viernes, 2 de febrero de 2024

Algo casual

-¿Y entonces?-
-¿"Entonces" qué?-
-¿Qué somos? ¿Te gustaría salir conmigo?-
Suspiré cansada y fastidiada de que todos los chicos con quienes cogía me hicieran la misma estúpida pregunta.
-Pues nada, tú solo eres un chico con deseos, y yo una chica que quería satisfacer a su cuerpo. Pensé que podríamos hacerlo algún tiempo sin tener problemas pero si ya te has enamorado de mí, es momento de que desaparezca-
Con mi cruda respuesta pude ver la decepción en el chico, estaba segura de que le había roto el corazón pero después de hacerlo tantas veces y cumplir cada uno de sus caprichos, bien sabía que era cuestión de tiempo para que esto ocurriera.
Justo hoy tuve que ir en medio del bosque con él para hacerlo, no era lo más extraño que había hecho pero no era mi sitio favorito ya que el césped en mi espalda o lastimarme con algún árbol era bastante molesto. Pero no podía negarme, esta maldición que hace años me feminizó me obliga a cumplir con cada fantasía de algún chico; si me negara mi cuerpo y boca actúan por sí solas y llevan las cosas mucho más lejos, por eso mismo terminé por aceptar yo las cosas y así al menos disfrutar un poco del peculiar sexo fetichista que tuviera el chico en turno.
Me acostumbré a hacerlo casual, sin compromiso ni relaciones formales, yo no quería ser mujer en primer lugar así que quedarme atada como novia de alguien tampoco estaba en mis planes, solo cumpliría con mi maldición y de paso me divertirán un poco.
Varios sujetos no lo habían entendido ni querido así que se largaban y yo conocía a otra persona, mucho más seguido de lo que me gustaría terminaban por enamorarse y cuando se declaraban era yo quien los dejaba.
Pensé que este chico sería diferente, llevábamos un tiempo con estos encuentros casuales, incluso una vez me quede dormida en sus brazos y en su casa al no poder irme por una tormenta eléctrica.
Pero hoy parecía que la magia había llegado a su fin, después del sexo mientras me ponía mi ropa detrás de un árbol hizo esa pregunta, la cual tendría una respuesta que no le iba a gustar.
-Oye, después de todo, ¿No sientes nada por mi?-
Me pregunto tratando de apelar a los sentimientos, cosa que conmigo no funcionaba.
-No, quizás que tus fantasías eran alocadas resultaba entretenido pero más allá de eso eres un chico cualquiera-
-Rubiecita, no me trates de esa manera, sé que tú y yo podemos ser la pareja indicada, déjame demostrarlo-
-Siempre odie que me llamaras de esa manera, pero te daré una oportunidad, si me dices mi nombre completo saldré contigo pero si fallas, es la ultima vez que haremos esto-
Me puse la tanga y pantalones deportivos, seguido de mis calcetas y zapatos, viendo con atención al nervioso chico que siempre maltrataba mi cabello lo cual es lo único que en verdad me gusta cuidar y de ser una chica pero a él le fascinaba arruinar.
-¿Y entonces? ¿Cómo me llamo? Deberías de saber el nombre de tu alma gemela, ¿No lo crees?-
Nunca deje de verlo mientras esperaba su respuesta, la cual de sobra sabía que no conocía, después de tanto tiempo cogiendo con chicos aprendí algunos trucos, como cuando te llaman por un apodo es porque no les gustas o no tienen idea de tu nombre. En el peor de los casos donde supiera mi nombre de mujer, estaría equivocado al no saber mi auténtico nombre que es de hombre, y en el mejor de los casos...
-¿Sofía?-
-Nos vemos, espero no te vuelvas a cruzar en mi camino-
-¡No! , espera, ¡eres Ximena!.... ¿Cristina?...¿Andrea?-
Ignore por completo sus desesperados intentos de adivinar mi nombre, solo tome mi blusa y sostén para ponérmelos mientras caminaba fuera del bosque. Por fortuna, él todavía estaba desnudo así que no le sería sencillo vestirse para alcanzarme, y yo con solo ponerme el sostén no me meteré en problemas.
Ahora que digo problemas, seguramente él me este dando problemas un par de días pero nada fuera de lo habitual, lo voy a ignorar y desaparecer por completo hasta que un nuevo chico se cruce en mi camino, ojala el próximo sea lindo y le guste tener algo casual, de lo contrario seguiré con mi maldición hasta encontrar al chico adecuado con quien solo pasar el rato.
Créditos a quien correspondan.

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