viernes, 24 de mayo de 2024

Mi santuario

-Así que...de nuevo vine con este cuerpo a este lugar, me cuesta creer que he llegado a este punto de no retorno...-
Me decía a mi mismo al mirar mi zona de trabajo; un maldito baño de apenas un par de metros, donde las paredes tenían varios hoyos para poder trabajar, y con un montón de "reseñas y comentarios" sobre mis precios y trabajos por todos los muros, al igual que las palabras que tenía en mi cuerpo; los hombres solo llegaban, lo hacían y al terminar o durante el sexo escribían todo tipo de obscenidades en mi cuerpo para meterme los billetes en la tanga o alguna otra ropa, es una rutina a la que me asusta haberme acostumbrado durante los últimos meses. 
-Lo peor de todo es que son solo buenos comentarios... hago mi trabajo de forma espectacular-
Suspiraba al decirme eso y recordar como de rápido fue que escaló toda esta situación, tanto que me convertí en alguien muy popular entre los caballeros. 
Cansado de tener que soportar a la pesada de mi madre todo el tiempo, decidí escapar para vivir por mi cuenta en algún lugar lejos de ella; había un sitio que rentaba departamentos a muy bajo precio, así que no tenía de otra más que vivir ahí por un tiempo en lo que mejoraba mi situación o algo por el estilo.
Y aun si tuve unos días buenos al empezar a vivir solo, rápidamente se me terminó el dinero y a finales de mes me quedaría sin donde dormir, comer, bañarme o simplemente donde vivir.
Entre toda mi desesperación y orgullo de no volver arrastrándome a casa con mamá, pude llegar a un acuerdo con la dueña del lugar que rentaba, y que a su vez, también era la dueña de un prostíbulo cerca y por el cual había un bajo precio en los departamentos.
Ella tenía un atuendo..."especial" por llamarlo de alguna forma. Se trataba de una especie de traje de cuero o de látex que asemejaba por completo al cuerpo de una mujer madura y que una vez colocado el broche que cierra el traje, básicamente el traje me volvería una mujer de verdad.
El acuerdo era volverme una de sus mujeres poniéndome ese traje y algo de ropa que me diera para trabajar desde abajo e ir subiendo en esta humillante labor, así yo tendría un trabajo, mantendría mi departamento y todo lo que pudiera conseguir era para mi, descontando el alquiler claramente.
Ninguna de mis opciones parecía mejor que otra;  volverme una prostituta y mantener mi departamento, vivir en la calle y mendigar como hombre, o volver con mamá también siendo un hombre; la decisión que tomé me sorprende hasta a mi pero me convertí en una prostituta.
Dicha mi elección, la dueña me llevó a un baño el cual cerró con llave, diciendo que esa puerta solo se abriría al terminar mi turno, o bien que alguien pudiera pagar el precio por tenerme a su entera disposición.
La mujer me explicó que aquellos que no tenían tanto presupuesto, o querían algo más rápido, solo tenían que pasar su dinero por alguno de los agujeros en los muros, y una vez tomará su dinero, ellos podrían meter su pene para que yo los dejara satisfechos de la forma que prefiera. Los que pagarán por abrir la puerta, tendrían derecho a hacer conmigo lo que quisieran por un rato más prolongado.
De esa forma, este baño de apenas unos metros se volvió mi sucio santuario de placer para todos los hombres que pudieran pagarme por algo dentro o fuera de mi lugar de trabajo.
Todavía no lo entiendo pero creo que el traje que visto me ayudó a saber como comportarme, pensé todo tipo de cosas antes de empezar mi primer día pero una vez que estaba con el traje, supe vestirme con esa ropa lasciva sin problemas, maquillarme, caminar con tacones y por supuesto, como usar varias partes de mi cuerpo para hacer llegar al clímax a múltiples penes a la vez. 
En menos de dos meses no sólo pague todas mis deudas, también pude adelantar pagos de alquiler para todo el año, me volví la estrella que todos querían coger en un abrir y cerrar de ojos, convirtiendo mi espacio de trabajo en uno que siempre tenía clientes; mi santuario cada vez me quedaba más pequeño ya que más penes habían por los orificios y muchos más hombres pagaban directamente para que mi puerta se abriera y hacerme suya hasta dejarlos satisfechos...y ellos a mí.
Sin embargo, renuncié al empleo apenas pude. Se suponía que eso era algo temporal, pero renunciar en un punto tan alto sorprendió a todos, hasta yo estaba sorprendido de la decisión que rápidamente me arrepentí de haber tomado.
-Vamos, cariño, te fuiste por 2 semanas sin avisar, mi amigo te extraña-
-Igual el mío, solo tú sabes como complacerlo-
-Sin duda eres la mejor, así que hagámoslo-
Los chicos estaban felices y desesperados por mi regreso mientras yo divagaba en mis pensamientos al vestirme con mis atrevidas ropas.
-Tranquilos, les compensare a cada uno haberme esperado, así que solo esperen un poco más mientras me visto-
Respondí a los muchachos que no veía por las paredes, pero que sí podía escuchar.
-No entiendo para que te arreglas si te quitaremos todo nuevamente-
-Eso lo hace más divertido, cielo. Cuento con que me arranquen cada ropa que me ponga por el resto de mi turno-
Dije sonriendo y haciendo que los chicos se emocionen, al igual que yo, dándome cuenta así del muy fuerte motivo por el cual creo que regresé. 
En verdad había juntado mucho dinero en muy poco tiempo, no tenía que seguir trabajando hasta el próximo año si así lo deseaba, sin embargo mis deseos eran otros. No sé si sea por culpa del traje o que sencillamente yo lo he disfrutado, lo único de lo que estoy seguro es que no podía ni quería dejar de ser esta mujer de un trabajo cuestionable.
Así que después de unas "vacaciones" volví con más energía que nunca a mi sucio santuario en el cual muchos caballeros ya me estaban esperando. Apenas entrar a mi baño no pude cerrar la puerta porque alguien ya había pagado para cogerme un buen rato, incluso me sacó de mi santuario desnuda y después de un par de horas, caminaba de regreso al baño para seguir con mi turno. 
Empezando a conversar con mis ansiosos clientes mientras me vestía; guantes y medias de cuero negro, tacones altos y oscuros, una minifalda absurdamente corta junto a un coordinado de ropa interior que parecía apuntó de reventar; mis accesorios eran unos enormes aretes de oro que me regalo un cliente, un collar lujoso que oculta el cierre de mi traje y un montón de maquillaje para verme más lasciva y bonita, además que con este fuerte pintalabios, apenas ponga la boca en algún pene lo dejaré marcado.
-La espera ha terminado, chicos, espero que estén preparados-
Gritos y aplausos se oían al otro lado de mis muros, viendo como los billetes empezaban a aparecer por los agujeros, tomando cada billete para ponerlo con el resto que tengo y así pasar a mi parte favorita; satisfacerlos; todos ellos se ven tan felices y emocionados, ya estoy tan excitada que no sé ni por dónde comenzar pero sé que no me iré de aquí hasta dejarlos satisfechos y que yo también lo esté.
Sin duda volver a mi santuario fue lo mejor que pude hacer. 
Créditos a quien correspondan.

6 comentarios:

  1. Me gustó bastante jsjs, quien diría que estar atrapado en un lugar tan pequeño le da una gran libertad jsjs

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    1. Muchas gracias por comentar, Jessica. Había pasado un buen rato desde que pude leerla, me alegra verla por aquí al igual que me pone contenta saber que disfruto de esta pequeña historia.
      -Nero.

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    2. Sip hace mucho no comentaba pero siempre estoy pendiente de l oque subes Nero, siempre es un gusto

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    3. Lo mismo digo, Jessica. Ojala pueda leerla más seguido por aquí y en su blog.
      -Nero.

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  2. Estuvo muy bueno, gracias por la historia. Espero subas más de imágenes de anime.

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    1. Gracias por comentar, Yisus. Me alegra saber que disfruto la historia, e intentaré seguir dando variedad con imágenes 2D y 3D.
      -Nero.

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