domingo, 7 de enero de 2024

El regalo de papá

-¡WOW!¡Muchas gracias, papá!¡Es el regalo que te pedí!¡Me encantan los disfraces de soldadito!-
Decía lleno de alegría Cristian, un niño de 7 años que desde hace 2 años, vive en el cuerpo de Cristina, una adolescente de 19 años.
Hace un par de años, un gran desastre de intercambio de cuerpos azotó todas partes del mundo, haciendo que las personas cambiaran de cuerpos al azar; ya sea de madre a hijo, de hija a padre, de tío a abuela, de vecino a vecino y de cualquier parte del mundo, millones de personas se vieron afectadas por el intercambio de cuerpos sin nada que hacer al respecto, más allá de aceptarlo y seguir con su vida.
Cristian en ese entonces tenía 5 años y vivía con su padre Cristopher de 49 años y su madre Melissa de 43 años. Sin embargo, una vez ocurrido el desastre de cambio de cuerpos, Melissa se había ido, Cristopher no cambió de cuerpos y su hijo Cristian ahora estaba en el cuerpo de una preciosa chica universitaria sin comprender que había sucedido.
Cristopher intentó de todo para recuperar el cuerpo de su hijo pero en estos dos años no ha conseguido ningún avance, y sobre su esposa Melissa tiene aún menos información e ideas de donde está o que sucedió con ella, por lo que Cristopher no tuvo de otra más que intentar seguir con su vida por el bien de su hijo que ahora luce unos 10 o 15 años mayor de su auténtica edad.
Desde entonces Cristian dejó de tener 5 años para tener 7, mientras que su cuerpo de 17 años ahora es de 19, lo cual ha generado situaciones bastante complicadas para el padre soltero que hace su mejor esfuerzo para cuidar de su hijo sin verlo con otras intenciones gracias a su cuerpo de adolescente. 
Cuidar de Cristian con un cuerpo más grande y lleno de energía ha sido agotador y su poco tiempo libre lo estaba usando en buscar cómo recuperar a su hijo y su esposa, por lo que en su poco tiempo a solas, las necesidades masculinas que su cuerpo tienen han sido bastante desatendidas, provocando así que poco a poco Cristopher deje de ver a su hijo como un niño y comience a verlo como una mujer, algo que por mucho que quiere evitar, simplemente le resulta muy difícil; Cristian sigue siendo un niño por lo que a veces quiere bañarse con papá, dormir junto a él o simplemente no quiere usar ropa de niña por lo que se la quita y está desnudo por la casa; cosas que pasaron de ser vergonzosas y molestas para el adulto, a provocar que ahora tenga más de un pensamiento que buscaba desesperadamente alejar de su cabeza cuando su hijo se portaba de esa manera tan íntima con él sin siquiera notarlo.
Tal como le ocurrió nuevamente con el deseo de su hijo, el niño quería un uniforme de militar para jugar a los soldaditos, y a falta de encontrar un atuendo mejor, Cristopher le compró un mameluco de militar a su hijo con el cual el cuerpo de la adolescente presume sus grandes muslos, su trasero y pechos apretados en el traje que junto a su constante movimiento, cada vez le cuesta más trabajo al padre pensar con la cabeza fría cada que estaba con su hijo.
-Me alegra que te guste tu disfraz, hijo. Luces preciosa… quiero decir, te ves muy guapo y varonil-
Por un momento, los verdaderos pensamientos de Cristopher hacía el cuerpo de Cristina salieron a flote, sin embargo, Cristian se ponía furioso cada que su padre le hablaba como una niña, así que el adulto de inmediato se tuvo que corregir por sus palabras.
-Hay que jugar a las trincheras, papá. Yo soy el general y tú el soldado en la retaguardia-
El niño se tiró al suelo, fingiendo que llevaba un arma en sus manos mientras se arrastraba frente a su padre que no respondió y desvió la mirada, haciendo así que el niño se levante y le cuestioné.
-¡Papá!¡Quiero jugar contigo a los soldados!¡Solo los hombres pueden ser los valientes soldados!-
Decía el niño mientras daba brincos llenos de frustración por la poca atención que le daba su padre, quien estaba mucho más concentrado y frustrado de lo que su hijo jamás podrá imaginar al ver que con cada salto los pechos y trasero de Cristina rebotaban.
-Hijo, ¿Llevas la ropa interior?-
-No, me apretaba mucho con el traje así que me la quite, ¡pero no cambies el tema!¡Quiero jugar a los soldados!-
De nuevo el chico comenzó a saltar a lo que su padre lo detuvo poniendo las manos en sus hombres y declarando.
-Está bien, juguemos a los soldados… pero yo soy el general-
-¿Por qué? Yo quiero ser el valiente general que va al frente de su batallón y tú vas detrás de mí como mi leal soldado-
-Pero las personas más viejas son los generales, hijo. Yo soy mayor que tú y tengo más experiencia, puedo ser el general que te guie a la victoria, así tú puedes aprender mucho más y ser un mejor general que yo-
La mentira blanca que dijo Cristopher le ganó los aplausos y asombro de su hijo que de inmediato encontró sentido a lo que su padre decía.
-No lo había pensado, ¡eso tiene sentido!¡entonces tú serás el general y yo tu cadete! Ya verás que cuando sea mayor, seré el mejor general, incluso más que tú, papá-
-Sí… sin duda estarás mejor de mayor, hij…o, hijo, serás un gran general algún día-
Y con esa última corrección a sus palabras antes de provocar más drama con su hijo, Cristopher lograba sobrevivir un día más a cría a su pequeño en el cuerpo de una hermosa adolescente, a punto de volverse toda una joven y preciosa adulta de la cual tendrá que cuidar aún más, sin ceder a sus deseos en el intento.
Créditos a quien correspondan.

4 comentarios:

  1. Por favor has mas historias como esta

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    1. Gracias por comentar, Tfsl, pero ¿a que se refiere por historias como esta?
      -Nero.

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  2. Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar, anónimo. Me alegra que esta historia fuera de su agrado.
      -Nero.

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