas de nuestra escuela. Por un momento quise gritar pero estaba sin palabras tratando de asimilar lo que fuera que había pasado.
-No recuerdo todo muy bien, yo estaba tomando las cosas para la clase cuando ese humo apareció de repente, me empecé a sentir mareada y luego tosía, quise salir pero no recuerdo bien porque no llegue afuera, lo siguiente fue despertar en tu cuerpo mientras veía al mío tendido ¿Tú recuerdas algo?-
-Por supuesto-
Antes de poder pensar una respuesta, oí de nuevo la voz de Claudia hablar, lo que la motivo a ella a seguir hablando desde mi cuerpo.
-Que bien ¿Puedes decirme todo lo que recuerdes?-
-Por supuesto: yo compre y solté el gas, su propósito era volverte mi esclava para que me obedecieras en todo pero si te dejaba salir nada habría funcionado, por lo que decidí quedarme dentro del gas contigo. Sin embargo, no tenía idea de que esto pudiera pasar, tal parece que tú si te volviste mi esclava pero en el proceso cambiamos de cuerpos-
Confesé absolutamente todo, hasta lo que no sabía lo dije porque mi cuerpo lo había pedido, o mejor dicho Claudia dentro de mi cuerpo lo había pedido y que por su expresión decir que estaba molesta era poco.
-Ya veo, así que todo es tu culpa Sergio...A pesar que intenté ser buena contigo a pesar de tus intenciones, hiciste esto ¿Hay forma de volver a la normalidad?-
-Eso no lo sé-
-...No te muevas mientras pienso en algo-
Claudia se quedó pensando mientras yo la obedecía quedándome totalmente estática sin mencionar que no salía del asombro por lo que me estaba pasando, podía moverme y hablar libremente pero si ella me daba una orden el cuerpo la obedecía sin rechistar, cosa muy evidente para ambos a estas alturas.
-Ya sé que es lo que haremos, Sergio-
-¿Si?-
-Me saltaré unas clases y tomaré tu dinero para buscar una forma de volver a la normalidad, con suerte la página donde compraste ese maldito gas nos dará respuesta para recuperar nuestras vidas y quitarle ese efecto a mi cuerpo-
-¿Y yo que hago?-
Pregunte con dudas, de alguna forma podría ayudarla estando desde su cuerpo. Sin embargo ella tenía otros planes para mí.
-Tú serás Claudia; Nada de mal lenguaje, ni de vaguear ni ser irrespetuosa, tendrás mis modales, hablarás y actuarás como yo, ayudarás a compañeros y profesores porque eres la jefa de grupo, estudiarás arduamente y solo me obedecerás a mi con esta orden y solo para confirmar; Sergio estará callado en mi mente pero mi cuerpo en todo sentido seguirá actuando como yo, Claudia ¿Quedó claro?- 
-Por supuesto, mi ama-
-No me digas así, recuerda ser completamente como yo...pero ahora, quítate el vestido y bájate las bragas-
El cuerpo de Claudia asintió y de inmediato empezó a cumplir la orden a la par que yo me aterraba por lo que fuera que quisiera hacerme.
-...¿Q-qué...me ha-harás?...-
Pregunté torpemente y en baja voz, apenas tenía control mínimo de su cuerpo por las ordenes que me había dado, incluso si logré hablar, el cuerpo sin dudar un segundo tomó el borde de la parte baja del vestido y lo levantó hasta quedar solo en una ropa interior linda de color claro.
-Supongo que Sergio está hablando...esta bien, te daré permiso de hablar cuando estemos a solas pero Sergio tiene prohibido hablar con alguien más, Claudia debe responder, no él y sobre que haré...si no hay cura a esto, te has robado mi vida y aunque serás Claudia todo el tiempo para compensarlo, justo ahora tendrás un castigo, unas ¿30 nalgadas estarían bien?-
-Será doloroso pero puedo con más-
-Entonces serán 50 por el gas y vivirás toda mi vida como mi esclava. Claudia ese será el castigo por la tontería que se te ocurrió hacer ¿Quedo claro?-
-Afirmativo-
-Genial, por el momento eso esta decidido pero si te portas bien puede que sea más amable contigo. Por ahora termina de quitarte la ropa, ve hacía la pared y levanta el trasero, yo buscaré algo con que golpearte-
Claudia parecía complacida con lo que me estaba haciendo y la verdad tiene toda la razón, yo mismo me busque esto al intentar hacerla mía y por más que no quiera ahora soy ella, la esclava obediente que se anda quitando las bragas para levantar el culo y recibir su castigo, el primer castigo de una larga vida femenina que ahora es mía si es que Claudia no encuentra una solución.
Créditos a quien correspondan.

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