Hasta hace poco yo era un chico normal pero todo cambio cuando la gata de mi hermana desapareció. Le dije a mi hermana que su gata se había ido por su culpa, ya que no la cuidaba bien, algunas veces olvidaba alimentarla y cuando estaba en celo la rociaba con agua para que se callara, entre otros malos tratos que me hicieron rechazar de inmediato su idea de tener otra gata para reemplazar a la que escapó.
Tantas fueron nuestras peleas que un día de repente me ofreció un trato: si ella podía cuidar bien de una mascota por todo un mes, yo le compraría un gato nuevo, pero si fallaba ella jamás volvería a pedir una mascota y me presentaría a la hermana mayor de una de sus mejores amigas, chica de mi edad y de la que siempre había sentido curiosidad de conocer, llevándome a la idiota idea de aceptar el trato y formalizarlo estrechando las manos por capricho de mi hermana.
En ese momento una luz brilló en todo mi cuerpo y poco a poco rasgos de mi cuerpo se volvieron más finos en unas partes y más grandes en otras hasta que termine con un aspecto femenino con grandes orejas, un collar rosado que dice "Kitty" y una enorme cola blanca que se mueve según como me sienta.
Intenté pedirle ayuda a mí hermana menor pero ella solo sonrió y explicó que yo sería su gata por todo el mes y cuidaría de mi, además dijo que no podía entenderme, según ella no escucha mis palabras y solo son maullidos, por lo que no tenía de otra más que aceptar que este sería mi cuerpo por todo un mes.
Llevamos dos semanas del trato y por más humillante que sea, mi hermana menor ha cuidado bien de mí; ya que no soy una gata totalmente hay cosas que puedo hacer yo sola como ir al baño o alimentarme, pero hay veces en que mi hermana me baña, me prepara de comer o simplemente me acaricia hasta que empiece a ronronear o me duerma sobre su mano.
Pero hoy es diferente, mi cuerpo se siente muy caliente, por ratos junto mi trasero o entrepierna sobre algo y mi cola se mueve como loca sin bajar, cuando fui a buscar a mi hermana ella me empezó a acariciar y decir que estaba en celo y que en unos días pasaría, algo que no estaba orgulloso de vivir pero que no tenía de otra más que soportar.
Sin duda, era lo más humillante hasta el momento sobre todo porque si un chico viniera a la casa me iría sobre él por estas malditas hormonas, para mí buena suerte ella y yo somos las únicas que vivimos aquí entonces solo me queda aguantar dos semanas más de esto para volver a la normalidad y darle o no la estúpida gata que tanto quiere.
Créditos en la imagen. |
En encanta los gatos
ResponderBorrarParte 2?
ResponderBorrarNo de momento, pero gracias por comentar, anónimo.
Borrar-Nero.