jueves, 23 de mayo de 2024

Martha

-Oye, preciosa, ¿Qué no piensas venir? La piscina está muy sola sin ti-
-Ya voy, amor-
Respondía sin creer lo que estaba haciendo, caminando con un paso lento y lleno de vergüenza hacia la piscina donde "mi esposo" desnudo me esperaba con ansias y una enorme sonrisa al verme.
-¿Sabes? Adoro ese bikini negro que siempre utilizas pero verte así, tan al natural, es lo que más me gusta, preciosa-
-Gracias...-
Le dije con timidez, ya que por muchos cumplidos que me hiciera, todavía no me acostumbraba ni a este cuerpo, ni a este sexo. Eso sí, por alguna razón cada que me dice un cumplido, automáticamente suelo sonreír y siento mi corazón se acelera un poco, algo que intento ignorar cada que me doy cuenta. En otras palabras, todo el tiempo.
Seguí caminando hacia él, quien estaba en unos pequeños escalones dentro de la piscina y que me tendió la mano para ayudarme a bajar un par de esos escalones antes de sentarme. En otro momento, o con mi autentico cuerpo, hubiera podido entrar dando una pirueta y un salto a la piscina pero con este cuerpo en mala forma, no tengo más opciones que bajar lentamente y con cuidado, tomando un descanso en los escalones de la pileta antes de entrar por completo. Si demorarme una eternidad en entrar al agua ya es malo, me resulta aún más humillante saber que apenas y puedo nadar en comparación de mi antiguo cuerpo.
-¿Y que tal va la dieta? ¿Cuántos kilos has bajado?-
Su inocente pregunta para romper el hielo, solo provocó que yo agache la cabeza con vergüenza, quedándome en silencio por un momento. 
-....-
-¿Cuanto peso has perdido, amor?-
Me volvió a preguntar cuando no le respondí, a lo que con un suspiro y la cabeza baja no tuve más remedio que decir algo esta vez. 
-....He subido 2 kilos....-
Una pequeña carcajada se le escapó, haciéndome sentir peor de lo que ya me sentía mientras intentaba seguir hablando para justificarme.
-No sé que paso, todas la mañanas salgo a caminar y hacer yoga, además que por las tardes vengo a nadar... incluso me estoy restringiendo algunos alimentos... aún así, no entiendo que me sucede-
-Lo bueno que era muy fácil bajar de peso, ¿No es así? Que yo solo era una ballena holgazán que no dejaba de comer-
Una vez más no tuve nada que decir ante eso, ya que desde que se curó de su enfermedad, nunca deje de molestar a Martha con respecto de su peso, y ahora soy yo quien está en ese lugar de soportar las burlas y comentarios maliciosos, bien merecidos por mucho que me duela admitirlo.
Martha y yo nos conocimos hace casi 15 años, comenzamos a salir desde finales de la universidad, años más tarde nos casamos y después ocurrió un problema; Martha padeció de una rara enfermedad durante casi un año, de la cual se pudo recuperar con la consecuencia de perder su perfecto cuerpo de modelo; ella eran tan esbelta y hermosa pero por culpa de los medicamentos y tratamientos para su enfermedad, mi Martha duplicó o incluso más su peso en un periodo bastante corto.
Muchos meses más trate de ayudarla a bajar de peso; haciendo rutinas juntos, llamando especialistas o incluso diciendo algunos comentarios un poco duros para motivarla a esforzarse más pero nada de eso parecía funcionar, hasta que un día ella se cansó de todo y tuvimos una enorme discusión. 
En esa última discusión paso algo increíble y terrible, ambas cosas por igual. Ya que de entre todas las cosas que me dijo Martha, es que me deseaba pasar por lo mismo que ella para que me diera que no era tan fácil como yo lo hacía sonar, y que era mucho peor cuando tu pareja lejos de ayudarte, te hacía sentir peor. 
A la mañana de siguiente de esa discusión intente levantarme de la cama pero no pude hacerlo, lo volví a intentar y tampoco lo conseguí, tuve que usar toda mi fuerza y apoyarme de la cama para poder sentarme, viendo por medio del espejo porque me costaba tanto trabajo mover mi cuerpo.
Por alguna razón estaba en el cuerpo de Martha, en el espejo veía como tocaba su rostro y  regordete cuerpo, dándome cuenta que eran los mismos movimientos que yo hacía, algo terrible cuando menos en cuanto lo comprendí. 
Grite por el miedo de la situación, algo que despertó mi propio cuerpo, el cual también se veía confundido y con miedo ante lo que estaba ocurriendo. Así con mi cuerpo despierto, pude confirmar que Martha estaba dentro de mi cuerpo y yo dentro del suyo. 
Desde ese día la vida diaria fue bastante complicada, especialmente para mí. 
Martha se acostumbró muy rápido a mi cuerpo y mi trabajo, trayendo dinero a nuestra lujosa casa sin mayor problema. 
No obstante, yo sí que tenía problemas para vivir su vida: en primera no me gustaba la idea de ser mujer ni mucho menos ser la mujer de la casa que se encarga de todas las labores domesticas, desde que conocí a Martha ella se había encargado de todo y ahora que lo tenía que hacer yo, era un desastre por donde se viera al limpiar mal o hasta terminar ensuciando, hacer la comida de forma incorrecta o arruinar la ropa al intentarla lavar. Simplemente era un desastre en todo.
Usar los vestidos holgados de ella no me gustaban pero terminé usándolos, ya que toda la demás ropa me quedaba ajustada por su cuerpo actual, el cual tuve como único propósito cambiar para que volviera a ser la bella mujer que conocí antes de su enfermedad. Sin embargo, sin importar que es lo que hiciera o lo que intentará, con cada día que pasaba en su cuerpo, aquella meta de mejorarlo se veía más y más complicada. 
Al principio intente usar la rutina perfecta que seguía como hombre pero no habían pasado ni 15 minutos cuando me di cuenta que era un propósito ridículo, puesto que apenas con los primeros ejercicios de la rutina ya estaba exhausto como pocas veces lo había estado, intente seguir pero simplemente no lo logré ni lo iba a lograr en el corto plazo.
Fue así que cambié la estrategia y busque una rutina más acorde al cuerpo de mi pareja, la mejor opción parecía ser yoga pero al ser algo más femenino, preferí buscar otras opciones. 
Al final decidí por correr, o mas bien caminar por las mañanas, una hora perfecta para que nadie me viera ya que al intentar salir más por la tarde, no pude evitar sentirme juzgado por las miradas y palabras de quienes me veían.  Por desgracia una vez más, sin importar cuanto me esforzaba, seguía sin conseguir bajar de peso. 
Fue entonces que añadí la natación al medio día, algo que puedo hacer en la intimidad de mi casa como para atreverme a usar uno de esos bikinis que tanto le gustaban a Martha, o que mas bien le siguen gustando, pues se porta como todo un hombre cuando me ve nadando en uno de estos. 
Ahora que lo pienso, toda nuestra dinámica también ha cambiando por completo desde nuestro cambio de cuerpos, algo que sinceramente, no me termina de agradar.
Él o ella no sólo se porta como yo con las demás personas, también se porta como yo conmigo lo cual es bastante raro; suele besarme, abrazarme a la hora de dormir, también me da nalgadas y en ocasiones....sujeta mi carne extra, yo lo hacía para molestarla pero ella en serio parece disfrutarlo, me lo ha dicho mas de una vez cuando tenemos sexo, cuando hago ejercicio o simplemente llega y me dice eso. Por un momento pensé que el sexo sería lo más raro que podría hacer pero sin duda que me cuide a pesar de este cuerpo, es algo que me deja sin palabras con cuales agradecer el cariño que me tiene, y que no se porte cómo un imbécil tal como yo hacía me hace darme cuenta del tipo de persona que estaba siendo con mi pareja. Martha era mucho mejor con su cuerpo o en el mío, así que lo menos que podía hacer, era soportar todo lo que me quisiera hacer sin rechistar.
Por eso fue que quedarme en su cuerpo cada día se volvió más sencillo, y como un regalo especial, acepte salir a la piscina desnuda, ya que ni cuando lo hacemos le había dejado ver mi cuerpo, o mejor dicho, su cuerpo desnudo por completo. Solo que considerando todo lo que ha hecho ella por mi, creo que se lo ha ganado.
-Martha, yo lo siento, no sabía por lo que pasaba y tras vivir tu vida estos últimos meses-
-No sigas, no hace falta que te disculpes o digas algo más, tesoro. No tengo idea de porqué cambiamos de cuerpo, incluso si lo dije en nuestra pelea solo era por el calor del momento pero quiero que sepas que si hay forma de volver a mi cuerpo me gustaría hacerlo, pero hasta descubrir que podemos hacer para ello, seguiré cuidando de ti lo mejor que pueda, así como tú cuidabas de mi-
Que interrumpiera mis disculpas para ella disculparse y hablar con esa sinceridad sin duda me alegro, provocando que la abrazara sin importar lo cerca que había quedado mi cara de su desnudo cuerpo. 
-¿Lo mejor que puedas dices? Si para mí, haces un mejor trabajo siendo yo, que lo que yo mismo pude hacer por ti, en especial al ayudarme a aceptar tu cuerpo como mío....Cuando quede en tu cuerpo sinceramente creí que te vengarías por todos los malos ratos que te hice pasar pero no, hiciste todo lo contrario: me ayudaste a vestirme bien, a cuidar de mi higiene y mi nueva intimidad, y aunque claro que de vez en cuando llegaste a hacer bromas o comentarios sobre mi peso, de no ser por el cariño y apoyo que me diste, nunca me hubiera sentido tan a gusto con este cuerpo, tan bello y único como el primer día que te conocí-
Unas palmadas se sintieron en mi cabeza antes de sentir un beso en la misma por parte de mi pareja, con quien a pesar de la situación, podía compartir un momento verdaderamente único en más de una manera.
-No te preocupes por eso, si te sientes contento con mi cuerpo yo también lo estoy, y si quieres seguir intentando bajar de peso, voy ayudarte con eso. De hecho, se me acaba de ocurrir un ejercicio perfecto para quemar grasa mientras hacemos cardio, y hasta podemos hacerlo juntos-
Unas suaves pero atrevidas caricias empezaban a sentirse por mi cuerpo, el cual reaccionó de inmediato con una pícara sonrisa, sabiendo a cual ejercicio es el que se refería. 
-Honestamente no sé si seguiré con mis rutinas de ejercicio o no, pero estas sesiones las aceptaré cada que pueda-
Con eso sentimientos y disculpas dadas de parte en parte, aceptaría la rutina qué me sugería mi marido, yendo directo a la punta del entrenamiento que no solo daba distintos tipos de placer, también me ayudaba a quemar calorías. Nunca lo habíamos hecho en la piscina, así que sería todavía más divertido. 
Créditos a quien correspondan.

4 comentarios:

  1. Por favor seria increible una historia donde una anciana millonaria paga a una clínica de intercambio de cuerpos para conseguir el cuerpo de una mujer mas joven y de esta manera transferir todas sus propiedades y riquezas a su nuevo cuerpo. También como detalle podría cambiar su nombre por el nombre de su cuerpo original. Muchas gracias ❤️

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    1. Gracias por comentar pero no estoy haciendo peticiones en estos momentos.
      -Nero.

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    2. No hay problema, comprendo. Muchas gracias 😊

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    3. Gracias por su comprensión, anónimo. Lo tomaré en cuenta para más adelante.
      -Nero.

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