jueves, 21 de marzo de 2024

La jefa

-Vaya, una pequeña luciérnaga se ha colado en mi guarida, ¿Quién lo diría? Eso es algo que no sucede muy seguido. No suele haber personas tan idiotas que intenten molestarme-
En medio de la oscuridad de una enorme tienda, una voz dulce se podía escuchar, era una voz amable y alegre, con un tono especialmente juguetón que a su vez daba una mala sensación, la joven mujer hablaba de una manera que parecía muy buena para ser cierta, generando angustia en quien la escuchaba.
-¿Cuándo fue la última vez que eso sucedió? En serio que no lo recuerdo, después de todo, ¿Qué clase de persona sería tan imbécil como para meterse en mis asuntos?-
Su forma de hablar era desconcertante, por muy linda y juguetona que quisiera sonar, había momentos donde su enojo era más que evidente, expresándolo con malas palabras y una áspera voz como si estuviera cansada de tanto gritar.
De un momento a otro, la literna se apagó, llenando totalmente de oscuridad el lugar, algo que solo hizo reír a la mujer.
-¿Mi luciérnaga ya no puede brillar? Es una lástima que renuncies a tu única oportunidad de escapar. En la oscuridad será más sencillo atraparte-
La voz parecía estar por todas partes, a veces tan cerca del intruso que parecía susurrarle al oído, a veces a lo lejos como si hablará desde fuera de la tienda, en otros momentos por un lado, y al siguiente segundo del lado opuesto de la tienda, especialmente cuando comenzó una clásica canción de cuna, que solo podía provocar angustia en una situación digna de pesadillas.
-¿Quieres que te cante? Soy muy buena, así que podrás escuchar algo lindo antes de que acabe contigo... Estrellita, ¿Dónde estás?... Quiero verte tintinear....No, tengo una letra apropiada para la ocasión-
La risa sádica y burlona de la mujer interrumpió la clásica canción, solo para seguir con la melodía en compañía de una letra bastante distinta que resonaba por toda la habitación.
-Ladronzuelo, ¿Dónde estás?
Me pregunto que serás
Nunca podrás escapar
Tu vida mía será
Ladronzuelo, ¿Dónde estás?
Ya te quiero castigar
Mi magia te hechizará
Juro que no habrá piedad
Ladronzuelo, ¿Dónde estás?
Tu sentencia inicia ¡YA!-
La canción generaba un malestar absoluto por muchas razones; la retorcida letra hacía una canción infantil era desconcertante, la hermosa voz hablando de sádicos planes, repitiéndose cada vez más fuerte y con varias más voces idénticas a la principal a cada segundo que transcurría la melodía, todo acompañado del sonido de cadenas deslizándose por la habitación hasta que la canción terminó, atrapando al ladrón con una cadena roja que rodeaba su cuello.
-¡Aquí esta mi pequeña luciérnaga!-
Decía llena de emoción la sádica maga de ropas rojas, que arrastraba al chico hacía ella por medio de la cadena, con una mirada lujuriosa digna de una cazadora, emocionada por tener una nueva presa a la cual atraía jalando la cadena.
-No te levantes, los ladrones y yo no estamos al mismo nivel-
Cuando el chico intentó ponerse de pie, ella no dudó en pisarle la cabeza con sus duras botas para obligarlo a estar en el suelo.
-¿Lo ves? Así está mejor, desde ahí abajo puedes suplicar todo lo que quieras, aunque no tendré piedad bajo ninguna circunstancia-
Sonriendo y sin dejar de pisar al chico, la maga dejó su tono bromista al hablar para tomar uno bastante más serio, y que pocas personas habían escuchado de ella.
-Te reconozco, para tu mala suerte sé muy bien quien eres-
La mujer pudo sentir como su pie se estremecía ya que el chico comenzó a temblar y a disculparse, algo que la maga ignoró por completo para seguir hablando, pisando un poco más fuerte al chico para que no pudiera moverse.
-Eres un miserable, ¿sabes? De lo peor que ha pisado mi tienda por muchas razones, pero la que más detesto, es que hiciera llorar a mi aprendiz-
Un pisotón más, junto a apretar más la cadena del chico fueron la reacción natural de la maestra al recordar la situación reciente.
-Eres un miserable exigente, pidiendo un hechizo tan jodidamente específico de inmediato como si fueras la gran cosa. Lo peor de todo, es que mi aprendiz en serio estaba dispuesta a hacerlo, pero apenas te pidió dinero para pagar los materiales, hiciste una escena como un maldito mocoso de 5 años que no obtiene lo que quiere, solo te hizo falta tirarte al piso y llorar para coronar tu jodido berrinche-
El grosero y sádico tono con el que la mujer hablaba, se vio interrumpido por una de sus risas al decir.
-Deberías agradecerme, ya te dejé en el suelo, ahora solo llora como el maldito mocoso mimado que eres-
Un par de risas más en compañía de pisotones resonaron por la habitación, hasta que la maga volvió a su forma de hablar más severa para retomar la conversación donde había quedado.
-No conforme con ser la mayor molestia que ha pisado mi tienda en meses, ahora intentas robarme de la forma más patética que he visto, ¿Entrar a escondidas por la noche? ¿En serio? Ni siquiera tengo insultos para algo tan aburrido, simple y genérico, ¡Qué hiciste mal!-
La maga comenzó a mover su mano libre, provocando que varias pócimas comenzarán a flotar cerca de ella para así mezclarlas en una botella desgastada.
-Sí, sí, sí, ya te oí, es imposible no escucharte, ¡no dejas de quejarte todo el tiempo!-
Ignorando por completo al chico, desde sus suplicas hasta sus insultos, la maga siguió mezclando sus pócimas en una nueva pócima que no parecía nada agradable.
-¿Puedes dejar de ladrar un momento? Estoy terminando tu premio, perdedor-
La mujer finalmente dejó de pisar la cabeza del chico, concentrándose un momento en mezclar su nuevo invento.
El ladrón intentó huir en ese momento, la maga dejó la cadena para centrarse en la pócima, la oportunidad parecía perfecta. Solo que, apenas dar unos pasos, la cadena se retrajo con fuerzas, haciendo caer de espaldas al chico bajo los pies de la maga cruel de ropas rojas.
-Wow, increíble, la inteligencia y habilidad personificada, por un momento creí que escaparías y esas cosas-
Dijo la maga de forma sarcástica sin siquiera mirar al chico, ya que su interés estaba en terminar de crear su nueva pócima, la cual una vez concluyó, hizo sonreír a la dama.
-Muy bien, terminé. Abre grande, insecto-
Pidió con una gran sonrisa engañosa, pues por muy linda que pudiera verse la mujer, su forma de hablar era como la de una persona hacía un animal que apenas puede entender algo de lo que ella dice.
Como era de esperar, el chico se negó y suplicó, prometiendo que nunca volviera a molestarla o hacer algo indebido. Sin embargo, tal como la mujer prometió, no había palabras o acciones que la hicieran cambiar de opinión.
-¿Sabes algo? Me da mucho gusto haber tenido este encuentro, hace tiempo quería saber que ocurría si mezclaba ciertos ingredientes, y sobre todo, me dio la oportunidad de desahogarme-
La mujer lenta pero firmemente comenzó a jalar la cadena, haciendo que el chico fuera arrastrado hacia ella, dejándolo de rodillas frente a ella, apretando la cadena con más fuerzas a cada segundo hasta que el chico abrió la boca y le obligó a beber la pócima.
-Ya estaba agotada, ¿Sabes? por muy mágica que sea, también tengo limites, y ciertamente tú fuiste la gota que colmó el vaso-
La mujer hablaba de forma tranquila, metiendo la pócima en la boca del chico sin darle oportunidad de negarse a beberla, viendo como la pócima de un rosa sucio y negro poco a poco disminuía del frasco, al mismo tiempo que veía al chico deglutir.
-Quiero que te grabes esto en la memoria, recuerda muy bien mis palabras o juro que lo lamentaras: está bien que yo intente ser amable y que mi trabajo sea hacer felices a los demás, sin embargo,  nunca en tu miserable vida olvides que la que manda aquí, soy yo-
Créditos a quien correspondan.
-¡Estimados clientes!¡Valiosas compradoras!¡Y toda persona que visite hoy nuestra tienda! Déjenme invitarlos a conocer a ¡Vanessa! La nueva integrante de nuestra tienda que solo estará por tiempo limitado-
Anunciaba con entusiasmo la dueña de la tienda, gritando a los cuatro vientos acerca de su nueva atracción.
La maga no solía protagonizar este tipo de eventos, por lo que verla anunciar ella misma las novedades, hizo que todo mundo estuviera interesado por lo que había preparado, su mera presencia era una garantía de calidad y que sería asombroso lo que sea que tuviera entre manos.
-Vannesa es el resultado de mi nueva creación, ¡Es una pócima asombrosa que combina la feminización, la obediencia, la sumisión y algunos rasgos dignos de mascota!-
Explicó con alegría la maga de la tienda, omitiendo los detalles pertinentes.
-La pócima puede ser algo fuerte para probarla en uno mismo, pero sus fuertes efectos son perfectos para deshacerte de alguien, castigar a un enemigo o simplemente jugar con la persona que tú quieras, los efectos son permanente así que podrías tener una novia, amante o incluso mascota que haga todo lo que tú quieras, como tú quieras, a la hora que tú quieras sin cuestionar ni rechistar. Ella te agradecerá de la mejor manera posible, si sabes a lo que me refiero-
Con una broma subida de tono, y una forma de hablar encantadora, la gerente de la tienda ya tenía cientos de personas escuchando la presentación de su nuevo producto, que podía ser interesante para más de uno.
-Si alguien, por alguna razón, tiene dudas acerca de mi extraordinario producto, ¡Vanessa es la solución!-
La maga señaló una habitación, adornada con corazones y lindas palabras invitando a todos y todas a entrar.
-Vannesa es una feliz voluntaria que probó la pócima, ella es la muestra de los efectos de está pócima, y quien estará encantada de recibir y obedecer a toda persona que entre en su habitación. Podría seguir hablando por horas de los maravillosos efectos de la pócima, pero, ¿Para que decirlo si ustedes pueden verlo?-
La puerta se abrió un poco solo un momento, dejando ver el bello y sumiso rostro de Vannesa, con una mirada perdida y una expresión absolutamente sumida en el placer, con una cadena roja rodeando su cuello como única vestimenta, siendo una descarada pero precisa invitación para conocerla.
Tan pronto como la puerta se abrió, se cerró, solo algunos clientes atentos y cerca del ángulo correcto, pudieron ver a la joven, haciendo crecer las expectativas en ella.
-Tal parece que están emocionados por conocerla, ¿No es así?-
La pregunta de la maga fue respondida por gritos de emoción, que una vez terminaron, dejaron a la pelinegra terminar de hablar.
-Perfecto, estoy segura de que Vannesa ansía conocer a todos y agradecerles por pasar el rato con ella. Si están interesados o interesadas en la nueva pócima, pueden conocer a Vanessa para asegurarse de lo que están buscando y desea; pueden hacerle lo que quiera para ponerla a prueba, ella estará muy feliz de mostrar sus capacidades. Sin embargo, ¡Quien la rompe, la paga! Si alguien se excede, espero se hagan responsables de Vanessa. Y si alguien quiere algo más que un momento con ella, puede venir conmigo para hablar de una estancia con ella más prolongada-
Las sádicas ideas de la maga eran presentadas de la forma más agradable posible, terminando su presentación para comenzar a platicar con más de una persona interesada en sus nuevas pócimas y el primer ejemplar producto de las mismas.
Mientras eso ocurría, las personas comenzaban a formar una fila para poner a prueba a Vannesa, quien por muy sumida en el placer y los deseos pueda verse, en el fondo conserva las memorias de su vida pasada, obligando a verse de esa nueva manera y a recordar que nunca se debe de hacer enojar a la jefa de la tienda.
Créditos a quien correspondan.

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