-¿Y bien? ¿Cómo te sientes?-
-Raro a decir verdad...me cuesta creer que estoy usando estas ropas, siento que todos me miran-
-Seguramente es así, alguien ya habrá quedado enamorado de todos tus encantos, hermosa-
-No bromees con eso-
-Jijiji, era solo una sugerencia, después de todo podría pasar que un chico lindo y dedicado se pueda enamorar ¿No es así, Fátima?-
-Ya te dije que no me llames así-
-Oh ¿Entonces te digo Fabián para que todos sepan que eres un hombre vestido de mujer? Quieres armar un escándalo-
-Pero tú también eres hombre-
-Justo ahora soy una mujer así que apreciaría me trataras como tal, eso es una parte fundamental en ser travestí, o al menos para mí lo es-
La joven rubia de 21 años hablaba con su amiga de cabello azul de 17, justo ahora en la calle y con esas ropas ambas eran chicas llamativas aunque bajo el disfraz y su entrepierna estaba la realidad de que ambos eran un par de chicos, uno era Fabián y el otro Samuel que son compañeros de piso desde hace meses.
Lo que Fabián no sabía de su compañero y amigo es que él tenía la afición de vestirse como mujer, algunas veces encontró lencería en su cuarto pero pensaba que alguna amiga de él se las había dejado, no podía creer que en realidad Fabián fuera quien usará todo eso cuando no lo veía.
Pero ver la ropa tirada no fue lo que le hizo saber su secreto sino cuando un día llegó antes de lo previsto y sin avisar, en resultado se encontró al rubio en mitad de su transformación. Estaba usando un pantalón entubado con cinturón blanco que resaltaba sus caderas que de alguna forma aparecieron, seguramente con relleno para eso, al igual que el trasero y los senos. Llevaba una blusa ombliguera blanca junto con un sostén debajo para ponerse un suéter y maquillarse para ocultar sus rasgos masculinos más destacados.
Una vez que él se transformó en ella, Fabián entró a su habitación preguntado qué estaba haciendo y aunque se asustó al comienzo el chico vestido de señorita tuvo la confianza de decirle que es lo que hacía.
Samuel sentía atracción por usar ropa y lencería desde hace varios años pero no fue hasta que se mudó con Fabián que tuvo la oportunidad de poder usar todo lo que siempre había deseado, saliendo a la calle de vez en cuando como Samy en vez de Samuel, confirmándose así mismo lo mucho que disfrutaba ser un travestí.
Fabián tuvo curiosidad al respecto al oírlo, por como lo describía su "amiga" ponía interesante la idea de también hacerlo él, incluso se visualizo un poco siendo una chica y tal parecía que su deseo era tan obvio que Samy lo descubrió y le ofreció pasar una tarde como chicas, algo que con dudas y nervios Fabián aceptó.
No tenía nada preparado así que Samy tuvo que adaptarse a sus posibilidades usando menos relleno para su amiga, prestándole un sostén que compró más pequeño por error y unas bragas azuladas que parecían ser adecuadas para el cuerpo del chico, a un viejo pantalón de mezclilla lo recortaron hasta hacerlo un mini short que resaltaba su trasero de relleno e increíblemente sus piernas naturales, usaron una camisa de Samuel a forma de blusa que dejaba los hombros a la vista junto con unos tacones que ya no le quedaban a Samy, ella también le prestó un bolso a su amiga para ahí guardar las cosas que necesitará cargar y por último fue maquillado de tal forma que junto a la peluca violeta que usaba parecía una chica por completo.
La transformación de Fabián a Fátima fue algo tardará por los nervios e inexperiencia del chico pero finalmente había válido la pena dando una imagen completamente encantadora en el espejo para verse por primera vez.
-¿En serio soy yo? Es increíble-
-Claro que eres tú, tu complexión es delgada y tú eres muy lindo así que solo hizo falta la ropa y maquillaje adecuados para que termines así, me gusta mucho a decir verdad-
Dijo con emoción la rubia viendo a su nueva amiga incrédula frente al espejo.
Fabián se veía de pies a cabeza frente al espejo sin terminar de creerlo, incluso dio vueltas y busco poses más femeninas que solo le confirmaban lo linda que se veía de esa manera. Pero no le duró mucho ese momento ya que Samy la tomó de la mano para salir a la calle.
-Oye, ¿Qué estas haciendo? No quiero salir así, es vergonzoso-
-Puede que al principio lo sea pero créeme, es mejor salir cuanto antes para que vivas una mejor experiencia como chica-
-Pero si me descubren por mis piernas o se ve un bulto en la entrepierna o-
-No lo pienses demasiado, tus piernas están bien, incluso estaban rasuradas así que no se ve raro, de hecho estoy segura de que si alguien te ve es por lo linda que eres, no porque crean que eres hombre-
Interrumpiendo sus palabras intentó darle más confianza en sí misma, sacándola de su hogar para caminar juntas por la calle. Al principio Fátima se tambaleaba con los tacones y miraba a todos lados por sí alguien lo veía a él mientras que Samy caminaba con unos tacones más grandes como si nada, teniendo la vista en su amiga por si tenía problemas.
-¿Te está gustando, Fátima?-
-Bueno creo que si, las miradas no son tan intensas como imaginaba, es como si-
-¿Como si fueras una chica más?-
-Exacto-
Murmuró con sorpresa cuando prácticamente le leyeron los pensamientos viendo una sonrisa en su amiga que inspiraba confianza.
-Aun así es algo difícil usar estos tacones y los shorts me aprietan un poco por el relleno que hay pero todo va bien, creo-
-No te preocupes por la ropa cariño, vamos a la tienda a conseguirte más y puedes darme la mano para no tambalearte tanto-
-¿Hablas en serio?-
La peli morada se detuvo de golpe por alguna razón haciendo que su compañera también lo hiciera para averiguar que pasó.
-Sí, cuando me encontraste me dirigía al centro comercial, necesitó más bragas y sostenes, además que vi unos vestidos hermosos que quiero comprar, ahora que lo pienso hay un hermoso vestido que se vería mejor en ti y si vas a seguir haciendo esto necesitarás más ropa ¿No lo crees?-
-Yo...yo no estoy seguro de querer continuar haciendo esto-
-¿De verdad? Muchas personas hacemos esto y no tiene nada de malo disfrutarlo mientras no te metas en problemas, de hecho creí que tú lo estabas disfrutando. Ponerte bragas, peluca y maquillaje, usar tacones y salir a la calle no es algo que cualquiera haga a la primera por muy bien que se vea, yo tarde como un mes en hacerlo y no sabes cuanto me arrepiento por haber tardado, quizás por eso es que me ha gustado ayudarte. Pero tú no pusiste mucha resistencia en salir a la calle ni en usar tacones o ropa interior de chica, incluso posaste al verte por primera vez, así que creo lo disfrutas aunque sea un poco y eres muy bueno en esto, pero no te obligare a ir más lejos si estas seguro de que no quieres así que puedes volver a la casa y pasaremos de página con todo esto pero también puedes venir conmigo y te prometo que seguiremos haciendo esto de vez en cuando-
Con un suave movimiento de mano se despidió de Fábian para que Samy pudiera seguir su camino sola, unos cuantos pasos nada más hasta oír el sonido de los tacones acercarse y como alguien sujetaba su mano, sonriendo al ver como Fátima había tomado su decisión en un tiempo récord.
-Perdón por el retraso Samy, aun tienes que enseñarme a caminar usando estas cosas, son muy bonitos pero agotadores pero quiero comprar un par más de mi talla y confío en que me ayudes a elegir un poco de ropa linda para salir juntas de vez en cuando-
La rubia sonreía con más entusiasmo, sosteniendo la mano de su amiga y dirigiéndose a su destino contestó.
-No te preocupes de ello Fátima, te prometo que te verás más linda que ninguna otra y que siempre nos divertiremos, así que andando-
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