viernes, 26 de enero de 2024

Para estar a la par

Cristina es una chica de 17 años que se lleva muy bien con su primo Paúl, desde niños jugaban juntos y cuando crecieron la costumbre no se perdió, teniendo pijamadas donde jugaban algo pesado y se molestaban mutuamente hasta la madrugada. Cristina siempre intentaba ganarle pero no era una atleta, cosa que sí era Paúl teniendo una gran ventaja física sin mencionar que Cristina se volvió algo más sensible cuando creció, haciéndola un poco más débil en comparación de su primo.
Esa noche en especial Cristina no fue capaz de hacer mucho, Paúl se divirtió cargándola en brazos como si nada hasta marearla para ver cómo se tambaleaba al intentar caminar para seguir jugando con ella, así hasta que la noche llegó y ambos se fueron a dormir.
La chica estaba frustrada, antes podía defenderse o ganar pero ahora no, si fuera más alta o fuerte o algo más, podría estar más a la par de su primo, pero no era así y con ese deseo en mente se fue a dormir.
En medio de la noche sentía mucha sed, cosa que le hizo levantarse sin darse cuenta de su cambio hasta encender la luz, momento en que sin dudar se alarmó. 
No tenía sus pechos, estaba más alta y aún más destacado, tenía en su entrepierna un pene erecto que sobresalía de su blusón para dormir que ahora apenas y le quedaba.
De inmediato gritó y trató de bajar más su blusa para cubrir su miembro, lográndolo por poco y sintiendo un poco del mismo, bien duro y algo caliente, totalmente nuevo para la chica que enrojecía más a cada instante.
-¿Cristina?¿Quien anda ahí? Voy abrir la puerta y más te vale que mi prima este bien-
-No se te ocurra abrir, Paolo, no tengo ni idea de que sucedió y no quiero que me veas así-
La puerta se detuvo en ese momento, solo ella sabía que en verdad se llamaba Paolo por mucho que le dijeran Paúl todo el mundo.
-Pero tú voz suena a la de un chico, déjame entrar para ayudarte-
-Me transforme en un chico, por eso sueno así y por eso no quiero que me veas, ¡Idiota!-
-Pero ahí encerrada no podrás hacer nada, voy a entrar te guste o no-
En cuanto Paúl abrió la puerta pudo ver a un chico de su estatura, con cabello blanco y sin pantalones, en una pose algo femenina buscando ocultar su entrepierna. Más arriba podía ver la cara roja y furiosa del mismo sosteniendo un cojín de panda.
-¡Te dije que no entrarás!-
El cojín le dio de lleno en la cara, momento que aprovechó Cristina para empujar al chico afuera de su cuarto y ponerle llave, sin notar cuan fuerte se había vuelto.
Ahora debe pensar en como volver a su cuerpo y como hacer las paces con su primo, él solamente quería ayudar pero no podía verla con una erección. Pero antes de todo eso, debería buscar algo de ropa, ella solo tiene bragas, faldas y tacones, quizás pueda seguir usando su ropa de chica ahí dentro pero para poder salir o dar la cara a su primo definitivamente no, ahora tenía que vérselas como un chico.
Créditos a: @AGOnaoe

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