Hoy por la mañana era un día soleado perfecto para salir a jugar en un gran parque cercano de mi hogar y tras convencer a mi hermano mayor de ir al parque ambos llegamos a este. Él no era tan fanático de jugar como yo y en poco tiempo decidió acercarse a un árbol donde se recostó y en poco tiempo se quedo dormido.
No era un problema para mi, me gustaba trepar los arboles que había por todo el lugar así que empecé con ello y saltando de rama en rama que pareciera segura pero mientras subía a uno vi un conejo blanco, nunca antes había visto uno de esos ahí y sin nada mejor que hacer comencé a seguirlo para ver que planeaba hacer o hacía donde iba, sin imaginar en lo absoluto que es lo siguiente que pasaría.
El conejo cayó por un gran agujero de un árbol a lo que me asusté, creí que se había lastimado porque parecía muy profundo por alguna razón y no parecía que pudiera subir o que lo intentará al menos, así que me acerque a ver para poder ayudarle.
En cuanto estuve cerca me agache para buscar al conejo pero me resbale y caí por el mismo agujero. No tengo idea de cuanto tiempo pasó pero parecía que todo estaba bien en lo que se podía decir pero rápidamente me di cuenta de que no era así.
Estaba usando un vestido azul con blanco, medias largas y tenía un cabello rubio que me cubría toda la espalda, peinado con un gran moño negro para mantener el peinado. Todo era muy raro, yo era un chico y ahora era una chica muy linda.
-¿¡Qué me pasó!?-
Dije para darme cuenta de mi nueva y aguda voz y de que no me podía levantar, estaba dentro de un cuarto muy pequeño donde apenas lograba sentarme, aunque no me gustaba del todo, sentía frío en mis piernas, además que no sabía como sentarme como para que no se viera mi ropa interior.
A los pocos segundos el mismo conejo que vi, entró por una muy pequeña puerta en frente de mí. De cierta forma me alegro ver que estaba bien pero tenía otra cosa de que preocuparme en esos momentos.
-No te preocupes, Alicia. Dentro de poco volveré con la pócima para hacerte pequeña y puedas entrar-
-P-pero espera yo no soy...-
Me sorprendió mucho que pudiera hablar y que pareciera usar ropa como de mayordomo pero lo que más me sor prendió fue que ni siquiera espero a que terminará de hablar cuando se fue por una muy diminuta puerta dejándome ahí sentado sin poder hacer nada más que ponerme a pensar en que hacía aquí y más importante como podía volver a ser un chico y como regresar a mi hogar, preguntas para las cuales no tenía una buena respuesta, más allá de que todo lo que ocurre es una locura, y que hasta hallar la solución, soy la nueva Alicia.
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