martes, 9 de enero de 2024

No volverá a casa

Cuando el gran desastre de intercambio de cuerpos ocurrió, una familia conformada por un padre de 49 años, una madre de 43 años y su hijo de 5 años se vieron afectados; el padre fue el único que no intercambio de cuerpos con nadie pero tuvo que cuidar de su hijo de 5 años que se quedó en el cuerpo de una adolescente de 17 años. Sin embargo, la madre había desaparecido, y es que una vez ella fue víctima del intercambio de cuerpos, supo de inmediato que no volvería a casa.
Melissa de 43 años, terminó en algún país de Asia, en el cuerpo de una joven de 19 años que responde al nombre de Sakura; estatura de 1.48cm, pechos copa C, con cintura y piernas tan delgadas que le costaba creer que fuera una mujer mayor de edad y no una niña de secundaria o preparatoria; sin duda Melissa en el cuerpo de Sakura estaba sorprendida y avergonzada de su nuevo y diminuto cuerpo teñido de rubio. No obstante, lo más sorprendente para ella y que le hizo olvidar la vergüenza de su nuevo cuerpo, fue descubrir que era la hija de un funcionario del país, por lo que su vida ahora estaba llena de lujos que como Melissa solo pudo soñar; una casa y departamento a su nombre, vehículo con chofer, personal de limpieza y de cocina, ropa de moda, su cuenta bancaria diariamente se llenaba con el dinero que antes tardaba en ganar todo un mes por no mencionar cosas tan importantes como tener casi la mitad de su anterior edad, además de ser completamente soltera; libre de hijo y de marido.
Por un momento, solo un leve momento, Melissa pensó que tener esa vida estaba mal y que con toda su fortuna podía volver a casa para recuperar a su hijo y su esposo, volviendo así a ser una feliz familia. Sin embargo, los miedos de su nueva apariencia, al igual que el temor de perder lo que parecía una oportunidad de oro, le hicieron descartar por completo el plan de volver a casa, para centrarse en su lugar en disfrutar su nueva oportunidad de vida que se le presentaba como Sakura.
Melissa, o más bien Sakura, está sacrificando todo lo que tuvo en su anterior vida, y tras dos años transcurridos del intercambio de cuerpos, ella no podría estar más satisfecha con su decisión.
En esta su nueva vida pudo estudiar la carrera que siempre soñó y convertirse en diseñadora de modas a punto de terminar sus estudios, comprar sin siquiera mirar el precio es tan satisfactorio, por no mencionar que no debe trabajar, basta con pedirle dinero a papá para que le compré la ropa de temporada, el bolso de diseñador o el maquillaje de novedad para verse lo más bonita que pueda cada noche que se va de fiesta.
Melissa tuvo la oportunidad de oro en esta nueva vida y ella no dudó en aprovecharla en su totalidad, exprimiendo todo lo que puede de su vida como Sakura para alcanzar todo lo que no pudo en su vida pasada cuando se quedó estancada en el rol de mamá y ama de casa.
Ahora Melissa no es más que el recuerdo de la familia que alguna vez tuvo, Sakura es la identidad que aceptó por completo y la vida que más satisfacción le ha brindado a la señorita que ahora con 21 años y saliendo de la discoteca privada donde celebró su cumpleaños, puede decir con total seguridad y satisfacción que no volverá a casa, que su nueva vida está en Japón y que Sakura está cumpliendo todos los sueños que Melissa nunca pudo realizar, viviendo una vida plena desde el primer momento que decidió no recuperar su vida pasada para solo enfocarse en su vida nueva tras el intercambio de cuerpos.
Créditos a quien correspondan.

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