viernes, 11 de agosto de 2023

Debes de admitirlo

-¿Cuanto más intentarás hacerte la fuerte, Kali?-
-Ya te dije que no me llames así y por favor suelta mis pechos-
Ahí en su habitación estaban peleando Hanna la castaña que tocaba el cuerpo de su novia Kali, o al menos esa era la primera impresión que podían dar. Kali hace unos meses era un hombre que sufrió de una enfermedad que hizo cambiar progresivamente todo su cuerpo de hombre hasta ser el de una mujer, él no podía creer lo que le había pasado; ver crecer partes de su cuerpo y tomar otra forma además de perder otras tantas siendo la más importante su amigo de abajo. De no ser por su pareja se hubiera derrumbado, ella le estaba apoyando en toda esa difícil transformación que duro meses hasta que aprendió como vivir su vida de mujer, exceptuando algo que era el sexo, decía que no estaba listo cuando su cuerpo si que lo estaba y aún más el cuerpo de Hanna que ya extrañaba tener relaciones, fácilmente hubiera podido ir con otro hombre pero el único que amaba ahora era una chica a quien estaba dispuesta a complacer incluso ahora que era una mujer.
Había estado soportando mucho tiempo pero cuando sus dedos no fueron suficientes para si misma, Hanna estaba lista como para probar el sexo lésbico. Para su mala suerte Kali no, a pesar de todos esos meses ella seguía negándose a tener relaciones por un motivo diferente cada que le decía o pedía hacerlo. Sin embargo, ese día Hanna ya no pudo con sus hormonas, le superaron y eso tuvo como consecuencia que tomará por detrás los grandes pechos de su pareja.
-¿¡H-Hanna que demonios haces!?-
Aunque protestaba la castaña sabía mejor que nadie los placeres de una chica y que su novia lo estaba disfrutando, con esa idea en su cabeza, metió su mano por debajo de la blusa y sostén para jugar con los pezones ajenos mientras la arrastraba hasta su habitación, cosa que fue más fácil de lo esperado, su voz decía que no pero su cuerpo que empezaba a humedecerse y gritaba que si.
-Para no estar de acuerdo, tú cuerpo sí que lo está-
-E-eso no es verdad ya déjame-
Ya en su alcoba sin mucho problema le despojo de toda su ropa, dejándola solo con sus lentes y medias sobre la cama donde claramente se podía ver una humedad que intentó ocultar Kali en un principio. Eso solo provoco que su chica se acercará para darle la vuelta y abrirle las piernas, resultando bastante dominante en este nuevo inicio de su relación.
-Dicen que hay una primera vez para todo así que esta será mi primera vez probando la vagina de mi novia-
Sujetando su trasero empezó a lamer la vagina y su alrededor para tomar su humedad pero, apenas quitaba un poco de su humedad cuando salía mucha más junto con gemidos de su pareja quien en un intento de detenerla intentó separar su rostro de su zona íntima sin ningún éxito, así como su novia se había vuelto activa por contener tanto sus hormonas, a Kali le paso lo contrario y se volvió bastante pasiva disfrutando cada acción aunque lo negará por vergüenza.
-Hanna...ya te dije que no estoy lista-
-Vamos Kali, debes admitir que te esta gustando y si seguía esperando a que estuvieras lista mejor iría a conseguirme un novio-
Dio una gran lamida a su vagina para que soltará otro gemido que la haría estremecer  y después le viera con la lengua de fuera y una mirada pervertida a su pareja.
-Entonces querida Kali ¿Ya estas lista para admitirlo?-
-¡Jamás!-,
-Ok, tengo todo el tiempo del mundo para que lo admitas-
Con esa respuesta solo se ganó otra profunda lamida que le hacía retorcerse de placer, así continuaría Hanna toda la noche y progresivamente iría haciéndole más cosas a Kali hasta que fuera capaz de admitir que bien se sentían los placeres de una mujer y que quería tener sexo con ella toda la noche.
Créditos a quien correspondan.

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