miércoles, 15 de mayo de 2024

Un par atractivo

-Oye, Mauricio, ¿Estás seguro de que esto es buena idea? Nos vemos ridículos en estos cuerpos, aún más con esta ropa-
-En primera no me digas Mauricio, soy Esmeralda, y tú eres Zafiro. En segundo lugar no tenemos nada de malo, somos dos estudiantes que están usando su uniforme de estudiantes para ir al colegio, ¿Qué tiene eso de malo?-
-Pero me queda muy corto, igual a ti, creo que cualquiera puede echar un vistazo a nuestros calzones-
-Ya te dije que se les llama bragas, y tienes que admitir que son muy cómodas, además seguro que es porque nunca habíamos usado una falda, todas en el instituto deberían vestirse igual a nosotras, no tenemos nada de raro... Quizás nuestros nuevos cuerpo no sean el cuerpo modelo femenino e ideal que imaginábamos, pero siguen siendo cuerpos lindos para ser chicas de preparatoria-
-En eso tienes razón, yo creí que sería una chica pequeña y muy delgada, como para cargarla con una mano pero mírame, tengo mucha carne, estoy algo rellenita, me siento enorme de esta manera, en especial por mis piernas y muslos aunque es muy lindo sentirme así-
-¿Verdad? Creí que era el único que pensaba eso, ahora veo que ambos estamos en la misma página como siempre. Por ahora continuemos, aún nos quedamos muchos lugares por visitar-
Ante cada duda y sentimiento de querer huir que tenía Darwin, ahora como Zafiro, su hermosa amiga y compañera lograba reconfortarlo.
Darwin ahora tenía el cuerpo de una bella mujer, con un lindo y regordete cuerpo, con el cabello largo y atado en una coleta usando un atuendo bastante común para una estudiante; un bolso de mano, junto con un abrigo café y una falda escolar roja a cuadros; la falda podría ser algo pequeña, por lo que dejaba más a la vista de lo que muchos podrían imaginar y eso le generaba tanto vergüenza como dudas al chico de si estaba usando un atuendo adecuado o no.
Por otra parte, su amigo Mauricio, lo animaba a mostrarse con confianza y disfrutar de su nuevo cuerpo tal como él hace con el cuerpo de Esmeralda; una chica de cabello corto y bien peinado, con un lazo rojo en su blusa, un abrigo azul y un bolso escolar idéntico al que tiene Zafiro; su falda era de un diseño similar a la de su amiga, cambiando el color rojo por uno amarillo con blanco; pero que tal como ocurría con Zafiro, la falda parecía tan pequeña que dejaba ver sus bragas y sus muy dotados muslos, en los cuales los dedos de una persona se podrían hundir debido a la abundante y suave grasa que había en sus piernas.
Ambos chicos siempre habían tenido la fantasía de hacer un viaje a Japón para conocer su cultura y con mucha suerte un par de hermosas chicas con las cuales divertirse. Sin embargo, como un par de estudiantes ese sueño estaba muy lejos de volverse realidad, apenas y podían costear comidas y materiales escolares del día a día, así que nunca podrían costear un viaje al país del sol naciente durante muchos años.
A pesar de todos sus ahorros no tenían ni una décima parte de lo que les haría falta para su viaje, sin embargo a Mauricio se le ocurrió una brillante idea según él, en la cual gastaron todo el dinero para comprar un par de pócimas que los iban a enviar al país que tanto querían pero no en sus cuerpos sino en un par de cuerpos al azar que fueran compatibles con ellos. 
Como si de un milagro se tratará, ambos amigos llegaron al país que tanto querían conocer e incluso se encontraron sin problemas al estar en cuerpos de chicas vecinas que se habían reunido en el momento que los chicos hicieron el cambio de cuerpos. 
Quizás lo único que nunca imaginaron, fue que terminarían en cuerpos femeninos, un par de cuerpos con bastante carne y un atractivo interesante, una sensualidad que no habían imaginado y que al ahora tener, no estaban descontentos por no tener cuerpos masculinos o un cuerpo femenino más tradicional.
-Mauricio ¿De verdad eres tú?-
-Espera, ¿Darwin? ¡Esto funcionó!-
-¡Pero no decía nada de volvernos mujeres!-
-Detalles menores-
-¡So-so-somos mujeres!-
-Y unas muy lindas ¿No te parece? Pero basta de quejas, hay que vestirnos para salir a la calle-
-Nada de eso, yo no saldré viéndome como una chida, Mauricio-
-¿Porque?-
-¡Porque soy un chico y me da vergüenza vestir como chica! No entiendo como es que tú estás tan tranquilo-
-Eso es porque la pócima termina sus efectos en dos o tres días por lo que no me preocupa volver a la normalidad, este cuerpo es de chica y con los pechos, muslos y cadera que esta tiene sería imposible tratar de esconderlo. No es como lo imaginábamos pero con estos cuerpos podemos hacer realidad nuestro sueño de conocer Japón y lo mejor de todo es que podemos hacer juntos este sueño, perfectamente pudimos acabar en cuerpos muy alejados del otro o con problemas que no nos detuvimos a pensar antes de beber las pócimas. En otras palabras, la situación pudo ser mucho peor, así que quedarnos en los cuerpos de estas dos chicas que se conocen fue un resultado muy bueno como para desaprovecharlo, ¿No lo crees?-
Con todos esos argumentos Mauricio desbarató a su amigo, que no estaba preparado para una respuesta tan elaborada y convincente, después de todo tenía razón; tuvieron un montón de suerte para terminar juntos además de sin inconvenientes, pues no parecía haber nadie más en su temporal hogar, por no decir que estaban cerca de muchos lugares turísticos que querían conocer, era una oportunidad fantástica con el costo de tener que ser chicas, vestir y actuar como tal.
Fue toda una odisea encontrar lo que necesitaban como dinero, llaves, un mapa y sobre todo el atuendo, cambiándose las pijamas por lo que según Mauricio era un buen atuendo para salir a la calle, sin darse cuenta que el atuendo de ambos era el de años atrás de las chicas cuando eran dos colegialas, no un par de señoras como lo son ahora.
Puede que sean lindas y que algunas prendas todavía sean de su talla, pero otras más saltan a la vista por ser inadecuadas para ellas, pero que en la ignorancia de los chicos las vestían como si fuera algo normal.
No solo sus vecinos o la gente local, también los turistas miraban a las hermosas mujeres vestidas de adolescentes como un par de atracciones más que todos deberían admirar mientras que Darwin y Mauricio, o mejor dicho Zafiro y Esmeralda, se divertirían los próximos días conociendo la ciudad de su sueños, sin siquiera notar lo llamativas que son ambas mujeres.
Créditos a quien correspondan.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Me alegra mucho saber que le gusto la historia, anónimo. Considero que fue un poco diferente a lo habitual, así que disfrute de escribirla y aún más por saber que le gusto a alguien.
      -Nero.

      Borrar
    2. Para nada, imagino que sería hermoso caminar con esas buenas piernas, muy buena historia

      Borrar