Gerardo era un simple jardinero que vivía en el extranjero, se fue de su país natal en busca de una mejor vida y oportunidad que hasta el momento no ha llegado, sobreviviendo el día a día con pequeños trabajos, en especial cortar el césped y jardín de Samara, una mujer complicada y que no trataba de la mejor forma a su empleado.
Por esa razón, un día mientras Gerardo podaba y limpiaba el césped, al mismo tiempo que Samara tiraba basura por donde limpiaba el hombre, una densa y extraña neblina violeta los envolvió a ambos por varios segundos hasta que finalmente el viento la disperso.
Gerardo ni siquiera había reaccionado bien cuando alguien lo tiró al piso, su propio cuerpo desesperado le gritaba y reclamaba acerca de que es lo que le había hecho. El hombre intentó sacarse de encima a esa persona pero no pudo, su cuerpo era mucho más débil y pequeño, dándose cuenta de que ahora él estaba dentro del cuerpo de Samara, y que la verdadera Samara estaba en el cuerpo de Gerardo buscando con desesperación como volver a la normalidad, mientras claramente culpaba a Gerardo de lo sucedido.
Samara hizo tanto escándalo, gritando que le devolvieran su cuerpo, que varios vecinos salieron a a ayudar a la indefensa mujer. A ojos de todo el vecindario y de la policía que se llevó a "Gerardo", todos pensaron que el hombre quería abusar de la mujer, y esos gritos de Samara exigiendo que le entregarán su cuerpo, fueron malentendidos de una forma muy alejada de la realidad.
El paradero de Samara en el cuerpo de Gerardo todavía es desconocido, no se sabe si será deportado a su país natal, si será enviado a la cárcel o a un centro psiquiátrico por esos comentarios "delirantes" de que le robaron su cuerpo.
Por fortuna, Gerardo en el cuerpo de Samara, no quedó con ningún trauma por lo sucedido, ni por el "intento de abuso" ni por el intercambio de cuerpos.
En realidad Gerardo, o mejor dicho, la nueva Samara nunca entendió bien que sucedió ese día pero ni una sola vez se ha quejado de los resultados; ya no tenía que aceptar pésimos trabajos, ahora tenía una casa entera para si misma, también mucho dinero como para no trabajar durante varios años, y por supuesto tenía un excelente cuerpazo que más de uno de sus vecinos soltero o casado veían cuando ella se paseaba semi desnuda o en traje de baño por su alberca, tal como ahora.
Puede que algún día le diera la oportunidad de salir a uno de esos hombres, después de todo y tal como cuando era hombre, tenía ciertas necesidades que satisfacer y aunque hacerlo ella misma la calmaba quería ir más lejos. Alguno de esos hombres podría volverse su novio o marido, pero si también alguna de sus vecinas estaba interesada, la nueva Samara estaría más que dispuesta de conocerla a fondo para llegar a algo más, casual o formal.
El futuro es incierto y lo único que está claro para Samara, es que ella nunca sería tan cruel como lo era la anterior, esa vida y cuerpo femenino era algo que no iba a perder, seguiría trabajando duro para ser la mejor Samara que pudiera haber.
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