Hank era un hombre que trabajaba para una pequeña empresa que quebró, dejándolo desempleado y que por más que buscaba trabajos en distintos lugares nunca era aceptado, al menos hasta ver un anuncio que solamente decía que se pagaría miles de dólares a quien estuviera dispuesto a ser el sujeto de pruebas de un experimento secreto.
La situación de Hank era de las peores, tan desesperada que con tan poca información fue a la dirección en la hora indicada en el anuncio en búsqueda de que esa extraña oferta pudiera cambiar su futuro.
El edificio era un gigantesco laboratorio lleno de científicos que pasaban de un lado a otro ignorando su presencia hasta que uno finalmente le prestó atención y se le acercó.
-¿Tú eres el sujeto de prueba?-
-Sí supongo que sí, ¿Qué debo hacer?-
-Ve a la habitación del fondo, desnúdate y ponte el traje que hay ahí y después te sientas en la silla que preparamos-
Antes de que pudiera preguntar algo más, el científico que le explicó que hacer se fue y ya que de verdad aquel hombre joven necesitaba el dinero no tuvo de otra que seguir las indicaciones.
Camino hasta el último laboratorio para hacer lo que le ordenaron, la habitación era oscura así que no fue problema desnudarse sin ser visto para luego ir por el traje colgado en el gancho que era lo único con relativa iluminación, pero que de igual forma no servía mucho como para identificar de que se trataba, era uno muy raro ya que parecía una piel de mujer con un cierre en la espalda, mucho más pequeña que el hombre pero que tuvo que ponerse. Mientras iba colocándose la piel, la misma se fue adaptando a su cuerpo, los pechos cobraron su peso, la voz cambió y muchos cambios más que se definieron al subir el cierre del traje para darle ese aspecto totalmente femenino que proporcionaba el traje.
-Wow, mi voz es aguda y me siento tan diferente...pero lo que sigue es sentarme en esa silla-
Tras dar unos torpes pasos llegó a la silla para sentarse, y sin saberlo, empezara el experimento secreto, encendiendo luces que lo cegaron unos momentos y que al recuperar la vista clara se daría cuenta de que había un montón de científicos tras una ventana bastante amplía tomando notas frente a un panel de control en el cual presionaron un botón y de inmediato empezó a sacar todo tipo de instrumentos que inmovilizaron a Hank y otros tantos que iban directo a sus nuevas partes intimas que en poco tiempo le hicieron empezar a gemir y disfrutar cada uno de esos placeres femeninos.
-¿Cómo te sientes?-
-¡Genial!¡Me siento genial!¡Más por favor!-
-Parece que su cuerpo es muy sensible....se volverá adicto a esto igual que el sujeto anterior...hay que hacer modificaciones pero veamos que tan lejos llega el experimento esta vez-
Hablaban entre si los científicos viendo como a cada instante el sujeto disfrutaba más de su situación como la vez anterior, corrompiendo cada parte de su ser masculino hasta volverse una mujer totalmente pasiva y adicta al sexo, al menos esta vez era menos eficaz, en el sujeto anterior apenas se puso el traje comenzó a masturbarse y a suplicar por ser penetrada haciendo nulas algunas pruebas.
-Aguanta lo más que puedas, si superas el tiempo sin perder la consciencia mandaremos a un hombre contigo-
-¡Sí!¡Soportaré el tiempo de necesario pero tráiganme un hombre de verdad!¡Ya no puedo esperar!-
No había duda de que el dinero ya no le importaba, ni siquiera volver a ser hombre, gracias al experimento secreto del que se volvió prueba, lo único que quería ahora era experimentar lo que era tener un pene de verdad dentro y no un consolador u objetos sexuales que midieran sus capacidades, tan solo pensar en que un enorme pene entrará por sus piernas y la llenará de su semen le hacía que se mojará más y tuviera más determinación a ser la mejor en las pruebas que vinieran.
Créditos a quien correspondan. |
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