-¡Al fin estoy en casa!-
Anunció para nadie más que ella, la hermosa joven pelinegra que llegaba de la escuela a su solitario hogar.
Ella antes se llamaba Johan, un adolescente cansado de ser un chico por muchos motivos pero el principal era su sueño: su mayor sueño era ser una chica linda, pensaba que siendo una podría ser feliz y tener mucho más de lo que ahora tenía siendo hombre por lo que mucho tiempo esa fue su meta más inalcanzable, al menos hasta que la alcanzó.
Un día fue que ese deseo se convirtió en una realidad con un pozo de los deseos que encontró y usó con un éxito total, lleno de esperanzas que fuera posible cumplirse su deseo tal como ahora había pasado. Se convirtió en una joven chica de su edad con gran figura y linda apariencia a la que en muy poco tiempo se acostumbro totalmente con gran alegría.
Aunque no todo fue fácil por tener que empezar de cero en su escuela y en su vida personal, primero se deshizo de todo lo que no quería de su vida anterior, consiguiendo algo de dinero en el camino que rápidamente empezó a usar en cosas nuevas como ropa, accesorios y algunos peluches.
También fue necesario aprender modales y etiqueta de una chica, dándole ciertos toques a su apariencia y personalidad que siempre había querido tener.
Después tuvo que hacer que su nueva identidad fuera un hecho para la escuela inscribiéndose ahora bajo el nombre de Johana para seguir estudiando.
Por último, embarcaba todo su habito social le emocionaba, no sabía que esperar pero daría lo mejor de sí para que en esta ocasión tuviera mucho éxito con el resto de personas y así ser querida y popular.
Fue en cuestión de semanas que pudo cumplir todas las metas que se había puesto desde su gran cambio, era muy popular con chicos y chicas gracias a sus finos modales, notas excelentes y ser una de las chicas más atractivas del lugar. Lo mejor de todo era que nadie recordaba a quien una vez fue como hombre y en su lugar todos querían a la hermosa y perfecta Johana que solo tenía un secreto.
Siempre que estaba sola en su casa le gustaba estar en ropa interior, todo el día estaba así dentro de su casa para lo que fuera. Como ahora que llegaba del colegio y tan pronto tocaba su cama empezaba a quitarse la ropa, deslizando su falda lejos de sus piernas y quitándose su blusa para que sus pechos estuvieran más libres.
-Fue un día agotador pero al menos no hay tarea ni nada que hacer, podré estar todo el día aquí sin hacer nada de nada, sin duda esto es lo mejor-
Hablaba para sí misma dando vueltas en la cama decidiendo como holgazanearía lo que quedaba del día hasta llegada la hora de dormir.
Créditos a quien correspondan. |
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