martes, 27 de febrero de 2024

Una buena amistad

-Señorita Janet ¿Cuánto tardará en escribir la respuesta en el pizarrón? Su calificación depende de ello-
-¡S-sí!...deme un segundo....-
Samuel en el cuerpo de su mejor amiga intentaba resolver el ejercicio que tenía en frente, no podía ni pensar bien la respuesta ya que su cuerpo estaba muy ocupado con el placer que le daban las cuerdas y accesorios que tenía por su entrepierna y enredadas en sus pechos mientras él intentaba pensar la respuesta correcta y no dejarse vencer por todos esos placeres a los que se enfrentaba en el cuerpo de su amiga.
Samuel se había hecho amigo de una chica llamada Janet cuando entró a la escuela primaria y con el pasar del tiempo hasta la preparatoria, ella misma le contó que era una maga, probándolo con diversos hechizos ante la incredulidad de su confiable mejor amigo. Desde entonces muchas veces se ayudan con su magia al intercambiar de lugares o hacer algún encantamiento que facilite los problemas que los amigos puedan tener. 
Sin embargo, también solían hacerse bromas mediante la magia de Janet, y  esta vez la chica quería hacerle una broma muy pesada y atrevida a Samuel sin pensar en las consecuencias.
En vez de pantis y brasier por debajo del uniforme escolar, la chica se puso muchos amarres de bondage a los que ella ya estaba acostumbrada y así se fue a la escuela, sin duda era muy excitante sentir esos amarres en toda su intimidad y a la vez vergonzoso pensar en que pasaría de ser descubierta pero eso ya era algo a lo que se había adaptado muy bien.
La segunda fase de su plan inicio cuando la clase comenzó, le mandó mensaje a su mejor amigo diciéndole que quería descansar un poco y que sí podían cambiar de cuerpo un rato. No era la primera vez que cambiaban de cuerpo, algunas veces lo hacía por pequeños ratos, sin embargo nunca había algo sexual de por medio por lo que sería una gran sorpresa para el chico que inocentemente aceptó intercambiar de cuerpos con su amiga.
La joven utilizó el hechizo susurrando unas palabras para ir al cuerpo de Samuel y dejar a su suerte a su amigo en su cuerpo, quien apenas reaccionó, se estremeció de placer, haciendo su mejor esfuerzo para no gemir o mojarse, ante tantas sensaciones placenteras sin desatender la clase o llamar la atención de una manera que afecte su reputación.
Por si fuera poco, al parecer que Janet estaba en las nubes, pero no de la forma que se imaginaba, el profesor se molestó y puso un ejercicio del cual dependía la calificación de la chica, por lo que Samuel no podía fallar al responder pero tampoco podía soportar mucho tiempo sin rendirse ante todo lo que su cuerpo sentía.
-P-pero...¿Me permite ir al baño?...-
-Irá al sanitario cuando acabe el ejercicio, o si lo prefiere puede irse y la repruebo justo ahora, así que dese prisa y pase a resolver eso-
-Entiendo...-
(Esa idiota...que cosas me hace...en cuanto termine esto me vengaré....)
Pensaba Samuel mientras intentaba caminar hasta el pizarrón sin tensar más las cuerdas en su cuerpo, cosa muy complicada pues entre más se movía, más ajustadas se volvían las cuerdas en su cuerpo, haciéndole sentir que bastaría con un pequeño tirón para que ella se rindiera al placer sin siquiera terminar el ejercicio.
Su mente se iba por segundos, su cuerpo sudaba y estaba caliente, su mirada era borrosa por los lentes empañados por su propio aliento y su aguante para no llegar al clímax se estaba por terminar. La respuesta ni siquiera iba por la mitad mientras que su cuerpo apenas y soportaba llegar al límite. 
Sin duda Samuel estaba soportando todo por el bien de su amiga a pesar de que ella lo provoco y dejó en esa compleja situación, donde solo era cuestión de segundos para ver si se imponía el placer en el cuerpo de Janet o el auto control que se esforzaba en mantener Samuel.
Aunque una cosa era más que clara, y es que sea en el salón o en el baño de señoritas, una vez que su cuerpo se rindiera al placer, Samuel tendría una experiencia femenina que nunca en la vida podrá olvidar.
Créditos a quien correspondan.

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