Manuel era un chico con una capacidad muy especial, la capacidad de poseer cualquier cuerpo que él quisiera; solo tenía que tener en mente a la persona para poseer su cuerpo tras algunos minutos, y para regresar, solo tenia que mantener la idea de volver a su propio cuerpo durante algunos minutos más, una habilidad simple pero única con la cual decidió hacer feliz a sus amigos y a él mismo cada que podía.
Al principio, Manuel usaba su habilidad de poseer cuerpos para conseguir cosas gratis, tomar lo que quisiera o para beneficiarse a sus amigos y a él mismo con las calificaciones en clases al cambiar sus notas o asignar las cosas más fáciles.
Todos estaban felices y muy agradecidos con su amigo, hasta que uno de sus amigos hizo una petición qué dejaría en blanco a Manuel.
Su amigo le pidió poseer el cuerpo de Regina, la chica más buena de la clase, y que en palabras de la chica: "nunca le haría caso a ninguno de los chicos de la clase". Todos querían estar con ella, incluso si no eran novios, al menos querían hacerlo con ella una vez, y rápidamente la idea del chico fue apoyada por el resto del grupo que se sentían de la misma manera. De esa forma, Manuel se sintió algo presionado y no tuvo de otra más que aceptar poseer el cuerpo de Regina solo para que sus amigo y él la pudieran mirar. Después de todo, él seguía siendo un chico y por si estar con hombre no lo haría raro, lo haría muy raro estar con todos sus amigos en una situación tan peculiar como esa.
Los chicos aceptaron las condiciones de Manuel y después de planearlo muy bien durante varios días, aquel ansiado momento sucedió.
Manuel poseyó el cuerpo de Regina, se puso la ropa más atrevida qué encontró de la chica y fue al apartamento de uno de sus amigos, él único que vivía solo, el lugar perfecto para no molestar a nadie mientras disfrutaban de ver y tener el cuerpo de la chica.
Al principio todo iba según lo planeado, los chicos estaban muy felices de tener a Regina con un atuendo tan atrevido solo para ellos, de esa forma tomarían fotos de todo tipo, y aunque Manuel se sentía muy nervioso y avergonzado de posar como una chica, rápidamente le tomó el gusto.
De hecho, todo iba de acuerdo a lo planeado, pero el cuerpo de Regina era diferente a todos los que había poseído hasta el momento Manuel, por lo que las cosas terminarían por tomar un rumbo diferente al que Manuel o sus amigos habían imaginado.
El cuerpo de Regina, estaba rogando por tener a un hombre, y ahora el cuerpo de Regina estaba rodeado de 5 extraordinarios hombres a los cuales no puede evitar comenzar a provocar.
Manuel no quería hacerlo, se sentía tan raro e incómodo de hacerlo, pero su cuerpo no paraba de coquetear y seducir a sus amigos; sonrisas atrevidas, suaves pero notorios roces, miradas y actos sugerentes hasta que uno de sus amigos no pudo más y le beso.
En ese momento, Manuel quería salir corriendo pero el cuerpo de Regina, todo lo que hizo fue abrazarse con fuerzas al hombre mientras le besaba con pasión.
Poco a poco el resto de sus amigos se unieron a la diversión; quitándose la ropa, besando a la chica y comenzando a tocar a Regina, quien no dejaba de pedir más de cada chico hasta llegar a lo más insólito.
Por primera vez en su vida, Manuel estaba teniendo relaciones como una mujer, y no con un chico, con los cinco a la vez, mismos que eran unos salvajes sementales con ella, quien apenas podía aguantarles el ritmo a cada uno.
Desde hace un buen tiempo que el joven había llegado a su límite, quería irse de ese cuerpo cuanto antes para no hablar ni pensar más acerca del tema. Sin embargo, con todo el placer qué sentía, y todos los deseos en mente que tenía, no podía concentrarse en regresar a su propio cuerpo, lo cual lo dejaba atrapado a ese femenino cuerpo que ahora mantiene relaciones con sus amigos usando ambas manos y la boca, sintiendo un placer que nunca imaginó, como sus caderas se movían ansiosas, sus atributos femeninos incitaban a sus amigos, pidiendo con dulces gemidos que tomarán todo de ella.
Manuel sabía que esos no eran sus deseos, eran los deseos del cuerpo de Regina. Sin embargo, no podía evitarlos y mucho menos controlarlos, todo lo que ahora estaba haciendo, sintiendo y viviendo, solo era el comienzo de los deseos más oscuros de Regina, quien con la misma boca qué decía nunca darle oportunidad a ninguno de sus compañeros de clase, ahora les estaba dando placer y los preparaba para llegar a lo más íntimo y privado de ella. Algo que realmente aterraba a Manuel, a quien cada vez le costaba más trabajo distinguir sus propios pensamientos de los deseos de Regina, la chica más guapa de la clase y que esta dando todo de sí para dejar contentos a sus compañeros, pero especialmente, a ella misma. Dándole así a Manuel, una noche que nunca olvidara, si es que siquiera lograr volver a la normalidad después de su debut como una chica universitaria que experimenta lo que muchos hombres le pueden hacer para dejarla satisfecha un momento, antes de que quiera rogar por más.
Créditos a quien correspondan. |
Cómo cuando quieres una cosa, y obtienes otra completamente diferente :v
ResponderBorrarMe refiero al final de Manuel en la historia, fue un final curioso
BorrarYa veo, me alegra saber su opinión, Kiwi.
Borrar-Nero.
Muy buenas tus historias!
ResponderBorrarMuchas gracias por comentar, Adem. Me alegra que le guste la historia.
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