-Cariño, no te vayas. La cena ya esta lista-
Dije de forma apresurada al ver entrar a mi marido en casa, él lucia realmente agotado por el trabajo, y conociéndolo después de tantos años, si no lo detengo ahora para que cene algo, se dará una ducha e irá directo a la cama hasta el día siguiente.
-Llevas varios días sin cenar conmigo, y hoy preparé tu favorito, ¿en serio piensas dejar a tu esposa cenando sola?-
Hice una expresión triste, una a la cual mi marido nunca podía decir algo para oponerse o negarse. Me siento un poco culpable al hacer esto, pero es mi marido, y como su esposa, me preocupa que él se encuentre bien. Él ya hace mucho siendo el único que trabaja, lo menos que puedo hacer para apoyarle, es cuidarlo y alegrar un poco su día a día.
-¿En serio? Muchas gracias, siéntate, que ya sirvo la cena-
Mi marido sonrió y me dio un cálido beso en la mejilla junto con un abrazo, además me agradeció por todo lo que hago en casa, haciéndome sonreír de forma genuina mientras servía la cena que tanto ama.
-¿Los niños? Ambos están dormidos, ambos estaban agotados, así que cenaron antes y se fueron a la cama-
Mis dos hijos eran mi orgullo y mi alegría, el mayor es una copia idéntica de su padre mientras que el menor se parece mucho a mi, a sus 9 y 7 años todavía cuido mucho de ellos, aunque empiezo a prepararme para dejarlos crecer un poco más por su cuenta cuando sea necesario, algo que parece más pronto de lo que me gustaría.
El otro día, mi hijo mayor me dijo que ya era un niño grande y que no necesitaba mi ayuda. A los pocos minutos se disculpó y me pidió ayuda, eso me pareció adorable pero me hizo saber que poco a poco mis pequeños dejarían de ser tan pequeños, una parte de ser madre que me entusiasma y entristece por igual.
-¿Quieres hacer algo en familia el fin de semana? Suena perfecto, hace semanas no podíamos salir todos juntos, ¿Dónde te gustaría ir?-
Normalmente mi marido me dejaba esas decisiones a mi, al estar más tiempo con los niños, creía que podía hacer mejores elecciones yo. Sin embargo, esta vez tuvo una propuesta que me sorprendió.
-¿Quieres llevarlos al partido de soccer? Cierto, ellos mencionaron que su equipo favorito jugaría en la ciudad próximamente, apuesto que será divertido-
Mi marido se rio por mi repuesta, eso me tomó por sorpresa y en cuanto puse su plato con la cena en la mesa, le pregunté.
-¿Me perdí de algo? ¿Qué es tan divertido?-
Mis preguntas solo hicieron que mi marido riera un poco más antes de explicar que le parecía tan gracioso, algo que honestamente me dejó sorprendida.
-Eso es cierto... Hace mucho tiempo yo era una gran fanática del deporte, no me perdía ni un partido, y me la pasaba en grande cuando jugaba mi equipo favorito-
Esos recuerdos nostálgicos vinieron acompañados de ver lo mucho que cambió mi cuerpo en los últimos 10 años, algo que noto mi esposo como si leyera mi mente para comenzar a halagarme.
-Muchas gracias por los cumplidos, cariño. Supongo que me he descuidado un poco con el pasar del tiempo pero estoy muy contenta por como me veo, nada mal para una madre de dos niños, ¿Verdad?-
Bromeaba y sonreía con respecto a mi cambio físico, algo que mi marido respondió con seriedad recordándome todo lo que me amaba, una respuesta tan sincera que me hizo sonrojar.
-Vaya, te pusiste algo serio al recordar los viejos tiempos-
Susurré mientras veía mi cuerpo que ha cambiado tanto con los años; mis piernas son largas pero delgadas; creo que soy bastante delgada, o más bien, todo lo que debía distribuirse en mi cuerpo se quedo solamente en mi enorme pecho tras estar embarazada; además mi cabello es tan largo que no recuerdo la última vez que lo corte, y aunque todos los días me toma un montón de tiempo cuidar mi cabello, me hace muy feliz tenerlo tan largo.
Ahora que lo pienso debo admitir que me he puesto muy cómoda usando ropa sencilla con algún abrigo más grande de mi talla. Por supuesto que me visto y pongo maquillaje cuando salgo de casa, me gusta lucir lo más linda posible, solo que en la privacidad de mi hogar, mis conjuntos son más cómodos y discretos.
Al verme de pies a cabeza, me doy cuenta de lo mucho que he cambiado físicamente en los últimos 10 años. Sin embargo, lo que me sorprende todavía más, es que en los últimos 10 años, acabe por aceptar esta nueva vida como mujer.
¿En que momento sucedió? No lo sé.
Antes era un chico, era muy bueno en el soccer, en especial cuando jugaba con mi mejor amigo en la universidad.
Todo iba de maravilla en mi vida estudiantil, hasta que un accidente en automóvil me llevó al hospital. Pensé que ahí sería el final de mi vida, estoy seguro que ahí vi la luz, pero cuando me di cuenta, desperté en el cuerpo de una joven y hermosa universitaria para tener una segunda oportunidad de vida.
No estaba nada contento con eso, en aquellos días prefería haber muerto porque perdí todo. O eso es lo que sentía, ya que no perdí a mi mejor amigo, quien me apoyo todo el tiempo desde que salí del hospital hasta el día de hoy.
No sé en que momento sucedió pero comencé a aceptar mi nueva vida, poco a poco me volvía más femenina, incluso terminé enamorándome de mi mejor amigo con quien tiempo después me case y forme una familia.
Entre más intento pensarlo, termino más confundida, no tengo idea de en que momento me puse tan cómoda con esta vida, la cual estoy muy orgullosa de poder vivir.
-¿Qué dijiste, cariño? Me entretuve en mis pensamientos-
Parecía que mis ideas se extendieron por varios minutos, al punto que mi marido ya había terminado su plato de la cena y me pedía más, al mismo tiempo que me preguntaba si no pensaba unirme a cenar con él.
-Cielos, eres un glotón. Se nota que es tu favorito, si fuera otra comida, no me pedirías repetir-
Ante mi bromista regaño, mi marido comenzó a reír, algo que a su vez me hizo reír de vuelta.
-Tienes suerte de que prepare un poco más, así que puedes repetir esta noche y todavía podrás llevar para tu almuerzo de mañana-
Mi marido se veía encantado por la idea, dándome las gracias por consentirlo tal como hago con mis hijos, algo que me enorgullecer hacer cada que puedo.
-Y yo pensaba que mis niños ya estaban dormidos, pero olvidaba que también debo cuidar y consentir a mi niño más grande-
Entre risas de mi marido y de mi, terminé de servir la cena para los dos y compartir la mesa mientras nos poníamos al día.
-Hablábamos del fin de semana, ¿Verdad? Será lindo volver a un estadio después de tanto tiempo, solo que no tengo una camiseta del equipo... ¿Acaso mi lindo marido piensa comprarme una playera para ir al partido?-
Mi sonrisa juguetona obtuvo una rápida respuesta, la respuesta que yo quería escuchar.
-Muchas gracias, cariño. Eres el mejor. Estoy segura de que nos divertiremos un montón yendo al juego en familia-
De esa forma, la cena con mi marido se hacia una muy alegre...alegría....
Creo que eso hizo que me olvidara un poco de mi anterior vida y disfrutará más de esta nueva vida, cada día con mi marido soy muy alegre, estar con mis hijos me hace feliz, y ser una madre hogareña es algo de lo que estoy orgullosa.
Puede que todo comenzará por un accidente, pero ahora puedo decir que estoy muy feliz con mi vida, la cual pienso disfrutar a cada momento, por el resto de mis días.
Créditos a: @THE_VARKING |
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