-Sirvienta, ven a satisfacerme, pronto-
Al oír esas arrogantes palabras no pude evitar molestarme y chasquear la lengua, teniendo que obedecer sin rechistar a "mi amo", quien hacia de mi vida un infierno desde el intercambio de cuerpos.
-Tengo un nombre, idiota. Deberías utilizarlo para llamarme, no sólo decirme "sirvienta"-
Conteste de mala manera frente a él, sintiendo como me devoraba con su mirada gracias a "mi nuevo uniforme" que por mucho que intentará cubrir mi cuerpo, poco podía hacer en realidad.
Vestía un bikini negro y ajustado, con un apretado liguero blanco y sus medias, con tacones altos, un collar y una diadema de sirvienta, poco podía hacer para ocultar mi sensualidad y desnudez, por muy humillante que fuera no podía hacer otra cosa más que obedecer a la persona que se había robado mi cuerpo.
-Con esa lengua afilada no llegarás muy lejos, pero tienes razón, debería empezar a llamarte por tu nombre: Sandra-
Infle las mejillas con vergüenza, apretando las piernas y viendo mi cuerpo casi desnudo sentado en el sofá usando solo un calzón negro de donde resaltaba mi erecto miembro.
-Me llamo Kassius, estar en tu cuerpo es solo temporal y espero no lo olvides, Sandra. Tú volverás a tu cuerpo tarde o temprano-
-En eso tienes razón pero si quieres volver a tu cuerpo lo antes posible, más te vale ser una linda y obediente sirvienta, Sandra, ¿Queda claro?-
-.....-
-¿Queda claro, Sandra? -
-Sí, amo Kassius-
-Muy buena niña, mereces una recompensa-
Tras mi humillante aceptación de ser llamado "Sandra", así como llamar a alguien "Amo", pude sentir como mi cuerpo masculino acariciaba mis muslos hasta golpear los mismos, usando el resorte de mi liguero al estirarlo y soltarlo contra los muslos, no era doloroso pero si pude sentir algo además que mis muslos lograron producir un sonido peculiar.
-Sí ya ha terminado, yo-
-No, esa no era tu recompensa, ven y siéntate conmigo-
Vi como la auténtica Sandra me invitaba a sentarme a su lado, algo que obedecí a medias, ya que si bien me senté en el sofá con él, lo hice en el sitio más alejado.
-Veo que eres alguien dura de roer-
Me diría al dar una nalgada que me hizo abrir los ojos por la sorpresa, al igual que hacerme estremecer, para también acercarse lo más posible, rodeando mi cintura con una de sus manos.
-Y veo que tú eres de lo peor, ¿Cómo puedes hacerme esto? Estabas viviendo en la calle y decidí darte una oportunidad, te traje a mi hogar, te di comida, una cama, incluso un trabajo y como si todo eso fuera poco ahora que estoy atrapado en tu cuerpo no dejas de humillarme y molestarme, ¿Por qué?-
-Supongo que porque sería divertido, ¿Cada cuánto puedes intercambiar tu cuerpo con tu amo? Hasta yo pensaba que esa bruja era una estafadora al darnos ese perfume que haría entender los sentimiento del otro, pero despertar en tu cuerpo amo y ver como despertabas en el mío era una oportunidad que no podía desperdiciar-
-¿Y por ello debo actuar como una pervertida en tu cuerpo, Sandra? Llevo así una semana y no veo que tú quieras regresar a tu cuerpo, se supone que el hechizo se rompe si ambas personas están de acuerdo y tú para nada lo estás, ya que cada día pides algo nuevo y más vergonzoso que el día anterior-
-Vamos, ya te dije que no me llames Sandra, Sandra eres tú y lo serás mucho más tiempo si no obedeces-
Otra nalgada se sintió en mi trasero haciéndome estremecer, viendo con furia y vergüenza a una Sandra en mi cuerpo, que no parecía terminar de hablar.
-Pero tienes razón, no tengo muchas ganas de volver a mi cuerpo por culpa de mi fantasía-
-¿Tu fantasía?-
-Así es. Tal como dijo, amo Kassius, usted me dio un hogar y un trato que nunca pensé recibir, solo era una chica de las calles y sin importar eso me trato como una persona normal. Por mucho que trate, no pude evitar quedar enamorada de usted-
Su repentina confesión me hizo abrir los ojos, al igual que entender sensaciones que tenía este cuerpo; así que ese sentimiento de hormigueo y presión por todo el cuerpo de Sandra cuando veía a mi cuerpo, se debía al amor guardado que mi sirvienta tenía hacía mi.
-Entonces este intercambio fue el pretexto perfecto para dejarte en mi cuerpo y ver si cambiábamos lugares. Lejos de querer quedarme tus riquezas, quería que te enamoraras de mi pero no ha funcionado, incluso tras darte ropas y tratos pervertidos, no compartimos el amor, solo el deseo-
Eso era más que evidente, la erección de mi pene era notorio, y aunque no se si ella lo notará, yo puedo sentir como su cuerpo siempre está "dispuesto" a algo más, cosa que me cuesta horriblemente controlarlo, mucho más cuando se comporta así.
-Ah~¿Qué estas haciendo? Suéltame-
Mientras pensaba acerca de todo lo ocurrido pude sentir como una mano empezaba a estrujar y sacudir con fuerza uno de mis pechos, Sandra de nuevo estaba haciendo de las suyas al acariciarme y poco podía hacer para evitarlo.
-Déjame hacerlo, sé que no podemos tener sexo directo o el intercambio será permanente pero al menos dejarme satisfacerme con mi cuerpo; sedúceme, déjame acariciarte, ayúdame a masturbarme, hagamos esas cosas si quieres volver a tu cuerpo, mi sirvienta Sandra-
Sus palabras eran muy serias, en verdad quería hacer esas cosas a cambio de mi cuerpo y yo estaba tan confundido, enojado y avergonzado que no sabía bien que hacer o como responder, quizás sus sentimientos y excitación me estaban controlando pero no lo pude evitar al momento de responder.
-Esta bien, te voy a obedecer. No esperes un excelente trabajo de mi parte pero haré lo posible para seducirte con este cuerpo-
Nunca pensé decir algo así tan pronto, al igual que nunca pensé estar acariciando mi propio pene en otro cuerpo, probablemente los deseos y sentimientos del cuerpo de Sandra son los que me hicieron estar tan dispuesto tan fácilmente.
Y así fue como envolví con la pequeña y fina mano de Sandra mi pene, se sentía tan caliente y enorme, mucho más que antes pero sin importar que ahora se veía mucho más grande de lo que ya era, tenía que usar mi mano para hacerlo llegar al clímax al mismo tiempo que trato de aguantar las duras caricias en mi pecho y otras partes de mi femenino cuerpo.
-Estarás en graves problemas cuando volvamos a nuestros cuerpos, ¿Entendido, "Amo Kassius"?-
-Lo sé, entenderé si quieres volver a echarme a la calle peroummm~
Un gemido salió de sus labios, pese a lo pequeña de mi mano, usaba mi experiencia para hacerle sentir bastante placer a Sandra, algo que ella devolvía de la misma forma en mis duros pezones.
-Quiero hacerte mía, idiota. Si tan solo fueras más honesta contigo y conmigo, puede que ya nos hubiéramos caaah~
El placer femenino era mucho mayor que el que sentía como hombre, solo con tocar mis pezones y caderas mi cuerpo estaba como loco, pero al menos así no terminé la oración que dejó con tanta intriga a Sandra.
-¿Que ibas a decir? Amo...digo, Sandra, ¿Qué ibas a decir? ¿Yo también te-
-Idiota, no lo digas, no hacía falta usar la magia de la bruja, solo tenias que ser honesta y yo también lo hubiera sido. Así que ahora se honesta con mi cuerpo, yo lo seré con el tuyo, una vez volvamos a la normalidad y dejemos el placer de lado, correspondiere a tus sentimientos apropiadamente, no como una sirvienta atrapada, lo haré como un caballero-
-Amo Kassius, sea como sea, usted siempre será mi caballero y yo su sirvienta, perdone todo esto-
-Basta de charlas, por ahora, cumpliré mi última tarea como sirvienta y después, veremos que ocurre entre nosotros-
Con eso dicho ambos nos concentramos en esta tarea tan pervertida, tocando el uno al otro, casi como una competencia donde nos hacíamos sentir el mayor placer el uno al otro en el cuerpo ajeno, el ambiente era embriagante, y el placer cada vez mayor pero lo soportaría, aguantaría todo este placer para volver a mi cuerpo y una vez que volviera a ser hombre, y mi sirvienta volviera a ser ella, ambos nos íbamos a rendir al placer de nuestros cuerpos y a entender nuestros sentimientos, justo lo que debería haber ocurrido sin intervención de esa bruja.
Pero ya que hubo dicha intervención, lo menos que puedo hacer, es cumplir la última orden de mi amo.
Créditos a quien correspondan. |
Muy buena historia
ResponderBorrarGracias por comentar, Antonio. Sé muy bien que no es una petición en toda regla, pero es una historia que espero le haya gustado.
Borrar-Nero.