domingo, 28 de enero de 2024

La maldición gitana

Hasta hace unas horas yo era un chico, ni siquiera yo puedo creer lo que me pasó pero es la única idea factible que tengo en mente. De camino a la escuela, cerca de un callejón había una anciana rara y misteriosa con lo que parecía ser un pequeño puesto callejero de accesorios femeninos; brazaletes, collares, aretes y cosas así. A mi novia le encantan esta clase de cosas así que me acerque a preguntar por un par de brazaletes, azul y rojo, que imaginé le gustarían a mi novia.
Pensaba comprarlos pero al preguntar el precio me di cuenta que eran ridículamente caros, quise saber porque tenían ese precio a lo que la anciana respondió cosas sobre magia que no entendía y mucho menos creía haciendo así que una negociación se convirtiera en una fuerte discusión con esa señora hasta que insulte a la anciana; diciendo que estaba loca y que lo que vendía eran baratijas que sacó de la basura, parecía que eso fue lo peor que pude hacer por la forma en que me miró, en ese momento dijo algo sobre ser una gitana y que esos objetos eran muy valiosos y que en consecuencia de mis actos pagarían un gran precio no monetario sino físico y que por ello me dejaría los brazaletes.
Yo solo reí y me fui con una gran sonrisa hacía la escuela, había conseguido lo que quería solo por discutir con una vieja loca. Sin embargo, conforme transcurría mi camino hasta la escuela me sentía más y más cansado, no recuerdo bien como lo logré pero llegué a mi salón de clases que parecía estar vacío, justo a tiempo para caer dormido en mi escritorio.
Al despertarme, literalmente, era alguien más; tenía el aspecto de una joven chica con piel bronceada, mi cabello había crecido al igual que mis pechos y caderas que quedaba demasiado a la vista con el mini short blanco que ahora usaba y la blusa negra que no podía ni cubrir mi ombligo además de los brazaletes que eran para mi novia y que ahora por más que intento no me puedo quitar ni romper para quitármelos.
Me siento muy raro ahora, aún intentando comprender lo que me paso y a menos que una enfermedad o una niebla mística me volviera mujer mientras dormía, la maldición gitana es responsable de mi estado actual.
Me levante de mi asiento solo para perder el equilibrio gracias a mis enormes pechos y a los tacones que estaba usando, me tomó un par de intentos pero finalmente pude empezar a moverme torpemente, solo que había algo raro; me siento muy caliente y mi cuerpo esta empezando a sudar, no tengo idea si sea parte de la maldición pero ahora me senté en el pupitre con la intención de averiguar que me está pasando; el problema es que no siento el control total de mi cuerpo, mi brazo derecho que porta los brazaletes parece tener voluntad propia y tal como va, estará explorando mi nueva zona íntima sin que pueda oponerme en medio del salón de clases. Debe haber alguna forma en que pueda revertir esta maldición o al menos no me haga sentir así como para hacer estas cosas en lugares públicos, si pudiera iría corriendo a buscarme el perdón de esa señora pero ahora con mi short desabrochado y sin poder controlar mi propio cuerpo creo que tengo planes muy diferentes que atender primero, antes de intentar resolver la maldición.
Créditos a quien correspondan.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Nick13Hollow. Me alegra que le guste la historia, y lamento mucho la demora en responder.
      -Nero.

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  2. Respuestas
    1. Hola, 79don. Espero le haya gustado la historia, y que pasará con la novia, lo dejo a su imaginación.
      -Nero.

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