martes, 26 de diciembre de 2023

Candy y Elizabeth

-¡Ya llegué!¡Candy, luces hermosa! Esa ropa interior te hace ver muy linda-
Decía la chica de cabello largo con unas trenzas al entrar a su habitación, tomando por sorpresa a la castaña que avergonzada intentaba cubrir su trasero por la sorpresiva llegada de la chica.
-Deberías tocar la puerta antes de entrar, además deja de llamarme Candy, sabes que soy tú padre a pesar de esta apariencia-
-Lo sé, lo sé, pero tienes que admitir que te ves muy linda, incluso usas faldas y ropa interior de chica ahora-
-No es que tenga elección, desde ese día que la neblina morada me tocó tengo este aspecto y ahora tengo que usar la ropa que ya no te queda y guardaste-
-La guardé porque me parecía muy linda y sí que lo es ¡No me canso de decir que eres muy linda, papá! Incluso podrías tener un novio muy apuesto-
-¡Castigada una semana sin celular!-
-Perdón, perdón, perdón, solo bromeaba-
-No es algo con lo que debas bromear hija, y a menos que encuentres algo en la biblioteca de tu escuela quien sabe cuanto tiempo seguiré así, o si al menos puedo volver a mi antiguo cuerpo...aún tenemos mucho dinero que ahorré pero no me quiero quedar así-
Hace algunas noches Gustavo, un padre soltero de poco más de 30 años llegó a su hogar para estar con su adorada hija de 17 años, pero a mitad de su conversación una extraña neblina envolvió al hombre haciéndole cambiar totalmente de apariencia y de género, ahora era una chica castaña de poco más de 14 años.
Tanto su hija como él estuvieron aterrados y tras un buen rato intentando pensar que pasó sin conseguir una solución o respuesta, su hija le empezó a ayudar con su cuerpo femenino además de mentir en el trabajo de su padre diciendo que estaba terriblemente enfermo y que se tomaría unos días.
Ya había pasado una semana donde el hombre se tenía que acostumbrar a su nuevo y pequeño cuerpo limitándose a las tareas del hogar para no salir y dejando la investigación de su pequeño problema a su hija, pero en estos momentos estaba en la habitación de su hija tomando uno de los pocos cambios de ropa que había maso menos de su nueva talla, incluso la ropa de su hija ahora le quedaba algo grande por lo que buscaba con cautela algo apropiado a su talla y que no resultará tan vergonzoso para el padre de familia.
-Entiendo, papá pero no creo que te guste lo que encontré, según un libro antiguo la neblina cambia cuerpos actúa de muchas formas, lo único continuo es que un hombre se vuelve mujer o viceversa, a veces con más efectos o fallos, menciona unos casos sobre que la neblina vuelve a aparecer e invierte lo que hace pero otras veces no...-
-Ya veo...¿Hay algún aproximado de tiempo para que me regrese a la normalidad?-
-Según el libro, dice que entre 1 semana a 2 meses-
-Al menos hay tiempo para no perder la esperanza de volver a mi cuerpo...-
-Pero ¿No te parece que también deberías conseguir cosas para ahora que eres una chica? No me refiero a si no vuelves a tu cuerpo pero con mi ropa vieja creo que no estarás muy cómoda, vamos a comprarte algo de ropa-
-Ni de broma, no quiero salir así y no pienso quedarme así-
-Lo sé, papi pero también se las necesidades de tu cuerpo, aún si no quieres salir déjame traerte ropa más adecuada, te prometo que no traeré nada atrevido ni ridículo así que ¿Puedo?-
La joven sabía que decir siempre para convencer a su padre, quien con un suspiro y rubor sobre sus mejillas respondió.
-De acuerdo pero yo también iré...no es lo mismo pero quiero volver a salir contigo, hija, al menos por un rato como si nada hubiera pasado-
La sinceridad del hombre se vio opacada por las risas sin malicia de su hija.
-Jajajaja, lo siento papá, haré lo mejor para portarme bien pero ahora si salimos pareceríamos 2 amigas o incluso hermanas, siendo tú la más pequeña de ambas y la más atrevida ¿Sabes?-
-¿¡Que clase de cosas dices, Elizabeth!? Todo en eso esta mal, sobre todo que soy "la más atrevida" ¿Por qué dices eso?-
-Porque en todo el rato que estuvimos hablando nunca se te ocurrió vestirte, o cubrirte, hasta ahora me sigues mostrando tu retaguardia hermanita, jajajajaja-
Al oír eso volvió a cubrirse y a aumentar la vergüenza, Gustavo había olvidado eso por estar concentrado en volver a la normalidad, y con toda la naturalidad del mundo había dejado que su hija lo viera ligero de ropa por un buen rato.
-¡Sal ahora mismo sino quieres que te castigue, pequeña!-
-Esta bien esta bien, estaré abajo esperando a que te vistas, Candy. La vamos a pasar muy bien yendo de compras-
La chica huyó de su habitación rápidamente dejando a su frustrado y avergonzado padre terminar de cambiarse, eran nuevos roles algo extraños pero que tenían mucha fe de que se pudieran revertir para seguir con su vida normal, de lo contrario Candy sería la nueva hermana menor de Elizabeth y tendrían que cuidarse la una a la otra.
Créditos a quien correspondan.




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