-Hermana ¿Puedes servirnos el té?-
Me preguntó, aunque más bien era una orden de mi pequeña y horrible hermana menor a quien no tenía de otra más que obedecer.
-Sí, señorita enseguida lo traigo-
Dije para al fin moverme, llevaba cerca de una 1 de pie ahí viendo como las mocosas jugaban a lo que querían pero por órdenes de mi hermana yo no podía retirarme sintiendo una tortura en mis oídos con todos sus gritos, y otra tortura más en mis piernas que no se acostumbraban a usar estos enormes tacones haciéndolas hormiguear.
-WOW, que obediente sirvienta, quisiera tener una igual-
-Y que linda hermana, la mía nunca me obedecería ni usaría ropa así de princesa-
-Aunque es algo corta, creo que si me agachó podría ver su ropa interior-
Dijo una de sus amigas seguida de otra, al ver como hacía una reverencia antes de irme a la cocina, dando lo mejor de mí para no caerme o tambalearme en el proceso, escuchando como la bulla de las niñas disminuía hasta que finalmente me quede solo en la cocina y suspiré.
-Las odio a todas, son tan ruidosas y molestas, más les vale no hacer una tontería para ver mi ropa interior. Aunque ahora al menos tengo; muy pequeñas, apretadas y con el mensaje de "niña buena" en el culo pero es mejor a no tener nada debajo-
Mi día no había salido como yo quería, solo quería jugar un videojuego hasta terminarlo pero de repente mi hermana de 7 años entró al cuarto dándome un sándwich que agradecí y me comí sin darle mayor atención.
Me supo bastante bien a pesar de solo tener jamón y queso, solo que al pasar el tiempo mi cuerpo comenzaba a arderme, trate de ignorarlo jugando pero tras ese imparable ardor mi cuerpo comenzó a modificarse sin que pudiera hacer algo al respecto.
En cuestión de minutos me veía como una chica teñida de rubia, con un cuerpo muy esbelto y de linda apariencia que le encantó a mi hermana, quien como por arte de magia entró en el momento justo para ver como terminaba de cambiar mi cuerpo.
-¡Que maravilla! En verdad funcionó ahora eres una niña, eres mi hermana mayor, ponte esto-
Me lanzó un vestido rosa muy grande para ella pero muy corto para mí, además de unas bragas rosas, unas calcetas, un sostén blanco y tacones negros de mamá.
-Oye tú, Gabriela ¿Me hiciste esto?-
Pregunté oyendo por primera vez mi nueva voz aun incrédulo de verme como una mujer y aun más incrédulo de lo que dijo la menor.
-Sipí, encontré un frasco de esa medicina y decidí probarla contigo, ¡Y valió la pena! Te ves super linda-
-¿Y como porque lo hiciste? Ahora dame más medicina para que sea un chico de nuevo-
-No lo creo, necesito que seas una chica para jugar con mis amigas a las princesas, tú eres la sirvienta pero si te portas bien también puedes ser una princesa-
-¿Y que te hace creer que te voy a obedecer? Perfectamente puedo nalguearte o romper tus cosas hasta que me des la medicina-
-Pensé que dirías eso así que te diré un efecto mas de la medicina: "El efecto todavía es experimentar y se recomienda no usarlo más de 4 horas de lo contrario hay una gran posibilidad de que no se vuelva a la normalidad". Ya llegaron, piensa que harás hermano ¿o debo decir hermana y sirvienta?-
Así fue como mi hermana salió corriendo para que todas sus amigas entrarán a jugar mientras yo con dolor apagaba mi consola para usar la ropa que me dio. Las bragas me apretaban y me cubrían poco sin mencionar que la piel alrededor de la prenda resaltaba un montón viéndose ajustada, el sostén era todo lo contrario y me quedaba más grande de lo que debía pero al menos así no se moverían ni verían tantos mis pechos. Lo peor de todo fue el vestuario, al tratar de meterme en el vestido sentía que lo rompería en cualquier momento pero por fortuna no sucedió, subiendo el cierre en la espalda y sintiendo la brisa pasar entre mis desnudas piernas lo cual odiaba.
Los tacones fueron lo peor de todo, en serio que tarde unos 10 minutos en bajar de mi cuarto hasta la sala donde jugaban las niñas y mi hermana sonreía sintiéndose triunfadora, ya que de cierta forma lo era al conseguir su objetivo.
Ha pasado cerca de una hora desde que me volví una chica, una sirvienta y una hermana pero el día estaba lejos de acabar, ahora les debo preparar el té a esas demonias pero por lo que he podido oír quieren maquillarme, que baile como princesa y juegue mucho más con ellas. No pensé decirlo pero sería más fácil ser una sirvienta que una princesa pero no, ahora al verme quieren que yo sea Cenicienta y pase de su sirvienta a otra princesa como ellas, algo que tendré que hacer, porque si en verdad quiero volver a la normalidad debo obedecer y cumplir todo lo que edad niñas me ordenan.
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