En una prestigiosa academia había un excelente equipo de futbol soccer, todo el equipo era integrado por talentosos estudiantes con un gran problema, el ego. Ellos eran buenos sin duda alguna, pero se dejaban llevar por los halagos de a poco, hasta que se consideraban los reyes de la academia y que el club de porristas tenía que soportar en especial sus molestos tratos.
Cómo se podría esperar, el club de porristas estaba conformado por bellas estudiantes que se unieron por gusto y que se fue perdiendo rápidamente por el acoso que sufrían por los chicos deportistas, no había integrante del equipo de soccer que no quisiera levantar sus faldas o tocarlas más de lo debido, algunos casi nunca causaban problemas pero ahí estaban siendo parte del problema, mientras que otros tantos eran un gran problema para las chicas que no querían irse del club para seguirlas molestando, por lo que las porristas querían darles un escarmiento por todo lo que les habían hecho desde que el club de soccer se volvió popular.
Tuvieron muchas ideas que no eran del agrado total de las porristas, pedir ayuda podía ser lo más obvio pero al tratarse de un club prestigioso nadie les hacía nada dentro o fuera de la escuela, incitando a las porristas a "tratar bien" a los chicos que siempre se esfuerzan y son el orgullo de la institución.
Así es como las chicas iban y venían de una idea a otra, hasta que una de las integrantes más calladas y que debía soportar más abusos, sugirió algo que leyó en un libro; decía que podían volver a los chicos en chicas y hacerles sufrir cosas peores de las que ellas tuvieron que aguantar por meses a forma de venganza.
Muchas de las porristas estaban de acuerdo con la idea, les gustaba la idea pero dudaban que fuera real que con un libro pudieran cambiar el sexo de los chicos. Sin embargo, también creían que nada perdía con intentarlo, así que usaron el hechizo en el primer chico que se les ocurrió, de los más inofensivos pero que siempre hacía comentarios de cosas eróticas que le gustaría hacer con ellas. Era desagradable como decía eso pero harían su sueño realidad sí en verdad funcionaba el hechizo.
A mitad del entrenamiento uno de los chicos, Charles, se comenzó a sentir muy mal y dijo que iría a los vestidores un rato a descansar a lo que varias de las porristas se ofrecieron a ayudarle solo para darse cuenta si funcionaba el hechizo.
Al principio solo se veía mal y por un momento se sintieron culpables de lo que estaban haciendo, pero cuando el chico no dejó de decir cosas ofensivas para las chicas, dejaron de dudar.
Al poco tiempo se quedo dormido y desde ese momento su cuerpo se fue moldeando por uno femenino mientras que sus ropas de entrenamiento cambiaban por un uniforme de porristas azul marino con franjas amarillas y blancas.
Para terminar con su trabajo sacaron una cuerda de los casilleros y empezaron a amarrar a la nueva porrista boca abajo sobre una de las bancas que había, desde ese momento solo quedaba esperar a que despertará.
-Hmmm....¿Que pasó?...¿¡Porque mi voz es tan aguda!?¿¡Porque no me puedo mover!?¿¡Que demonios esta pasando!?-
Con desesperación intentaba levantarse y entender que pasaba pero todo intento era inútil, no había manera lógica de entender como cambio de cuerpo y que hacía en esa posición.
-Les dije que iba a funcionar-
Comentó en voz baja una chica pequeña y de cabello oscuro, quien había sugerido usar el hechizo, ella le hablaba a sus dos compañeras que llevaban cámaras consigo para tomar fotos y vídeos de lo que tenían en frente.
-¡Chicas!¿¡Que significa esto!?-
-Ni idea, supongo que es un castigo por todo lo que decías que nos querías hacer, bondage mientras usábamos el uniforme ¿No es así?¿Cómo se siente?-
Respondió una joven de gran figura y cabellera rubia que se acercaba más para tener diferentes ángulos de su compañera.
-¡Es horrible, les ordeno que me suelte y me vuelvan a la normalidad!-
-Lo siento pero no podemos hacerlo y tampoco queremos, es hora de que paguen por todas las cosas horribles que nos han hecho ustedes, tanto deseaban a las porristas ¿No? Pues ahora tú eres una y seguramente todo el equipo se te unirá en unos días ¿No es emocionante?-
La última chica, de cabello castaño y figura delgada se unió a la conversación mientras manoseaba un poco el cuerpo del ex futbolista, ahora su piel era suave y tenía un trasero y pechos firmes que la propia porrista pudo tocar finalizando levantándole la falda para ver sus bragas negras de colegiada y darle una nalgada.
-¡Que sexy eres Charlotte!-
Cada uno de esos actos hacía retorcer de irá, sonrojar y sentir cierta confusión por el placer que recibía ese cuerpo a la nueva porrista que estaba totalmente a la merced de sus compañeras.
-¡No vuelvas a llamarme así!¡Todas están locas, nada de lo que dicen tiene sentido! Aún si lo tiene ¿No creen que les diré algo al resto de chicos? Son mis amigos y confían en mi-
Ante sus comentarios las chicas empezaron a reír con volumen bajo solo para retirarse la pelinegra seguida de la castaña, dejando únicamente a la líder de las porristas con el antiguo chico.
-¿Que dirás? Por ahora no eres su amigo Charlie, eres Charlotte, una chica hermosa y desconocida de la que se podrían aprovechar fácilmente, después de todo les diremos que eres nueva y está es tu iniciación para ser aceptada en las porristas, no olvides que las porristas deben servirles a los futbolistas, ¿verdad? también diremos que eres algo dramática pero solo es para darle emoción a su entrenamiento. Honestamente, espero que no sean gentiles contigo-
-¿¡Eh!?¿¡Es imposible!?¡No pueden dejarme aquí!¡Ya suéltenme!-
Finalmente la rubia bajó la falda de Charlotte y guardó el celular para dar media vuelta, ignorando los comentarios desesperados de uno de sus antiguos agresores, para retirarse de los vestidores con algo de curiosidad de cual sería su destino, además de algo aún más importante, y ya que el hechizo era cierto ¿Quién sería su siguiente objetivo?
Créditos a quien correspondan. |
Buena historia eapero que tenga una segunda parte
ResponderBorrarClaro que la tendrá, a decir verdad esta es una saga larga que pienso desarrollar, espero sea apoyada.
ResponderBorrarBuena historia
ResponderBorrarMuchas gracias por comentar, Antonio. Este fue de los primeros conceptos que hice y espero usarlo más a menudo ahora que lo traje de vuelta, espero sea de su agrado.
BorrarY espero pueda estar atento en los próximos días, en cuanto terminé la dinámica del mes, puede que vea algo que le guste.
-Nero.
Por fin una historia donde las porristas no son las lame botas de los deportistas!!
ResponderBorrarMe encantó!
Usted lo ha dicho, 222. En su momento, esa fue una de mis principales motivaciones que tuve para hacer este concepto que si les gusta, estaré usando más a menudo.
BorrarMuchas gracias por comentar.
-Nero.