De vacaciones como una chica 2

Mi segundo día fue aún mejor que el anterior, por la noche pude meterme en el cuarto y cama de las chicas con quienes jugué y charle hasta quedarnos dormidas, yo abrazando a una de ellas y ocultando mi cara entre sus pechos para dormir cómodamente sin algún tipo de reproche por lo que hacía ya, sea porque no les incomodaba al ser otra chica o por sentir lástima de que ahora soy una de ellas. 

Al despertar no fue muy diferente de ayer, poniéndonos nuestro mejor bikini cada una para ir a la playa por varias horas, claro solo después de comer y sobre todo de bañarnos todas, un hermoso momento que aproveche no sólo para deleitarme con la feminidad de mis compañeras sino también para conocer la mía, había estado tan ocupado que ni siquiera me había interesado en ver mi propio cuerpo que incluso sin nada de ropa se veía espectacular. 

Con pechos modestos pero un enorme trasero para reventar a....¿Ok?, no supe de donde salió esa idea al principio, ya que tras eso y pensar lo bien que me la podría pasar en la cama con otra mujer o mejor aun con un hombre destacó, aún más. La pura idea hacia que ahí abajo me temblara y hormigueara por la emoción de que ese momento pudiera llegar. 

Con un balde de agua fría que me recorrió de la cabeza a los pies, dejé de lado esa frívola emoción para terminar el baño a lado de mis preciosas compañeras.

Me puse un nuevo bikini, menos ajustado que el anterior y con un pareo que cubriera mis piernas del sol y la vista pervertida por un tiempo, para así salir a la playa mis amigas y yo.

Todo iba de maravilla, nadamos en el mar, jugamos en la arena, incluso hubo un rato donde nos bronceamos y donde aproveché para desatar alguna parte del bikini de las demás y así cuando se levantarán, se avergonzaran o cubrieran el cuerpo de alguna forma por la broma, "me adapte" tan rápido que ya parecía una de ellas, según mis amigas lo cual de cierta forma me satisfacía por alguna razón. 

No obstante todo se me fue de las manos cerca del atardecer, estábamos a punto de irnos para ir a cenar o a algún bar cuando un grupo de apuestos chicos se nos acercó.

Debo admitir que eran bien parecidos y no pasaron de ningún límite que algunas de mis amigas les puso, incluso hubo uno conmigo al que me resistí y puse raya sobre lo que podía intentar conmigo o no.

Todos eran guapos y encantadores, charlando con nosotras y dejando en claro que querían salir con nosotras por una noche. Pensé que no lograrían su objetivo pero me equivoqué y tras tener una pequeña charla entre las chicas, descubrí que todas estaba de acuerdo en pasar la noche con ellos si eso querían ambas partes.

Fue ahí cuando yo me opuse, sin importar lo lindo que me tratará el chico y como hacía latir con fuerzas mi corazón, yo no estaba dispuesta a tener una aventura de una noche al ser un hombre en realidad. 

El resto me decían que no había nada de malo si las cosas se dejaban en claro, si nos cuidábamos y sobre todo sino nos enamorábamos.

Eso no me convenció así que seguíamos hablando hasta que una de ellas me propuso intentar citas mañana, ellos todavía iban estar y que de cada una dependía que tan lejos se quería llegar. Las chicas aceptaron y los chicos también y tras un intercambio de números de teléfono y una despedida cada grupo se fue por su lado.

Ahora no estoy muy seguro de que hacer, divertirme con las chicas había sido de maravilla pero divertirme como una chica teniendo una cita con un chico no me terminaba de agradar, sobre todo porque ni siquiera sabía que quería; si solo algo casual de una noche, si quería cancelar mi cita y quedarme sola en el hotel o si incluso quería un noviazgo con tan apuesto hombre, era el momento indicado para tomar la pastilla que me volviera hombre pero había algo dentro de mí que me impedía hacerlo. 

Mi cuerpo y mente ahora eran un caos, no sabía que pensar y mucho menos que hacer, sin embargo tenía de aquí hasta mañana para decidir lo que haría en mi siguiente día como chica.