miércoles, 3 de enero de 2024

Te encontré

-Aquí estas, finalmente te encontré-
-Ups-
Esa torpe expresión escapó de mis labios mientras la sonrisa se borraba de mi rostro al ser atrapado por mi hermana Sofía, quien no se veía nada contenta desde mi cuerpo.
-Bueno…¿Cómo me encontraste?-
Pregunté sin levantarme de la silla de playa, evitando la furiosa mirada de mi hermana que respondió.
-Eres medio imbécil, fue fácil encontrarte y ahora quiero que me devuelvas lo que me pertenece-
Yo sonreía de forma nerviosa, aun evitando su mirada y viendo el cuerpo de mi hermana el cual por ahora tengo yo: sus largas y blancas piernas, una cintura de reloj de arena que se vuelve increíblemente destacada con el bikini negro que llevo puesto y presume por completo la preciosa cintura de mi hermana, su buen trasero y sus modestos pechos. El cuerpo de mi hermana era tan perfecto, que por eso quise tenerlo al menos por un día, sin embargo, ella me ha descubierto mucho antes de lo previsto y no tengo idea de cómo darle las noticias sin que me mate en el proceso.
-Bueno…. Sobre eso… es que no puedo-
Una sonrisa nerviosa fue todo lo que pude hacer además de hundirme más en la silla de playa, viendo desde abajo como mi cuerpo apretaba los puños con furia, apretaba también los dientes y cerraba los ojos para respirar un poco y relajarse antes de continuar.
-Explícate, por favor, idiota-
Ella me pidió, o más bien, me exigió sin usar la fuerza de por medio.
-Bueno… antes que nada quisiera disculparme por robar tu cuerpo, sé que lo que hice está mal pero no podía resistirme por más tiempo, hermana Sofía; yo siempre tuve curiosidad sobre como se siente ser mujer, y tu cuerpo me resultaba el más lindo de todas las chicas que he conocido; pensé que en algún momento podría convencerte de prestarme tu cuerpo pero como nunca cediste, decidí tomarlo a la fuerza por unos días-
A pesar de mis disculpas, mi hermana no dijo nada, solo se cruzó de brazos e hizo señas, esperando a que terminará mi historia que de momento parecía darle igual.
-Y bueno… no pensé que me encontrarás tan fácil, así que intercambie nuestros cuerpos con un hechizo de 72 horas para divertirme un fin de semana en tu cuerpo y luego volver a la normalidad-
Yo agache aun más la cabeza, incluso me cubrí con mi toalla en espera de algún grito o golpe por lo que hice pero eso nunca sucedió, no porque mi hermana no quisiera golpearme, más bien no podía hacerlo en estos momentos.
-Da gracias a que estas en mi cuerpo, solo por ser mi cuerpo y porque podría meterme en problemas de género, no te he dado la paliza de tu vida, Ernesto-
Agaché aún más la cabeza tras sus palabras, solo me llamaba por mi nombre cuando en serio estaba furiosa, y sin duda hoy está más furiosa de lo que jamás la he visto.
-Y solo para aclarar, robaste mi cuerpo a media noche, y son las 11:35 de la mañana del día siguiente. Lo que quiere decir ¿Qué a pesar de que te encontré y atrapé no puedo volver a mi cuerpo hasta dentro de dos días?-
No quise decir palabra alguna pero asentí con la cabeza, provocando que mi hermana suspire más y comience a estirar mi cuerpo para calmar sus emociones, las cuales no deben ser nada bonitas en estos momentos.
-Un mes de tu salario, un mes donde solo tú limpiaras la casa y otro mes más donde serás mi chofer sin importar el día y la hora; un mes de castigo por cada día que robaste mi cuerpo y mi dinero, idiota-
En ese momento asentí y entendí como fue que me encontró.
-Bueno…¿Entonces eso me delató?-
-¡Todo te delató, idiota! Compraste el bikini y tu suite en este lujoso hotel con mi tarjeta; solo tuve que seguir el rastro de mis gastos en la tarjeta y preguntar por una chica idiota que diga “bueno” al comienzo de cada oración!-
-Bueno…. Eso tiene sentido-
Al darme cuenta que de nuevo dije “bueno” intente no hacerlo de nuevo al hablar.
-Bueno… quiero decir, perdón, ese dinero también lo pagaré-
-No te preocupes por eso, ya vendí tus videojuegos para reponer mi dinero, así que solo tienes que pagarme por robar mi cuerpo el fin de semana-
Bueno, vender mis videojuegos fue un golpe bajo, pero yo robe su cuerpo así que no puedo protestar.
-Como sea, si no puedo volver a mi cuerpo ahora mismo, me quedaré en la misma suite que tú y veré que puedo hacer en tu cuerpo. No te cojas a nadie y deja de usar mi tarjeta, fuera de eso, has lo que quieras con mi cuerpo este fin de semana, te recomiendo que valga la pena porque seré brutal con tu castigo-
Después de decir esas palabras, mi hermana en mi cuerpo se alejó de la alberca para irse a algún otro lugar.
Honestamente pudo ser mucho peor, pudo llevarme arrastrando de vuelta a casa y llegados a este punto, creo que seguiré su consejo.
Si ya estaba en problemas, tal como decía mi hermana, lo menos que podía hacer era aprovechar su cuerpo al máximo para que el castigo valga la pena, y ahora que mi hermana se ha ido y el momento de tensión ha terminado, dejaré de holgazanear y disfrutaré de mi fin de semana como mi hermana lo más que pueda, para que así el castigo valga la pena.
Créditos a quien correspondan.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario