Es muy sencillo

El muy joven e inocente Daniel de apenas 9 años, creí que ser mamá era un trabajo sencillo, después de todo solo había que dar órdenes y ya, porque el resto de personas menores como él las cumplirían, así que como un regalo muy especial para su madre el niño buscó una forma de tomar el lugar de su madre para ahorrarle el trabajo de ser mamá por unos días mientras ella jugaba en su cuerpo. 

Y fue así como con un extraño libro que encontró, tras decir unas palabras se vio envuelto en un pesado sueño que más bien era una confusión que lo dejaría inconsciente hasta la mañana siguiente. 

Al despertar se vio envuelto por una ola de sensaciones y sentimientos muy diferentes a los que él tenía, siendo ahora mucho más alta, con largo cabello y aun más grandes senos, cubriendo su cuerpo únicamente por una delgada pijama que la mujer usaba para dormir. 

Dani estaba feliz porque ahora estando en el cuerpo de su madre podría cuidar de ella tanto como ella lo hacía con él. No obstante, no todo era como lo había pensando el pequeño y es que por lo poco que leyó, creyó que al cambiar de cuerpos ambas personas sabrían lo que sucedió pero no fue así y aunque Dani conserva todos los recuerdos de su corta vida, su madre Natalia no tiene idea de que ha sido ella por sus 32 largos años de vida, en lo que a ella concierne toda su vida ha sido Dani un pequeño niño promedio que no duda en obedecer a su mamá cuando está le ordena algo. 

Quizás la joven mente de Dani en el cuerpo de su madre aún no es consciente de ello y de todas las consecuencias que traerá el haber cambiado de cuerpos, esa falta de interés o preocupación se ve reflejada en que el niño ande medio desnudo usando un atuendo que encontró bonito en el cuerpo de su madre, jugando los videojuegos que tanto le encantan. 

Aunque ese gusto puede que le dure un par de días a lo mucho ya que al haber realizado mal el intercambio Daniel a la larga sufrirá lo mismo que su madre y olvidará que alguna vez fue ese niño pequeño que adora los videojuegos o las caricaturas para tomar todos sus recuerdos, su sentido de responsabilidad al ser una madre que cuida a su hijo y todo lo que hacía a Natalia ella misma. De momento Dani aún recuerda quien es aunque el gusto por maquillarse de su vieja madre ha comenzado a reflejarse en él, haciendo más que obvio que es cuestión de días se volvería Natalia porque tampoco se ha molestado en buscar una solución.